En la entrada del bosque apoyada sobre el capó de un coche está esperando Samantha a todos aquellos independientes que hayan decidido acompañarles.
Fue la primera en llegar, y aquello estaba más muerto y menos muerto de lo que sería recomendable. ¡La gente podía ser una tardona! Encaminó sus pasos hacia la cainita con tranquilidad, mientras se colocaba mejor la mochila sobre el hombro. El bosque no era un lugar apropiado para ella, eso hacía mucho que lo había aprendido y si bien cuando era humana era un sitio que le chiflaba había mantenido las distancias al respecto en lo que a su no vida se refería.
Con sus deportivas más cómodas, su conjunto de ropa más elástico y resistente y la anaranjada melena trenzada de raíz se sentía algo más mentalizada. Por si acaso, había metido un montón de cosas en su mochila: la supervivencia necesitaba ser precavida.
Hadrien había decidido separarse por esa noche de sus criados para que puedan tener la libertad necesaria en cumplir cada una de sus funciones desde lo que es investigación hasta gestión en los recursos. No tuvo la oportunidad de poder cambiar su atuendo, exceptuando que esta vez lleva escondido en su chaqueta una daga balística utilizada por los rusos enfundado en el cinturón de torso y una pistola Sig-Sauer P-226 ubicada en el lado izquierdo.
Lleva las manos en los bolsillos, si estuviera vivo, no podría evitar comer una bocanada de cigarro para calmar los nervios. Encaminándose directamente donde se encuentra Samantha y esperando a recibir las correspondientes indicaciones para realizar su trabajo.
Por lo visto puse mi mensaje en modo "solo director" ¿Se puede quitar para que los demás lo lean? A mí no me deja, o hago un copy -paste?
Una limosina llega al lugar mientras que emerge del asiento del conductor un chofer con cara de bulldog. Con una denotada servilencia, se apresura a abril la puerta posterior. Primero se asoman unas largas piernas torneadas que preceden la voluptuosidad de Francesca.
Esta vez había decidido dejar las chicas en la mansión. No las necesitaba. Su aspecto era algo distinto ahora. Llamaba la atención su prominente capelina desentonante con la oscuridad del lugar. Tenía unos short demasiado cortos y calzaba unas zapatillas con puas y tachas. No tenía escote pero sí una camisa que insinuaba sus prominentes pechos. En su brazo cargaba un bolso Hermes que parecía muy poco adecuado para la ocasión.
-Hola chicos...que linda noche verdad? Hasta parecemos normales...dice seria.