Todos asienten ante tus palabras. Pero ya es tarde y se decide entre todos volver a casa.
Mientras os acercáis suena tu teléfono. Sobre la pantalla ves el número de Alonso.
Ya ibamos a volver a casa cuando el telófono que me habia dado la resistencia suena.Frunzo el ceño cuando miro la pantalla.-Que casualidad...-
Lo descuelgo
-Dime..-
Hola. Os fuisteis de repente dejando me allí plantado y estaba preocupado por ti. ¿estas bien?
Su voz muestra una gran alegría por que le hayas cogido el teléfono, que torna en preocupación cuando te pregunta como estás.
Lo cierto es que entre una y otra cosa al final no hemos podido estar a solas y me preguntaba, no se si querrás. Pero me gustaría poder celebrar esa cita que teníamos. Claro que si no quieres nada
El nerviosismo en su voz es claro incluso se traba al hablar. Tiene muchas ganas de verte.
Todos al coche. Me envuelve la vorágine de acontecimientos que se suceden de manera rápidamente. El acento de secretismo y aventura resulta fatalmente atractivo para un chaval de 16 años. Y ahora suena el teléfono de Virginia. Se masca la expectación en el ambiente mientras Virginia pone voz de circunstancias.
Entrecierro la mirada
-Ya, bueno, teniamos que irnos- Contesto de manera un tanto seca pero despues del engaño ya no me quiero fiar
Después ,un silencio ciertamente largo para lo que es una llamada de teléfono
-Vale, nos veremos en el colorado desntro de una hora, si te parece bien-
Ya no me quiero fiar, vendrá bien para saber mas cosas pero mi corazón esta feliz, radiante y estúpido. Y eso hace que apague el aparato con rabia.
Descuelgo el telefono, pongo cara de mala leche mientras escucho, estoy un isntante relativamente largo sin hablar, y finalmente asiento,apago el telefono y me vuelvo hacia los demás
-Bueno, pues si ya no hay nada mas que hacer aquí, podiamos volver a la ciudad..-
Evito mirar a Sergio porque lo que ahora voy hacer no quiero que se implique,
Miro de reojo a Virginia, y al resto de los ocupantes del coche, todos en silencio, aparentemente pensando cada uno en lo suyo, aunque seguramente sus pensamientos no estén totalmente desconectados. Me siento un poco ajeno a todo esto, como flotando sobre el techo del vehículo que se lanza hacia Ponferrada, en plena noche. Veamos qué nos depara el futuro. Lo pienso con una tranquilidad extraña.
Me pregunto qué se traerá Virginia con el Alonso este...