Partida Rol por web

Mi señora, disculpad si no  me he expresado con claridad pero eso podeis achacarlo a mi escasa  maestria  en   el dominio de la lengua franca .Respondo    al tiempo que  realizo mi mas florida reverencia a modo de disculpa  .Como bien dice  nuestro compañero habra   que   apresurarse para escapar al abrazo del sol pero  no se si   dos caballos  seran suficientes para nuestro maltrecho grupo.

Tambaleandome salgo del bosque con la boca aún con sangre. Mis pasos son erráticos, de mi piel brota un pequeño hilo de humo, como si algo estuviera ardiendo en mi interior.

La...sangre..¡ARDE!... - mis manos aferran la ropa y la piel como si quisieran arrancarla cuando me despomo en el suelo. En mi cuerpo y mi ropa se puede ver que no he recibido herida alguna, aparte de las que he podido causarme yo con mis propia manos. ¡ARDE.....!

En el suelo comienzo a retorcerme mientras el fuego de mi interior parece, además de consumir mis órganos, que va mitigandose.

Entre Guillerme y Giani lograis cargar a Fernando a uno de los caballos. Este con esfuerzo consigue agarrarse a la silla para no caer y Guillerme sube detras suyo para conducir el corcel.

Aricia monta el otro animal y los demas: User, Giani y Roderigo caminan a vuestro lado. No podeis ir demasiado deprisa y un silencio empaña todo el trayecto teñido por las dudas de si llegareis a tiempo o no al monasterio.

Cuando el cielo empalidece divisais finalmente una edificacion a lo lejos: el Monasterio de San Timoteo se alza en medio de un hermoso jardin que parece exuberante incluso de noche. Los coloridos petalos y hojas son blancos y plata a la luz de la luna que se empieza a desdibujar sobre vuestras cabezas. El aire esta cargado con el aroma de las flores y hiervas curativas.

Solemne en medio de la vegetacion, el modesto edificio esta silencioso, y solo unas pocas velas se oponen a la oscuridad reinante.

Fernando finalmente se empieza a sentir mejor tras pasar el viaje tratando de regenerar sus heridas.

A medida que os acercais al monasterio pero, se oyen unas profundas voces elevandose en un reverente cantico.

Hay una docena de monjes en el patio interior, inmersos en la oracion matutina.

A medida que os acercais pero, el sueño empieza a apoderarse de vosotros y cada paso se vuelve una dificil lucha para mantener los ojos abiertos.*

Escuchar los familiares canticos de los monjes parece tranquilizar mi torturada mente, sus ritmos tranquilos y cadenciosos son un bálsamo de paz que necesitaba, pero encierran un peligro cuando empiezo a notarme somnoliento "ahora soy una criatura de la noche, no puedo dormirme aqui" haciendo acopio de mi voluntad casi corro los últimos metros  tirando de las riendas del caballo que carga con Fernando

En cuanto me acerco a la puerta empiezo a decir la formula habitual en latin para solicitar asilo

Mi cuerpo deja de arder, pero aún tengo una gran malestar.

Hemos de encontrar algún sitio donde refugiarnos durante el día, si no arderemos - digo a los demás en lo que miro a ver si veo algun lugar apto.

Mis parpados empiezan a caer. No termino de entenderlo, pues hasta hace nada no tenía sueño, pero al ver como la noche esclarece empiezo a hacerme una idea. Al parecer, los vampiros dormían de día por necesidad más que por gusto... No todo iba a ser bueno.

Me bajo del caballo, agradeciéndo al resto de mis compañeros el habermelo cedido. Avanzo, lentamente a causa de las heridas, y miro alrededor, deteniéndome a ver el monasterio, tan tranquilo y sosegado, tan puro, tan católico. Instantes atrás, los hombres de armas de esta misma casa nos habían atacado, hombres de Dios armados con piedras con ácido. Y ahora, nos encerrabamos entre las unas piedras que albergaban el mismo poder... Comenzaba a tener mis dudas sobre este nuevo mundo, y no eran dudas desechables.

Cuando estoy a punto de alcanzar la puerta, la luz del sol toca mi piel. Siento su fulgor, su calor... y su daño. Si bien soy capaz de resistirme, siento que no podré hacerlo eternamente. El tiempo apremia, como siempre, en nuestra contra. Y yo que pensaba que me libraría de ese problema tras haberme librado de la mortalidad... la vida siempre estaría ahí para enseñarme cosas nuevas.

Intento empujar la puerta, rezando porque esté abierta, si bien lo dudo mucho, mientras las palabras se apelotonan en mi boca.

¡¿Hola?! ¿Hay alguien? ¡Necesitamos asilo!.

el sol me   acaricia con sus tibios rayos matinales y  poco a poco  me  voy dejando caer en un dulce sopor .Esto no es buenos compañeros  , me cuesta   mantener los ojos  abierto acierto a decir   antes de desplomarme  contra la puerta

Al escuchar ruido fuera, el grupo de monjes sale a echar un vistazo. Cuando ven las ropas manchadas de sangre y vuestros cuerpos magullados se acercan temerosos.

Un par de ellos os auxilian cogiendo las riendas de los caballos o levantando al egipcio del suelo mientras otro sujeto de edad avanzada se dirige a vosotros, respondiendo a la peticion de asilo de Giani.

- Por supuesto, entrad. Las puertas de San Timoteo estan abiertas a todos los que lo necesiten.- El monje os conduce al interior- ¿Quienes sois? ¿Que os ha ocurrido?

Muchisimos gracias, buen hombre - digo practicamente dejandome caer del caballo mas que desmontando.

Fuimos atacados por unos bandidos en el camino - comienzo improvisando sobre la marcha pero con voz confiada - Quemaron nuestro carruaje y, como podeis ver, casi no salimos de allí con vida. Toda la noche hemos estado huyendo de esas malas bestias, nuestros ojos apenas pueden permanecer abiertos entre las heridas y el cansancio. Agradeceriamos, siempre que fuera posible, que nos proporcionara un lugar donde reposar y algo de agua para limpiar nuestros cortes y refrescar nuestras gargantas llenas de polvo del camino. Apenas necesitariamos más y estariamos profundamente agradecidos por tal hospitalidad. Por supuesto, cualquier sala donde poder tendernos, alejada de sus quehaceres diarios para evitar en la medida de lo posible entorpecer sus labores y gozar de un descanso reparador, será suficiente para nosotros

Giani baja la cabeza agotado mientras escucha a Fernando sin decir nada, pero cuando acaba levanta la mirada hacia el sacerdote

-padre, antes que nada necesito el sacramento de la confesión, siento que mis pecados consumen mi alma-

- Por supuesto, aguardad un momento.

Ante la solicitud de Giani, el monje asiente con la cabeza antes de girarse hacia sus compañeros del monasterio.

El que os hablo, que mas tarde se identificara como Hermano Ubertino, les da ordenes a los demas para que preparen una estancia con catres. Luego, el mismo Ubertino os guia hasta la habitacion donde podreis dormir durante el dia y las tupidas cortinas os protegeran de la luz del sol.

Frente a la puerta, el monje busca a Giani con la mirada, si este atiende en busca de confesion, este le llevara a una humilde habitacion cercana para escuchar sus lamentos.

Contento con la oportunidad de confesar mis pecados me dirijo con el hermano Ubertino a la habitación, ni la pesadez de mis miembros y de mi mente puede ahora conmigo

El hermano Ubertino se sienta en una silla y te invita a arrodillarte a su lado al tiempo que se seña

- In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.

Hace una pausa y baja la mirada

- La confesion de pecado es una señal indubitable de nuestra vida nueva en Cristo. Mateo dice: arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado. y asi es como los feligreses eran bautizados por el en el Jordan, confesando sus pecados.

Luego te pone una mano en el hombre y prosigue

- Dime hijo, ¿Que pecados te atormentan en estas horas?

-perdoname padre porque he pecado-

La fórmula tradicional de iniciar el sacramento de la confesión me tranquiliza y me permite afrontar con mas calma el sacramento

-padre, un demonio me posee, me he convertido en un monstruo, una abominación sedienta de sangre, y aunque se hizo en contra de mi voluntad creo que podria haberlo evitado de haber sido un mejor cristiano- hago una pequeña pausa para pensar en lo que he hehco estos últimos dias

-desde que cayo sobre mi esta maldición he matado, aunque haya sido en defensa propia creo que mate a hombres buenos temerosos de dios. He bebido la sangre de otros hombres y me he dejado llevar por la lujuria y la gula de esa sangre. No creo merecer el perdón de dios pero lo suplico, porque su piedad es infinita-

Tras decir esto quedo en silencio e inclino la cabeza, ¿podrá realmente absolver mis pecados?¿es de verdad el amor de dios tan grande? no me extrañaría nada si ahora mismo su justa ira cayese sobre mi cabeza y descendiese directo al infierno

El catre se presenta como un sueño hecho realidad. Mi cuerpo herido ya no resistiría mucho más.

Mis parpados caen, pero no sin una provocación...

Necesito sangre.

A pesar de lo que puedieras imaginar, el monje no se horroriza ante tus confesiones, pero si suelta un largo suspiro

- Tranquilizate hermano, lo que eres y lo que has echo no es algo que pueda absolverse con la penitencia habitual

Los ojos del que ha vivido y visto mucho te miran compadeciendose de ti

- Sin embargo, todo lo puede perdonar dios y su divina esencia mediante el verdadero esfuerzo y sincero arrepentimiento

Mira hacia la ventana

- No tengo la potestad de liberarte de tu carga por ahora, pero cuando anochezca me gustaria presentarte a alguien que quizas pueda.

- Ahora debes descansar, ve con tus compañeros

Dice ahora sin volver la mirada hacia ti

-gracias padre- es lo único que le respondo algo sorprendido por sus palabras, siento el peso del sueño ya como un manto sobre mi y con mis últimas fuerzas voy al lugar que se nos ha ofrecido para descansar

Cuando el sol vuelve a esconderse, empezáis a abrir los ojos uno a uno y despertáis realmente descansados.

La sed consume a muchos de vosotros, pero sorprendentemente observáis como las heridas han desaparecido. No hay rastro de sangre en vuestra piel, esta ha sido sustituida por blancos vendajes y ungüentos que huelen a hiervas*

Al rato unos pasos en el pasillo de enfrente preceden a la entrada cordial de Ubertino

- Buenas noches.- Dice el hombre sin ninguna expresión en particular.- espero que se encuentren mejor. Cuando estén listos les estaré esperando fuera para cualquier cosa que necesiten

El hombre vuelve a cerrar la puerta para daros intimidad y espera a que os levantéis quedándose en el pasillo.