Partida Rol por web

Cuando escuchó el sonido seco, Stigga miró hacia la trampilla y la voz del miembro del munitorum hizo que un subidón de adrenalina la recorriera el cuerpo- Puede que se pueda abrir a tiros -dijo Stigga- pero antes quiero intentarlo a lo bruto -se acercó hacia la trampilla y comenzó a empujar, mostrando unos músculos en tensión que daban a entender que el lanzallamas no es que pesara poco. Parecía que iba a ceder, pero nada- ¿Me echáis un cable? -dijo al grupo- Otro intento, y si no, abrimos a tiros y metemos una llamarada antes de salir, ¿vale?

Estoy bastante agobiado. La trampilla se ha cerrado, si bien es cierto que estoy rodeado del emperador, para un piloto de naves de 35 millones de toneladas, estoy acostumbrado a tener más espacio a mi alrededor. Así que estoy bastante agobiado.

Están intentando abrir por la fuerza la trampilla, pero no creo que sea malo, creo que quien lo ha hecho no es enemigo, según la teoría que los poderes ruinosos no han encontrado esta sótano nunca, quien ha cerrado la trampilla si la conocía, por consiguiente es amigo. Que pena que eso no me quite el agobio de saber que estoy encerrado, creo que ese el punto que más me molesta, saber que no puedo salir si quiero. Me quedo acuclillado en la esquina. Con el pie tamborileando el suelo. Pat pat pat pat.

- Logan, parece que la zona es segura*, pero no deberíamos estar mucho fuera. y visto lo visto si se va este hombre, sera mejor que nos larguemos de ese agujero o acabaremos fiambre en el mejor de los casos. digo sin mostrar ni moratones ni heridas.

Visto su estado es normal que considere el nuestro "bueno" . Pero me duelen los huesos. Todos. Y me pesa el arma. Y la cara de este idiota se está tornando a algo semejante a una diana....

Doy un paso al frente ante sin duda la broma que nos está gastando. ¿Cómo es posible que no sepa pronunciar los nombres? ¿Que nos niegue? ¿Acaso es el caos el que habla por el? 

Doy otro paso hasta quedar frente a el. Intento no parecer amenazador y bajo un poco el arma. Los tanith hablan. Pero tampoco me importa mucho lo que dicen. Seguro que si es interesante mi sargento les prestará atención. La mía la tiene ese individuo. No me gusta. No me gusta nada.

Parecía que por muchas explicaciones que diesen aquel hombre seguiría sin confiar en ellos, y seguiría sin hacerlo si continuaban por ese camino. Necesitaban respuestas - Lo crea o no, queremos salir de este lugar, y para ello necesitamos sobrevivir al menos un tiempo razonable, para lo cual necesitamos comida, descanso y saber donde cojones estamos - El sargento había comenzado calmado, pero poco a poco su escas paciencia se iba consumiendo.

Ya le hemos agradecido el gesto, ahora nos gustaría colaborar con usted contra esta escoria..., pero para eso necesitamos saber qué lugar es este y cómo están las cosas - hizo una pausa y decidió jugarse el todo por el todo, estaba cansado y quería descansar - Haga usted lo que quiera.

Y dicho esto depositó la culata de su arma en el suelo, apoyándose en el lanzagranadas de la parte superior, y cambiando el peso de un pie a otro desinteresadamente. Decidiese lo que decidiese aquel tipo, deberían de obrar en consecuencia.

La puerta no cedía, no había manera de poder abrir aquella trampilla escondida. El forcejeo que hizo Stigga no fue suficiente como para vencer la resistencia y la pelirroja pudo darse cuenta de que no era algo que hubieran puesto arriba sino, debía, por lo menos, ser una barra metálica colocada en el mecanismo de apertura de la trampilla. Era difícil adivinar que iba a pasar. ¿Deberían esperar a los otros? las ventanas eran muy pequeñas como para escabullirse por ahí...

Quizás no sean herejes... - dijo tras un rato mientras goterones de sudor resbalaban por sus mejillas - no se... podrían habernos gaseado o... no se no se - parecía nervioso aquel hombre, demasiado... parece que la claustrofobia comenzaba a hacer presencia en la psique del oficial, nada acostumbrado a escenarios peligrosos.

Miró las feas heridas que llegó a mostrarle Logan pero no eran suficiente para aquel extraño, que mantuvo la misma posición hasta que Illium avanzó hacía él para encararle. Rápidamente el hombre se llevó las manos a las empuñaduras de sus armas, pero aunque no las desenfundó, no había duda posible de que sería tan veloz a la hora de sacarlas que quizás sería difícil poder anticipar su movimiento - ni un paso más - le advirtió con una mirada fría y ciertamente hostil, aunque cauta era su actitud.

Escuchó la ultima intervención y pareció relajarse, aunque sus manos seguían donde estaban - ¿salir de aquí? imposible... - dijo con cierta amargura - están en el planeta llamado Adrantus IV... aquí no hay espacio puertos ni grandes ciudades... la tecnología no esta presente en este mundo al borde exterior del Imperio - el hombre parecía saber lo que decía, algo que no casaba demasiado con estar en un planeta tan atrasado - ni siquiera un gobernador planetario, solo señores feudales - negó con la cabeza - de aquí nadie sale, aquí se malvive, se lucha y se muere

Pues vaya mierda! no volveré a ver ni una misera colmena? que asco. digo sin prestar atención a nadie en particular. el chasco había sido monumental, No podemos salir de aqui? Joder!

-Me encanta recibir buenas noticias-dijo el explorador, cargado de ironía. Pero asimiló aquellos datos, pues tenían que aprender a moverse, cuanto antes, mejor.

-Y... ¿Todos los señores feudales han sucumbido a los Poderes Ruinosos? Y tengo otra pregunta que hacerte, aunque no tiene que ver con nuestra situación. Los árboles. ¿Siempre ha tenido el bosque ese olor y esos árboles?

-O nos están manteniendo vivos para hacer un sacrificio o un rito hereje -comentó mientras negaba con la cabeza. Había estado en los suficientes mundos invadidos en mayor o menor medida por el Caos como para saber que no podían esperarse nada al uso. Nadie entendía el por qué hacían así las cosas los traidores, pero muchas veces les funcionaban.

Siguió dándo golpes como podía para abrir la puñetera puerta y casi podía notar como cedía ligeramente, pero aun así ésta parecía resistirse- Gak -dijo mientras sacaba su pistola láser- pues si no es por las buenas la haré saltar por los aires -y volvió a dirigirse a donde había dejado sus cosas para ponerse todo antes de salir.

Escudriñó curioso a Logan, la segunda pregunta había llamado poderosamente su atención y el hombre se relajó en gran medida, incluso se cruzó de brazos apartando sus manos de las empuñaduras de sus armas - ¿los árboles? Son árboles de Nal, pero donde el caos se ha diseminado como una ponzoña los ha vuelto oscuros y poco fructiferos... este pueblo es la frontera con los terrenos dominados por el caos ¿por qué lo pregunta? - varió la postura pero decidió responder a la primera pregunta del explorador - no hay señores feudales ya, todos fueron asesinados o se pasaron al otro bando... el único que es respetado es el hijo de uno de los señores de más influencia - parecía que el hombre se iba convenciendo de que el grupo de extraños era leal al Emperador y su omnipresencia.

-Había... Había árboles de nal en mi mundo-dijo el Tanith, con una ligera sonrisa que dejaba ver un rastro de añoranza y melancolía-entonces... ¿Sigue habiendo nal sin corromper? Y... Por lo que dices, deduzco que no todos los territorios están controlados por esos hijos de Feth. 

Me acerque un poco pero no dije ni palabra, parecía que Logan había empalizado con aquel humano, y no seria yo la que lo fastidiara si podíamos sacar algo.

Parecía que el Tanith había encontrado un punto en común con aquel hombre. Sería mejor dejarle hablar, pues sentía que él generaba cierto rechazo al nativo, y a decir verdad era una sensación compartida. Era Volpone, y su estatus le demandaba poner fin a esta conversación, no obstante decidió esperar para ver qué derroteros tomaba esta.

Necesitaban saber el nombre del hijo del único señor feudal que parecía no era un corrupto, y también encontrar agua y alimento, pero Armand intuía que aquel hombre no contestaría tan a la ligera.

1¿Qué vas a hacer? - preguntó alarmado Liam que no dejaba de mirar a la pelirroja - ¡como saques en lanzallamas o una carga de demolición nos vas a matar a todos! - expresó con un poderoso miedo que se apoderó de él... ahora parecía temer más a la mujer de los Tanith que a los supuestos y anónimos secuestradores

¿Hijos de feth? - repitió con cierta extrañeza - no se tú, pero para mi solo son unos hijos de puta a los que habría que exterminar - respondió con un odio nada disimulado. Miró a un lado y a otro asintiendo quedamente y para sorpresa de los Imperiales, un grupo de más de quince hombres surgió de la nada portando diferentes armas, pero todas de bajo nivel tecnológico; se trataban de ballestas, arcos, lanzas o jabalinas y espadas, ya fueran mandobles o a una mano. El grupo de los recíen aparecidos llevaban el mismo tipo de ropa que el hombre con el que el grupo hablaba, ropas algo raidas, abrigadas y de colores oscuros. Habían surgido de los restos de edificios o del bosque, a lo lejos - Soy Jeremias, del Clan de los Montaraces - dijo con cierta tranquilidad - liberad a los otros - y nada mas decir aquello, uno silbó imitando el ulular de algún tipo de animal o ave - Si, de hecho, estais en el único territorio que no ha caído y si, hay más Nal por las zonas libres de corrupción. No entiendo porque tanto interés con los árboles... 

Stigga, más harta que el resto parecía dispuesta a volatilizar la puerta con una carga de tubo, o con el lanzallamas, pero la advertencia de Liam hizo que la soldado pensará friamente y decidió utilizar su pistola láser. Se encaminó hacía la salida bloqueada del sotano y justo cuando alzó su arma para disparar a las bisagras, todos escucharon, con expectación y cierta tensión como algo metálico era arrastrado, en esencia, fue el mismo ruido que antes pero a la inversa; la trampilla había sido desbloqueada y ya podrían salir si lo deseaban.

Logan observó con respeto como aparecían aquellos hombres. Desde luego, era lógico si lo pensabas. Habían sobrevivido escondiéndose. Pero esa manera de hacerlo parecía propia de los exploradores Tanith. 

-El único territorio que no ha caído...-repitió el explorador, para si mismo. Sí, estaban bien jodidos. 

-El interés por los árboles se debe a que Tanith fue engullido por el caos. Y creíamos que ese tipo de árbol sólo podía encontrarse allí. Es como una pequeña visión de mi hogar-dijo el explorador, con tono duro. A todos los Tanith les dolía hablar de su mundo perdido, pero una explicación para Jeremías no estaría de más.