La guerra contra los Soñadores, paso hace unos cuantos miles de años atrás. Aunque la gente inicio olvidar poco a poco que existieron estas amenazas, aún existen aquellos que aun la recuerdan, aquellos que son de razas tan ancianas como el mismo tiempo. Estas razas continúan con la cacería de los Soñadores y sus seguidores.
Estos grupos de Soñadores y sus seguidores, se agrupaban el grupo de piratas y hordas de bandidos, que aun sometían como olas a los reinos de Hea, aun que tenían éxito, no dudaba mucho su victoria por culpa del Imperio Dorado y sus aliados. Este fue el caso de este grupo de soñadores, que fueron cazados como ratas, siendo empujados al Paso del Sur, donde fueron atacados por todos los francos. Por el Sur, los barcos del Imperio Dorado y por el norte, estaban los barcos del Clan de Dragones. Ambas flotan en un movimiento de pinza, terminaron de masacrar a estos soñadores. Los que sobrevivieron a los primeros ataques, embarcaron en la playa mas cercana y se arrastraron por ella, por el fuego continuo sobre sus cabezas, y todo en un intento de agruparse, pero los hombres de las Montañas Rojas, los embistieron con su caballería. Dejando sin posibilidad alguna de defenderse. Esta carnecería fue por un bien común, a pesar que no se dio la oportunidad de rendirse.
Todo esto fue visto por un joven Salazar, que estaba abordo en un barco, de la Flota del Clan Dragón. Su padre, un noble que estaba a cargo de tres barcos, llevo a su hijo para que aprendiera el arte de la guerra, tal vez en esto le ayudaría a crear un carácter duro. Su padre no era idiota, por eso solo estuvo el tareas de largas distancias. Cuando fue el ataque de la playa, el padre de Salazar embarco en la playa y llevo a su hijo. Donde pudo ver la pila de cadáveres, mientras que los hombres de su padre, matando a cualquiera que aun viviera.
Uno de los hombres del padre, portaba la típica armadura del Clan Dragón de Elite, un color obsidiana y picos como adornos o usados para defenderse a cercanía. estaba matando con su barrote a cualquier superviviente. No importaba si este pedía clemencia o suplicaba. Con sangre fría y sin decir algo, daba un fuerte golpe a sus cráneos y ser enviados con Thanon, para ser juzgados.
Un superviviente fue el particular, ya que se acercó él, para suplicarle en los pies. Este hombre se lo quito con agitarlo y procedió aplastarlo con su pie. Solo una pisada basta para aplastarlo como una uva, pero el padre de Zalazar, aporto a este mismo, para que no viera este tipo de brutalidad. Cunado Zalazar quiso volver a ver, podía ver el mismo hombre limpiar sus zapatos y hablar.
Infelices Soñadores ¡Ya no son como antes! Lo dijo en un tono burlona mientras limpiaba su barrote con sus manos.
Zalzar no sabía que era hasta ahora, estaban el barcos distintos, pero por su voz lo reconoció, tal vez su armadura lo ocultaba, pero sin alguna duda se trataba de su Tío.
El Padre de Zalazar era alguien de piel blanca, cabello morado, ojos morados y un cuerpo en forma. Portaba su armadura negra a igual que sus hombres, esta armadura, estaba hecho de escamas de dragón de la noche, una armadura con propiedades mágicas, buena para repeler el fuego y el hielo. Una armadura perfecta para esta raza de Dragones. El padre de Zalazar era alguien que quiere a su hijo, pero tampoco es alguien muy amoroso, solo hace su trabajo de padre.
Llevo a su hijo a la costa, para que fuera fuerte, pero tampoco era un infeliz, ya que todo este tiempo llevaba a Zalazar a su lado y no lo aparto. Cuando su Tío aplasto a un superviviente, el padre lo aparto con sus manos. Con el objetivo que no se ensuciara de sesos y no viera eso. Tras apartarlo, el padre se le grito en un toco seco a su hermano.
¡¡No tan brutal Groimer!! Aparte de decirle fuerte, el padre de Zalazar mostro sus dientes a su Hermano.
Groimer el tío, mientras se limpiaba su bota, escucho a su hermano gritando y mostrar sus garras. El lugar de enojarse, Groimer se acercó a su hermano y le dio una palmada en en el hombro, el modo juguetón.
Calma hermano, ¡Es que me gusta el sonido del Crack! AHAHAHA Tras Darse sus carcajadas con su hermano, le agito el cabello a su sobrino que estaba ahí.
Aparte que, si tanto te preocupa tu cachorro, no lo hubieras traído. Dijo esas palabras un poco serías a su hermano, para luego quitarse su casco y mostrar su rostro. Se trataba de alguien mayor, mucho mayor a su hermano y la cara que tenía, era del jefe de la casa noble. Una casa antigua y dedicado a la guerra, aunque los hermanos menores se encargan de tareas burocráticas y de hogar. Pero el tiempo de guerra, el hermano mayor toma a uno de sus hermanos para traerlo al frente. Esto porque les tenía más confianza. Su mirada no era del tío divertido, eso solo lo mostraba en casa, ahora es alguien más. Sujetando al padre de Zalazar de su hombro, apunto con el dedo a una colina, para al momento hablarle en su tono serio y frio.
-Sube a esa colina y termina el trabajo. Era una orden mas de superior, que de hermano.
El padre se relajo con su hermano, dio un suspiro y aceptar con la cabeza, a la orden de su hermano. Tomo a Zalazar de su espalda y se lo llevo.
-Ya lo escuchaste, vamos. El padre, junto a un par de sus hombres y Zalazar, fueron a la colina mencionado por el tío.
Los cuerpos eran apartados por la magia de viento y aquellos aun vivos, eran asesinados al instante. Por reojo, Zalazar podía ver como iniciaron a usar magia de fuego sobre montaña de cadáveres. Esto era una forma de evitar enfermedades y rematar que algún afortunado. Usar la magia sobre posibles supervivientes, venía el riesgo de ser repelidos y recibir el daño de su propio hechizo, por eso se hacía esto primero de matar, antes de quemar los cuerpos.
Los cuerpos tenían formas humanoides, desde humanos, hombres bestias, hasta uno que otro elfo y enano. Las armaduras de los soñadores era color carmesí y el color de los hombres de las Montañas Rojas, portaban un color violeta Sin importar si se resistía o no Zalazar para ver el paisaje, el lugar a olor de sangre y agua, inicio apestar poco a poco
llegar arriba, el padre de Zalazar se limito a dar ordenes a sus hombres y estos hicieron caso. Mientras que se quedo junto a su hijo. Puso su cabeza en la cabeza y hablo tranquilamente.
-Mira hijo, esto es lo que causa la guerra, evitarla es lo principal que tienes que hacer, Pero cuando se trata del mal puro, no se puede hacer algo, solo puedes aniquilarlos. Luego de esas palabras, el padre le dio un cuchillo a su hijo. Tu tienes que hacerte fuerte, el clan dragón no ha sobrevivido por debilidad, a sido por ser fuertes. Su mano de la cabeza, lo cambio por la espalda y empujo a Zalazar, a uno de los supervivientes que aun pedían clemencia.
Al superviviente que te acerco su padre, se trataba de alguien con rasgos de las razas de Terra. Si no fuera por el color de sus ojos, que son amarillos. Su armadura es de hierro y bañada de su sangre, en su pecho tenía la insignia de los Soñadores. Aun que los Soñadores llegaron usar armaduras de gran calidad y muchos materiales, ahora el mayor lujo son las armaduras de hierro y con runas mágicas para protegerlas.
Este hombre, a pesar de tener una espada en su mano, no podía hacer algo, ya que no tenía ni las fuerzas para levantarla y si lo hiciera, el padre de Salazar lo acabaría tan rápido, que aun podía hablar, sin darse cuenta que ya esta muerto.
Piedad señor, tengo una familia. Este hombre le dijo al padre de Salazar, pero su mirada cambio al pequeño Salazar, que por estar el rodillas, estaba de su mismo tamaño y sus ojos se cruzaron. Los ojos de alguien con miedo.
Ya puedes postear Salazar.
Guerra, muerte, batallas sangrientas que llevaban a pilas de cadáveres de personas que fueron incapaces de continuar luchando contra sus enemigos... ¿Realmente valía la pena tanto esfuerzo? ¿Cuántas vidas tenían que caer para llegar a un fin...?
-... -si bien intentaba reprimir sus reacciones, para el pequeño Salazar le era imposible no sentirse estremecido ante el sonido del cráneo crujiendo bajo la bota de su tío. Debía ser fuerte, lo sabía, pero eso no lo hacía más sencillo.
En silencio, escucharía el intercambio de palabras entre los mayores, antes de ser llevado por su padre al campo donde le enseñaría la crueldad de la guerra, dedicándole aquel argumento que explicaba su punto de vista sobre porque era necesario todo aquello: no era cuestión de buscar la guerra, era cuestión de sobrevivir cuando ella viniese...
-El clan dragón no ha sobrevivido por debilidad, ha sido por ser fuertes... -se repitió mientras sujetaba el cuchillo, mirándolo antes de cruzar miradas con aquel hombre suplicante: podía ver el temor en sus ojos, el miedo a perder la vida tras haber luchado ferozmente con todas sus fuerzas, emociones que solo se podían alcanzar en el campo de batalla... Y aun así Salazar no dudó, empuñando su cuchillo para apuñalar al hombre en el cuello y, tras unos largos segundos durante los cuales no le quitó los ojos de encima, sacar el arma y permitirle alcanzar su muerte: esos últimos instantes mientras la vida se desvanecía de sus ojos fueron significativos para el chiquillo. -. Este hombre no hizo nada malo, ¿cierto? Solo... Estuvo en el bando equivocado... -aseguró Salazar, mirando nuevamente su cuchillo ensangrentado, antes de buscar la mirada de su padre.
Acuchillar al soldado, solo broto algo de sangre, había perdido tanta sangre, que aun que le cortaron el cuello, este apenas broto algo. Aun que el cuchillo seguía manchado. El soldado ni siquiera hizo el intento de cubrir su herida, provocando que se desplomara de boca, dejando su mirada a la derecha suya.
El padre se quedo con las manos cruzadas, miro como su hijo que le dio el cuchillo, no se acobardo y mato al hombre sin pensarlo. Tras cometer la ejecución. El padre se acerco a su hijo y le dio una palmada.
Bien hecho. Escucho a su hijo, mientras tomo el cuchillo de sus manos, la limpio con su brazo, para luego regresarlo a Sala zar. Que este sea tu orgullo. Aparte de dejar el cuchillo, le dio su funda. El padre tomo la cabeza de su hijo y mirarlo con mucho orgullo. -Uno toma su destino, este hombre sabía que estaba haciendo, tu debes tomar tu destino. Con su gran dedo, toco el pecho de Salazar.
Paras Salazar:
Arma | Daño | Alcance | Extra: |
---|---|---|---|
Cuchillo normal de Escamas de dragón | 1d6+2 | Alcance 0 | Resistencia 100 |
Y tienes su funda:
Equipamiento | Nombre: | Absorción | Extra |
---|---|---|---|
Cadera | Funda de cuero | Absorción 0 | Resistencia 30 y estorbo 0 |
Los hombres del padre, seguían haciendo su trabajo. Cuando terminaban de matar a los supervivientes, tomaron sus cuerpos y los iniciaron agruparlos, formando de nuevo estas montañas de cadáveres.
Algunos variaban de armas, unos usaban espadones, otros espadas de dos manos, arcos largos, ballestas pesadas, lanzas largas y poderosos bastones mágicos. Si estos vencidos, se hubieran enfrentado a la gente de Salazar, no había duda que sus cuerpos fueran de una pieza, le seguro no hubiera quedado nada de ellos, mas que carne molida.
Uno de los hombres, llego del costado izquierda de Salazar y su padre. El sonido de su armadura era pesada y el sonido del metal chocando, era claro que el sigilo no era lo suyo, por eso el padre lo miro en el acto y este se paro. Se puso derecho y hablo con voz era de alguien que no sabía que decir, como si le tragaban las palabras.
Mi señor, encontramos algo... Interesante. Señalo al lado izquierdo, donde se encontraba cuerpos aun sin amontonar.
Volteo ver al su hombre. Era la mirada de alguien fría, seca y dura. Por eso el soldado se paro y se trago saliva. Se quedo el silencio, para escuchar a su hombre. Cuando este termino, tomo de su hijo en el hombro y con su voz, exclamo fuerte.
-¡Espero que no sea una pérdida de mi tiempo! Su voz aparte de fuerte, era de alguien dominante. Una voz que no se lo muestra a su hermano y hijo. Igual puede ser que este soldado, llego interrumpir un momento de padre y hijo. Pero igual, no había mucha diferencia con carácter, es alguien seco y frio con sus hombres.
Elevo su mano y secamente dijo. -Guiarme.
El hombre guio a los dos, a donde se encontraban un grupo de cuatro personas. Este grupo de personas estaban mirando un cuerpo, un cuerpo con ropajes color rojo y café. Estaban ensangrentados y tenían un fuerte olor al desconocido de Salazar, era un olor penetrante, era como sudor o sangre. Mientras los cuatro hombres mientras miraban al cuerpo, estaban hablando, sus armas estaban ensangrentadas y en sus manos libres, cargaban con botellas vacías. Cuando Salazar y su padre llegaron, pusieron sus espadones en la tierra y se pusieron firmes. Aunque no era lo único, uno de los hombres cargaba con un saco de tela blanca, manchada de café y rojo.
Cuando llego el padre de Salazar, los hombres se pusieron firmes y recibieron con respeto su jefe. El hombre con el saco de tela blanca, fue el primero el hablar.
¡Mi señor! Encontramos una súcubo. Señalo el cadáver que tenia en sus pies. A pesar de estar herida, dio batalla. Aun que magia no nos hizo efecto, gracias a los casos, pero la perra quería rendir y nos dio batalla. Mostro su mano, su armadura tenía una marca de rasguño, era lo suficiente profunda, que llego a la piel del soldado. Si no fuera por lo fuerte que es la pie, le seguro que le hubiera cortado. Así que le lanzamos agua vendita, para matarla. Salazar no sabía mucho de pociones, pero estaba seguro que la agua bendita, es un especie de acido para demonios, especial para los de baja categoría, que es un ardor y sufrimiento, que lleva cualquier demonio a su muerte. Lo mas raro, fue que podía haber escapado, pero opto por quejarse, así que tras matarla, fuimos su razón y la encontramos. Extendió su mano donde estaba el padre de Salazar para que lo viera o agarrara. Pensé que sería útil... Para el profesor.
El bulto claro que dejaba un ruido, el sonido de un bebe el llanto. Salazar ya tenía la edad de que se trataba, pero no lo podua confirmar. El medio de esta masacre, se encontraba esto.
Cuando llego, su mirada fue penetrante a sus hombres, se quedo escuchando, pero cuando escucho que una súcubo, puso una mueca de desagrado al cuerpo y a sus hombres. Cuando el soldado acerco el bulto. Este le arrebato la manta y vio su contenido.
-Ya veo Puso su mano en el mentor y volteo ver a Salazar. El mal nace, el mal debe ser aniquilado. Esto es las consecuencias de escoger mal tu destino. Tomo el saco y se lo dio a Zalasar, para que lo cargara.
Decide su destino... Hijo. Con las manos ocupadas cargando el bulto, el padre de Salasar saco su cuchillo en su lugar y se lo puso en la mano izquierda.
Ya puedes postear Salazar
-Matar o dejar vivir al bebe
El destino resultaba ser cruel, forzando a las personas a tomar decisiones que igual querrían evitar en nombre del país en el que nacieron: el padre de Salazar tenía razón al decir que debía huir de la guerra, ¿pero cuánto podría hacerlo antes de que le alcanzase...?
Incluso ahora, la vida le mostró como aquel mundo podía poner en una situación de vida o muerte hasta el alma más inocente, viniendo en forma de un pequeño bebe que, dado lo sucedido, estaba ahora en manos del joven chico decidir si vivía o no.
-... -mientras con una mano sujetaba firmemente el cuchillo, y con el otro el saco que sujetaba el bulto, Salazar se cuestionaría momentáneamente lo que tenía que hacer, y no seria tras unos segundos de ver fijamente esos ojos amarillos que simplemente bajaría el cuchillo. -. Él aún no ha escogido su destino -declaró a su padre, demostrando que no tenía intenciones de acabar con esa vida.
El padre se quedo con las manos cruzadas a la decisión de su hijo. Tomo al bebe y se lo dio a uno de sus hombres.
-Enviarla con el profesor, será un buen material de estudio. Le toma de la cabeza y lo acaricia. Mostrando afecto al su hijo, para luego agacharse y arrodillarse a su altura. Para mirarle afrente de los ojos.
-Espero, que hayas escogido correctamente tu destino.
Tras eso, padre y hijo, bajan de la colina llena de cuerpos y cadáveres.