La mujer sonríe a Don Antón, Roderigo y Aleixo
- Es... un verdadero placer. Gracias a todos. - y escucháis como ordena a su comitiva - Jaime y Pascual, cargad los cadáveres en uno de los carros, haced hueco para los difuntos en él y que las hermanas suban a otro carro. Yo iré a caballo.
No hace falta que ayudéis a cargar a los muertos pues en seguida, los tres hombres empiezan a cargar los carros y en seguida está todo preparado para partir, cosa que hacéis en ese instante.
Empatía: La mujer está terriblemente nerviosa(lógico por otra parte dado el día que lleva). Pero pese a ello, no deja que los nervios la dominen, es una mujer con una voluntad firme como una roca.
Así pues camináis/cabalgáis con destino a Castrojeriz, que ya no está lejos, con la esperanza de no volver a véroslas con esos bandidos o de no tener ningún otro percance en este viaje, al menos por una vez.
Claro que Don Carlos mientras cabalgáis no deja de mirar a un lado y a otro del camino, pese a ir a pie marcha en vanguardia todo el camino, deseoso de ver rastro de los forajidos.
Siguiente escena.