Partida Rol por web

- De acuerdo entonces. Iré a acompañar a Doña Luisa de vuelta al castillo, tened cuidado mis fieles amigos pues en nada confío en temas de brujas. Mi abuela siempre decía que bajo las apariencias de este mundo lógico y visible hay un submundo poblado por extrañas criaturas acechantes, cuya única finalidad es corromper la naturaleza buena per sé del ser humano...- dice desvariando mientras se aleja.

- Doña Luisa, tomad mi brazo y pasead junto a mí, dejad que os lleve ese pesado jarrón - dice el hidalgo mientras ambos se alejan tras aceptar de buena gana la mujer, señal de que en verdad aquel jarrón pesaba.

El muchacho esperó a que Don Carlos y la dama marcharan, cuando les vio irse el muchacho echó a correr entre los visitantes del mercado.

Escuché los desvaríos de Don Carlos, pensando que al pobre hombre le estaba atacando la senilidad a una velocidad pasmosa. Entre amoríos, locuras y heroicidades diversas cada vez estaba más convencido de que lo que le ocurría al hidalgo es que se había vuelto loco.

- Vayan con Dios - les dije a higaldo y a la dama mientras se alejaban.

Entonces el brinboncillo de los caballos no supo contenerse y ante el miedo que le provocaba la situación echó a correr tratando de escabullirse entre las gentes.

- Serás malandrín - exclamé.- ¡Como te coja te vas a enterar!

Y eché a correr detrás de él, tratando de no perderle de vista, aunque con tanta gente no era tarea fácil.

El muchacho salió corriendo pero el de Muel era condenadamente rápido y en pocas varas le dio alcance saltando sobre él. Francisco quedó perplejo

- Por favor señor! no me hagáis daño! lo siento.... pero tengo tanto miedo de esa puta bruja! - decía el chico mientras el resto se acercaba a donde el de Muel montaba al chico cual caballo. La gente miraba sorprendida la escena. Sin saber qué ocurría con exactitud.

Don Antón no aflojó su mano, en cambio le miró fijamente con el ceño fruncido pero sus palabras no denotaban enfado.

-Francisco, no es necesario que nos lleves hasta su puerta. LLévanos hasta donde se vea su casucha ella no tiene por que verte con nosotros. Además por muy bruja que sea no convertiría en sapo a un crío como tu y menos cuando le ha dado su...-un escalofrío recorrió la espalda del noble. ¿Por que le daría una caballo como ese al chico?¿Para quien era en realidad? Algo estaba ocurriendo y no le gustaba nada-Muchacho mas te vale no tratar de engañarnos, llévanos presto hasta el lugar-le dijo seriamente sin soltarlo. No lo soltaría hasta que llegasen pues tenía que hablar con la anciana.

Compungido el chico asiente mientras relata- no soy mala persona mi señor, ni mucho menos un ladrón. Soy buen cristiano... doy limosna a los necesitados cuando puedo. Esa bruja mis señores- dirigiéndose a todoso vosotros -se dice, se dice... que tiene tratos con el Diablo. Yació con él la muy puta y le nació un hijo deforme y asqueroso, llamado Onofre. Ese subnormal sólo come carne cruda - dice mientras os guía al bosquecillo -y no habla sino con extraños signos y gruñidos. Todos evitan ir al bosquecillo -susurra mientras dejáis el mercado en dirección al bosque -aunque yo creo que va mucha gente a verla, porque se dice que fabrica filtros de amor, que hacen enamorar a hombres y mujeres por igual , malogra en el vientre de las madres a los hijos no deseados y es una excelente sanadora.

Y si eso es asi... ¿como es que tuviste el valor o la compostura de aceptar ese caballo?-le increpó Antón- si lo que dices es cierto bien podría estar maldito y ahora tu futura señora tiene un corcel bendecido por el señor de los infiernos-las ganas de abofetear a aquel muchacho incrementaban pero se controló- Llévanos a donde se encuentra esa bruja para poder deshacer este entuerto y quiero que me cuentes todo lo que sepas de esta mujer y de su hijo.

El muchacho conseguió escabullirse entre la gente y lo perdí por un momento, aunque Don Antón parecía que tenía claro dónde iba y la gente se apartaba para dejarle pasar... es lo que tiene ser un noble de brillante armadura... Finalmente conseguí pasar entre la gente y vi cómo mi señor había conseguido agarrar al muchacho.

Enseguida llegué hasta donde estaban y no pensaba dejar pasar aquella afrenta, no señor.

- Tú quién te has creído que eres, muchacho estúpido - sin pensármelo dos veces le solté un sopapo en la cara, se lo tenía bien merecido.- Si mi señor te dice que te estés quieto, te paras y punto ¿estamos? Y ahora sé bueno y haz caso a mi señor, llevanos a la casa de esa bruja - le di una colleja.- ¡Y no llames puta a esa pobre mujer!

Samuel, agarra al muchacho-dijo Antón molesto por no poder disponer de su brazo izquierdo- Nos va a llevar hasta donde vive esa anciana y después lo dejaremos marchar, ¿de acuerdo?-mas que a Samuel se lo decía a Francisco para que no intentase otra jugarreta.

Aleixo llegó unos segundo después. No tenía intención alguna de perseguir al muchacho por lo que apenas hizo ademán de moverse más rápido de lo que la caminata de un hombre diera de sí. Se sentía limpio y liviano pero no consideraba el asunto tan importante como para azorarse.

Al arribar ya vio a Samuel dándole de lo lindo al chico por haber huido... y si bien su primer impulso fue de reprender al vasallo por ese comportamiento luego prefirió quedar callado y dejar que la vida educara a ese chico como se merece. Salir pitando Mercado abajo cuando andas con nobles no es cortés. Así aprenderá...

- Así que la bruja es una sanadora con un hijo deforme... - afirmó Aleixo con gesto impertérrito. - Me parece que si hubieras visto una bruja de verdad tus piernas apenas se habrían podido mover por el miedo. Ahora camina...

El muchacho aguantó la bofetada y los zarandeos estoicamente, sin duda por ser alguien poco más que acostumbrado a ese tipo de trato y os guió sin rencor hasta el bosquecillo...