Partida Rol por web

- Calma, calma - dijo el enorme Vostroyano - Arlesha tiene razón en que se dijo en la reunión que haría frío, por lo que es responsabilidad de todos y cada uno el no habernos reunido a discutir lo que haríamos. Vale que no sé qué podíamos sacar en limpio salvo lo obvio, que serán Arlesha y Tauron los que haben con los políticos y que Tercio y yo parecemos los mñas indicados para hacer preguntas a los militares... - sonrió - eso y que tendríamos que usar ropa de abrigo. Itsua, tanto si gue uno de tus jueguitos, como si realmente crees que Arlesha buscaría ventaja poniendonos en riesgo, el comentario y el tono estuvieron de más. Si comenzamos a sospechar que el otro nos pisará la cabeza para sobresalir, terminaremos pisoteandolos para sobresalir nosotros. - su sonrisa se volvió lobuna y acercó la cabeza al resto todo lo que el arnés se lo permitió, creando una atmósfera conspirativa que acentuó dejando que sus palabras resbalaran como si fuera un susurro - Dejen que les cuente algo, en el campo de batalla, el primero en asomar la cabeza es el primero en perderla; y si me preguntan, la inquisición parece una guerra de serpientes en la que nosotros somos meros huevos de cascarón blando. Si no trabajamos juntos, en todo, moriremos... o peor.

Ignoro las discusiones de mis compañeros y rezo para mis adentros mientras todo posicion para desembarcar. Luego me giro hacia las Sororitas y me despido amablemente:

 - "Muchas gracias por todo, Hospitalaria. Nuestro viaje ha sido muy agradable gracias a las atenciones de sus hermanas. Le agradezco. El Emperador velará por nosotros de ahora en adelante."

Finalmente me preparo para poner mi pie en la superficie planetaria.

La misión daba comienzo. Los demás ya habían embarcado, y se habían sentado en los incómodos lugares que les fueron asignados. Unos minutos depués estarían pronunciando sus acostumbradas plegarias al emperador, cuando la nave se soltara de la Negra Esperanza.

Lazerus-20-Silon apoyó la palma de su mano, recubierta de implantes, en el mampro del enorme artefacto espacial, casi con ternura. Aunque los demás no sabían nada, y posiblemente jamás lo supieran, Lazerus había vivido mucho dentro de la panza de aquella nave, en los pocos días que habían viajado a bordo.

[Volveré a verte, pequeña] dijo en voz baja, si bien su vocabulizador artificial hizo resonar el chasquido más de lo que él hubiera deseado.

Lazerus se montó en la pequeña nave de transporte, realizando el signo de la bendición del Omnisiah.

Espero que te comportes tan dignamente como tu madre pensó al verla, mientras él mismo tomaba asiento. Como imaginaba, los demás ya estaban discutiendo acerca de los pertrechos de la misión. Lazerus se resignó, y vovlió a encerrarse en su mundo inerior, un mundo de máquinas y artefactos, programas y ciencia. El mundo del Mechanichus...

CONTINUA EN LA ESCENA SEPHERIS SECUNDUS.