Partida Rol por web

- No soy ningún héroe ni soy merecedor de brindis alguno, Tauron Faith - dijo el psíquico seriamente -. No hice sino cumplir con mi deber, como el resto de los aquí presentes y aún así no fue suficiente. Y no hablo por la vida de Lazerus pues todos somos conscientes de nuestro deber y obligación y del valor de nuestra vida. No, hablo de la huída del Cirujano, quien además robó el cuerpo de nuestro hermano con oscuras y heréticas intenciones. A la suma de nuestro fracaso debemos añadir la corrupción a la que será sometido ese cuerpo no recuperado. Pero hemos aprendido. Con sangre y fuego. Y esta lección debe perdurar. Nos hemos adentrado en nuestras misiones con la inconsciencia de los novatos, ansiosos por pelear y demostrar nuestra valía contra el Caos y la Disformidad, como guerreros aptos contra la Herejía. Ha primado nuestra individualidad, no se ha respetado la autoridad establecida, se han criticado abiertamente las acciones de unos y otros, hemos improvisado y, aún así, hemos avanzado. Todos somos responsables del fracaso. Y ciertamente el Emperador debía estar mirándonos para haber concluido del modo en que lo hemos hecho. No sé si merecíamos sobrevivir, pero esta es una oportunidad para enfrentar el futuro de otro modo, tanto si peleamos juntos como si somos trasladados a otras células.

- Tras la cena todos se retiran a descansar.

193.810M41.

MAÑANA DEL DIA SIGUIENTE.

Los servidores os despiertan a una hora temprana.

Tras las oraciones matutinas al Emperador y el desayuno sois conducidos a la sala de reuniones, donde os espera el Adepto Asclates con semblante severo.

- "Ha llegado el momento de hablarles sobre la pasada misión en la División Coscarla.

Por un lado, les alegrará saber que tras un mes de análisis e interrogatorios se ha determinado que no han sucumbido ustedes a la corrupción ni a la locura. Siguen siendo puros y se les considera acólitos leales.

Mis opiniones y simpatías personales no cuentan ahora, tan sólo soy un Acólito de rango intermedio al servicio del Lord Inquisidor Zerbe. En este momento hablo con la voz de nuestros superiores.

Siendo ustedes acólitos leales, extraña su fracaso en su última misión. Este fracaso es, lamentablemente, una mancha oscura en su historial. Tienen en su haber una misión cumplida con éxito en la Mina Gorgónida, y ahora una misión fracasada en la mismísima capital del Sector.

Individualmente, sus capacidades personales han demostrado estar a la altura de lo que se espera. Son valientes, arrojados y personas de recursos.

El motivo esencial de su fracaso estriba en que siguen actuando como individuos y no como un equipo bien consolidado y compenetrado. El liderazgo, o la falta del mismo, ha demostrado ser en este caso un escollo insalvable.

Pasemos a examinar el comportamiento de cada uno de ustedes:

- Agente Arlesha Rais: En un arreglo bastante extraño, su grupo decidió que usted sería la líder en todas las situaciones excepto las de combate, en las que el líder sería el Guardia Ostrogov. Como la eligieron, creyó que debía consensuar con los demás acólitos todos los aspectos de la misión, incluso los más triviales. Al hacerlo, minó su propia autoridad como líder y perdió credibilidad ante sus compañeros. Su decisión de dividir el grupo resultó ser poco afortunada. Con pocas horas de Ciclo Diurno restante se arriesgó en busca de la testigo Lili Arbest. Esa parte no fue del todo inútil pues arrojó algunas pistas, pero se entretuvieron demasiado y usted no reaccionó cuando el Magistratum local obligó a retirarse a su hombre de vigilancia, Tauron. Eso redujo aún más su grupo.

Fue emboscada por dos abominaciones cuando la acompañaban sólo Tercio y Arlan. Ambos sucumbieron al miedo y la abandonaron a su suerte. Arlesha confió demasiado en sus propias capacidades individuales y se enfrentó en solitario a dos seres físicamente superiores. El resultado es que fue derrotada y, peor aún, capturada, con lo que la misión fue comprometida. Afortunadamente, parece que no fue interrogada, pero los Logitivistas hubieran podido hacerla hablar fácilmente, usando su gusano de control neural. Eso hubiera supuesto un desastre.

En conjunto, un liderazgo pobremente inspirado y constantemente cuestionado y puesto a prueba. Exceso de confianza en sus propias capacidades. El resultado fue que estuvo a punto de morir y que ha recibido implantes de órganos artificiales presumiblemente heréticos, con el riesgo de contaminación que ello supone.

- Neonato Probatorio Arlan Hex: Mostró cobardía frente al enemigo, fracasando en su cometido de proteger a su líder.  Un fallo muy grave. Posteriormente fue útil al grupo mediante una serie de acciones individuales acertadas y manteniendo la calma.

Debe aprender a controlar el miedo. Muchos de los enemigos de la Humanidad son pavorosos de contemplar. Le recomiendo encarecidamente que fortaleza su alma frente al temor al enemigo.

- Iniciado Tauron Faith: Se le permitió continuar en la célula inquisitorial pese a no haber demostrado anteriormente se apto por no ser capaz de completar el adiestramiento más básico que debe tener todo Acólito. Se le dio una nueva oportunidad como aspirante a prueba. ¿Y qué hizo durante la misión? Exponer y poner en peligro al grupo y a la misión en su conjunto no una, sino dos veces. Un Acólito debe saber cuando mantener la boca cerrada y no revelar alegremente y de forma innecesaria su pertencia al Sagrado Ordo.

Este es el fallo más importante que he encontrado en el grupo. Personalmente no puedo recomendar su aceptación final en el Ordo. Supongo que el Círculo Interior querrá permitirle que se examine de nuevo, tenemos pocos sacerdotes y nos son necesarios. Además, de fracasar y volver a la Eclesiarquía es probable que nos guarde rencor para siempre y que ingrese en la orden de los Cazadores de Brujas, una organización de fanáticos dentro del Ministorum que a menudo causan más mal que bien con sus métodos inflexibles.

- Lazerus-20-Silon: Todo lo que voy a decir de él es que murió al servicio del Emperador. No existe mayor honor para un Acólito. Su nombre será inscrito en el Libro en letras de oro.

- Tercio Veridio: Demostró tener excepcionales dificultades aceptando el liderazgo de otros. Al igual que Hex, mostró cobardía ante el enemigo, abandonando a su líder, la Agente Rais, a su suerte. Fallos tremendamente graves.

Posteriormente demostró un heroismo ejemplar en acciones individuales contra el enemigo, destacando claramente en el combate. Esto tal vez hubiera podido compensar en parte sus fallos anteriores, excepto por el último y peor fallo de todos. Asumió el liderazgo, y durante su mando perdió a uno de sus hombres. Ni siquiera su cuerpo pudo ser recuperado.

Acólito Veridio, espero que no podáis perdonaros a vos mismo hasta que os hayáis expiado mediante incontables actos heroicos al servicio del Trono, culminando con éxito infinidad de misiones. Yo, desde luego, no puedo perdonaros y, aunque os permite permanecer en su seno, el Sagrado Ordo no olvida que vuestro nombre está manchado y que tenéis una deuda que os costará mucha sangre poder pagar.

- Guardia Vladymir Ostrogov: Debéis saber, Guardia, del valor de la humildad. En vuestro informe casi pareciera que vos sois inocente de todo fallo o error y que toda culpa recae sobre vuestros compañeros Acólitos. Ese tipo de actos no gustan al Sagrado Ordo, pues cada cual debe admitir sus faltas, para poder expiarlas.

Mantuvisteis en jaque a vuestra líder, la Agente Rais, cuestionando públicamente su autoridad en medio de una misión. Algo inadmisible.

Hicisteis un uso malo y temerario de explosivos, en detrimento del grupo. Un error de novato, de recluta patoso que aún no ha superado su periodo de instrucción ni jurado ante el Aguila derramar hasta la última gota de su sangre, si fuere necesario, por el Imperio. Eso debilitó al grupo, siendo uno de los factores que impidió ulteriormente el cumplimiento pleno de la misión.

Peor aún, siendo del grupo el Acólito mejor entrenado para el combate, y siendo vuestra misión proteger al resto, permitisteis que os derrotaran en combate de forma temprana, siendo después un lastre y un estorbo. Vuestra ayuda hubiera podido ser clave en el último combate de la misión, pero tontamente permitisteis que os hirieran e incapacitaran. Fracasteis en vuestro cometido de salvaguardar al resto en una situación de combate. El Ordo espera que eso no vuelva a suceder." -

- "Dicho esto, Acólitos, es mi deber comunicarles una mala noticia. El Lord Inquisidor tenía mucha fe en esta célula, pero ustedes le han defraudado. Por ello, ya no forman parte del Séquito del Lord Inquisidor. Esta es desde ahora una célula huérfana a la espera de la asignación al servicio de otro Inquisidor que quiera aceptaros.

Si dicha aceptación no llegara a producirse en un plazo de seis meses, o si volvieran a fracasar, seguramente se les dividiría y reasignaría por separado a diversas células inquisitoriales, en las que fuera posible aprovechar sus talentos individuales.

Se suspende por el momento cualquier posible privilegio del que pudieran gozar o ascenso al que pudieran optar. La siguiente misión que se les asigne será clave para su futuro.

Hasta que se sepa algo más, se me ha ordenado entrenarles lo mejor que pueda durante las próximas cuatro semanas. Su entrenamiento comenzará antes del almuerzo y será intensivo, extendiéndose a dieciséis horas al día.

Debo comunicarles que se abre la opción a cualquiera que lo desee de adoptar una nueva identidad principal o recibir cirugía plástica para alterar su aspecto al objeto de obtener una nueva identidad. Esto no es obligatorio, simplemente una opción abierta." -

Durante las siguientes cuatro semanas, la célula inquisitorial es entrenada intensamente por el Adepto Asclates.

PRIMERA SEMANA:

- Arlan y Arlesha se someten a un entrenamiento que consiste en un durísimo castigo físico. Los objetivos son algo distintos, pero los métodos de entrenamiento son crueles y dolorosos.

- Tauron se enfrenta a miles de pruebas psicotécnicas, de memoria, de cálculo y de lógica. El objetivo es agudizar su mente.

- Tercio: Utilizando serv¡dores vocoparlantes y la intensa y paciente ayuda del Adepto Asclates, el Proscrito se entrena en la difícil arte de la lectura y la escritura. El conocer ya el alfabeto Vulgar le resulta muy útil.

- Vladymir aprende de Asclates los sistemas, esquemas de pensamiento y métodos que le permitirán en un futuro aprender cualquier lenguaje en clave inquisitorial. La inmensa mayoría de células usan esos lenguajes inventados y personalizados para mantener privadas sus comunicaciones.

Durante su semana de entrenamientos Tercio a veces se quedaba meditabundo pensando en las palabras del Adepto Asclates.

"Siempre estaré manchado... Siempre estaré manchado... Pero mejor eso que estar muerto..."

SEGUNDA SEMANA:

- El Adepto Asclates le enseña a Arlan técnicas de meditación, algo muy apropiado para un psíquico. Esas técnicas permiten al cuerpo recuperarse rápidamente del cansancio, y en menor medida, para resistir las sensaciones de dolor o privación de alimento y bebida.

- Arlesha practica el combate con armas cuerpo a cuerpo utilizando para ello servidores de combate.

- Tauron se examina de nuevo de códigos inquisitoriales básicos. Una vez más suspende y se le advierte de que sólo le quedan otras dos oportunidades.

- Tercio practica incansablemente el tiro al blanco en la sala de tiro, utilizando rifles, pistolas y escopetas.

- Vladymir se familiariza con el uso de pistolas de proyectiles sólidos.

TERCERA SEMANA:

- El Adepto Asclates enseña a Arlan a fijarse en los detalles y a anticipar problemas.

- Tauron fracasa una vez más en su examen de códigos. La situación es muy preocupante.

- Tercio practica con cerraduras, alarmas y sistemas de seguridad.

- Vladymir escucha antiguas cintas de audio de la Guardia Imperial.

CUARTA SEMANA:

- El Adepto Asclates enseña a Arlan la ancestral técnica marcial para ponerse en pie de nuevo cada vez que es derribado.

- Tauron se examina por última vez de códigos inquisitoriales... y fracasa... Asclates le informa de que en breve le recogerá la Lanzadera Negra, pues a partir de ahora pasa a depender de los servicios centrales del Ministorum en Scintilla. Le recuerda que ha jurado mantener el secreto de todo cuanto sabe sobre la Inquisición, y que si rompe su juramento será objetivo del Oficio Asesinorum.

- Tercio practica su simpatía ante el espejo.

- Vladymir se somete a un cruel entrenamiento físico para reforzar su cuerpo.

Despues de fallar por ultima vez el examen, me dirigí en silencio hacia mi habitación, donde recogí todas mis pertenencias para irme de ese sagrado lugar. La verguenza me corroía por dentro y en un principio culpé a la Inquisición por sus absurdas pruebas y su mal criterio al eliminarme por tan pequeña e insignificante causa. Luego los culpé por haberme sacado de Veneris y haberme hecho perder mi tiempo y parte de mi salud en este oficio. Finalmente acepté que la unica culpa era la mia, al no estar a la altura de lo minimo que se requiere para servir en la Inquisición, por lo tanto solo era que yo no soy digno para estar aqui.

Ya más en calma y con la serenidad de vuelta, con mis pertenencias al hombro, me dirigí a donde estaban reunidos mis otrora compañeros. Una vez frente a ellos y ante las miradas extrañadas de quienes notaron mi mochila al hombro, comence a hablar:

 - "Amigos, lamentablemente he fallado los examenes de los codigos Inquisitoriales por ultima vez. Ahora abandono para siempre a la Sagrada Inquisición y abordaré una Lanzadera Negra para llegar a Scintilla. Me quedaré ahi pues no quiero llegar contando de mi derrota a Veneris. Creo que puedo hacerme una buena vida en el Ministorum de Scintilla. Aunque el Adeptus Asclates no lo crea, no me uniré a los Cazadores de Brujas, pues no le guardo rencor alguno al Sagrado Ordo. Quisiera hacer bien mis oficios, contar la palabra del Dios-Emperador y comunicar su Fe. Otra de las razones por las que quiero quedarme en Scintilla es porque ebulle de herejes que merecen un castigo y quiero estar ahi para detenerlos si es que está en mis manos. Les aseguro que guardaré el secreto de la Inquisición y recordaré con afecto a cada uno de ustedes. Les deseo mucha suerte en sus carreras, que estoy seguro volverán a brillar como el sol que nos recibió al salir de Gorgonida aquel dia. Pueden contar conmigo como un colaborador desinteresado si alguna vez necesitan ayuda civil o de la Eclesiarquia. Me despido de todos ustedes y les deseo sabiduria, que dura más que la suerte, y eso es algo que nosotros ya comprobamos. La luz del gran y amado Dios-Emperador los iluminará por siempre y espero volver a verlos alguna vez, aunque deba fingir que no los conozco, mi corazón se regocijará de contemplarlos haciendo lo que yo no pude."

Me pongo mi mochila al hombro y levanto la mano para despedirlos una vez más.

 - "Adios Acolitos. Les deseo mucha felicidad, amigos."

Luego de eso, comienzo a caminar con rumbo hacia mi nuevo destino.

221.810M41.

HAN TRANSCURRIDO CUATRO SEMANAS DE ENTRENAMIENTOS.

El psíquico, de pie y apoyado contra una pared, vio entrar, en la sala en la que se hallaban todos, al iniciado con su petate al hombro. Se compuso un gesto de extrañeza en su cara pero se mantuvo en silencio, al ver que el otro comenzaba a hablar. La extrañeza varió a la más absoluta seriedad para finalmente convertirse en una máscara inexpresiva.

El dífícil carácter de Itsua se había ensombrecido aún más durante las dos últimas semanas y aquella noticia contribuyó para poner un ladrillo más en la desconfianza habitual que estaba alimentando y edificando en su interior. A la muerte de Lazerus, que otros habían superado con suma facilidad, se añadía otra pérdida. Tauron Faith desaparecería de su vida. Para siempre. Y no habría vuelta atrás. Las palabras y los gestos grandilocuentes sobraban ahora. Nada podía hacer y aún menos decir. Solo corresponder.

- Adiós, Tauron Faith - dijo con su voz ronca -. Que el Emperador te proteja.

Vio cómo su ya ex compañero desaparecía de su vista. Después, miró alrededor. Arlesha, Tercio, Vladymir. Negó en silencio con la cabeza, se despegó de la pared y se marchó de la sala sin cruzar palabra con nadie.

EL DIA 210 FUE DIA DE PAGA:

- Todos recibís la cuantía de vuestro sueldo o pensión actual.

Tauron dejaba la Inquisición. Tercio lo echaría de menos. Se despidió de él con una sonrisa y un fuerte abrazo.

- Tauron, no te machaques. El Emperador te ama, vio que te estabas matando aquí y ha querido sacarte. ¡Alabado sea! Y descuida, si el Emperador lo permite volveremos a vernos.

Arlesha observó estupefacta la revelación de Tauron. Era algo totalmente inesperado para ella y a lo que no supo reaccionar, salvo para pronunciar una simple despedida.

-Igualmente Tauron, ha sido un placer luchar junto a ti. Que vayas donde vayas sigas sirviendo igual de bien al Emperador como has demostrado que sabes hacer en el tiempo que hemos estado juntos.

Lo vio salir de la habitación sin mirar atrás y, tras él, abandonó igualmente la habitación Itsua. Arlesha se sentó cansada del entrenamiento en una silla, mirando al vacio y pensando. Primero Lazerus, ahora Tauron. ¿Que más les tendría deparado el Imperio al grupo? Solo el tiempo lo diría....