Partida Rol por web

Dark Heresy: Capítulo Primero.

Scintilla. - Mundo Capital del Sector Calixis.

Cargando editor
15/06/2010, 17:32
Arlan Hex.

- Ese asunto lo resolverás pronto. No tengo dudas - dijo Itsua ante el comentario de Tercio -. Pero, mientras tanto, deja que te ayude llevando tu equipaje. Esta gravedad no es algo que os vaya a ayudar ni a ti ni a Tauron, teniéndoos que servir por el momento de esas muletas - dijo recogiendo el petate de Tercio y echándoselo a la espalda junto al suyo propio -. Lazerus, ¿puedes tomar tú el de Tauron?

Cargando editor
15/06/2010, 18:38
Vladymir Ostrogov.

Vladymir intervino rapidamente en la situación, y cargó el equipaje del Iniciado a la espalda. Durante sus años como guardia imperial, habia aprendido que para marchar a la guerra no es necesario llevar 12 mudas y varios cepillos para el pelo. Un morral con lo suficiente para poder pasar el dia siguiente sola bastar, e incluso sobrar.

"-Yo mismo lo llevo, no es que tuviese demasiadas propiedades que acarrear."

Vladymir observó un instante a todos sus compañeros, sus nuevos camaradas de armas. Y sonrió fugazmente bajo su mostacho.

Cargando editor
15/06/2010, 20:40
Arlesha Rais.

-Tercio, eso es pan comido para ti, un par de semanas mas tumbado en una buena cama con un par de asquerosas barillas de esas que te encantan a mano y serás hombre nuevo.

Arlesha se acercó a Tercio y le dió una palmada en la espalda -Salgamos, nos esperan en esa nave y no debemos hacerlos esperar.

Cargando editor
15/06/2010, 22:48
Lanzadera Negra.

- Los Acólitos suben a la lanzadera por medio de una rampa. Tras recorrer un corto pasillo, quedan encerrados en una estancia que tanto pudiera ser un cuarto de invitados como una celda para prisioneros.

- Las compuertas se cierran herméticamente tras su paso.

- Al poco se nota movimiento cuando la Lanzadera de la Inquisición abandona el hangar del Crucero Imperial, sin embargo, no se nota la caída atmosférica hacia el planeta. Al contrario, la lanzadera se aleja de Scintilla.

- Podéis verlo por una pantalla de observación, la lanzadera os lleva hacia Lachesis, una luna inhabitable de Scintilla.

- Los más cultos entre vosotros y que sean nativos del Sector, saben que Lachesis es peligrosa por su inestabilidad geológica, terremotos y tormentas de polvo.

Cargando editor
16/06/2010, 03:21
Iniciado Tauron Faith.

Con la ayuda de la muleta, me dirijo a la nave mientras le digo a mis compañeros:

 - "Es hora de irnos a seguir nuestro destino. Vamos Tercio, los minusvalidos tenemos preferencia."

Me rio mientras sigo caminando hacia la nave.

"Espero que me acepten en la Inquisicion asi como estoy. Tendré que conseguir un baston mas elegante."

Sigo avanzando hacia la nave, contemplando su singular diseño. Al entrar en esta, me doy cuenta que la Inquisicion es tanto o mas oscura de lo que habia oido. Al ver que nos dirigimos a la luna, me doy cuenta de que todo lo que por ahi se decia puede que sea cierto.

Cargando editor
16/06/2010, 08:43
Lanzadera Negra.

- La Lanzadera resulta ser bastante rápida, pues en pocas horas se encuentra aterrizando en Lachesis.

- La suavidad del aterrizaje atestigua la tenue atmósfera y baja gravedad de la primera luna de Scintilla.

- El lugar de aterrizaje es una cuenca llena de espiras de basalto negro, a primera vista formaciones naturales. La nave sigue avanzando por una pista negra totalmente lisa hasta que un inmenso bloque se alza, revelando un hangar oculto.

- Bienvenidos al Bastión Serpentis, la fortaleza secreta de la Cábala Tiranista.

Notas de juego

SIGUE EN LA ESCENA BASTION SERPENTIS.

Cargando editor
09/07/2010, 00:14
CRONO.

140.810M41.

Notas de juego

VIENE DE LACHESIS, LA LUNA DE SCINTILLA.

Cargando editor
09/07/2010, 00:16
Director

- Un transporte de aspecto corriente os deja en el Muelle Orbital Tarsus.

- Tenéis billetes para una lanzadera destino Espacio Puerto Tarsus para dentro de media hora.

Cargando editor
09/07/2010, 00:17
Adeptus Arbites.

- "Documentación, por favor." -

Cargando editor
09/07/2010, 02:23
Iniciado Tauron Faith.

Me acerco cojeando de manera de parecer mas inofensivo de lo que soy en realidad, y le muestro mi pase y mis documentos tal como lo pide, al momento que le saludo cordialmente:

 - "Que la luz del Dios-Emperador le guie. Aqui estan mis papeles, Señor, solo traigo lo que usted vé y la palabra del Emperador."

Espero con mi cara mas amable y serena a que me conteste.

Cargando editor
09/07/2010, 08:30
Adeptus Arbites.

- "Hum. Mercenarios autorizados. ¿Quién es el líder de este grupo?" -

Cargando editor
09/07/2010, 11:42
Lazerus-20-Silon.

Lazerus aguardó con su documentación a mano, esperando que la arbitradora contestara sin delatarse al miembro de su Adeptus. No debían dar la impresión de que cada uno iba por su cuenta y riesgo.

Cargando editor
09/07/2010, 12:06
Vladymir Ostrogov.

Vladymir sacó su documentación y se mesó las barbas mientras esperaba pacientemente la intervención de su provisional lideresa. Hasta que se percató de que en aras de salvaguardar su nueva identidad, habia decidido afeitarse las prominentes barbas y bigotes e incluso habia adoptado una nueva vestimenta.

Acompañando a su morral y a su abultado rifle largo (ligeramente oculto por varios paños que trataban de evitar daño alguno al cañon), habia considerado que la mejor forma de pasar desapercibido por el mundo colmena era vestir unas raidas ropas de plebeyo imperial.
En su caso, una tunica-gabardina le cubria desde los hombros hasta el empeine de los pies. Con tonos grisaceos salpicados por manchas de polvo, parecia una mezcla entre un pordiosero y un clerigo en sus horas bajas.

Cargando editor
09/07/2010, 12:54
Tercio Veridio.

Tercio se había estudiado su pasaporte por si le preguntaban: era un mercenario autorizado proviniente de Ciudad Armetálica. Y la principal directiva era pasar desapercibido, así que se quedó en segundo plano (aún era un proscrito) con la documentación preparada para cuando se la pidieran.

Cargando editor
09/07/2010, 15:29
Arlan Hex.

Itsua guardó un prudente silencio, manteniendo los ojos bajos tras una breve mirada al rostro de quien exigía su documentación. Manteniéndola en su mano, se hizo a un lado para que Arlesha se adelantara.

Cargando editor
09/07/2010, 18:16
Arlesha Rais.

Arlesha se adelantó al resto hasta situarse delante del adepto que estaba requiriendo al lider del grupo. Lo saludó con una pequeña inclinación de cabeza.

-Aquí me tiene, soy yo. ¿Algún problema?

El tono en el que habló era tranquilo y restando importancia al hecho de que el Adepto hubiera exigido conocer al lider ignorando a los demás. Le tendió su documentación para que la comprobara.

Cargando editor
10/07/2010, 00:39
Adeptus Arbites.

- "Bien, supongo que ya conoce el protocolo. Las armas sólo están permitidas en algunas zonas de las Colmenas, y generalmente bajo la condición de que estén llevando a cabo un servicio de protección o vigilancia.

Entretanto, todo el armamento tiene que ser facturado en un contenedor especialmente sellado y precintado. Veo según sus papeles de embarque que ya tienen pagado ese servicio. Exacto. Aquí está su contenedor de armamento. Depositen dentro todas las armas, incluyendo armas blancas de pequeño tamaño, todo.

Después diríjanse a la Compuerta de Embarque número seis." -

Cargando editor
10/07/2010, 01:45
Arlesha Rais.

-Si, todos conocemos el protocolo. Sin ningún problema.

Arlesha se adelantó hasta el contenedor. Depositó sus propias armas en el y, volviéndose hacia los demás, les hizo una seña para que fueran depositando todas las armas en el interior.

Se separó unos pasos del contenedor y se situó junto al Adepto mientras que esperaba que sus compañeros fueran haciendo lo propio con sus armas.

Cargando editor
10/07/2010, 02:55
Iniciado Tauron Faith.

Me acerco a Arlesha y sin decir palabra alguna, deposito mis dos revolveres con toda su municion, mi martillo y mi nueva espada en la caja.

"Espero recuperarlas pronto, aunque mi fé es mi arma y mi armadura."

Al terminar, me alejo y doy espacio a mis compañeros para que hagan lo mismo.

Cargando editor
10/07/2010, 04:47
Arlan Hex.

Sin variar un ápice su expresión, como si aquella fuera una rutina habitual a la que estuviera ya acostumbrado, Itsua se acercó al contenedor y depositó en él sus armas. Todas. Aquello no le supuso un especial problema. Las armas estaban bien, pero su verdadero poder no residía en ellas. En cualquier caso, no constituía más que un mero trámite, un obligado proceso que debían cumplir con la mayor naturalidad posible. Asclates lo había dejado ya claro durante su proceso de aprendizaje. Debían comportarse no como lo que eran, sino como lo que debían aparentar ser.