Partida Rol por web

EXTERIOR DE LA TIENDA.

- "Sus compañeros han ido a la Enfermería. Son ustedes siete, si no me equivoco, y usted ya tiene un buen abrigo, mejor que el del 97º por lo que veo. De acuerdo, me encargaré de hacerles llegar seis abrigos de invierno a la Enfermería. ¿Ok?" -

Tercio no había dicho nada pues no tenía respuesta para las preguntas que habían hecho. Nunca había visto a nadie en la situación del soldado del poste. En general toda la situación había sido un desastre desde su llegada, y poco podía hacer aparte de distanciarse usando su sentido del humor. Al menos conseguirían un abrigo.

- Vamos antes a por la sororita y a ver cómo está Tauron. Ellos son lo más cercano a la autoridad del Inquisidor. No creo que debamos presentarnos al Comisario sin ellos.

Las voces de un soldado dirigiéndose al vostroyano llegaron claras al interior de la tienda. La apostilla de Tercio fue la gota que colmó el vaso. Desorganización, caos, desastre...

- Está bien - dijo abriendo la tela de la tienda para salir de ella -. Vayamos donde el novicio. Así veréis cómo está y el soldado nos tendrá localizados para entregarnos las prendas.

- El grupo de acólitos se dirige a la gran tienda de campaña que hace las veces de enfermería.

- Encuentran a Tauron envuelto en mantas y sorbiendo caldo caliente de un tazón. El médico de la Guardia le ha inyectado un estimulante para eliminar los signos de hipotermia.

- La Hermana Scythia monta guardia cerca del Novicio, manteniendo apartados a la multitud de Guardias curiosos y nerviosos, ansiosos por ver como está el miembro de la Eclesiarquía que cayó a la zanja. La fe es fuerte entre los miembros de este batallón, pese a todo.

- Poco después llega un soldado portando abrigos que le ha dado el Furriel para vosotros. Los reparte de forma aproximada por tallas. No son perfectos, pero servirán.

Lazerus acudió junto con el resto del grupo a ver al novicio Tauron. Aparentemente, éste había sufrido algún tipo de percance y estaba empapado y helado hasta los huesos. El tecnosacerdote se sorprendió de que nadie les hubiera informado* pero no dijo nada.

Uno de los guardias ofreció abrigos a todos los miembros de su expedición, favor del que se había ocupado el vostroyano. Sin embargo, Lazerus declinó la prenda. El no sentía las inclemencias del tiempo desde hacía muchos años. No tenía sentido vestir una prenda tan voluminosa que pdría entorpecerle si no tenía necesidad de ello.

El tecnosacerdote aguardó en silencio a que los demás se las pusieran, y esperó a ver qué ocurría entonces.

Cita:

Tercio notó la mirada de Arlan en su nuca y le dieron escalofríos, pero no dijo nada.

Aguantó hasta la tienda donde tenían a Tauron. Parecía que estaba fuera de peligro y sonrió.

- ¿Estás bien, Tauron? ¿Puedes caminar?

Mientras esperaba que terminara su caldo y respondiera cogió un abrigo.

Se dirigió a la enfermería, haciendo rezos hacia sus adentros, y observó, contenta, como el Hermano se recuperaba tras los cuidados médicos

- Me alegro de que esté bien, Hermano Faith. He rezado por usted y al Emperador ha querido que se quede con nosotros, eso me alegra.

Siguió con su vigilancia mientras se seguía reponiendo. Al poco llegaron el resto de compañeros. Ella se unió al grupo.

Cuando le dieron los abrigos, agradeció el detalle y tomó uno. Aunque no lo pareciese necesitaba la prenda, y no tardó en vestirse con ella.

Recibo a mis compañeros mientras tomo algo que me devuelva la temperatura. Al verlos me levanto sin destaparme y despues de escuchar el comentario de la Hermana Scythia y de Tercio, les respondo:

 - "Muchas gracias por su preocupacion. Me siento mucho mejor y si no he hecho que perdamos demasiado tiempo, quisiera saber que ha sucedido desde mi ... incidente."

Espero alguna respuesta mientras sigo bebiendo.

Arlesha caminó en silencio tras de sus compañeros, observando sus reacciones ante la situacion. No salía de su asombro.

Al llegar a la enfermeria, permaneció junto a la puerta de entrada a la habitacion en la que el Novicio se reponia. Viendo como todos preguntaban y se preocupaban por el.

-Gracias -le dijo, sin mirarlo, al soldado que le alargaba un abrigo. Se quito el abrigo de Itsua, mojado hasta los codos, y lo cambio por el nuevo. Era mas gordo, más basto. El del psíquico era más comodo de llevar aunque no abrigase tanto. Este lo dobló bien sobre su brazo. Cargaría con el hasta que se secase, despues se lo devolvería al psíquico.

-No ha pasado gran cosa desde que decidiste nadar un rato Novicio. Nuestros compañeros se han dedicado a meterse en una tienda de campaña con un hombre loco, atado, y aún no sabemos el por qué. Nada interesante, por lo visto -con una mirada a todos dejó bien claro lo que pensaba al respecto. Si ese hombre estaba así por algo relacionado con el ataque, hubiera sido interesante averiguarlo. Tener información nunca estaba de más -¿Mejor del chapuzón?

Itsua tomó el abrigo que le tendían y se lo puso. Observo y escuchó, guardando silencio hasta la intervención de la arbitradora.

- Exactamente. Sabemos casi lo mismo que tú, novicio. Es decir, poco o nada de lo ocurrido - dijo con un tono neutro -. Es evidente que no ha acontecido nada de interés o se nos hubiera dicho algo. Ya sabes. Somos un equipo que lo comparte todo - dijo con notable sarcasmo -. Bien, si te sientes mejor y el hecho de que estés en pie, así parece demostrarlo, te aconsejaría tomaras uno de los abrigos y que salgamos cuanto antes en busca del comisario. Hemos perdido ya demasiado tiempo y no hemos conseguido nada. Bueno, casi nada - dijo frotando la manga de su abrigo -. ¿Alguien tiene algo que objetar?

Me dirijo hacia el enfermero y le hablo:

 - "Disculpe, no tendra algo de ropa abrigada que me preste, por favor."

Luego me dirijo al resto del grupo:

 - "Pues vamos entonces, no hay mas tiempo que perder."

"Odio este planeta"

"¿Qué les pasa a esos dos?" se preguntó Tercio pensando en Arlan y Arlesha. "Como si ellos hubieran conseguido mucha información hasta ahora"

Se dirigió al mismo médico que estaba atendiendo al novicio y le preguntó.

- ¿Es usted el médico de la base? Hemos visto a un soldado atado, cabo Schmendt creo... Estaba fuera de sus cabales. ¿Sabe qué le ha pasado, por qué está así?

- El enfermero le da a Tauron uno de los abrigos del 97º de Sibellus que han traído para él.

Scythia se acerca al novicio cuando decide ponerse en marcha

- ¿Necesita que le ayude? Se ofrece como apoyo y guía, como un bastón humano para quien comparte, como ella, su vida con la Fe.

Por su parte, no tomaba partido en las discusiones, aunque bien pendiente estaba de ellas, de su desarrollo...de sus inicios.

Miró a todo el grupo, como indicando que ella estaba lista, y esperando por si el novicio quiere agarrarse a su brazo.

El enfermero de la Guardia responde a Tercio Veridio:

- "¿Se refiere al Cabo Schmendt? Es uno de los supervivientes del pelotón que penetró más profundamente en las minas en busca de rebeldes. De algún modo se salvó, quizá huyendo como un cobarde, y llegó a la superficie. No ha dicho más que incoherencias desde entonces y no ha sido posible sacarle de ahí ni con potentes fármacos. Está loco de remate, y es posible que acabe siendo ejecutado por cobardía." -

Itsua escuchó las explicaciones del soldado. Dudaba que el suyo hubiera sido un acto de cobardía. Su mente sin duda se había enfrentado a un horror que lo había desquiciado, rompiendo su cordura en mil pedazos. Ante la mención de la ejecución, sin embargo, no repuso nada. Quizá fuera lo mejor para aquel que había iniciado un camino sin retorno, de modo que no hubiera de revivir una y otra vez su pesadilla.

Cuando comprobó que Tauron se había vestido con el abrigo ofrecido y que todos estaban listos, enfiló hacia la salida.

- Creo que ya nos hemos demorado en exceso. El Comisario debe estar impaciente y tenemos un trabajo que acabar. Cuanto antes emprendamos nuestra misión, antes acabaremos y dejaremos atrás este pozo.

- ¿Uno de los supervivientes? ¿Es que ha habido otros? - dijo Tercio dirigiéndose todavía al enfermero, a pesar de las ganas que tenía Arlan de irse.

TERCIO VERIDIO:

- Tirada de Indagar para ver si alguien de la enfermería sabe algo útil.

- "Lo siento, amigo, tendrá que hablar con el Comisario. Él le dirá todo cuanto necesite saber." -