Partida Rol por web

- En los buenos tiempos te habría aconsejado que tuvieras paciencia. El tiempo y la vida te concedería las pistas que necesitases. Pero no estamos en buenos tiempos. Mi consejo es que  viajes, que experimentes diferentes situaciones y contemples todas las maneras en la que se pueden afrontar los problemas, que conozcas gente y aprendas de ellos. Y que cuando te hayas vuelto un enano merecedor de tu apellido, vuelvas para reclamar la posición que te corresponde y a proteger a todos tus hermanos y hermanas. - Respondió el sabio Paltroco.

Fue allí cuando cayó en la cuenta de que aquellos que estaba viviendo no era más que un recuerdo del pasado. Borg ya había emprendido ese viaje. Un viaje que le había llevado a vagar por páramos extraños y una vez pudo regresar de aquel caótico lugar a su mundo conocido, acabó en el interior de una taberna. Fue allí donde aquella mujer de cabellos rojizos enfundada en un uniforme blanco le dio muerte.

Borg abrió los ojos.

Iirag ayudó a Mork-Dar reclinando la cabeza de Borg para que el contenido de aquel frasco se introdujera en su boca. Segundos después, las heridas del enano parecieron comenzar a sanar como por arte de magia y realmente así fue. Aquella poción devolvió la vida al enano que a punto estuvo de perderla en aquella batalla que en realidad ni le iba ni le venía.

Borg no despertó de inmediato. Lo cierto fue que en el estado de semiinconsciencia en el que se encontraba, vio pasar escenas de su vida por delante de sus ojos. Su memoria le llevó a un lugar en el tiempo que no olvidaría con facilidad. El motivo por el que se encontraba allí. El motivo por el que se había alejado de su clan y estaba ahora recostado contra los brazos de un extraño vovit del que realmente muy poco sabía.

Brog abrió los ojos. El combate había concluido. Iirag pareció alegrarse de ver que despertaba, aunque no demasiado en realidad. La que si pareció más alegre fue Nigrith quien sonrió al verle abrir los ojos. Mork-Dar y Gladis se encontraban hablando el uno con el otro cerca de la puerta trasera y Neegor parecía aguardar nervioso a que se pusiera en pie para continuar el viaje.

- Vamos nenazas... - Bromeó Neegor prestándole su brazo a Borg para ponerlo en pie. - Debemos marcharnos de aquí cuando antes. Antes de que regresen las capas blancas y antes de que esos dos se marchan sin nosotros. Hemos venido hasta este lugar de mala muerte en su búsqueda y ahora que les hemos encontrado, será mejor no volver a perderlos... - Sonrió. - Eso no le gustaría al Gran Mago Rojo.

En esa ocasión Neegor también tenía razón. Mork-Dar y Gladis Thethy no parecían dispuestos a esperarles. De hecho, para cuando el enano oscuro hubo concluido su frase, los dos prófugos ya habían abandonado el local. Borg, Iirag, Nigrith y Neegor salieron tras los pasos de aquellos dos oscuros personajes. Iirag le dedicó una mirada desafiante a Max y Brogo, los cuales seguían tratando de ocultarse de su mirada en el fondo de la sala. Lo cierto es que no lo hicieron muy bien.

Allí estaban ambos. Caminaban hacia las afueras de la aldea con paso firme y decidido. Pronto Negrith e Iirag se pusieron a su altura y algo más le costó a los dos enanos. Por extraño que pudiera llegar a parecer, nadie, ni un solo guardia les detuvo y tampoco había ni rastro de una sola de las capas blancas umnias. Una vez se encontraron a las afueras de Cimatosca se detuvieron un instante a recuperar el aliento.

Borg se acercó hasta donde se encontraba Neegor. Estaba cansado de ese tipo. No le gustaba su forma de actuar y menos su forma de tratarles. Que le hubieran nombrado el jefe de aquel grupo al que parecía pertenecer no le daba inmunidad para insultarles y menospreciarles. Al fin y al cabo, tampoco tenía claro que estuviera trabajando realmente para el Gran Mago Rojo, como tampoco sabía a ciencia cierta si éste había nombrado a Neegor líder. Muchas cosas estaban en el aire y nadie parecía tener las respuestas.

- Antes de seguir, quiero dejar clara una cosa Neegor. – Dijo encarándose con aquel ser oscuro. – Estoy cansado de menosprecios y faltas de respeto. Aquí somos compañeros y tenemos que remar juntos. Si quieres ser el líder gánate el respeto de los demás… - Sentenció.

Neegor casi se rompe el espinazo tronchándose de risa al escuchar aquello. Lo cierto fue que su reacción fue del todo instintiva y no pareció poder evitar soltar una carcajada en la cara de Borg. Tenía muy claro que él era la autoridad y que nadie podía rechistarle. Eso podía llegar a jugarle una muy mala pasada en algún momento. ¿Sería aquel ese momento?

- ¡Deja de decir sandeces, Borg! – Respondió sin ápice de enfado. Lo cierto era que parecía haberse tomado aquello a modo de chanza. - ¡Venga vámonos! – Le dio la espalda al enano y prosiguió la marcha.

Iirag apretó los puños con fuerza mientras escuchaba a Neegor reirse, pero no hizo comentario alguno. Aunque le venía bien que Borg también empezará a despreciarle. Ya habría tiempo en un futuro de que con ayuda de los otros dos, encontrara su venganza.

Se apartó de los enanos y se acerco a Nigrith, sonriendole, con varios gestos se señalo una herida del brazo y despuées al cuerpo de Nigrith, intentando hacerle ver que se preocupaba por ella, con un éxito moderado, después le pasó una mano por los hombros para sujetarse, herido como estaba.

Así se le hacia menos pesado el viaje y le hacía entender que confiaba en ella. Avanzando con cierta cojera echo un vistazo a sus nuevos compañeros, atento a lo que pudiesen ocultar, pero cansado para entablar conversación.