Partida Rol por web

Estaba decidido, era hora de dar un pequeño descanso ahora que las cosas parecían estar más tranquilas.

Damakos se colocó en uno rincón donde la pared parecía más estable para dejarse caer y así intentar dormir un poco, mientras que al fondo de la sala, Lunnaris con curiosidad se frotaba las manos antes de echarle un vistazo.

Fue curioso como incluso Damakos que ya tenía los ojos cerrados pudo comprobar que en cuanto su compañera tocó el libro, sus páginas comenzaron a adoptar un tono rojizo brillante. Se os heló la sangre al pensar que igual aquel libro era otra trampa y que estaba apunto de estallar, pero lo que sucedió a continuación no fue tan extremo, aunque sí podía considerarse una amenaza.

De la misma intensidad que el rojizo brillante del libro, aparecieron tres círculos de invocación del suelo que se materializaron en unas pequeñas criaturas que parecían escarabajos pero a la vez demonios.

Os llamó la atención que dichas criaturas tenían en su caparazón el mismo símbolo de vuestro tatuaje, pero además un aura incandescente les rodeaba, convirtiéndose en un peligro acercarse cuerpo a cuerpo si no se disponía de mucho cuidado.

Comenzaron a corretear de un lugar a otros, como intentando  acorralaros, dos de ellos parecían más pequeños (A y B) mientras que un tercero parecía más maduro, más amenazador (C).

Lo peor de todo es que Lunnaris se quedó con la intriga de saber qué ponía el libro, pero esas invocaciones relacionadas con el fuego y la aparición del símbolo de vuestros tatuajes os hizo pensar que el genasí estaba detrás de todo ¿pero porqué?

-Oh, venga ya...- exclamo, mientras me pongo en pie. El símbolo del tatuaje otra vez. El genasí vuelve a estar detrás de todo esto, seguro. Llevo la mano a la empuñadura de la espada y desenvaino- Más sorpresas... ¿Sabes algo sobre estos bichos? No parecen amigables, eso desde luego.

Lunnaris puso los ojos en blanco, por un momento pensaba que podrían tener un minuto de paz y tranquilidad, pero se equivocaba. Al ver a los tres escarabajos rodeándoles, puso los brazos en cruz, con el dedo anular en la palma de sus manos, a continuación alzó la cabeza hacia el techo y comenzó a decir una serie de palabras incomprensibles.

De pronto una lluvia sobrenatural se materializó sobre las cabezas de los presentes, que comenzaron a dañar a los escarabajos ígneos que los rodeaban.

Las criaturas inmediatamente en cuanto os reconocieron como objetivos, comenzaron a sobrevolar con más intensidad.

Una de las pequeñas criaturas (A) comenzó a brillar de un color rojizo con fulgor, haciendo que de repente una ráfaga de fuego mágico rodease los alrededores. Tan solo unos reflejos rápidos podrían salvaros de quedar achicharrados.

Ahí no se iba a quedar todo, puesto que, la criatura que parecía más poderosa (C Grande), no dudó en fijarse en uno de ustedes (Lunnaris) para lanzarle un chorro de fuego cargado de muy malas intenciones.

Por último, el más rezagado de los pequeños monstruos intentó morder a Damakos con sus inmensos colmillos, ¿podría resistir su voraz agresión?

Abro mucho los ojos ante las ráfagas. No me esperaba que, aunque la relación de las criaturas con el fuego era bastante evidente, sus ataques fueran de este estilo. Por fortuna logro esquivar con facilidad el ataque.

La lluvia que generó Lunnaris comenzó a penetrar en los caparazones de las criaturas que tantos problemas estaban dando hasta llegar a sus entrañas y destruirlas por dentro.

Una a una, mientras chispas de color verdoso rebotaban por el lugar, vuestros enemigos iban cayendo abatidos hasta que ninguno de ellos fue capaz de sobrevivir ante tal letal ataque, algo que dejó agotada a la elfa.

-Argh...- dejo salir cuando el bicho me muerde- Maldita sea... Soy un inútil...

Entonces veo cómo las chispas que ha creado Lunnaris se encargan de vaporizarlos en un abrir y cerrar de ojos. Sorprendido, quiero decir algo, pero el dolor me obliga a arrodillarme en el suelo con dificultad y a apoyarme en la espada a modo de bastón. Lo único que se me ocurre es levantar el pulgar a modo de aprobación mientras guiño un ojo con una sonrisa.

-Y otra vez, te toca encargarte de que no muramos ambos- digo, con la intención hacer una pequeña "broma". Callo un segundo y continúo- Gracias.

Lunnaris se había dado cuenta de que todo aquello era una trampa del genasí, así que sabía que estaban cerca de encontrar la verdad. Pero no sabía qué paso dar.

En cualquier caso, era hora de dejar dormir a Damakos, que parecía bastante cansado y encima ahora había sido herido por una de aquellas criaturas. Cuando estuviese recuperado del todo, la elfa se encargaría de descansar mientras que el tiflin haría todo lo posible por mantenerlos con vida.