Partida Rol por web

El sheriff reorganiza un poco la situacion mientras tratais de recuperaros de lo sucedido. No queda nada del combate mas que pequeños rastros en la arena de sangre y movimiento pero ningun cadaver.

Sea lo que fuese se fue tan rapido como vino.

Sobre la carreta, con el farol y la luna iluminandolo todo, podeis ver la columna de humo sobre DeadTown aunque llegar hasta alli, a pie, os costara bastante tiempo...

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El predicador se deja caer junto a una de las ruedas del carromato y suspira. Se tapa la cara con el sombrero durante unos instantes y después se levanta con la misma dureza de siempre en sus ojos azul plomo.

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-No hay tiempo para descansar, ¡vamos! Hay fuego en el pueblo, ¡nuestra familia está allí!

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Le tiende la mano a Telpin y le ayuda a incorporarse. -No sé qué ha pasado y no sé dónde están esos cuerpos. ¡Tampoco me importa! Pero sé una cosa, Dios está con nosotros y esas bestias no han podido con nosotros.

Alcanzamos la carreta, exhaustos. La situación no mejora mucho junto al transporte a la sufrida hace unos instantes por el sheriff, Desmond y un servidor. La carreta ha sufrido daños y nada queda de los lugareños salvo el predicador y dos hombres más. Mientras recuperamos el aliento, todos percibimos la ausencia de cuerpos caídos. Ni hombres ni bestias. Tampoco queda rastro de la presencia de las monturas. Tampoco de los animales de tiro de la carreta, a pesar de estar atados a ella.

Alguien da una voz de alarma, una columna de humo se eleva en el horizonte tratando de ocultar la luna. La ciudad ha sufrido algún altercado. Nos hacemos cargo de la situación y se decide regresar lo antes posible. Tenemos un buen trecho de caminata, así que abandono en la carreta aquello que no sea indispensable. La noche perdura pero ahora la luz de la luna nos ilumina lo suficiente el camino para poder encontrar la senda de regreso.

Me intereso por el estado de salud de los supervivientes. Por lo que veo, todos acuciamos heridas, pero la sangre visible en nuestro cuerpo podría ocultar incisiones serias que podrían desangrar al herido en el camino de vuelta si no tomamos medidas rápidas. Aprieto mi pañuelo para contener el sangrado de mi antebrazo, esa bestia le ha faltado poco para desgarrármelo por completo.

- Con cuánta munición contamos? Hay munición o armas de los caídos en las inmediaciones? - La imaagen de Juares viene a mi mente. Que Dios le guarde. Confío que el altercado en la ciudad no haya sido causado por el resto de la banda. Toda esta matanza sobrenatural es muy diferente a robar un banco.

- Apúrense muchachos, no debemos demorarnos -

No hay rastro de cuerpos o de los objetos que llevasen estos aunque si que quedan algunos que se calleron durante el combate. La municion que os queda aun es suficiente aunque escasa en el supuesto de que vuestros asaltantes vuelvan a la carga sobre vosotros... tendreis que economizarla.

Comenzais el penoso viaje hacia DeadTown con tan solo la compañia de la luna a vuestras espaldas. Segun vuestros pasos os van acercando a la ciudad descubris que el frio se va intensificando en vuestros huesos y vuestro alma y como el ruido de los animales y alimañas se reduce hasta desaparecer.

Tras un buen rato vislumbrais el camino que se dirige al rancho "Sammy Reins" y algo os hace estremeceros tambien... algo ha pasado alli porque varias pequeñas columnas de humo tambien se alzan desde alli. El rancho no esta muy lejos de vosotros y podriais llegar alli en busca de refuerzos aunque os retrasaria de llegar a vuestros hogares y comprobar que ha pasado con vuestras familias y amigos.

Parados un segundo en esta encrucijada os parece tambien ver el campanario de la iglesia aunque extrañamente esto no os reporta la mas minima tranquilidad.

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Tengo el deber de averiguar qué es lo que ha pasado, si el rancho también ha sufrido un ataque de los salvajes... y de buscar supervivientes. - Les digo a los demás - Vosotros podéis continuar el camino al pueblo.

Los pasos se suceden sobre la arena en dirección a la ciudad. Extraigo la botella con el aguardiente. Observo el vídrio turbio con el contenido en su interior un tanto escaso ya. En gran medida el líquido se agita en mi estómago a punto de pasar al torrente sanguíneo. Retiro el tapón de corcho con su sonido característico y vierto un chorro sobre el pañuelo de mi antebrazo. Casi al instante, el alcohol alcanza la herida y un dolor punzante me recorre todo el brazo. - Ahhhg. Hijo de la gran chinga... -

Mis aspavientos resultan un tanto cómicos y tal vez produzcan entre los compañeros de esta trágica empresa una mueca de risa. Pero en caso de producirse, la comicidad se evapora tan rápido como el alcohol al vislumbrar el rancho de Sammy a distancia. También ha sido atacado. Será cosa de los muchachos? A cada instante rechazo más la violencia. Estaría dispuesto incluso a mediar entre la banda y el rancho para devolver el oro robado

Compadres, qué les parece si nos acercamos al rancho y si no necesitan nuestra ayuda nos puedan prestar monturas o una carreta para acercarnos antes a Dead Town. Qué dicen yanquis? -

Telpin mira al sheriff y luego al predicador.

- Yo.. yo... creo que deberiamos ir cuanto antes al pueblo, tengo mi mujer y mis hijos alli y si les ha pasado algo...

Ferrer sigue bastante asustado y apenas puede articular palabra aunque finalmente parece obtener fuerzas de flaqueza y habla:

- Si en el rancho hay caballos nos vendran muy bien para movernos con mas facilidad, ademas de municion y ayuda, claro.

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Antonio y yo podemos desviarnos hacia el rancho en busca de supervivientes y monturas y alcanzarles más tarde. - Me dirijo después al predicador - Los demás sigan juntos, con Denspec hacia el pueblo.

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Reviso que el farol que llevo tenga suficiente combustible y que tenga munición en la canaana para la escopeta y el revólver.

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¿Alguna objeción?

El sheriff James y Antonio se apartan del grupo y se preparan para encaminarse hacia el rancho mientras el resto parece dispuesto a continuar hacia DeadTown y averiguar lo que ha sucedido alli. El Predicador parece titubear un momento antes de decidir...

- Esta bien, necesito saber que la señorita Boree se encuentra bien... apresuremonos!

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-Lo último que debemos hacer es separnos. Mira a Telpin con sus ojos furiosos. -No te culparé si nos dejas pero, ¿que harás tú solo si tienes que defenderte contra esas criaturas del mal? ¿Cómo vamos a ayudarte entonces?

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Le pone una mano férrea en el hombro y le invita a acompañar a los otros miembros del reducido grupo. Entonces, se queda observando el pequeño campanario de su parroquia, ahora envuelto por las tinieblas...Quizás si cogiera el crucifijo de madera las cosas serían más fáciles.

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Tras observar la iglesia durante unos segundos, aligera el paso para acercarse a los otros. -Quizás podamos conseguir algunas antorchas, la luz y el calor nos vendrán bien.

La división de opiniones y la necesidad imperiosa de tomar una rápido nos separan en dos grupos. Esta vez, caminaré junto al Sheriff sin ser esposado. Nuestros pasos nos llevarán hacia el Rancho Reins. Antes de partir hablo para el otro grupo: - Señores, si tienen oportunidad de encontrar a mis compadres antes de que regrese.. O por si no pudiera hacerlo, infórmenles de la muerte de nuestro amigo Juares. Se lo dirán? -

Un rápido apretón de manos es suficiente para la despedida y ponemos rumbo al rancho. La oscuridad parece querer confundir las distancias, ya que en un principio parecía que andábamos muy cerca del vallado del rancho pero cuesta llegar. La idea de ser mis camaradas los causantes del revuelo en el rancho se desvanecen a cada paso. Qué sencillo sería todo si fueran ellos. Con tan sólo el Sheriff como refuerzo podríamos salir con el botín en medio de este caos. Pero en mi interior algo sigue impidiendo continuar con la idea. Es más, me asquea. Siento la necesidad de honrar la muerte de Juares. No poder darle sepultura es algo realmente duro. Aprovecho la caminata para hablar con el Sheriff. - Creo que su placa no servirá de mucho si hay más de esas bestias allí, no cree señor Hugh? -

Romper el silencio me tensa. Las leves dunas del terreno parecen trincheras ideales para una emboscada. No tardo en desenfundar y comprobar el arma. También cojo el amuleto que cuelga de mi cuello y lo beso. Debió venir el padre con nosotros...

Telpin y Ferrer titubean un momento pero finalmente, gracias a las palabras del Predicador, se quedan con el resto del grupo para encvaminarse hacia el rancho "Sammy Reins". Desmond parece contrariado y se despide del resto del grupo con un saludo.

- Ire lo mas rapido que pueda y no me detendre ante nada... les espero cuanto antes en el pueblo, solo espero no llegar demasiado tarde. Suerte.