Partida Rol por web

- AHHH!!! MALDITOS HIJOS DEL DEMONIO!!!!

Chillo mientras me llevo una mano al cuello ensangrentado y la otra a recoger mi henry. Una vez lo tengo entre mis manos lo amartillo y disparo al techo para intentar derribar al hijodeputa que esta ahi arriba.

- ¡No podran con nosotros Abraham... estos salvajes no saben con quien se la estan jugando!

Me muevo hacia la puerta tras disparar y sostengo el henry amartillado mientras la otra mano trata de taponar la herida.

Ahora caigo... [/b]- ¡los caballos, tenemos que evitar que se los lleven!

Hay que ir a la parte posterior donde estan y protegerlos.

Abraham coge un par de cartuchos de dinamita del cajon antes de ayudar a Bamako a alejarse del interior de la caseta mientras este dispara un par de veces al techo.

Los gritos y gemidos de los indios parecen intensificarse y nada mas salir de la edificacion veis como al menos cuatro de esos diablos se acercan hacia vosotros a toda prisa.

Mirais hacia los caballos... uno de ellos sigue atado y ha dado una coz a un indio que yace en el suelo mientras que el otro esta tendido en el suelo, ensangrentado, y con dos indios encima de el, devorandole vivo mientras relincha y trata de levantarse.

Es un expectaculo horrendo.

Calculais que seran cerca de una docena de indios los que estan atacando la mina...

Ichii quedo petrificado y al fin su sentido comun se hizo con el control de la situacion, dejando de lado su tremenda curiosidad y, quiza, su sentimiento de culpa por todo aquello... pero... como podia ser? no habian pasado tantas horas desde que entro en la cueva... como podia ser aquello la causa de todo esto? no era posible... sin duda se trataria de otra cosa... cualquier otra...

De repente la vista de Ichii se poso en la parte posterior de la cabaña de madera y, antes de irse de alli, no pudo sino echar un ultimo vistazo pues tal era su curiosidad por este nuevo descubrimiento. Cuando se acerco se recrimino el haberlo hecho...

...en el suelo estaban tendidos los restos recientes de un caballo, devorado y destrozado, dejando a la vista casi todo su esqueleto y piel, como si una jauria de lobos hubiese atacado a la vez sobre el... no hace mas de un par de horas a lo sumo.

Pero lo que mas le llamo la atencion fue el hecho de que otras huellas, de un caballo herrado, se alejaban al galope de la mina y sus alrededores, con mucho peso sobre el, en direccion hacia lo que el hombre blanco llamaba "ciudad"; al sur de alli... a DeadTown...

La cabeza de Ichii volvia a ponerse a dar vueltas en el silencio horripilante de la mina... la ciudad de los hombres blancos era todo un desafio que querria descubrir y sabia que algunos indios eran alli bienvenidos e incluso trabajaban con ellos o con el ejercito. Quiza deberia volver a sus bosques... quiza...

Me aferro a mi henry y me apoyo en la pared de la caseta para disparar sobre los indios que hay en los caballos, ignorando al que yace en el suelo. Mi intencion es llegar al caballo que aun esta vivo para salir de la mina dado que las fuerzas me flaquean por la herida y los indios son demasiados.

- Nunca crei que estos diablos viniesen como un ejercito sobre la mina... eso es que estoy muy cerca del oro!

Bamako dispara sobre uno de los indios que estan cerca del ultimo caballo vivo y este cae al suelo con la cabeza reventada, esparciendo sus sesos por todo el suelo, lo que parece que a su compañero indio le hace despertar. Al levantar su cara y miraros veis que sus dientes aun mastican la piel y carne del caballo y algo brilla en ellos como con fuego... quiza rabia... aun asi, antes de que lelgue a vosotros Bamako vuelve a disparar y el indio sale catapultado varios metros atras con un disparo abriendole un feo agujero en el pecho.

Al llegar al caballo los indios ya estan muy cerca y sus bramidos y chillidos parecen ensordecedores. Abraham sostiene su arma en la mano y ve la caja de dinamita en el interior de la casucha... esta a tiro.

Mientras espoleais al caballo, los indios os persiguen como poseidos... necesitais un disparo afortunado para volar aquello... Bamako no esta en condiciones de ello... quiza Abraham...

Con una punteria digna de Billy el niño, Bamako consigue mandar al infierno a los dos indios que se comian al caballo...con las tripas colgando consigue levantarse...le desato y pego en el lomo para que pueda morir libre, lejos de allí y de esos indios del demonio. Con mi ayuda, bamako consigue subir al caballo que está iintacto.
Venga, Bamako, es hora de irnos de aqui!!
De un salto, subo yo, agarrando las correas, detrás de bamako, que parece estar perdiendo las fuerzas poco a poco. Mi mente, más despierta de lo que ha estado en años, piensa aceleradamente, y me doy cuenta de que puedo pasar a galope por delante de la cabaña, y muy probablemente tendré a tiro la dinamita...así pues, sin pensarmelo, empiezo a espolear al caballo.
Pasamos por encima de los indios caidos, oyendo como crujen sus huesos bajo las pezuñas del equino. Estamos a pocos metros de la cabaña, todo rodeado de hijos de puta ansiosos de carne. Agarro fuerte la correa con mi mano iquierda, y con la derecha apunto...los metros pasan deprisa, mientras enfoco la vista, con un ojo cerrado, esperando tener en mi linea de tiro la dinamita. Creo que chocamos con algún indio que sale despedido, pero no lo se, mi atención está fijada en este disparo...quizás uno de los más importantes de mi vida, sino el que más. Y de repente, atisbo la dinamita, en perfecta alineación con mi ojo y los elementos d epunteria de mi arma. Es el momento. Que Dios, ahora si, me ayude.
Disparo.

Abraham espolea al caballo sintiendo a Bamako tras de el fuertemente aferrado pero luchando por mantenerse consciente. El revolver del viejo granjero tiembla... no es nada facil disparar montado a caballo, pero su pulso se centra y dispara... la balla vuela entre los indios sin que apenas se den cuenta de ello, hasta impactar en la caja de dinamita.

Por unos eternos segundos no pasa nada hasta que, de repente, una enorme explosion hace que la caseta entera vuele por lo aires y derribe con fuerza a los indios de alrededor mientras tablones enteros y astillas se esparcen por doquier y hacen un efecto devastador de metralla.

Finalmente os alejais al galope de alli, sintiendo que, pese a todo, siguen detras vuestro como si el mismisimo demonio les incitase a ello... debeis ir al pueblo cuanto antes...

Ichii estaba desconcertado. Los restos del caballo devorado le convencían más si cabe de que aquello era obra de la cosa que surgió de las oscuridades de la cueva. ¿Pero cómo era posible? ¿Qué ser tan horripilante, cruel y sanguinario se escondía en esas profundidades? No, escondido no, se dijo a sí mismo; encerrado. Y él lo había liberado.

¿Pero realmente fue eso lo que atacó la mina? Las pruebas, las huellas, indicaba que sí. Otra cosa sería demasiada coincidencia. Hubo una lucha con los hombres de la mina, y los que quedaron vivos, huyeron. Solo había huellas de los cascos de un único caballo, se hundían en la tierra. Se acuclilló y las examinó. Dos hombres, a lo sumo tres, montaban el animal; probablemente solo dos, y uno herido. Llegarían a la ciudad, darían el aviso de lo sucedido. El hombre blanco avanzaba sin piedad por sus tierras, de manera que el miedo no lo iba a detener. Regresarían antes o después, buscando venganza. Sin embargo, no encajaba del todo esta hipótesisl el tomahawk, las plumas, podría tratarse de una pelea con los suyos...¿Y si estos perseguían a ese ser y todos se direron cita aquí? No, no lo creía posible. Pensó que tal vez no eran hombres de su tribu ni de ninguna otra. La criatura iba armada, era un indio, un guerrero engalanado para la guerra. De ahí su arma perdida, las plumas. Ningún hombre de las naciones indias cometería semejante monstruosidad. 

¿Y él que iba a hacer? No tenía valor para continuar adelante en su empresa de encontrar "aquello". Todavía no era un guerrero probado, y si bien su corazón no conocía el temor contra cualquier otro hombre o bestia, o eso quería creer, esto era distinto. Era algo que no pertenecía al mundo de los vivos.

Dejó atrás la barbarie sanguinolenta, no sin antes echar un último vistazo al interior de la mina, desde el exterior. Se dijo que algún día regresaría, cuando fuese un fuerte, hábil y diestro guerrero, como su padre y su abuelo. Se sumergería en las entrañas de la mina y encontraría lo que fuese que se ocultó allí dentro. Se alejó. Iría a la ciudad, ese extraño lugar donde algunos de los suyos vivían. Los buscaría. La ciudad de lo blancos...tantas cosas se decía de ella...

Ichii se encamino tras las huellas de aquellos que se alejaban de la mina... seria un largo camino, quiza incluso podria alcanzar a los supervivientes dado que el sobrepeso en el caballo podria hacer que este cayese muerto antes de alcanzar la ciudad.

Aun asi no era demasiado probable por lo que Ichii decidio no perder mas tiempo...