Partida Rol por web

Queequeg se despierta antes de amanecer y prepara agua para el té del anciano. Está feliz como hacía tiempo no lo estaba. Mientras el puchero está en el fuego examina el símbolo que le dío Ssasser la noche anterior.

Igual encuentro algún símbolo o marca que me dé alguna pista.

Por primera vez siento afinidad por alguien. Siento como si este anciano fuese el padre que nunca conocí. En Kokovoko toda mi fidelidad fue con Degei, nunca con el templo. Ahora sé lo que la Gran Serpiente quiere de mi. Debo encontrar a mis hermanos; continuar la búsqueda de Ssasser. Para esto primero tengo que encontrar a Dosvientos. Si se da cuenta de que lo estoy buscando tendré que matar al semiorco.

El carguero zarpó y el Petrel parte esta mañana hacia Illin. Igual me confundí y el trato de Dosvientos con el Tuerto fue un pasaje. Pero el petrel no se dirige a Freeport...

El agua comienza a hervir y Queequeg la retira del fuego. Hecha unas hojas en la tetera.

Un momento. Si Dosviento tiene pasaje en el Petrel debería comprobarlo.

Coge sus cosas rápidamente y se dirige al puerto corriendo. Sin que sea visto observa como ultiman los preparativos del Petrel antes de zarpar, buscando cualquier señal del capitán Dosvientos u Olik.
Si no ve nada vuelva a "La Serpiente Marina".

Esto no es más que trucos de salón propios de aficionados...  Pero servirá para obtener nuestro propósito.

¿Quienes están en el barco?

Hablo con alguno de los marineros, a ver si se van a alguna taberna por la noche a congeniar un poco con ellos

Mientras se prepara el té, Queequeg observa detenidamente el amuleto. Es bronce fundido y tallado, parece tener una gran antigüedad. ¡Quizá pudiera ser Valossiano y tener miles de años! La serpiente mordiendo su cola representa simultáneamente al depredador y a la presa, a la vida y a la muerte, al principio y al fin, al ciclo de la vida, a recibir de la naturaleza para luego dar ... Son unos valores muy arraigados en el credo de Degei, de modo que no tiene ninguna duda de que se trata de algún tipo de icono o símbolo sagrado ligado a la religión de Yig.

Queequeg le añade un cordel de cuero al amuleto y se lo cuelga al cuello mientras sale a los muelles buscando El Petrel. Aún no ha amanecido pero parece intuirse algo de claridad al Este. Al llegar al muelle donde se encuentra la embarcación, desde una distancia prudente para no ser visto, observa al Capitán dirigiendo la carga al barco de un baúl grande y pesado de madera. Dos estibadores hacen esfuerzos para no romperlo y cargarlo a través de la pasarela. El capitán Romo se encuentra a bordo organizando los preparativos para partir. Se sorprende de no ver a Olik por ningún lado.

- Capitán Dosvientos pasajero El Petrel - Piensa Queequeg, encajando todas las piezas.

Decide volver a casa del anciano para despedirse de él y embarcar antes de que zarpe la nave. Al llegar, el silencio de la casa le indica que aún no se ha despertado. Se fija en que no ha cambiado de postura y el silencio es demasiado profundo. Preocupado, se acerca al camastro ya que lleva muchas horas dormido y le toca la frente, comprobando con pena que está frio y rígido. Un sentimiento de pena inunda a Queequeg, a pesar de haber conocido a este hombre serpiente hace apenas unas horas. Su gesto está tranquilo, incluso sonriendo. Al parecer murió en paz, cumplió su misión en la vida y encontró a un hermano suyo, pudiendo transmitir esta misión para que perdurara.
 

A Queequeg no le queda mucho tiempo, si no llega pronto a El Petrel, partirán sin él.

Queequeg reza una pequeña oración por Ssasser; sale de la tienda y se dirige hacia el Petrel.

Anciano, tu búsqueda ahora es mía. ¡Que Degei te mande a Borotu!

Al llegar frente al Petrel pregunta por "El Tuerto" -

Queequeg acepta tu oferta. ¿Por dónde empiezo?

Kalina, con el aspecto de un marinero de Amerys, observa al Capitán Romo El Tuerto y siente el irresistible impulso de abalanzarse sobre él y ahogarle ahí mismo. Tal acto sería un auténtico suicidio dada la numerosa guardia imperial que patrulla los muelles y la propia tripulación que verían en riesgo su puesto de trabajo para las próximas semanas. De modo que se contiene y le ofrece sus servicios.

El Capitán Romo observa la musculatura de Talos y satisfecho contesta:

- Os han informado bien. Busco marineros, vamos a Puerto Illin. Partimos en cuanto complete la tripulación, seguramente mañana por la mañana. Me temo que el puesto de contramaestre ya está asignado. Pasaos entonces, antes del amanecer. Podéis dormir esta noche en el barco si no tenéis un lugar mejor.

Dicho esto, se fija en su acompañante presentado como Cyl y su falta de masa corporal y fuerza:

- Por desgracia, tú no me sirves. ¿Tienes alguna habilidad que sea de utilidad en alta mar?

Cyl piensa unos momentos su respuesta. El truco de la telepatía funcionó con Dosvientos, pero duda que valga con Romo y además, es una habilidad que conviene ocultar.

- He trabajado en una taberna, sé cocinar – espera que esto sea suficiente, pero por si acaso, continúa con una mentira – también soy carpintero, sé reparar vías de agua y otros daños – confía en que su magia le ayude si llega el caso ...

El capitán asiente no muy convencido observando los tatuajes arcanos del elfo, pero sin darle mucha más importancia, le acepta como cocinero y carpintero. Con un gesto se despide y vuelve al barco a continuar con los preparativos.

- Puerto Illin, en la costa Este del Mar de Eleryn – piensan Kalina y Cyl – Es el puerto principal del reino de arena de Isteroth. Se tarda sólo una semana en llegar. Un trayecto tranquilo por el Mar de Eleryn, controlado y protegido por los navíos del reino de Theikon que aseguran el libre paso comercial y mantienen el mar limpio de piratas. Otro cantar es el mar abierto más allá del estrecho de Amerys, el Océano de Lisaris. Aquí campan los piratas libremente y se ubica el archipiélago Dientes de Serpiente, en cuya isla principal se halla Freeport.

No hay rastro por ningún lado ni del Capitán Dosvientos o sus acompañantes, ni del salvaje del taparrabos o del monje que bebía té de flores.

Todos los marineros y estibadores están ocupados cargando el barco y no cree que pueda interrumpir a ninguno de ellos de momento. Por la cantidad de trabajo pendiente, no cree que ninguno vaya a tener algo de tiempo para disfrutar en la taberna. Sin embargo, en el castillete de proa, observa a un enano marinero que contempla tranquilamente el ajetreo del puerto. Parece confiado y responsable, no el típico marinero de baja moral que abunda en La Jarra Llena.

Se acerca a él e intenta entablar una conversación:

- Hola, soy Tosahki, marinero de este barco a partir de mañana. Veo que tú no estibas carga, ¿eres el contramaestre o el primer oficial?

El enano le mira amistosamente y contesta:

- ¡Por Herkan! Me temo que no soy oficial de esta nave mas un simple marinero. Pero ya cargué mi parte y no pienso hacerle el trabajo a esos holgazanes – señala con la mano al resto de estibadores - Me llamo Thrott, encantado. Creo que vamos a ser compañeros en este viaje.

En un intento de ganar confianza con este enano para conseguir más información, Tosahki le invita a unas cervezas. La Jarra Llena no parece el lugar más indicado de modo que se acercan a otra de las multiples que hay. Tosahki piensa que sólo tiene Cobres para una ronda, pero cree que será suficiente y, con algo de suerte, el enano le invite de vuelta.

Ya sentados en una mesa disfrutando de una jarra de cerveza, el enano narra su historia:

- Abandoné mi tierra natal, las montañas de Alturin, hace unos años por una deuda con el jefe de un clan. Me he dedicado a trabajar duro en la mar para ahorrar lo suficiente que me permita volver a mi ciudad con la cabeza bien alta. Por fin estoy listo, este será mi último viaje, me dirijo a Puerto Illin en este barco. Desde allí buscaré un transporte a través del desierto que me acerque a las montañas y a mi hogar.

Tosahki cree que este enano oculta algo, aunque su historia es triste y ha omitido el origen de su deuda. Thrott continua:

- ¿Y tú, joven monje? ¿Cuál es tu historia?

Talos sonrie al capitán
Entonces no se hablé más Capitán!!! Talos a tu servico
 

Por cierto, me he quedado sin un cobre y me apetece celebrarlo en puerto, ¿podrías adelantarme unas monedas de mi jornal?. No debes temer que no vuelva, no hay nada que me retenga en puerto y lo único que quiero es hacerme a la mar....pero no sin antes beberme unas jarras de vino y yacer con una buena mujer

Mientras que nos vamos a la taberna miro por si hay alguien sospechoso mirando el barco, cualquier medida cautelar para un barco que esta a punto de zarpar no esta de mas

En la taberna me tomo un trago de cerveza y le cuento

Mi historia es simple, un joven huérfano que le acogieron unos monjes y se termino convirtiendo en monje. Ahora estoy de perenigracion conociendo mundo y esperimentando las diferentes esencias del mundo. Tu que llevas años de experiencia, que tal son estas aguas? Muchos moustros marinos? Piratas? Que peligros nos podemos encontrar? 

MMi entras que conversamos miro al resto de marineros, posibles problemas y los espías a los que aspiro ser.

- Bien, me alegro. Necesito gente fuerte. Baja a la bodega y busca a una mujer que se hace llamar Lady Bella. Es la contramaestre, te mandará instrucciones.

Queequeg baja a la bodega, cruzándose con varios estibadores que cargan cajas de madera, barriles y fardos. Al llegar, se percata de una hermosa mujer dando órdenes a la tripulación.

- Hola, yo Queequeg. Ahora marinero de El Petrel. Tú contramaestre. ¿Qué hago?

La mujer mira a los ojos y logra ponerle nervioso. Se ríe y dice:

- Ayuda al resto de estibadores a cargar todo lo que hay en el muelle. No queda mucho, en menos de una hora partiremos.

- ¿Cómo? ¡Sois una panda de holgazanes y sinverguenzas! Te podrás emborrachar y yacer con mujeres cuando te ganes los Cobres, hasta entonces, nada!

Con un gesto despectivo se aleja malhumorado.

Cyl y Kalina piensan que lo mejor es descansar y esperar a mañana, ya que el día en la mar será duro. El Capitán les ofreció dormir en los camarotes así que entran y se acomodan en una esquina. Ya habrá tiempo los próximos días para inspeccionar el barco. El cansancio del día puede con ellos que caen profundamente dormidos.

- El Mar de Eleryn es tranquilo gracias a las patrullas marítimas del imperio de Theikon que lo mantienen libre de piratas. Sin embargo, cruzando el estrecho de Amerys se halla el Océano de Lisaris, lugar peligroso infestado de piratas, donde se encuentra la ciudad libre de Freeport, ¡gobernada por los mismísimos piratas!

Thrott parece un enano culto y sensato. Después de un rato disfrutando de varias cervezas propone volver a El Petrel a descansar ya que el día de mañana será duro en la mar.

Tosahki está de acuerdo y retornan juntos. Ya en el barco, entran en el camarote común y se acomodan en una esquina. Ya habrá tiempo los próximos días para inspeccionar el barco. El cansancio del día puede con él que cae profundamente dormido.