Partida Rol por web

El Gavilán activó sus motores principales y sus impulsores rotaron hasta apuntar al suelo, lo que hizo que Kazimir se deslizase unos centímetros sobre el suelo y protegiese la cara con el brazo. Con un bramido triunfal que sonaba a victoria, la nave se alzó en dirección a la negrura estelar. Mientras giraba sobre sí misma para encararse a la libertad, pudisteis observar por última vez la cara de desconcierto de los matones que se aproximaban dubitativamente a Kazimir, que os despedía con la mano de forma irónica. Además, como si el fin del enfrentamiento supusiera una señal, observasteis como el muelle se empezaba a llenar de miembros de la seguridad de la estación, que llegaban por numerosas entradas cargando con armamento pesado. Pero ese ya no era vuestro problema. Asegurados en vuestros asientos o a una de las múltiples agarraderas de la nave, sentisteis cómo la continua aceleración ponía al Gavilán lejos de su alcance, y mientras El Limbo, cien mil toneladas de chatarra espacial, empequeñecía a vuestras espaldas, disfrutasteis del estimulante sabor de la victoria.

Unos minutos después, cuando El Limbo solo era una forma asimétrica en la inmensidad del paisaje estelar, Zach alcanzó el pad de datos a Randolph, que lo conectó a la computadora principal de la nave*. Tras consultar a Theodore si había acabado con Vincent y tras recibir respuesta afirmativa, inicio la secuencia que iniciaba el salto hiperlumínico. Unos instantes después, sin un solo sonido que perturbarse el eterno e infinito silencio interestelar, el Gavilán despareció en el hiperespacio.