Ahora debo dejaros, el señor Boykin tiene cosas que explicar y no quiero que esto se alargue por mi culpa. Dijo Clifton mientras estrechaba la mano de Samuel. Pero puedes venir a mi casa cuando quieras Samuel, conoceras a... el hombre sonrie a una de tus nietas, mi hija Susan. Si es que quieres hacerlo.
Samuel asiente, aunque poco convencido.
- Ya veremos, Clifton... - Responde con algo de tristeza en la voz. Quería conocer a su nueva familia, eso seguro, pero iba a echar de menos demasiado a su antigua familia, con la que se crió. - Acabo de volver de la guerra después de... ¿Cincuenta años?... Aún tengo mucho a lo que acostumbrarme de este futuro, señores. Cuando lo haga, si lo acabo haciendo, prometo visitaros a ti y a tu familia para que me lo cuentes todo. Es una promesa. - Estrechó con franqueza la mano de su sobrino.
Andrew espera a que Clifton salga de la habitación y cierre la puerta antes de dirigirse de nuevo a vosotros.
Bien. Estoy seguro de que todos están ansiosos por salir de aquí, y les aseguro que yo soy el primero. Voy a explicarles lo que el gobierno desea de ustedes, y luego les explicare que estamos dispuestos a hacer a cambio.
El hombre hace una pequeña pausa como preparándose para dar un discurso largo.
Ustedes llevan más de cincuenta años fuera de escena, pero en su momento lucharon por este país, por protegerlo. Pues bien, este país les sigue necesitando ahora. Lo que queremos es que sigan haciendo lo mismo que hacían entonces, pero que ahora lo hagan con autorización del gobierno. Podrán dedicarse a cualquier cosa que deseen, podrán aprovechar sus habilidades, pero lo harán con una placa.
Durante unos segundos recorrió los rostros que le miraban desde la sala tratando de captar alguna reacción que le diese pistas sobre como proseguir.
No podemos aislarles de los medios de comunicación, pero ustedes pueden hacer un gran servicio a este país si nos dejan asesorarles cuando llegue el momento. A cambio de esto estamos dispuestos a ser muy generosos. Hemos dispuesto una mansión en las afueras de Nueva York en la que podrán vivir tranquilamente con todos los gastos pagados. Pueden hospedarse allí mientras deciden si aceptan o no esta oferta, pues no espero una respuesta inmediata. Además, les pagaremos un sueldo, el gobierno no puede pagar cantidades astronómicas, pero recibirían mil dólares semanales por su labor en los cuerpos de seguridad, eso a parte de los gastos pagados como he dicho. Además, haremos todo lo posible para ayudarles a adaptarse, incluyendo encontrar a toda persona con la que hubiesen tenido contacto, familiares, amigos, ustedes solo tienen que facilitarnos los datos y nosotros los encontraremos.
Una sonrisa se reflejo en su rostro.
No tienen que responder ahora, solo les pido que me digan que lo pensaran. Si aceptan esta oferta, un helicóptero les llevara allí dentro de una hora, y serán libres de ir y venir a donde consideren. Si no la aceptan, entonces se les entregara el dinero que se les adeuda y serán libres de ir y venir igualmente.
El encuentro entre tio y sobrino es realmente desconcertante. Principalmente porque el sobrino puede que sea incluso mayor que el tio. Sin embargo no termino de confiar en toda esta situacion.
Boykin nos ofrece un trabajo. Sin moverme de mi silla me cruzo de brazos y empiezo a hablar.
- Se que no es el caso de todos, incluso puede que sea solo mi caso, pero yo no soy policia, soy soldado. No es lo mismo matar nazis en una guerra que arrestar a carteristas o quien sabe que delicuentes hay ahora.
Miro a los presentes intentando deducir si alguno esta en misma situacion.
- Lo que quiero decir es que podemos hacerlo, pero el gobierno nos tendrá que respaldar. En mis tiempos las cosas no se hacian como hace cincuenta años, asi que supongo que si realmente estamos en el año que dicen que estamos las cosas no se haran como entonces. No obstante puede contar conmigo, aunque ya le haré saber mis condiciones.
El pequeño héroe de barrio, ahora tenía la oportunidad de empezar una nueva vida. Sabía que muchas cosas habían cambiado.
Había estado toda la tarde leyendo como había sido la historia de los últimos 50 años, y sabía que a pesar de todos los avances y maravillas, no estaba en un mundo mejor, sino en uno diferente.
La opción de tener un oficio al que dedicarse le parecía la mejor manera de no pensar demasiado en lo que dejaba atrás. Aunque sabía que mas tarde o más temprano llegaría a reflexionar sobre lo que estaba viviendo.
Pero ahora no.
Así que hizo por señas lo propio, y le pidió papel y bolígrafo a el Señor Boykin. Y a tenor de lo que decía enigma, que en parte hablaba en un galimatías, escribió y su pregunta y la levanto en alto para que todos la leyeran.
Pretende que luchemos contra “Retribución”, formando parte del MCA (Agencia de Control de Metahumanos), ¿no es cierto?
Sabía que era posible que solo Boykin entendiera las referencias del grupo terrorista, pero al menos, supuso el resto sabría que había una agencia de control de personas como ellos.
Y como ya había pasado antes, ahora se preguntaba si él debía de estar enmarcado en el concepto de metahumano….
Me pillo boli y papel para poder "hablar" con normalidad.
No es que no le gustase la idea pero se había quedado ida cuando vio al familiar de Johnson, la verdad es que no creía que hubiera alguien de su familia pero le hacía ilusión pensar que sí; aunque claro, verlos no sería algo muy inteligente, a menos que no supieran quién era ella. Se dedicó, mejor, a escuchar las palabras de Boykin y luego a Little y Massini, bueno, a leer a este último. Cada quien debía tener sus propias duda y eran hombres inteligentes si al menos se tomaban el tiempo para pensarlo. Ella no se consideraba tonta y ya estaba pensando en darle el sí a Boykin pero si le estaban dando una oportunidad para reflexionarlo bien, lo iba a pensar.
-Y... ¿Mientas estemos en la mansión..., tendremos que atender algún problema si se presenta? Es sólo para estar preparada.
Esbozó una sonrisa, tenía la actitud de quien se interesa pero va con cuidado.
Boykin coge la nota, y abre los ojos de par en par cuando lee su contenido. Levanta la mirada hacia Monk Nero tratando de imaginar como puede haber oido hablar de Retribucion, pero finalmente desiste y niega con la cabeza.
Retribucion ya no existe señor Massini, y la MCA fue disuelta. Solo existe como una pequeña rama del FBI. Evidentemente no es plato de su gusto hablar de estos asuntos. Estados Unidos no ha vuelto a ser la misma nacion desde que ocurrio todo aquello. La unica motivacion que nos mueve es que quiza ustedes sean una segunda oportunidad para este pais, ahora tenemos la oportunidad de enmendar algunos errores que se cometieron en el pasado.
Despues se vuelve hacia Caprice y le lanza una encantadora sonrisa.
En absoluto. Seran invitados, no obstante si desean desempeñar un puesto en las fuerzas del orden, estaremos mas que encantados de hacerlo posible. Esa es al menos nuestra intencion, pero seran libres de ir y venir a su antojo hasta que tomen su decision.
La silla es cómoda, para qué negarlo, así que me tomo cómodamente la sorpresa de que nos presenten a alguien de la línea familiar de uno de nosotros. Y pensar que Samuel no quería buscar a su familia, cuando ha sido ella la que lo ha encontrado a él en forma de un miembro influyente en la política. Ante el breve pero intenso intercambio de sentimientos, mucho más que lo que las palabras o los actos demuestran, no puedo sino mostrar una sonrisa en el rostro. Y es que no habré sido yo, ni tendrá nada que ver, pero la sensación de ver cómo se juntan dos familiares después de una acción de salvamento siempre me ha llenado de gozo. Y cuando se marcha, la sensación se va con él y pasamos a los temas menos banales.
La oferta, todo hay que decirlo, no es mala. Incluso con la depreciación, he de entender que el sueldo de... unos doscientos y un cuarto mil de dólares es una suma más que considerable, aunque el actuar de superheroe, y a saber en qué condiciones, de manera permanente tampoco es que sea mi mayor pretensión en la vida. Mientras estoy en mis pensamientos, Monk le enseña un papel a Boykin que hace que el pulso se le acelere al entrar de nuevo en un tema escabroso, y no es la primera vez que ocurre hoy.
-He de decir que la oferta es tentadora, y al menos la estancia temporal imposible de despreciar, por lo que será un placer ser huesped de la casa que nos ofrece. Y a partir de ahí, ya veremos.
Se sucedió la conversación a mi alrededor, pero yo ni me percataba de ella. Tan sólo sopesaba la idea de ir a vivir a aquella mansión que mencionó Boykin. No sabía qué hacer con mi vida una vez debía enfrentarme a ella. De hecho, pensaba que encontraría a mi hermano en seguida, me iría con él y seguiríamos nuestra vida como siempre había sido, pero no me daba cuenta de que todo había cambiado y que mi hermano, si vivía, tendría toda su vida hecha, con mujer e hijos, quizás incluso nietos. Por lo que, no llegaba a comprender todo lo que se escapaba y lo que me faltaba por aprender.
Comencé a mover la pierna, nerviosa, impaciente. Impaciente por saber qué es lo que decidiría mi mente, por qué camino andaría de ahora en adelante.
Si bien es cierto que quería irme de allí, que quería recorrer las calles de nuevo, ver lo que ha cambiado todo, hacer compras, vivir de nuevo, terminar mi carrera, quizás, hacer nuevos amigos, conseguir un pequeño apartamento y un trabajo a media jornada. Hacer lo normal, recuperar una vida normal. Mi vida.
Y, sin embargo, me sorprendí a mí misma diciéndome que debía sopesarlo aún más. Pese a que creía que lo tenía todo claro, que quería salir de esa jaula de oro, terminé decantándome por meterme en otra.
-Yo opto por ir a esa mansión que dice- dije, mirando a Boykin, levantando ligeramente la mano, como si estuviera en el colegio-. E ir recuperando mi vida poco a poco.
Master: Antes de postear el turno: No estoy muy seguro de cómo funcionaría el poder de Katyusha. ¿Puede afectar las probabilidades de elegir el camión correcto?
DIRE: Yo creo que si. Es un poder sobre las posibilidades, asi que no veo porque no puedes usarlo asi.
Papel en mano, el monje negro de la pequeña Italia volvió a insistir.
Si no es contra retribución, contra quien necesitan a un grupo de viejos soldados. Porque aunque ya nadie use sus poderes sin control del gobierno, dudo que los meta humanos se hayan marchado.
Luego, entiendo que pretenden usarnos no solo como arma propagandística, sino para luchar contra o por algo.
Y espero, dios mediante, que no sea un nuevo ataque contra Sur América, o algo así.
Luego, señor Boykin, puede decirme en que sección del gobierno nos van a englobar, contra que vamos a enfrentarnos en nombre del gobierno, y sobre todo, de quien vamos a depender, del ejército, del presidente, del FBI…
El monje escribía mientras los demás hablaban, escribía rápido y termino por mostrar nuevamente el contenido.
Boykin asiente complacido cuando Bryan y Zoe aceptan su oferta, pero de nuevo la nota de Massini nubla su expresión. Mientras responde menea la cabeza lentamente.
No negare que la publicidad nos vendría muy bien, pero le prometo que no es la prioridad. Tampoco pretendemos crear un equipo de meta humanos, y ustedes tendrán libertad de decidir que hacen y que no hacen, si creen que estamos abusando de su buena voluntad, podrán irse de inmediato.
Se apoya de nuevo en la mesa, y tras un momento de silencio levanta su rostro con una sonrisa que sin duda habrá protagonizado más de alguna portada en las revistas.
Veo que es usted un hombre con curiosidad, y eso es bueno señor Massini, pero le pido que nos permita darles acceso a toda la información sin el sensacionalismo. Estamos dispuestos a explicarles en la medida de lo posible mucho todo lo que deseen saber, pero algunas de esas cosas que menciona ocurrieron hace cuarenta años, yo mismo era un niño, y el presidente Long era un estudiante en aquella época. Los responsables de aquellas atrocidades desaparecieron hace mucho tiempo.
Boykin rodea la mesa hasta situarse frente a Anthony y le tiende la mano.
Podrán elegir su camino. El FBI, el ejercito, todo el mundo esta deseando contar con sus servicios, ustedes deciden, y no están aceptando nada en este momento, mas allá de escuchar las ofertas que les haremos.
El algo italiano miro la mano tendida, escribió una vez más y la estrecho.
No le digo que no a la oferta, pero me interesa conocer la oferta ahora, pero parece que no tiene autoridad para hacerla. Así que sin problemas.
Vallamos a esa mansión.
Luego se puso en pie. Parecía que la reunión tocaba a su fin. Bien podían haberles dicho es aquella misma mañana.
Por algún motivo estaban dilatando en el tiempo explicarles como eran las cosas. Parecía, que tenían cosas que ocultar, o que les habían aconsejado darles toda la información grano a grano.
Sea como fuere, ahora mismo no tenía a donde ir, ni que hacer. Prefería la oferta de una casa, y luego un trabajo, que estar sin hacer nada, buscándose a sí mismo.
La opción era lógica para él. Y sabía que para muchos de ellos terminaría siendo la única viable.
Si todo había pasado como había pasado. Eran anacronismos de otra época, que difícilmente podrían sobrevivir a esta, al menos no sin esa ayuda. El no iba a rechazar la oferta, es más, pensaba sacarle todo el partido.
Y aun le quedaba mucho por averiguar.
Samuel aún seguía bajo los efectos del encuentro con el que decía que era su sobrino (Y que por el parecido físico perfectamente podría serlo) por lo que se mantuvo un poco al margen de la conversación que estaba teniendo en la mesa sobre la opción que les había planteado Boykin. No prestaba demasiada atención a lo que comentaban sus compañeros de viva voz y aún menos a lo que el monje se esforzaba en escribir para no tensar el ambiente con su inusitada voz.
- Señor Boykin... Yo luchaba contra el crimen en los muelles de Nueva York antes de plantearme el viajar a Europa a combatir el gran mal... - Su voz contenía una nota de ensoñación, como si todo aquello hubiera sido irreal aunque solo hubieran pasado unas horas desde que cerrara los ojos por última vez cincuenta años atrás - Lo hacía por los ciudadanos, por la gente común, de a pié; porque era lo correcto y porque tenía el poder necesario... ¿Y sabe? Siempre quise poder hacerlo del lado de la ley, a cara descubierta. Antes no hubiera sido posible... - Esboza una media sonrisa y se encoje de hombros - Pero parece ser que ahora si. Por eso puede contar conmigo. Me gustaría regresar a los muelles, trabajar con la gente normal... Pero si me necesitaran para amenazas mas grandes, no dudaría en prestarles apoyo.
Hizo una pequeña pausa, repasando las caras de sus compañeros y parándose de nuevo en Boykin.
- No se qué opinarán mis compañeros, pero todos estuvimos en Francia y Alemania... Haciendo lo correcto. Creo que lo natural es que sigamos haciéndolo aquí, en nuestra patria. Y más si es tan cierto que nos necesitan.
Katyusha observó los camiones y suspiró profundamente. Si todo aquello era real, hacía más de cincuenta años que no lo intentaba. ¿Sus “facultades” seguirían funcionando?
Cerró los ojos y se concentró en los vehículos. Se vio a ella misma, junto a Oliver, entrando en primer camión y siendo viendo cómo un azorado conductor los descubría y gritaba, llamando a la policía. Luego ella y Oliver, metidos en el remolque de otro camión. Esta vez no eran descubiertos, pero esperaban por horas hasta que el camión se ponía en marcha en una dirección completamente distinta a la esperada.
Docenas de variantes de la misma situación flashearon en su mente, cómo una película con imágenes editadas en rápida contigüidad. Finalmente vio la que necesitaba: Se subían al camión que tomaba la ruta a New Jersey.
Abrió los ojos y parpadeó, para enfocar el mundo real y presente.
Señaló a uno de los camiones con seguridad.
—Ese. Ese es el que va a New Jersey —se volvió a mirar a Oliver—. Ahora sólo tenemos que encontrar una manera de entrar.
¿Tengo que tirar algo? Es que todavía no tengo la ficha. Perdón :P. Me pondré a ello, este fin de semana.
Tranquilo, tampoco es que la vayamos a usar mucho :P
La reunión se prolonga varios minutos mas mientras Andrew os da las gracias, y se compromete a cumplir todo lo que ha dicho, y responder todas las preguntas que os surjan. Os asegura que habrá personal preparado para atender cualquier necesidad que os pueda surgir, y que recibiréis noticias de vuestros familiares tan pronto como estas lleguen.
Durante la siguiente hora os dan tiempo para que podáis hablar entre vosotros e intercambiar impresiones hasta que Boykin regresa para despedirse y dejaros con la señorita Linda Perkins. Según os indica, Linda será la coordinadora de la mansión mientras requiráis de sus servicios, y se encargara de conseguir lo que podáis necesitar, filtrar las visitas, informaros cuando alguien quiera haceros algún tipo de oferta, y también orientaros si decidís hacer alguna aparición en televisión. Además la señorita Perkins tiene acceso a Boykin veinticuatro horas si fuese necesario.
Linda os guía hasta la azotea del hospital, mientras os explica que para trasladaros cómodamente hasta la mansión vais a utilizar un helicóptero, aunque el aparato en cuestión es muy distinto, y mucho mas grande que los que hubieseis podido ver en vuestra época.
Se trata de una enorme aeronave con capacidad para 12 pasajeros, que con un estruendo levanta el vuelo desde el helipuerto que hay en el hospital. No tardáis demasiado tiempo en comenzar a divisar la ciudad de Nueva York.
En 1.945 ya era una de las ciudades más grandes del planeta, y probablemente lo sigue siendo, pero es cuando veis el Empire State Building cuando sois realmente conscientes del cambio. Si en aquella época era el edificio mas alto de la ciudad, en la actualidad, parece un edificio más, o peor aun, un edificio fuera de lugar, en el mar de edificios modernos que lo rodean.
Después de lo que había visto en la guerra, Katyusha estaba convencida que nada podría impresionarla, por el resto de sus días, pero se equivocaba.
A pesar de que sabía que no tenía tiempo que perder, se detuvo un momento, a contemplar el paisaje de gigantescos edificios, el ruidoso tráfico de vehículos y los transeúntes con sus coloridas vestimentas. Volvió a sentirse mareada. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? La guerra había terminado y el Camarada Stalin debía estar muerto. Todas las personas que había conocido debían estarlo. Se envaró y respiró profundamente. ¿En qué estaba pensando? Ella era una militar soviética. En cualquier tiempo y lugar, lo que debía hacer era evidente: Ponerse al servicio de su país. Todas las demás consideraciones que pudiese hacer, a nivel personal eran secundarias. Ya tendría tiempo, para ocuparse de ella misma. Lo importante ahora era servir, en lo que el Partido le mandase.
Levantó una mano y le hizo una seña a uno de aquellos extraños taxis amarillos de ángulos rectos.
—Vamos —le dijo a Oliver—. Será más rápido que buscar la dirección en un mapa.
Master: Desapareció el post con la imagen de la ciudad. ¿Era para Katyusha o para otro PJ?
Es que esta en la nueva escena
http://www.comunidadumbria.com/partida/diez/capitulo-i-katyusha-lejos-del-hogar
Perdón, me desubiqué.