Partida Rol por web

Pasáis el resto del día con las dudas en la cabeza. En mayor o menor medida, pero algo de lo que os dijo Mr. Navit el hacker caló dentro vuestra. Os sentíais escogidos ¿Por qué no se lo dijo a otras personas? ¿Por qué vosotros? Es algo que ninguno puede contestar.

Llega el día siguiente. Por la mañana hacéis vuestra rutina diaria. Habíais soñado con Mr. Navit. Algo os hizo. No era normal que hubieseis soñado con él. Alguno soñaría con él como un monstruo. Otros como una especie de liberador. Pero todos soñasteis con él. En vuestro lugar de trabajo o de estudios no podéis evitar los nervios. Aún así, lográis camuflarlos bastante bien. 

Entonces, llega el atardecer. La "fatídica" hora. Aunque decir fatídica era exagerado. No sabíais con qué os encontraríais en el parque de chatarra de Kowloon. Simplemente, no estabais preparados. Una vez os conectáis, veis que tenéis una nueva URL. En alguna parte de la misma podíais leer "kowloon". Veis que tenéis un mensaje. Era de Mr. Navit el hacker.

¡Saludos! Esta es la ubicación de Kowloon. El Parque de Chatarra está avanzando un poco, nada más entrar ¡Allí os espera mi regalito!

Hackear las máquinas era una cosa, hackear las mentes era otra distinta... Que aquella noche la imagen de Mr. Navit se quedara grabada en mi mente, no me hizo mucha gracia... Sin embargo, pasé del sueño lo más que pude y comencé con mi rutina diaria, empezando por despertar a mi hermana. Craso error... Como siempre mi hermana tardaría siglos en despertar, pero independientmente de ello, lo peor fue tener que lidiar otra vez con el tema de Hudie y si tenía una cita. Por supuesto intenté quitarle por activa o por pasiva esa estupida idea - ¿Yo? ¿Quedar con alguien? ¿Quien va a quererme además de mi familia? - Era lo que pensaba siempre mientras por fuera trataba de ocultarlo.

El colegio pasó como siempre, siendo la más pequeña del curso no podía esperar más del resto de compañeros, aunque entre el tema de esa tarde y la investigación que los policías no pueden resolver, tenía suficiente para ocupar mi mente con otras ideas e ignorar a todos los que intentaran decirme algo despectivo. Tan solo deseaba que llegara la hora...

Y al fin esa hora llegó. No tardé en conectarme a Eden, sin siquiera esperar a mi hermana - Es mejor que vaya yo sola Maiko... De verdad - No podía convencerla, pero si podía desobedecerla. Así pues me conecté sin demora para instantáneamente recibir un mensaje de Mr. Navit - No te voy a perder de vista ni en mis peores pesadillas ¿Eh? - Dije en voz baja con una media sonrisa antes de dirigirme a la URL nueva - Kowloon... Allá vamos - Y viajar por la red de Eden viendo como llevaba a los paramos más oscuros de Kowloon, tierra de Hackers.

Nada más llegar tan solo pude suspirar - Otra vez aquí... ¿Por qué los hackers se reunen aquí? Es algo que nunca entenderé, siempre es mejor pasar desapercibido entre el resto de la gente y no escondido en una cueva... En fin, no me entretendré... - Empecé a caminar ocultando bien mi rostro y mis manos en los bolsillos, mirando a todos lados casi como si sospechara que algo malo fuera a ocurrir - Parque de Chatarra de Kowloon... Aquí estoy... ¿Y ahora que? - Dije mientras me paseaba, aunque si no veía nada interesante, pronto me pondría a investigar el asunto que dejé a medias el día anterior.

Después de todo aquello, pase el resto del día con normalidad. Le prepare la comida a mí hermana, jugué algo de videojuegos, siesta, ir al gimnasio a entrenar... Un poco así normal sin más. Ya luego cuando me fui a dormir la cosa si era más rara... ¡Yo estaba siendo la reina de los pandas rojos cuando apareció el pirata Barbanavit intentando hacerse con mis reservas de te con caramelo! ¡Por lo que tuve que usar mis cañones de menta para lanzarle balas gatitos que empezaron a ronronear para distraerlo, y así poder echarlo de mis tierras! Fue raro... ¡pero divertido y gané!

En fin, el día siguiente fue similar, y me divertía con mi rutina diaria... Despertándome tarde por desgracia; aunque eso no me impidió llevar a mi hermanita al colegio y llegar a mi trabajo de forma puntual... Por muy a lo loco que tuviera que haber desayunado y conducido. Después del trabajo, por la tarde no pude evitar preguntar más sobre ese asunto de Hudie a mi hermana si seguía tanto interés por ese sitio... picándola para saber si era por una cita con amigos o solo uno, jiji. Después de hacer unos recados, como de costumbre me iría a entrenar al gimnasio... y cuando volví ya entrada la noche cerca de la hora en la que habíamos quedado... Me encontré a mi hermana ya conectada...

¡Pero será...!- no tardé en conectarme después de verla... ¡Pero será irresponsable, metiéndose después de haber acordado ir juntos para que no nos pasara nada! Al conectarme, veo que me llega una URL... que pone por ahí Kowloon... ¡Por lo que mi hermana seguramente también se metió por ahí! Desde luego imaginar a mi hermanita pequeña yendo a ese sitio que parecía el equivalente a un callejón oscuro con una camioneta blanca con "caramelos gratis" escrito en un lado con faltas de ortografía me ponían en parte nerviosa... y por eso buscaría a mi hermana lo más pronto posible.

Me pasé andando rápido por el lugar buscándola... Hasta que al final, la encontré paseando, ¡una hermana mayor siempre sabe como localizar a su imouto-chan! Y como una sombra acercándome detrás de ella... La agarraría de los mofletes desde atrás -¿Pero como se te ocurre venir aquí sola cuando ya habíamos conseguido un grupo? ¡Le vas a dar un mini-infartito de hamster a tu hermana! ¡Ahora mismo nos vamos a buscar a los demás!- dije después de asaltarla desde la espalda dispuesta a llevármela conmigo como si estuviera castigada.

Había sido un día largo y complicado. No sabía, bueno, sí lo sabía pero no estaba seguro, si debía conectarme o no. De hecho, de no ser por Lil... lo hubiese mandado todo a tomar por saco. No me quería meter en líos.

La suerte ya estaba echada. Tomé mis medidas de protección básicas y me conecté, con un suspiro, una buena comida y una dosis de cafeína como para preparar unos exámenes finales. También una agenda libre para el resto del día.

Llegué muy justo de tiempo, tanto que no pude buscar a nadie y ya tenía el mensaje del hacker... o quizá era el propio Mr. Navit real y pedía ayuda desde el interior de una IA que lo tenía secuestrado y...

Basta.

Me obligué a detener mis nervios y mi imaginación. Me limité a pulsar el enlace, cerrar los ojos y dejarme llevar. Con un único pensamiento en mente: Evita. La. Pizza. Con. Queso.

Estaba concentrada entre mis cosas mientras esperaba que Mr. Navit intentara hacer acto de presencia, aunque sinceramente no me esperaba que ocurriera nada, simplemente seguía investigando mis cosas sin llegar por ahora a nada más allá de lo que había averiguado, y en los foros tampoco tenía respuesta por ahora...

Total, estaba tan distraida que pues no me di cuenta que más gente había accedido a la URL, pero aunque me hubiera dado cuenta, ni siquiera iba a voltearme para mirar quien era, me daba muy igual quienes fueran ya que al final asumí que me habían hecho caso y que por protegerse se habrían quedado en casa. Aunque fue mi total y completo error pensarlo así...

Para cuando me di cuenta, el dolor ya empezó - WAAAAAAAAH, UAAAAAAAAAAA - No podía dejar de gritar al sentir el dolor en los mofletes mientras intentaba hacer que parara con mi diminuta fuerza... Era inutil ya que mi hermana era mucho más fuerte - PAWAAAAH - Le pedía incluso antes de escucharla. Pero para cuando terminó de hablar y sin que pudiera explicarme por la mala vocalización que salía de mi boca, extendí mi brazo hacia la entrada de Kowloon... No me hacía ninguna gracia verle ahí, pero al menos esperaba que así parara.

-No deguiais hafer guenido, pego hafiamos quegago awi... - Intenté vocalizar lo lógico para que al fin de una vez por todas me soltara, o al menos eso era lo que esperaba. Me dolían mucho mis mejillas.

Tras unos segundos, en el punto de conexión aparece otra persona. Que empieza a correr como si no hubiese un mañana. Era Lil'Pichu, con una cara de emoción que no podía con ella. Cuando llega a vuestra altura, observa a Yuudai. Y se lanza sobre él, con un abrazo que podríais juzgar que era de oso. Aunque no es muy fuerte, pero el chico lo nota en los huesos.

- ¡¡¡Yuudi!!! ¡Sabía que vendrías! - cuando le suelta, lanza una risita como las villanas de anime.

- Seguro que es por mi ¿Verdad? No te preocupes, sé defenderme yo sola ¡Ningún hacker puede ponerme las manos encima! - y comienza a flexionar los brazos, como queriendo enseñar músculo. Aunque no hay mucho que enseñar, la verdad.

- Bueno ¿Alguien ha visto algo? ¿A Mr. Navit el hacker o algo así? Ey ¿y no dijo que nos dejaría un regalo?

En ese mismo momento, la farola de la plaza parpadea por un momento. Y, cuando vuelve la luz, frente a la farola, hay una pequeña mesita con lo que parecen ser pequeñas tarjetas microUSB de distintos colores: plateada, violeta, rojiza y azul. Cada una de ellas tenía algo escrito. La plateada "Hackmon"; la violeta "Vi-elecmon"; la rojiza "Floramon"; y la azul "Betamon". 

Lil'Pichu, al verlas, avanza hacia ellas con una sonrisa. Coge una, la plateada, y la observa detenidamente. Entonces se percata de algo.

- ¡Anda! ¡Si encajan en los digivice! - y efectivamente, tenía razón. La forma y el tamaño de la tarjeta era ideal para conectarlas a la ranura de memoria lateral de los digivice. Con un deje de duda en su habitual carácter alegre, acerca la tarjeta a su dispositivo.

- Bueno, habrá que seguir las "órdenes" del hacker. Si no, raideará nuestras cuentas y bueno, ya sabéis. Ea, a ver qué pasa - y la introduce. Tras un segundo, una vocecita robótica surge del digivice.

- ERROR DE MEMORIA.

- Qué raro, probaré con otra - deja la plateada y coge la rojiza para meterla.

- ERROR DE MEMORIA.

- ¡Joder, cuantos errores! - finalmente, coge la azul y la introduce de nuevo. Entonces, pasan varios segundos. Y se produce un leve destello momentáneo que os fuerza a cerrar los ojos. Cuando los abrís, frente a Lil, hay una criatura gris, con un penacho de pelo naranja, similar a una foquita pequeña... ¡Que flota!

Tras parpadear un segundo, la criatura mira alrededor. Cuando localiza a Lil, sonríe con una sonrisa que a algunos os resultaría adorable.

- ¡Saludos! ¡Yo soy Bukamon! ¿Eres mi compañera humana?

Lil está pasmada ¿Una criatura similar a un pokemon delante de ella? ¡Y le había preguntado si era su compañera!

- Su... supongo - vuelve a mirar el digivice y retira la tarjeta, para guardarla en uno de sus bolsillos. Acto seguido se agacha y le agarra los mofletes al tal Bukamon.

- ¡OIE, QUE ME HAHES DAÑO! - grita como puede la criatura, pero sin perder la sonrisa. Cuando le suelta los mofletes, le agarra las aletas y las mueve arriba y abajo.

- ¿Eres una especie de pokemon nuevo materializado en EDEN?

- ¿Qué? No soy un pokemon ¡Soy un digimon!

Entonces, Lil se queda en shock. Pero poco a poco, surge una sonrisa en su cara.

- Entonces... ¿Podré capturarlos a todos?

Bukamon mira extrañado a Lil.

Al final después de un ratito con el que ya creo que mi hermana habría aprendido la lección de que no podía ir a sitios peligrosos sin mi supervisión, después de que señalara el sitio soltaría sus mejillas dejándola acariciárselas para aliviar el dolorcillo... obviamente no le había hecho daño irreversible; pero tenía que aprender que eso que había hecho estaba muy mal -Si yo no tenía que haber venido... ¿porqué tu si?- le preguntaría simplemente... Pues si el sitio era peligroso para mi, para ella también lo era... Y si había peligro, yo estaría aquí para protegerla.

En fin, al final nos dirigimos hacia esa plaza... y allí nos pudimos reunir con los otros dos miembros de aquel grupo que habíamos improvisado y montado ayer -¡Buenas chicos!- les saludé sonriendo tanto a Lil'Pichu como a Yuudai, ondeando efusivamente mi mano, riendo al ver que la chica hacia el gesto de sacar músculo -¿Lo ves? ¡Con todos juntos no nos va a pasar nada!- dije entonces a mi hermana, imitando algunos gestos de sacar músculo de Lil'Pichu... Solo que a mi si hacía fuerza de verdad se notaba que estaba más fuerte que la chica.

Luego de eso, escuché las preguntas de la chica, ante las cuales negué -No, de momento no hemos visto nada de nada... y bueno, si no viene tampoco pasa nah- le fui respondiendo encogiéndome de hombros. Al ver que la farola de aquella plaza apagarse un momento, me pongo delante de Chika no fuera que iba a pasar algo... Pero no pasó nada... ¡Sino que apareció mobiliario! -¡Ostras, una mesa fantasma!- exclamé al verlo, antes de ir viendo los pendrives que había.

¿Estos serán los "regalos"...? ¿Y como sabemos de quien es quien?- por mi parte me extrañó... Espera, ¿dentro de EDEN que es un ordenador en si... Puede haber pendrives? ¿Podrian haber pendrives dentro de pendrives? No se... de hecho hasta que Lil'Pichu lo dijo no caí que encajaran en el digivice. Primero veo que hace Lil con el suyo... viendo que parece dar error -Pos nos lo han dado rotos...- eso me parecía a mi viendola probar un par de estos... hasta que enchufa uno y...

¡Una dino-foca parlante!- exclamé al ver a esa cosa que flotaba y tenía morro de dinosaurio con cuerpo de foca y crin naranja. Me quedé realmente sorprendida viéndolo... aunque luego de ver como interactuaban ellos dos, no pude evitar reír -Jeje... mira hermanita, como nosotras...- no pude evitar decir bromista al ver que le sujetaba los mofletes -Un momento... Te llamas Bukamon, pero en el pendrive ponía Betamon... ¿es un mote o algo?- no pude evitar fijarme en eso, aunque luego... -Digimon... ¡Como mola! ¡Parece que son como compañeros virtuales para EDEN! ¡ESPERO ME TOQUE EL PANDA ROJO!- exclamé entonces, viendo los otros pendrives -Floramon no tiene nombre de panda rojo... y Hackmon tiene nombre de herramienta...- cogí directamente entonces el violeta, el único que Lil'Pichu no había probado -¡A ver si me va a la primera!- dije sonriente, buscando enchufarlo a ver si me daba error o en su lugar salía un precioso Panda Rojo al que rascar la barriga.

Cuando al fin me soltó los mofletes, empecé a masajearmelos con insistencia para calmar el dolor, aunque al escuchar la pregunta, me congele por un momento y la miré sin saber que responderle exactamente. - Porque... Es un secreto. Y no - Antes de que siquiera pudiera responderme la callé - No tiene que ver con ningún chico, ni con ningún anime - Aunque mantuviera el mismo tono, al final lo diría algo más molesta... Que siempre sacara el mismo tema era... cansado. No la culpaba, pero no quería a nadie más que a mi hermana. Al menos por ahora.

Fue entonces que poco a poco fueron llegando tanto Yuudai como Lil'pichu, y al escuchar lo que fueron diciendo mientras hablaban viniendo hacia aquí, me hizo girarme levemente para teclear en el aire. Para cuando estuvieran más cerca, habría terminado y me giraría al menos solo parcialmente para verlos, para luego ver a Maiko - Aunque seamos muchos, sigo prefiriendo que no te pase nada a ti... - Obviamente la fuerza que tuvieran me daba igual si estabamos a punto de ser hackeados.

Y realmente cuando empezaron a hablar entre ellas, pronto empezó a pasar cosas extrañar y como no podía ser de otra forma, pronto saqué mis pantallas para estar en guardia, empezando a revisar que no estuvieran tratando de Hackearnos, aunque no llegué apenas siquiera a teclear lo suficiente cuando la sorpresa apareció, una mesa con varios pendrives en ella. Al igual que los demás, me acerqué a esta y empecé a leer los nombres, aunque cuando vi el pendrive plateado me quedé un poco pensativa.

-¿Hackmon? Hack... ¿Hackeo? ¿Que será? ¿Será algo para hackear? ¿Será una trampa? Pero ¿Por qué me siento tan atraida a querer saber que es lo que contiene? - Seguí con la mirada el pen viendo como Lil lo llevó hacia su digivice - Si es algo malo... probablemente sea la única que pueda frenarlo, pero si es algo bueno para hackear, puede que sea la única que sepa usarlo. Pero entonces - Y al fin me di cuenta que estaba a punto de conectarlo y por un momento rompí mi mascarada - ESPERA - Intenté detenerla alzando mi voz entre desesperada y preocupada, sin embargo fue justo cuando lo conecto y... No pasó nada.

Bajé la mano poniendome ligeramente sonrojada y carraspeando - Perdón... N-no es que... m-me preocupara - Volví al tono neutro intentando desviar toda atención posible en mi y tratando dejar atrás el deje de preocupación que había mostrado antes - Es solo... Que me interesa ese, me gusta el color plateado - Y finalmente volví a mi mascarada de nuevo buscando tomar el pendrive.

Aún así, aunque lo tuviera en la mano, seguía mirandolo y pensando sobre si realmente conectarlo o no y mientras tanto el resto de cosas sucedían poco a poco, siendo que incluso Lil probó el resto de pens sin siquiera pensarlo... - Que chica más descuidado, por dios... - Me estaba dando algo verla meter todos los pens sin ton ni son. Pero finalmente, uno hizo algo. Uno sacó a una cosa extraña que Maiko mencionó como "Foca-dinosaurio" solo que abreviado - ¿Por qué debe ser medio dinosaurio? - Pregunté siendo que no le veía parecido a un dinosaurio - Y has pasado por alto que está flotando... - Señalé lo obvio que ignoró por completo, aunque de la misma manera ella hizo lo mismo cuando le tomó de los mofletes y aunque sin expresión, la miré con una mirada de profundo odio por el dolor que aún tenía en mis mejillas.

De la misma manera, miré a Yuudai cuando Lil empezó a decir cosas extrañas frente al bicho que se presentó como Bukamon y cuya raza era la de un Digimon. Ni idea a que se refería, pero pronto mi hermana empezó a divagar sobre que "digimon" podría ser cada uno y el mencionar panda rojo me hizo suspirar mientras ella hacía practicamente lo mismo que Lil Pichu - Lo siento - Le dije entonces a Yuudai, intentando no parecer tan "desagradable" como el día anterior. - Tiene una obsesión insana con los pandas rojos - Aunque mi tono seguía siendo el mismo neutro.

Dicho eso, miré de nuevo el de Hackmon y... muy a mi pesar, hice como las otras dos y lo conecté a mi digivice - Que sea lo que sea... Una mascota... No es lo que esperaría... la verdad

Lil recibe el mensaje en el digivice. Se da cuenta de que has sido tu. Y te lanza una mirada de duda e incomprensión. Tras eso, vuelve su atención a Bukamon.

Al introducir Chika la tarjeta plateada en su digivice, pasa unos segundos en los cuales se le rellena una barrita de carga. Al terminar de llenarse, aparece el mensaje "MEMORIA COMPLETADA". Vuelve a haber un destello. Y, frente a la chica, hay una especie de bola rosa con... ¿orejas? Tiene dientecitos y los ojos rojos. Pasados unos segundos de mirar alrededor, alza la mirada. Y sonríe.

- ¡Hola, soy Koromon! ¿Eres tu mi compañera? - cuando ve a Bukamon, su sonrisa aumenta más.

- ¡Hola Bukamon!

- ¡Hola Koromon! ¡Pensé que nunca saldrías de esa tarjeta DIM! - dice la foca dinosaurio. Ambos se acercan el uno al otro y se abrazan, tanto con las aletas como con las orejas. Tras el abrazo amistoso, los dos se giran hacia vosotros.

- ¿Quién es tu compañero, Koromon?

- La chica de la cola. Parece simpática - Koromon tiene mucha confianza en Chika, ya que la mira con una sonrisa de lo más alegre - Por cierto... ¿Qué sois?

- Ellos son humanos - contesta Bukamon.

- Oooooh. Así que así son los humanos ¡Me gustan! ¡Quiero protegerlos, en especial a mi compañera!

Y Koromon se acerca a Chika, abrazándola con las orejas. Su tacto es suave, como una bolita de gomaespuma.

- ¡Oh! - interviene Lil'Pichu - Pero entonces ¿Sois nuestros compañeros? - Bukamon asiente, sonriente.

- ¡Sí! ¡Y os tenemos que proteger! - dice la foquita. Entonces Lil'Pichu se lo queda mirando, con una sonrisa incómoda ¿Proteger de qué?

Casi al mismo tiempo que contempla el panorama, Maiko mete la tarjeta. Como a las dos chicas, tarda un pelín, pero la misma barrita aparece en el digivice. Cuando termina de llenarse, el mismo mensaje aparece en pantalla: "MEMORIA COMPLETADA". Otro destello. Y, frente a ella, aparece una bolita rosa, con múltiples patitas, pero con una flor azul encima de la cabeza. Sus ojos son grandes y verdes, y su boquita es muy fina.

Se la queda mirando mucho rato. Y su sonrisa es más grande que la de Koromon y Bukamon. Y salta directamente hacia ella

- ¡Holiiiii! ¿A que eres mi compañera? - su voz es más "afeminada" que las de los otros dos, pero ¿tienen sexo estas criaturas?

- ¡Ey Pyocomon! - saludan Koromon y Bukamon. Sin soltarse de Maiko, la nombrada Pyocomon gira la mirada hacia ellos.

- ¡Hola chicos! ¡Qué alegría veros! - entonces, alza la mirada hacia Maiko, con su imperturbable sonrisa - ¿Cómo te llamas? Seguro que tienes un nombre muy bonito. Además, eres muy guapa - habla con la inocencia de un niño. De hecho, os fijáis que cada uno de los "digimon" se comportan como niños de parbulitos.

Sonreí a Lil ante aquella risa malvada.

Ni lo dudes.

Podría parecer algo lento, pero en realidad aún estaba intentando comprender qué estaba sucediendo en realidad. No se trataba sólo de haber ido a un sitio con amenazas para terminar siguiendo una ruta misteriosa que debería concluir en una especie de recompensa, como pequeñas ratas de laboratorio a las que condicionas y meter en un laberinto en busca de una recompensa... o un castigo. Si no que la recompensa no era un poco de queso, era una especie de NFT exclusivo o experimental.

Me quedé mirando esas tarjetas con cierta precaución, preguntándome hasta qué punto era positivo activarlo. Aunque poco a poco las chicas demostraron más valentía -o insensatez, según a quién le preguntes- y fueron activando las distintas recompensas e incluso la chica-gato que fue tan borde parecía esforzarse en simpatizar. Clavé mis ojos en ella un segundo, pero enseguida me suavicé, quizá era sólo un mal día, uno muy malo.

Los pandas rojos están bien ¿no crees? Tienen mucho misticismo y carisma.

Finalmente miré la tarjeta roja, que no tenía propietario, y bufé con una ligera sonrisa de resignación.

Supongo que me toca ser el power ranger rojo...

Bromeé, recordando una de las series que veían mis abuelos. Juraría que se había emitido a posterior, pero yo me había quedado en Rita Repulsa, Lord Zedd, y un pavo hecho de mocos.

... así que Floramon. ¿Justicia poética?

Continué mi hilo de pensamiento en voz alta, introduciéndolo en el dispositivo, para luego mirar a las demás.

¿Protegernos de qué? -pregunté directamente, siendo la parte más preocupante- Parece algún tipo de complemento estético, un compañero, con una IA compleja. ¿No?

Añadí, un ligero análisis rápido. No hacía falta ser un genio para deducir algo así, había visto complementos estéticos similares, pero no tan avanzados, la verdad.

Tal vez sea una especie de minijuego o algo...

Traté de responder yo mismo a lo de protegernos, por cómo se comportaban y parecían, a la vez, sorprenderse de nuestra naturaleza humana. Mi sonrisa se amplió cuando halagaban a sus compañeras, desde "parece simpática" hasta "eres muy guapa". Definitivamente parecían niños.

_Pfffff...- me traté de tapar con el puño inútilmente una risa al ver lo adorable que me pareció mi hermana al gritar ese "espera" tan enérgicamente... aunque no dije nada para no molestarla más o incomodarla. Ante su mirada de odio por las mejillas yo únicamente la sonreí con cariño, mirando luego de eso a la foca dinosauro -Tiene un morrito de dinosaurio con los dientecitos y la nariz así... ¿no te parece?- le comenté a mi hermana respondiéndole a su duda... Antes de verle -¡Anda, que vuela!- terminaría diciendo... Si, lo había pasado por alto.

Luego de eso, ya con la tarjeta metida... Vi que a mi hermana le cargaba primera su digimon -¡Jo, si yo lo metí antes...!- no pude evitar decir... ¿Quizás tener el digivice tan lleno de gifs graciosos hacía que fuera más lento? Velocidad o diversión... ¡Que decisión más dura! Vi la bolita que salió del suyo y llamó compañera a mi hermana... ¡Que gracioso se veía! Además de que también era gracioso empezar a ver como estos dos digimones se relacionaban entre ellos, pareciendo que se conocían. Era gracioso verlos... Jiji, era gracioso, me recordaban a Chika muy muy pequeña y bebe y se reía cuando le hacía cosquillas o ponía caras tontas -¿Proteger?- no pude evitar preguntar con curiosidad... ¿A lo mejor esto sería un minijuego en el que iban a aparecer cosas e íbamos a tener que luchar junto a nuestros compañeros tipo beat-n-up?

Dejé de divagar pensando en eso cuando por fin la barrita se llena... Por lo que pronto me quedo impaciente viendo que sale. Al principio me quedo mirándola sorprendida... no era un panda rojo al fin y al cabo. Ambas nos quedamos mirando mutuamente hasta que de repente saltó sobre mi... y al escucharla y verla sonreír, la cogí entre los brazos cuando saltó -¡Eso parece si, ay pero que monaaaaa!- dije entonces respondiéndola y acunándola en los brazos -¡Eres tan blandita que me quiero morir!- dije acariciándola mientras la veía hablar con sus compañeros y escuchaba el nombre de Pyocomon -Me llamo Maiko, ¡mucho gusto! ¡Y muchas gracias por los cumplidos! ¡Pero que buena eres, y hueles muy bien!- dije contenta viendo a la digimon flor que me tocó, rascándola suavemente si veía que le gustaba.

-No digo que no estén mal... - dije mirando de reojo a mi hermana mientras se quejaba de la carga, cosa que me ayudó a apostar más a mi teoría de que era insufrible - Pero cuando todos sus mensajes son gif de pandas rojos... empiezas a pedir auxilio - Como siempre en mi tono neutro lo dije, confirmando así que su Digivice tenía demasiado contenido, y al mismo tiempo queriendole hacer ver a Yuudai que el tema principal de conversación con mi hermana, serían los pandas rojos... Bueno, al no ser el su hermana, claro... 

Poco a poco, el digivice terminó de cargar y de este salió aquella bola rosa con orejas a la cual me quedé mirando paralizada e inexpresiva. Aunque mi mirada al principio denotara un atisbo de ilusión al creer que sería una gran herramienta que usar, al ver que era una mascota, un objeto decorativo o algo así... mi ilusión se perdió y mi mente empezó a sobrecalentarse.

-NO PUEDE SER CIERTO ¿Por qué otra mascota como a Lil'Pichu? Se llama Hackmon y como ha dicho mi hermana que por una vez ha pensado con lógica, tenía nombre de herramienta o aplicación. Debería haber sido algo que me ayudase en todo lo que hago cuando estoy en EDEN y no al contrario... COMO ME HA PODIDO TOCAR ESTA... esta... ESTA MASCOTA TAN MONAAAA - Obviamente, no iba a reconocer aquellas palabras finales de mi pensamiento, ni tan poco a expresarlas en una emoción... Pero realmente no guardaba ningún rencor a que no fuera lo que imaginaba.

-¿Eh? - Reaccioné parpadeando un par de veces cuando habló - ¿Koromon? - Pregunté pensando lo obvio que todos los demás, su nombre no era el del pen - ¿Compañera? - pero había algo más raro... aquella mascota quería ser mi compañero... Era tan solo un accesorio complementario ¿No? No servía para nada más que para fardar... ¿Entonces que clase de compañero se refería? No sabía como responderle y por eso se fue a hablar con la mascota de Lil, cosa que dio lugar a más dudas.

-¿Simpatica? ¿Me ha llamado simpatica? - Se notaba que no me conocía... aún... pero lo más importante fue lo siguiente que me hizo retroceder levemente un pie - ¿proteger? - Todos se preguntaban lo mismo, pero de distintas maneras - Yo... se protegerme por mi misma... No necesito a nadie que me proteja - Al pensar aquella frase no podía evitar recordar el pasado y apretar ligeramente los puños... Sin embargo aquella bolita se acercó a mi y me abrazó... Esa sensación... Era... era...

Me agaché, en cuclillas para con las manos intentar hacer que parara de abrazarme... Quizás solo así y de la forma lenta que lo hacía, parecía un acto agresivo o incluso borde... Sin embargo, después de tratar de hacer que dejara de abrazarme, lo agarré por la base para levantarlo y ponerlo a la altura de mi cara y mirar a Koromon a los ojos - ¿Por qué quereis protegernos? No estamos en peligro - Lejos de saber el objetivo del cual debían de protegernos, más bien yo buscaba su programación interna... El por qué era más importante que del qué, más aún si estabamos bien. Por otro lado, si Koromon empezaba a abrazarme las manos o los brazos, no se lo impediría, pues seguía mirandole a los ojos.

Al escuchar a Yuudai, los autoproclamados vuestros compañeros le miran de distintas maneras. Bukamon le mira divertido. Koromon, ofendido, al igual que Pyokomon. 

- ¡No somos ias o como se diga! ¡Somos digimon, seres vivos como vosotros! ¿Ves? 

Entonces, después de darse un golpe con la oreja en su... ¿cara?, se lanza hacia el rostro de Chika para darle un inocente PERO POTENTE beso en los labios. 

- ¿A que se ha sentido real? Jeje. 

- ¡Koromon, eso no se hace! - le riñe Pyokomon a la bolita Rosa ojiroja. 

Entonces, al introducir Yuudai la tarjeta en el Digivice, vuelve a haber un fogonazo de luz. Al pasar, veis frente al chico algo como una planta... ¡Pero con patas! ¡Y una carita adorable! 

La plantita se queda mirando al chico y sonríe inocentemente. 

- ¡Holi! ¿Cómo te llamas? Yo Tanemon, encantada. 

- ¡Eh, hola Tanemon! - le dicen el resto, saludándola a su modo. Tanemon se gira hacia ellos y los saluda muy alegre. 

- ¡Oh, ya estamos todos fuera! ¡Bien! 

Tanemon comienza a dar saltos, a los cuales se unen los demás. Pero, cuando les preguntáis de qué os tienen que proteger, se ponen serios, aunque su aspecto no ayuda a imponer respeto. 

- Pues de otros digimon, por supuesto. Hay digimon que están aquí o en el mundo real sin compañero. Algunos de ellos son muuuuuy peligrosos y os podrían hacer daño - dice Bukamon, llevándose una aleta a la barbilla. 

- ¡Eso eso! ¡Pero con nosotros estaréis a salvo, ya veréis! - contesta Koromon. Pyokomon, mientras disfruta de las rascadas, asiente, aunque su expresión es más de placer que de seriedad. La recién llegada Tanemon se acurruca a los pies de Yuudai. 

- Si realmente eres mi compañero, no quiero que te pase nada. Así que te defenderé a escapa y pada. 

- Será a capa y espada, jeje - la corrige Bukamon. Parecía que Bukamon era el más sabio y tranquilo de todos. Lil sigue flipando con su nuevo compañero. 

- ¡Espera espera! ¡¿Nos estáis diciendo que hay más como vosotros ahí fuera?! - pregunta la chica. 

- Uy sí ¡Y mucho más grandes y fuertes! ¡Pero no os preocupéis! ¡Nosotros podremos con todo! - contesta Koromon a la pregunta mientras los demás asienten. 

Sonreí un poco con los comentarios de una conversación a base de gifs de pandas rojos no porque fuese gracioso, sino por sentirme identificado. Negué ligeramente.

Como la gente que se comunica a base de gifs de gatitos.

También podría referirme perfectamente al treinta por ciento de la población con esa afirmación.

Lo siguiente fue... raro, parecían ofendidos con aquello de ser unas IAs, defendían ser seres completos. Aquello sí me arrancó una ligera risa y el pensamiento de que si Sir Isaac Asimov viese aquello posiblemente entraría en éxtasis. Incluso se esforzaban por demostrarlo. Alcé ambas manos.

No pretendía ofender, lo siento.

Me disculpé por haberles ofendido, no porque no pensara aquello. Desde luego eran bastante avanzados y posiblemente caros.

Finalmente mi dispositivo cargó los datos y... una planta, me quedé mirándola por unos segundos, analítico, igual que a Pyocomon, en realidad esta última parecía más una flor que mi compañera. Entorné la mirada, sin darle más importancia, en realidad seguía pareciendo adorable, como los otros.

Yuudai, encantado de ser tu compañero.

Ladeé la cabeza para suavizar mis gestos, tratando de usar su propio lenguaje, como quien habla con niños. Si no les hablas en su idioma no te entienden. A veces algunas personas olvidan que esa es la parte más importante del lenguaje, la comprensión. Reí con la pequeña metedura de pata de Tanemon, mientras me agachaba para acariciarle.

Creo que escapar es un buen modo de protegernos ¿no te parece?

Mi sonrisa se amplió con amabilidad, acariciando su costado. Entonces pensé en lo que acaba de decir Lil, con un gesto interrogativo.

¿Los hologramas, quizá?

Pregunté, haciendo referencia a esas noticias que había escuchado. Si era algún tipo de campaña de publicidad de algún juego, desde luego a mí me tenían ya enganchado.

¿Y no bastará con encontrarles compañeros para que se calmen? Quizá se sientan solos.

Viendo la respuesta de Yuudai frente al tema de los gifs, negué con un deje de media sonrisilla en mis labios - Eso es normal... Ella se baja todos los gifs de panda rojo que encuentra al día, para enviarlos luego - Y eso que le he dicho cientos de veces que puede enviarlos sin descargarlos... Ains... - Dije en un tono neutro, como siempre, mostrando con dichas palabras que Maiko no estaba actualizada a las nuevas tecnologías... No es como si su avatar ni su nombre no lo confirmaran ya... Aunque ellos se libraban de no conocerla en la realidad, quizás por eso le daban el beneficio de la duda.

Pero centrandonos en las "mascotas virtuales", aquel beso me pilló por completo de sorpresa de tal forma que, sino hubiese sido por la presión de la cara de Koromon contra la mía, igual mi expresión hubiera cambiado algo más.

Pero cuando se separó me quedé un tanto en shock mirando a la nada peque a que mis ojos apuntaban a el. Mi mente viajaba por otro mundo... - Me ha dado... u-un beso... ¿PERO QUE DEMONIOS ES ESTO? ¿Co-como me ha dado un beso? ¿Por qué? ¿Cual es el motivo? N-no quería un beso, ni tengo expresión de necesitarlo... ¿Que diantes ha activado en esta cosa tan mona lo que sea que le ha impulsado a darme un beso? - Literalmente mi mente explotó por varios segundos que se hicieron denotar, y es más si alguien decía o hacía algo, literalmente no estaba respondiendo... Al final solo pude declarar una cosa: - E-esto no es una IA - A pesar de que lo dijeran ellos mismos... - Tiene que ser algo más avanzado... ¿Pe-pero que? - Aunque obviamente no lo iba a averiguar sin preguntar.

Reaccioné solo cuando escuché la razón por la que debían protegernos - ¿Digi...mon? - No había caido en la cuenta de lo más básico que ninguno preguntó, concretamente, a pesar de que aquellos pequeños seres infantiles lo habían repetido una y otra vez. Yuudai dejó caer que eran los hologramas pero... - N-no me beses d-de esa forma ¿V-vale? - Pedí primero al Koromon apartando la mirada un poco reprimida por no aguantar un leve sonrojo al verle de nuevo ahora consciente de mi misma, de hecho hasta el tono de mi voz varió antes de volver a ponerme neutra - ¿Que son exactamente los Digimon, Koromon? - Pregunté para entonces saber más detalles de ese peligro que nos amenazaba

-Los hologramas de afuera solo fallan en su programación, a veces... Además, son translucidos... - Apretujé un poco a Koromon examinandolo - Y de normal se atraviesan... Aunque tampoco he visto seres como tu en nuestro mundo... - quise puntualizar las diferencias entre un holograma y un digimon, al ver que era obvio y claro que no podían ser lo mismo, pero también los acababamos de descubrir... ¿No? - De todas formas... ¿Por qué habrian de atacarnos otros Digimon? Si no les damos razones... - viendolos a ellos, no podía pensar que hubiera también en forma más salvaje o incluso violentos. Literalmente podría imaginarme competitividad o... Lo que había dicho Yuudai

Pero dudaba mucho que montar una guardería fuera una buena idea... Aunque por ahora lo único que podría tratar de resolver era una cosa: - Koromon, vosotros, os conoceis ¿Verdad? - Al menos eso parecía - Eso significa, que venis de algún lado los cuatro... O más bien que alguien os ha traido ¿Sabeis quien? - Pregunté objetivamente ante el misterio clarisimo que estabamos obviando por algún motivo

Yo estaba entretenida acariciando a Pyocomon... meciéndola y rascándola suavemente cuando veía que parecía haberse ofendido por las palabras de Yuudai con respecto a haberle llamado "IAs" para que estuviera bien cómoda y contenta... ¡Que IAs tan inteligentes y complejas que hasta dicen que no son IAs! O... ¿de verdad no son IAs? Pero ha salido de un pendrive... Hmmm... no se -Jaja, ¡oww que mono!- reí y exclamé al ver que Koromon le daba un beso en la cara a mi hermana agarrándose a su cabeza... ¡A mi me había parecido gracioso! Aunque también entendía que no se debiera hacer -Ea ea, es verdad que no se hace, pero tranquila...- le dije a Pyocomon cuando dijo que eso no había que hacerlo, acariciándola y rascándola con mucho mimo mientras sonreía, con Yuudai disculpándose y mi hermana procesando todo aquello.

Con respecto a Yuudai, vi entonces como metió la tarjeta y entonces apareció aquel brotecito... Yo tenía una flor y él tenía un brote, la mayor parte eran esféricos... -¿Sois como una especie de semillas o algo así que hay que haceros crecer...?- no pude evitar preguntar con curiosidad... Imaginándome que entonces a estos nuevos compañeros habría que cuidarles como a bonsáis regándolos y dándoles el sol.

Era verdad, ahora todos estaban fuera de esas tarjetas. Entonces con todas las presentaciones hechas y dicho, empezaron a ponerse algo más serios pero igual de adorables a explicarnos eso de los peligros de los que nos debían proteger ahora: ¡Más digimones! No se porque esto en parte me recordaba un poco a cierta franquicia de capturar animales mágicos -Owwww...- no pude evitar decir viendo lo lo adorable que había sonado ese "escapa y pada" del Tanemon de Yuudai, mientras que también escuché a mi hermana pedirle nerviosa que su compañero no le diera más besos así -No te pongas así imouto-chan... que seguro solo quiere llevarse bien contigo...- le dije a mi hermanita cuando dijo aquello de no más besos -Pues gracias por querer protegerme... cuchi cuchi...- le agradecí al digimon flor haciéndole unas pequeñas cosquillas. Pero bueno, aparte de eso los compañeros iban haciendo preguntas yo las iba escuchando y viendo si ellos no preguntaban algo que pudiera añadir yo... Mientras acariciaba a Pyocomon por supuesto.

Hablando de cosas como hologramas, transparencias y todo eso no es que yo me estuviera enterando de demasiado... Preguntaban cosas sobre que eran digimones, de que se conocían de antes, porque nos iban a atacar si no les habíamos hecho nada... -Yo tengo una pregunta. ¿Habéis dicho que en el "mundo real" fuera de EDEN también hay digimon, de verdad? ¿Desde cuando, y como pueden estar fuera...? Y lo más importante... ¿quieres pellizquitos en las mejillitas Pyocomon?- esas fueron mis preguntas... Y si la respuesta de la última era positiva le cogería suavemente las mejillas mientras seguía cubriéndola de mimos... ¡Que monooooooos!

Tanemon, Koromon, Bukamon y Pyokomon parecen satisfechos con las disculpas de Yuudai, ya que vuelven a sonreír como críos pequeños. De hecho, Pyokomon está que no cabe en sí de gusto, ya que asiente a todas las peticiones de Maiko y no para de reírse con sus cosquillas. 

Por otro lado, Tanemon disfruta de las caricias que le da Yuudai. Y entonces es cuando notáis algo en vuestros compañeros. Palpitan cono seres vivos ¿No dijo Koromon que eran seres vivos? Tenían pulso, reaccionaban inmediatamente a los toques, las cosquillas, las caricias... ¿Qué clase de IA podía igualar eso? 

Cuando Chika pregunta sobre lo que son los digimon, Koromon se queda pensativo y se rasca su cabecita con la oreja. 

- Uuuuummm pues seres vivos que vienen del mundo digital. 

- Se supone que los digimon cuando son "mayores" pueden viajar por el ciberespacio, aunque recientemente hemos topado con este lugar - interviene Bukamon. Lil lo escucha, sentada con las piernas cruzadas y fascinada. 

- Exacto ¿Quién nos metió en las tarjetas? - vuelve a intervenir Koromon - No lo sabemos - todos niegan - Pero nos dijo que no nos preocupásemos. Que nos encontrarían unos amigos a los que debíamos proteger. Nos contó todo lo que está pasando en vuestro mundo y que hay digimon sueltos. 

Todos escuchan la pregunta de Yuudai. Bukamon se lleva una aleta a la barbilla. Tanemon pone cara triste. 

- Eso mismo pienso yo. Probablemente tengas razón, aunque hay algunos que han estado causando muchos problemas. 

Osea acordáis del holograma fantasma de la serpiente marina en el acuario. Decían que había devorado a la mitad de los peces del acuario, incluyendo tiburones. 

Entonces, notáis algo. Aparte de vuestros compañeros. Una "presencia". Alzáis la cabeza, buscando por todas partes, pero no veís nada. Entonces, escucháis una risa infantil. Pero etérea, siniestra. Y detrás de ella, otra. Y otra. 

Miré mal a mi hermana, quien ya seguía metiendo la pata otra vez con no aguantarse el decir que era mi hermana a pesar que aún me quedara ese leve rubor - ¿Otra vez? Te he dicho cientos de veces que no me llames así en EDEN - Traté de reprenderla, aunque en mi tono neutro y en parte la frase sonaba bastante a gastada, como si no parara de hacerlo... Cansada más bien. 

Pero entonces Koromon empezó a responder a mis preguntas, junto con el resto de Digimon a las de todos - Digimon... Seres vivos digitales... - Miré entonces al resto - Digital... ¿Monster? - Y por logica traté de buscar el acronimo adecuado que añadir a la palabra "Digital" para que sonara como ellos han dicho - No pareceis tan monstruosos... Más bien adorables - Esforzandome en que no se me notara, lo dije como si no lo sintiera, sin embargo mi rostro me traicionaba dejando un pequeño rastro de rubor al ver de nuevo a Koromon.

Por otro lado, parecía que Bukamon sabía más de lo que les había pasado, llegando hasta tal punto de explicarnos que podían viajar por el ciberespacio pero... ¿Creciendo? - Entonces... ¿Habeis acabado aquí por accidente? No es que parezcais muy grandes... - Pero independientemente de si fue un accidente o no, lo que mencionaron sobre quien los metió en las tarjetas me preocupó un poco, solo que no dejé que se me notara - ¿Y que hubiera pasado si no os hubiera dado a nadie? Os hubierais quedado para siempre en las tarjetas... - lanzando un reproche, pero tranquilo por confiar en cualquiera, intenté hacer que se dieran cuenta de lo que hicieron, para luego suspirar tranquilamente - Al menos es bueno que os hayamos encontrado.

Pero dentro de todo lo que cabía, habían detalles un poco contrariados... Hasta tal punto que no sabía que decir ante todo lo que dijeron, así que finalmente me levanté con Koromon aún en mis manos y negué con la cabeza - Si nos teneis que proteger, en teoría no deberiamos buscar pelea... Si la buscaramos, hariamos lo contrario vuestra meta... - Además... Ya he aprendido a no meterme en peligro... No pienso dejar que vuelva a ocurrir lo mismo - Sin embargo... Quizás era demasiado pronto para decir eso, pues algo empezó a sonar, una risita siniestra.

-Eso es lo que me esperaba cuando llegamos... Os dije que habría problemas por venir... - Bajé a Koromon un segundo y abrí una pantalla que me dió igual ya que vieran el resto. - Será mejor proteger nuestros datos... Sea lo que sea esa risa siniestra - Y empecé a intentar montar una pequeña barrera antihackeo