En cuanto la negrura demoníaca envolvió al caballero de Montesa, mi mano dejó de tener su fuerza y la espada árabe cayó al suelo, más bien la dejé caer de pura impotencia... esta resonó en toda la cueva y no tuve más remedio (quizá por deseperanza) que ponerme a rezar delante de aquel ser infernal. Solo Jehová, según quise creer en ese momento, tendría la salvación para su fiel Nadir:
BARUJ ATAH ADONAY ELOHENU MELEJ HAOLAM ASHER NATAN LANU ET DEREJ HAYESHUAH, BEMASHIAJ YESHUA
"BENDITO ERES TU ADONAY NUESTRO ELOHIM REY DEL UNIVERSO QUE NOS HAS DADO EL CAMINO DE LA SALVACION EN EL MESIAS YESHUA."
No hago particularmente nada, sólo rezar.
El mismo diablo había venido a nuestro encuentro y las armas que portábamos poco podían hacer frente a aquella oscuridad llegada del mismísimo infierno. Espada y escudo cayeron de mis manos a la vez que mis rodillas tocaban el suelo. Junté las manos para elevar una plegaria al Altísimo o a toda la corte celestial si hiciera falta, para que mi alma encontrara regocijo en el Señor y no fuera llevada por Lucifer con él al abismo, tal y como había hecho con el caballero.
Escuchando las voces a mi lado, dime cuenta que el judío también estaba rezando y mis plegarias al Santo uniéronse a las suyas. Mas estaba claro que el miedo en el que había vivido toda mi vida no ayudaban para salir de ésta, y mis rezos perdiéronse en palabras pronunciadas mil veces sin que mi corazón llegara a sentirlas.
Motivo: Teología
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 35 (Exito)
Motivo: RR
Tirada: 1d100
Dificultad: 71-
Resultado: 84 (Fracaso)
No puse el nombre del santo, y ya tiré RR, total... un crítico...
Adios :(
Ahora el demonio contrajo la cara en una mueca macabra, parecía como que le repugnaba escuchar a alguien refugiándose en su fe, pero era demasiado tarde, el demonio era demasiado poderoso, ahora no se dedicó a lanzar ninguna bravuconería sino que un zarcillo de humo fue directo a la garganta del judío y se le introdujo por la boca, vaciándole por dentro al igual que había ocurrido con el caballero de Montesa.
El judío directamente cerró los ojos y se desplomó cayendo sentado para quedarse así. Alonso ahora estaba aterrado, era el siguiente, no podía hacer nada, todos habían muerto pero entonces la neblina pareció aclararse, el navarro no estaba seguro, pero parecía que el demonio perdía intensidad, ¿o no sería otro burdo truco para atormentarle?
- YA NINGUNA ESPERANZA QUEDA PARA TI. TU DIOS NO VA A ESCUCHARTE Y TU ALMA ESTÁ CONDENADA AL INFIERNO COMO LA DE ÉSOS. PERO TE DOY LA OPORTUNIDAD DE VIVIR UN POCO MÁS Y QUIÉN SABE, QUIZÁS TENGAS LA OCASIÓN DE SALVAR TU ALMA, AUNQUE LO DUDO. TE OFREZCO SERVIRME, SER MI ESCLAVO, TRABAJAR PARA MÍ , CORROMPER EL CORAZÓN DE LOS HOMBRES Y HACER QUE ABJUREN DE SU FE CRISTIANA. QUE PARTICIPEN EN AQUELARRES EN MI NOMBRE, QUE ME INVOQUEN, QUE ME RINDAN PLEITESÍA... HA LLEGADO MI MOMENTO, HE ESTADO CASI UNA ETERNIDAD BAJO LA SOMBRA DE LUCIFER Y HA LLEGADO LA HORA DE FORMAR MI PROPIO EJÉRCITO DE ALMAS Y TOMAR LO QUE ME PERTENECE, SENTARME EN EL TRONO DE LAS ALMAS PERDIDAS DEL INFIERNO Y CONVERTIRME EN SU SEÑOR.
¿QUÉ RESPONDES A MI OFERTA DON ALONSO DE PERALTA? ¿ME AYUDARÁS A CORROMPER LA ORDEN DE SANTIAGO?
Con la cara demudada por el terror vi cómo el mismísimo diablo se llevaba también el alma del judío. Mi cuerpo comenzó a convulsionarse por el pánico de saber que el siguiente sería yo. Los rezos habían quedado congelados en mi boca al darme cuenta que el Altísimo me había abandonado, si es que en algún momento había estado a mi lado. Pero aún había un resquicio para mi vida, aunque no para mi salvación.
- Sí... sí... lo que deseéis... mi señor...
Si Dios me había maldecido sin motivo, ahora tendría una razón para hacerlo. Toda mi vida había sido un cobarde y ver mi muerte tan cercana no había hecho otra cosa que acrecentar mi cobardía.
- JAJAJAJA ¡ ERES UN PERRO Y UN COBARDE! ¡EXCELENTE! - el zarzillo nuboso tocó la oreja izquierda del caballero, el cual sintió un dolor agudo que duró apenas unos segundos. La nube se retiró y el caballero comprobó que la oreja le sangraba- AHORA LLEVAS MI MARCA, CABALLERO DE SANTIAGO. ME PROVEERÁS DE ALMAS, AHORA RETÍRATE. TE DARÉ INSTRUCCIONES LLEGADO EL MOMENTO. VUELVE A LA ENCOMIENDA DE TU ORDEN Y ESPERA MI PALABRA. LA MARCA QUE LLEVAS TE IDENTIFICA COMO UNO DE MIS SEGUIDORES, LOS OTROS PODRÁN IDENTIFICARTE Y TÚ A ELLOS. TE AYUDARÁN Y TÚ AYUDARÁS A LOS MÍOS. ¡AHORA VETE DE AQUÍ! ¡VUELVE Y CONVIERTE TU ORDEN EN SACRÍLEGA PARA MÍ!
La nube fue difumiándose rápidamente hasta que desapareció por completo. Entonces, las entrañas de la montaña rugieron y todo comenzó a moverse, a derrumbarse sobre sí mismo. La suerte estaba echada.
A pesar que la niebla oscura se había ido aún me quedé arrodillado y temblando sin creerme que aún continuaba con vida. Me llevé la mano a la oreja y palpé el líquido viscoso que goteaba, mi sangre caliente como marca de mi nuevo amo. Me levanté a duras penas y sentí todo mi cuerpo mojado, no sólo por el sudor que me empapaba sino por lo que mi vegija había soltado sin enterarme. Miré a los dos desgraciados que me habían acompañado y que ahora estaban allí tirados, como carcasas vacías, y en un movimiento aprendido durante años me llevé los dedos a la frente para iniciar una señal de la cruz, pero el movimiento se cortó de raíz al ser consciente que ya no debía pleitesía a Dios sino a su rival.
Fue en ese momento cuando la tierra comenzó a temblar y las rocas cayeron sobre los muertos. Eché a correr por el mismo pasaje que ya había recorrido anteriormente hasta mi perdición con toda la velocidad de la que fui capaz, sin echar la vista atrás en ningún momento, alejándome de aquel horror que, para mi desgracia, jamás me abandonaría.
Ahora era un siervo de Lucifer, un reclutador de almas para su causa y mi nueva misión daría comienzo a partir de este momento.
Don Alonso fue el mejor, el más esforzado y el más fiel de los sirvientes del ente demoníaco que algunos conocían como Agaliarept, el lugarteniente del mismísimo Satán, el que según la tradición se sentaba a la derecha de su Señor. El innombrable llevó a cabo un conato de sedición hacia su señor Lucifer.
Nadir y Josep lo vivieron muy de cerca, pues ellos formaban parte del séquito de almas que rodeaban a Agaliarept en el Infierno. Tenía este demonio una aureola de almas en forma de anillo que revoloteaban en torno a él para toda la eternidad, dos de estas almas era nuestros protagonistas, condenados no ya a vivir en el Infierno soportando torturas o quemándose por toda la eternidad, sino que existencia se limitaba a vivir a apenas un palmo de la masa negra informe del innombrable. Fueron testigos de cómo el demonio gracias en parte a Don Alonso, lograba socavar desde dentro las órdenes militares y en especial la de Santiago, llevando la codicia y el desánimo al corazón de los hombres como ya había hecho con la Orden del Temple, llevando a los hermanos a la sodomía y a la idolatría, a la participación en grandes Aquelarres que fortalecían al innombrable y mancillaban la sagrada cruz de Cristo.
A la muerte de Don Alonso y como recompensa, bajó a los infiernos y ocupó un lugar especial para Agaliarept, se convirtió en su escabel o banco para apoyar sus deformes pies. Así pues, nuestros tres protagonistas convivieron durante toda la eternidad, pero si en un principio agaliarept ocupó la plaza de lugarteniente, no duró siempre.
Andado el tiempo, la corrupción inoculada por los servidores de Agaliarept llegó hasta las américas, hasta los corazones de aquellos hombres que con su mácula en el corazón arrasaban templos venciendo a seres míticos y llevándose el oro, las Órdenes perduraron hasta que Satán descubrió la traición varios siglos después (apenas un suspiro para los tiempos de los Infiernos) y como castigo, condenó a Agaliarept a ser un servidor de los demonios menores. No hubo enfrentamiento alguno, pues Agaliarept era tan cobarde y estaba tan carente de apoyos infernales, que aceptó la voluntad de Satán y se mostró sumiso. Quedó relegado a un lugar totalmente secundario en el Infierno y vuestra existencia se convirtió en ser pústulas de un demonio humillado y despojado de su rango.
Pero transcurrido un largo tiempo infernal, los seres humanos habían llegado y colonizado las estrellas y se habían mezclado con criaturas que no estaban supeditadas ni a Dios ni a Satán y se produjo una guerra entre el Cielo y el Infierno por hacerse con todas estas nuevas almas que no eran humanas y Agaliarept volvió a ser llamado y gracias a su habilidad, consiguió que se le asignase la misión de corromper las almas de estos nuevos seres de Próxima Centauri y más allá, esos seres no tenían una dimensión espiritual como tenían los seres humanos, y su misión fue precisamente inoculársela y vosotros estuvísteis con él, se os dio de nuevo un ente corpóreo y fuísteis enviados a las estrellas para corromper y esclavizar las almas de todas esas especies nuevas.
Pero ésa es otra historia...
FIN