El elfo se humedeció los labios, claramente nervioso. Definitivamente, aquel no era su entorno, y tal vez ahora se arrepentía un poco de haberse ofrecido, pero... no había nada que hacer más que seguir avanzando. Apretó ambas dagas con fuerza, intercambió una mirada preocupada con Meda y siguió caminando, bastante cerca de la enana, aunque por detrás, cabe destacar.
El final del pasillo lleva a una gran galería. El ruido es más intenso, se ve decenas de hombres picando debajo de la ciudad buscando algo.
El techo se resiente conforme se amplía algunas zonas y hace temblar la súperficie.
Van sucios, llenos de tierra y sudor, están completamente desnudas, sus ojos están en blanco y van como zombis.
Todos tienen rastros de pintura en su rostro o cuerpo.
En el fondo, sobre una pared de roca lisa hay dibujado un gran mural. La pintura parece fresca y en algunas zonas tiene signos de
Haberse tocado. Dibujadas en rojo sangre en lo alto hay unas letras
Del título del mural:
"" EL. LAMENTO. DE LOS. DIOSES'.
( Y TERMINAMOS ESTE ENCUENTRO Y NOS VAMOS AL SIGUIENTE)