Partida Rol por web

Timmy asintió a Jack, debían enterrar a su compañero muerto. Recogió sus pertenencias más valiosas y las repartió entre el grupo de aventureros supervivientes. La mejor forma de honrarle es aprovechar sus cosas y acordarnos de él cuando las usemos. Dijo con cara de tristeza.

Después del entierro se acercó al prisioneero. Llévanos.

Tyra no supo muy bien qué hacer para tranquilizar a la mujer cuando tuvo el ataque de pánico, su aspecto no era el más inofensivo, cubierta de sangre enemiga. No le gustaba lo que había pasado, si lo hubiese sabido mataría de nuevo a aquellos malnacidos, había hecho justicia y había vengado las muertes de muchos y el daño causado a esa mujer. Cuando la joven se tranquilizó, Tyra encontró de nuevo la iniciativa para acercarse a ella. Le tendió una manta para que no tuviera frío y la reconfortó.

-Me llamo Tyra, soy una sacerdotisa de Onone. Y tú, ¿cómo te llamas? ¿Puedes decirnos dónde te capturaron? Podemos llevarte a casa, si quieres.

No podían dejar a la mujer en mitad del bosque, corría peligro.

—Dinos cuál es la mejor manera de evitar la trampa de foso y los guardianes —le exigió Váldenar el humano mientras sus compañeros rapiñaban la quincalla que había identificado—. ¿A qué dios sirve Naz? ¿Qué tipo de conjuros suele preparar, tanto él como Nisha? ¿Qué me puedes decir del estilo de lucha de Eddac y de las tácticas que soléis utilizar como equipo?

- Naz es devoto de mi misma deidad... - Confesó Bradock. - Seguimos sus preceptos por un bien superior. - Argumentó son demasiados fundamentos. - Naz es un combatiente capaz, que utiliza sus conjuros para mejorar en combate. Misha es experta en conjuración y Eddac blande un espadón y es rápido en la batalla. - Habló temeroso. - Los guardias no suelen estar muy atentos y el foso... - Se encogió de hombros. - ...si sabes donde está el fácil saltarlo.

- Fue hace... - La joven dudaba. - No recuerdo si dos o tres días... - Dijo todavía temblorosa. - No sé cuanto tiempo me han retenido aquí... - Las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos. - Mataron al cochero y también a Gilles. A mi me llevaron con ellos para... - Se lanzó a los brazos de Tyra. - ¡Me han hecho cosas horribles! - Desveló al fin. - Me llamo Masha... ¿Podéis llevarme a casa?

Mientras Váldenar y Tyra conversaban, Jack y Timmy se encargaron de arrastrar los cuerpos de los caídos hasta un lugar donde creyeron que estarían mejor y los apilaron unos sobre otros. Podían prenderles fuego y así depurar sus corruptas almas o bien dejarlos allí para que la intemperie y los animales carroñeros dieran buena cuenta de ellos.

Al que trataron con mayor decoro, fue al pobre Eldon Bajorrama. Aquel mediano se había marchado tan rápido como había aparecido en sus vidas. Todavía no le conocían demasiado, prácticamente no sabían ni las motivaciones por las que había emprendido la cacería de Naz, pero fuera como fuera, había dado su vida por matar a ese bastarado y eso era suficiente como para molestarle en darle una sepultura lo más digno posible.

Por otra parte, saquear su cuerpo no iba a ser un problema para ninguno, pues al fin y al cabo, lo habían hecho otras veces y nunca les había parecido que estuviera mal. Timmy despojó de sus pertenencias al cadáver de Eldon. Una cota de mallas de gran manufactura, una espada también de gran calidad y una ballesta de madera de roble y con una cuerda tensa como el torso de un joven gladiador eran lo poco que aquel mediano portaba encima. Pocas pertenencias pero de buena manufactura.

Que objetos os irían bien? dijo el explorador tras haberlos colocado en el suelo como en los mercados semanales de las villas. Si no tenéis armadura o
De buena manufactura o una ballesta, yo creo que cogeré el escudo, es chulo y yo no llevo, aunque no suelo luchar cuerpo a cuerpo! dijo mientras los recogía esperando aprobación de la humana por si lo quería para si.

Descansamos y mañana vamos matar a Naz de acuerdo? dijo entendiendo como lógico curarse y descansar antes de ir a una batalla que quizás acabará con la mitad de ellos muertos. Mago, tienes magia de adivinación para saber qué nos vamos a encontrar? toda ayuda era bienvenida, y el repelente orejas picudas había acabado siendo útil y fundamental para la derrota de esta partida maligna.