Faraday parecía en suficiente buena forma para cabalgar, o al menos eso creía él porque lo primero que hizo fue irse a por el caballo. No era mala idea pero Goodnight tenía otra cosa que hacer antes. Se dirigió hacia la carrera hacia la oficina del sheriff para asegurarse que aquel cabrón estaba muerto. Allí estaba, mirada perdida, expresión de enfado y unos cuantos agujeros que antes no estaban. Le dio una patada desdeñosa mientras se dirigía a su despacho y comenzaba a abrir cajones buscando alguna manera de abrir el arcón con un candado que reposaba en un rincón de la habitación. No había tiempo, así que le descerrajó un disparo al candado y abrió el arcón. Papeles, carteles de se busca y en el fondo un puñado de billetes, 100 dólares, no había más. El jodido negro les había engañado, así que se lo tenía bien merecido, aunque tal vez tuviera el resto del dinero escondido, todo era posible, los negros eran retorcidos, pero ese dejaría de molestar. Volvió a mirar el cadáver y le arrancó la estrella de sheriff y le quitó las botas, eran demasiado bonitas y estaban demasiado limpias para dejarlas allí, y parecían de su tamaño, así que se las llevó dejando el cadáver descalzo. Escupió y le dijo
- Los sheriffs negros no viven mucho tiempo. Nos veremos en el infierno....
Se reunió con los demás, recogió su caballo y se acercó al shoshoni para darle la estrella del sheriff. La mirada era burlona mientras miraba la calle sembrada de cadáveres y le dijo.
- Un pequeño recuerdo del diablo negro, mucho más limpio que cortar la cabellera. - Sonrió mientras miraba su rifle y le dijo - Creo que has perdido una apuesta y creo que ya sé el favor que pediré. Me llevarás a tu tribu, manada, como se llame y me verá vuestro curandero. No puedo dormir por las noches por los espíritus de los muertos.... y vosotros los jodidos indios sabéis de espíritus, el puto espíritu del búfalo, del caballo...... Pero primero salgamos del pueblo, se pueden reorganizar en cualquier momento y que nos quieran freír a plomo.
Se subió a caballo como lo haría un héroe de guerra y les dijo
- En marcha, y tened los ojos bien abiertos.
Vásquez no apareció por allí, quizá hubiera acabado lleno de plomo en cualquier rincón del pueblo o pasado a cuchillo o... cualquier otra cosa.
Horne azuzó a los caballos de la diligencia y está emprendió el camino alejándose de Bannak.
—Es un trato. Extraño... Hombre Sabio decir que mi camino estar fuera. Quizás espíritus querer que yo ir a buscarte — el Hombre Sabio había sido muy críptico con su destino y con el por qué abandonar el pueblo, pero Cosecha Roja empezaba a pensar que aquel encuentro había sido la razón, al fin y al cabo, si no fuese por todo lo que había pasado, aquella petición nunca hubiese existido. Cosecha Roja miró los caballos que había intentado espantar para provocar el caos. Eran duros, pues no se habían movido, pero eso cambiaría. Atándoles los unos a los otros, les llevó junto a la diligencia. Volvería a su pueblo con seis caballos... y ya se enteraría de como comprar tierras para los suyos con su parte de la recompensa.
En cuanto salieron del pueblo, Jack optó por seguir haciendo avanzar al grupo de caballos hasta que estuvieran a una distancia más que prudente del pueblo, sólo entonces los haría detener.
Mantenía en una de sus manos las bridas de los caballos, sin embargo, estaban tan bien entrenados que apenas necesitaban indicación alguna. La otra la mantenía en su fusil henry sin soltar el dedo del gatillo casi como si estuviera esperando usarla en cualquier momento. Sus ojos ya secos, se turnaban alternativamente para parpadear mientras que con su mirada no dejaba de seguir los movimientos del indio... Como si estuviera esperando cualquier atisbo de traición para tratar de descerrajarle ahí mismo de un tiro.
Y con esta marcha hacia el horizonte, lo dejo en suspenso con un qué pasará...
Los espíritus shoshoni debían tener un sentido del humor muy retorcido si habían enviado a aquel tipo en su busca. Había matado decenas de ellos antes de la guerra, había matado a esos desgraciados de los confederados, toda una vida matando, nada por lo que los espíritus de los shoshoni se tuvieran que preocupar. Simplemente se encogió ligeramente de hombros y le dijo al indio
- Quien sabe? Tal vez los espíritus te estén castigando por apostar con quien no debías, o tal vez los espíritus buscaban a alguien que os enseñara a disparar... - sonrió, irónico. Al final le había cogido hasta cierto aprecio al indio y por ello mantenía un ojo en lo que pudiera hacer Horne, que parecía estar demasiado nervioso, deseoso de tener una excusa y abrir fuego.
Cabalgaron durante varias millas sin que nadie les persiguiera. Lo habían conseguido, pero tenían que encargarse de ciertas cosas, así que cuando estuvieron cerca de un poblado dijo.
- Aaaaaalto.... Es hora de ver porque nos hemos jugado la vida. - Detuvieron la diligencia y se asomaron a su interior, y allí estaba la cosa más bonita del mundo, una caja fuerte de las buenas, de esas que utilizaban los bancos para las cosas importantes. Tenía combinación, una rueda de apertura y demasiadas combinaciones como para quedarse allí probando. Necesitaban a un cerrajero, y conocía al tipo adecuado pero estaba a un par de días de allí. Compartió sus pensamientos con los demás y les dijo
- Conozco un tipo, uno realmente bueno con estas mierdas, es discreto y abriría hasta las puertas del cielo por dinero. Además, tenemos que atender las heridas de Faraday o no durará mucho. En el siguiente pueblo debe haber algún barbero o matasanos capaz de arrancar plomo sobrante del cuerpo. También necesitaremos un carro, debemos abandonar la diligencia para evitar que nos cojan.
Como había supuesto el matasanos del pueblo fue capaz de arrancarle las balas sin hacer un destrozo demasiado grande. No se quedaron mucho, lo justo para una copa y comprar provisiones para un par de días, robar un carro y cambiar la caja fuerte de la diligencia al carro. Dos días después el experto estaba forcejeando con la caja fuerte con las únicas armas de un fonendoscopio y muchos años de experiencia. Giró la rueda a la izquierda lentamente hasta que estuvo satisfecho, luego a la derecha y finalmente la caja chasqueó. Se iba a abrir..... Su vida iba a cambiar después de aquello inexorablemente.
Lo dejo aquí porque no sé si la jefa va a hacer post final o no. Que en este punto todavía nos podemos matar, nos pueden pillar...vamos, que todas las posibilidades están abiertas :D
-Pero qué tonterías dices Goody. Estoy perfectamente. O al menos tan bien como tú, ni más ni menos agujeros. Seguro.-
Dijo el jugador quitándole importancia al rasguño que tenía. Dolía sí, pero no más que otros tiros que había recibido en su día. Aquellos no le habían matado, no lo iba a hacer aquel. Además, no dudaba de lo que le había dicho Red. Los indios eran famosos por sus remedios extraños y cuasimisticos. Si decía que curaba, seguramente curaba. Aunque fijo que olería a rata podrida.
-Y déjate de llamar a más gente que se quiere llevar un trozo del pastel por algo que no se ha ganado. Yo me basto y me sobro para abrir esa caja fuerte. Que no soy sólo una cara bonita y encantadora. Sé hacer más cosas aparte de disparar y ganarte a las cartas. Déjame anda.-
Un poco de descanso y tranquilidad es lo único que le hacía falta a Faraday para abrir la caja y sentirse rey aunque fuese por un día.
Tengo una herida sólo, no es ni medio grave. Y la caja la puedo abrir yo, que para eso tengo la habilidad. No hace falta invitar a nadie más. Que fijo que nos cobra comisión. XDD
A tirar para abrir la caja pues ;)
Motivo: Latrocinio
Dado de rasgo (1d4): 3 = 3
Dado salvaje (1d6): 5 = 5
Total: 5 = 5
Dificultad: 4
Resultado: Éxito
Motivo: Latrocinio Bennie
Dado de rasgo (1d4): 1 = 1
Dado salvaje (1d6): 6+(1) = 7
Total: 7 = 7
Dificultad: 4
Resultado: Éxito
Ale, abierta. Me he gastado el Bennie por si acaso.
A ver si me voy a poner habilidades para nada. XD
—Dioses tienen sentido del humor, pero nunca se equivocan— aseguró antes de responder a Faraday— Cura. Pero doler como... tsopik...
Cosecha Roja paró un momento el caballo, pensando en la mejor forma de traducir aquello, o al menos, el sentimiento de aquello. Finalmente pareció encontrar las palabras pues asintió y se puso en marcha.
—Como coz en los huevos. Suerte ser en brazo.
Mientras cabalgaba, guiando los nuevos caballos, trataba de ignorar las miradas de Horne, pues había acabado percatándose de ellas. Sabía que era más rápido y mejor tirador que aquel viejo gordo, pero no le apetecía tener que comprobarlo o recibir un disparo mientras dormía. Y para impedirlo, solo había dos formas. Llegar a un acuerdo o matarlo antes de que lo matase. Por desgracia, era bien sabido que los indios nunca salían bien parados en los acuerdos con los blancos. No obstante, mientras abrían la caja para repartir el dinero, decidió intentarlo.
En el fondo, era un optimista.
—Sacerdote visitarnos cuando era niño —dijo mirando a Horne— Hablar mucho de vuestro Dios y vuestro Más Allá. Él no apreciar a cobardes que matan por la espalda. Los nuestros tampoco. Seguir tu camino. Yo el mío. Tu Dios contento.
En aquel momento se oyó el clic de que la caja había sido abierta con éxito, pero Cosecha Roja no lo miró. Quería saber si era posible que los allí presentes saliesen todos con vida o por el contrario, serían uno menos.
La caja se abrió, resultaba que las chulerías de Faraday con respecto a sus habilidades no eran solo fanfarronadas o quizá había tenido uno de sus golpes de suerte... en el juego le funcionaban muy bien ¿o acaso se llamaban trampas?
Pero no era oro lo que había en la caja. No brillaba y no era amarillo. Y aquello podía verse como una noticia buena o como una noticia mala. Los bonos al portador eran una forma distinta de dinero.
La parte positiva era que no iban a pesar en vuestros zurrones y se viajaba bien con ellos, aunque si se mojaban... ¡adiós! Dichoso papel. La parte negativa era que siendo forajidos buscados por la ley os podía resultar bastante difícil cobrarlos vosotros mismos... y si delegabais esa tarea muy probablemente os cobraran una buena "comisión"
Eso si: a menos no estaba vacía, podía haber sido mucho... mucho peor.