Irvin queria esperar a que el hombre saliera del baño para abordar al narco. Se dispuso a mear en el urinario más cercano a Francisco Salazar.
En cuanto el otro saliera haría una zancadilla a Salazar y le aturdiría con el cloroformo. Una vez el friki haga su magia saldrían de ahí pitando.
Una tirada de Pelea para realizar la maniobra, por favor.
En cuanto el señor salió del baño Irvin se subió la bragueta y tiró de la cadena. Aprovechó el sonido del agua para dirigirse al intercomunicador.
- Ahora - dijo, se llevó la mano al bolsillo para sacar el pañuelo con cloroformo y puso la zancadilla a Salazar para luego aprisionarlo y apretar el pañuelo contra su boca.
Motivo: Pelea
Tirada: +1, +5, -3
Resultado: [5 - 3] + 3 = 5
Gasto un punto de drama para que salga bien.
Por si acaso algo va mal, Evans decide fingir que llama por teléfono para avisar a su compañero.
--Hola Alex...mira, acuérdate que solo tienes que llevarte el maletín. Si...no...no sólo el maletín. El perchero déjalo ahí mismo, ya...vale...si...---finge que la llamada dura algo más y al final se despide- venga si...ahora luego te veo. Ciao.
Pero qué escuchaba, el maletín era la mitad del trabajo. Si fuera solo un maletín, al tipo le habrían metido un tiro, y dejado su cuerpo en una cuneta. Había que llevarlo con vida.
Seguramente la agencia quisiera contrastar la información del narcotraficante con la que hubiera en el maletín. O puede que el maletín solo fueran papeles sin utilidad.
- Hay que traerse a los dos. Al hombre, y su maletín. Juntos a ser posible.-
Negó con la cabeza. Su memoria era un portento en cuanto a recordar datos. Aunque luego la capacidad multitarea no fuera su fuerte.
Salazar estaba reducido, pese al intento de forcejeo el cloroformo había rematado el trabajo enseguida.
- Lo tengo. Inconsciente. ¿Cómo lo sacamos? Friki por dios haz tu magia y que todos se centren en otra cosa...
Irvin buscó el maletín a su alrededor para cogerlo también. Esperaba que estuviera... porque sino habría sido la segunda vez en ese dia que actuaba antes de pensar.
El maletín, un Salazar inconsciente, tu compañera al otro lado de la puerta... ahora solo faltaba poner la guinda al pastel con la magia del friki y ¡salir de allí!
Aquel era el momento. El técnico había esperado que pasara, y estaba listo.
Desde fuera del muro, lanzo una traca de petardos. Algo que haría que el personal fuera al menos a comprobarlo. Pero eso seria el del exterior.
Para dentro tenia una opereta de lagrimas y rabia. Pero que había que medir con cuidado, porque podían volver al jefe de seguridad en su contra.
Mientras los compañeros iban sacando hacia el exterior a un “perjudicado” invitado a la fiesta para que le diera el aire.
Las imágenes de la amante de Alberto llegaban al móvil de Florinda, y lo que era peor, llegaban a manos del embajador. Cada 15 segundos llegaba una imagen distinta. En cada imagen un par de palabras.
“Era una flor - solitaria, mariposa - gozosa te posaste - ahí; después - el polen de - otra flor más -fragante llamó -, y la mariposa -voló. Frida Kahlo”
Un total de 2 minutos 15 segundos, para que la tapa dé al hoya estallara. Un chorro de imágenes llegaban a los dos terminales, la joven dando gritos, el padre ladrando ordenes, para contener los que pasaba, y para qué le llevaran al jefe de seguridad ante la presencia del embajador.
Pero Alberto no se iba a quedar de brazos cruzados, les quitaría la vida a los culpables, una pareja de estafadores que quería sacarse de encima.
Mientras nuestros héroes salían por la puerta lateral de la exposición de arte, ocultándose de la mirada del peligros y furioso jefe de seguridad, todos los invitados empezaron a recibir imágenes, esas imagines privadas.
Una y otra y otra. Aquello era un desastre a muchos niveles. Y a nivel mediatico iba a ser una crisis difícil de solventar.
Andrew que había caminado por el exterior hasta buscar otro lateral lanzo una nueva traca de petardos más allá del muro. No iba a conseguir nada con ella, seguramente, pero había que celebrarlo.
Solo uno pocos pasos les quedaban desde el jardín hasta la salida a sus compañeros….
Dime si necesitas alguna tirada, o con el post vamos bien. XD
Editado narradora: esta bien así
En el momento en que todos los móviles empiezan a sonar como una orquesta mal sincronizada y peor afinada, Evans sabe que el friki ha hecho su número.
Entra en el baño de caballeros y ayuda a Vinro a cargar con Salazar, cada uno por un hombro, como dos amigos que llevan a un tercero que se ha pasado con el alcohol.
Ella coge también el maletín y se lo pasa al compañero. Es posible que Alberto de les eche encima y nadie disparaba mejor que ella, pero necesitaba tener una mano libre.
Mientras salen del baño, Evans va poniendo cara de circunstancias ante la gente que eventualmente se les quedará mirando, como le diera vergüenza ajena que su "amigo" estuviera tan mal.
-Lo siento...que bochorno...le ha debido sentar mal algo... él normalmente no hace estás cosas...ay que vergüenza, vamos a que le dé el aire...- va diciendo a todo aquel que se acerque o se quede mirando, aunque probablemente serían pocos.
Irvin se centra en sacar a Salazar de ahí sin dejarse el maletín. Que Evans se ocupe de las apariencias.
- Vamos Vamos - apremia a su compañera - Tenemos que llegar a la furgoneta.
Cabía la posibilidad de que les persiguieran y hubiera un tiroteo en marcha. Irvin lo tenía todo dispuesto para ello. Pero esperaba no llegar a eso.
Alberto saldría junto con otro de sus compañeros a comprobar los ruidos, mientras en el interior de la embajada el sonido de los teléfonos empezaba a ser el protagonista.
Rowler y Evans no serían muy tomados en cuenta ¿quien podría secuestrar a plena vista a un invitado en una embajada? Salieron por la puerta principal, con sus respectivos pases y tras cruzarse con un par de guardias.
El jefe de seguridad, Alberto, encontraría los restos de los explosivos y el olor a pólvora quemada para acto seguido mirar a su alrededor, todavía ignorante de lo que estaba ocurriendo en el interior de la embajada.
- ¿Todos bien? -
Fue la angustiosa pregunta del informático tras unos minutos de silencia de radio.
Él estaba a punto de coger un Uber en la app para marcharse hasta el hotel. Para el la misión había concluido, siempre que los agentes no solicitaran algo extraño de ultima hora.
Pero le preocupaba más que le dijeran que necesitaban refuerzos o algo así. No es que no fuera a ir a buscarlos, todo lo contrario. Pero, él no era el mejor “refuerzo” que se podía enviar. Aunque tampoco el peor.
En apenas unos instantes todos estaban en la furgoneta, con el corazón a mil por hora e incrédulos por lo facil que había resultado todo.
Al final no habia sido necesaria la ropa, cuando la encontraran pensarian que era del servicio, nada grave. No había cabos sueltos ni bajas que lamentar. Ni siquiera habían tenido que usar sus pistolas...casi mejor en verdad.
La vida de los agentes era dura; misiones a contrareloj, cambios de ultima hora, cosas que salen bien y muchas otras que salen mal...pero ahora les aguardaban unas merecidas vacaciones. Entregar el paquete e irse a recorrer Italia en vespa...o tal vez hacer esquí en los Alpes.
La furgoneta arrancó pero Evans, en su mente ya estaba muy lejos.
-Todo ha salido bien Friki...volvemos a casa. Entregamos el paquete y nos vamos. No me pidas otra cita esta vez.
Dice con una sonrisa por el intercomunicador. Luego lo apaga.
-Vinro...¿que haces esta noche?
- Estamos bien - dijo Irvin escuetamente cuando el friki preguntó.
Estaba muy ocupado cargando a Salazar en la furgoneta. Dejó que fuera Evans la que custodiara al narco y él se puso al volante. Aceleró sin mirar atrás.
Aquella misión había sido extraña, la agencia le había sacado de una misión para colocarle en aquella. Sus compañeros nuevos habían resultado ser de lo más eficientes y habían resuelto el entuerto con bastante facilidad. Bueno, una vez había pasado todo sí que pensaba que con facilidad pero durante los diversos momentos de tensión había sudado la gota gorda varias veces.
- Ese Alberto se va a acordar de nosotros toda la vida. Mejor no pisaremos de nuevo esta ciudad - dijo intentando ser gracioso.
Cuando Evans apagó el comunicador alzó una ceja algo sorprendido pero siguió su ejemplo.
- Si no te veo otra vez, pantallitas, es que todo ha ido bien - dijo esbozando también una sonrisa. Clic. Apagó ese chisme.
Miró a su compañera y se sorprendió un poco por su pregunta pero lo disimuló. Evans se había ganado su respeto y por qué no, había llamado su atención también.
- Te invito a una copa. O a dos - le dijo y pegó el último acelerón para dirigirse al punto de entrega del paquete.
Andrew sonreía para cuando el Uber se paraba frente a él, a varias calles de distancia de la embajada, desde donde apenas se escuchaban los gritos y la algarabía que su ultima jugada había causado.
Las respuestas de sus compañeros era todo lo que necesitaba. Él era el hombre de apoyo, el de logística, el de las soluciones mágicas. Pero ellos eran el corazón y el brazo de su trabajo. Sin ellos…. bueno sin ellos él hace tiempo que se dedicaría a hackear cuentas a ricachones y a vivir en algún zulo.
Su vida de agente era mejor.
Se sentó en la parte de atrás del vehículo y miro a su conductora. Le sonrió y le dijo la dirección del hotel.
Al menos dormiría esa noche y quizás mañana podría hacer algo de turismo. Si a veces viajar de un sitio para otro era entrenado, y podía conocer mundo.
Mientras disfrutaba de la vista del barrio de Bjorvika en la noche, y el Uber esquivaba con tranquilidad el trafico de la ciudad, su móvil volvió a sonar.
<< Buenas noches agente. Tiene una nueva misión. Bangladesh. Es urgente. Tiene un vuelo para dentro de dos horas en el aeropuerto más cercano. La habitación 301 del Hotel Sea Queen. Tiene Wifi como siempre. Buen viaje >>
- Porras-
Atino a decir al tiempo que miraba a la conductora.
- Parece que han cancelado mis vacaciones. Le importaría esperarme 10 minutos en el hotel y llevarme al aeropuerto.-
Pregunto con esa sonrisa bobalicona que solo él podía poner.
El destino de aquellos tres especialistas era absolutamente impredecible,
solo el tiempo diría si sus caminos volverían a cruzarse en alguna ocasión...