Partida Rol por web

MÚSICA DE AMBIENTE

Han pasado varias semanas desde que Freezer resucitó y decidió atacar la Tierra a modo de venganza. Nuestros héroes combatieron contra las fuerzas de Freezer hasta que al fin Goku lo derrotó definitivamente con la ayuda de Whis. Ya no quedaba nadie que pudiera volver a poner en marcha la Organización Interplanetaria de Comercio, ni ningún peligro para nuestro planeta.

Ahora, nuestro amigo Yamcha, olvidado por todos sus compadres en tal batalla, ha organizado un torneo con la colaboración de Mr. Satan y de la Capsule Corporation. En un enorme estadio construido en Satan City, montones de personas alborotadas marchaban a comprar su entrada como espectador… y otros iban buscando su inscripción para participar. El gran premio era nada más y nada menos que un deseo a las Bolas de Dragón, ¡y luchadores de todo el mundo combatirían por cumplir su sueño!

Nuestros nuevos héroes son unos luchadores que recién acaban de llegar a la ciudad, cada uno con sus propios motivos por los que querer participar. ¿Qué deparará el destino de nuestros protagonistas?

A pesar de todos sus viajes por el mundo, Upa nunca había estado en una ciudad de ese tamaño. La idea de perticipar en el torneo fue motivada no solo por sus ansias de probar sus habilidades de combate si no también por ver de nuevo a su viejo conocido Yamcha, con quien ya luchó en el pasado.
Sorprendido por la enorme cantidad de vehículos, terrestres y voladores y el gentío que se arremolinaba en los exteriores del lugar del torneo, Upa avanzó dificultosamente, aguantando empujones y pisotones hasta la zona de inscripción.

Cegado por el sol y hambriento, tras bajarse del pequeño autocar que le llevo hasta Satan City, el anciano maestro avanzo agobiado entre la muchedumbre que se encontraba en la ciudad por motivo del evento. Su cabeza pesada por la cantidad de cerveza ingerida la noche anterior le impidio encontrar a la primera la direccion correcta para llegar al lugar del torneo. Una vez alli solo quedaba inscribirse y despues llenar la estomago para coger fuerzas estaria listo para pelear.

En un local de Satan City donde la música está más alta de lo que debiera y la gente baila y salta, sudados, cansados y felices, absorbo los sonidos de la última canción mientras me dispongo a salir al exterior. Me abro paso entre los jóvenes eufóricos hasta alcanzar la puerta de salida, donde un sol radiante ilumina mi pálido rostro y mi mirada busca las coordenadas donde se encuentra el stand de inscripción del torneo al que el Dr. Molskovkaya me envía para comprobar unos últimos ajustes en mi capacidad de combate antes de mi misión final, entonces, cuando lo haga, cumplirá su promesa. 

Me pongo mis cascos y me elevo en el cielo bajo las miradas atónitas de los viandantes dirigiendome al punto exacto donde encontraré el stand de inscripción al torneo que me envió el doctor. 

Vuelo despacio, disfrutando la brisa, escudriñando las calles de la ciudad. 

Entre la muchedumbre cercano al estadio de artes marciales, es dificil no ver a Tora. Dos metros y medio de músculo y pelaje blanco y negro. Eso sin contar la enorme cesta de mimbre que lleva a su espalda, que bien ocupa el espacio de tres personas y que parece cargar con total tranquilidad y paciencia. Él no necesita quitar a nadie del medio, de eso se encarga su barriga y el volumen que ocupa, que invita a que los demás se aparten antes de que él los invite a quitarse del camino. 

Aun así, parece simpático. Saluda con la mano a quien le dedica una mirada y se para si tira alguien al suelo para ayudarle a ponerse en pie. Desde tierras muy lejanas se había acercado a inscribirse en el torneo, aun sabiendo que no tenía apenas posibilidades, quería probar suerte y asistir allí como público para comer bambú y disfrutar de combates. Y si ganaba el torneo, mejor que mejor. 

Y en su travesía hace una pausa, cuando vio a alguien con pinta de querer inscribirse también en el torneo. Le cortó el paso, sacando del cesto de mimbre un cartel que garabateó rapidamente. 

Y su mirada bajó hasta situar en el centro de esta a Upa, a quien saludó amigablemente. O todo lo amigablemente que un hombre-oso podía ser, claro.
 

Llegué a la gran ciudad admirando todo a su alrededor. Nunca había estado en una tan grande, quizás de pequeño, pero no lo recuerda bien. Se ha criado en un pueblo, y de allí a la montaña con su clan para formarse como ninja. Cargando con su pequeña mochila a la espalda empecé a buscar algún lugar para comer ramen, su comida favorita.

Durante su paseo para buscar el lugar donde inscribirse el torneo, se encuentra a una niña que había perdido su globo en la copa de un árbol. De un salto me subí y lo recogí. Su madre agradecida me indicó un lugar donde comer mi plato favorito y donde podía registrarme para el torneo. Había tantas cosas que admirar, que mi mente divagaba en como se sentiría Mei (su novia del clan) en un lugar con tanta ropa que poder comprar. Me veia alguna vez poder traerla a este paraiso diferente. Tante gente ajetreada, muchisimo tráfico, etc.

Varias personas compraban su ticket y avanzaban hacia el interior del estadio. Algunos artistas marciales y otros luchadores protestaban en la taquilla, y uno de ellos llegó incluso a dar un golpe con su puño en la mesa de la misma.

-Disculpe las molestias de verdad… pero yo no puedo hacer nada, es el protocolo-decía la muchacha de la taquilla apurada ante el gesto violento del interesado-… debido a la elevada cantidad de personas que vienen al acontecimiento, el stand para el registro de participantes se ha acabado trasladando a otro lado… aquí solo vendemos las entradas para el público…

-¿¡Y por qué demonios tenemos ahora que pagar su error!? ¿¡No podían haber previsto este problema antes!?-dijo levantando el puño para dar otro golpe contra la mesa…

… pero antes de que pudiera hacerlo, se oyeron tres disparos y cayó hacia atrás. El recién difunto luchador presentaba tres agujeros, en el vientre, en el pecho y justo entre las cejas. El resto de malhumorados aspirantes se calmaron, dando pasos atrás por el susto. Una mujer rubia, armada con una escopeta automática, avanzó desde atrás del stand. Posó un pie sobre el cadáver y miró a todos los presentes. Llevaba un chaleco negro con una placa en el pecho, en la que se podía leer “Jefe de Seguridad” y el logo de la Capsule Corporation.

-Vamos a ver... ¡Si la señorita dice que no es aquí, NO ES AQUÍ! ¡Y SE HABLA CON EDUCACIÓN, ¿DE ACUERDO?!-gritaba a todos los presentes-. ¡¡AL PRÓXIMO QUE SE PASE LE DEJO HECHO UN COLADOR COMO A ESTE VALIENTE!!

Hizo un gesto con la cabeza comprobando si la muchacha que atendía el stand se encontraba bien. Al asentir la chica, ella se tranquilizó y apoyó su escopeta en el hombro.

-Muy bien. Sin gritos, y sin poneros nerviosos, formad una fila delante de mía. Y me preguntáis a mí CON EDUCACIÓN donde está el stand para inscribirse, ¿está claro?

El resto del público volvió a formar cola para comprar su ticket, mientras los aspirantes se alineaban formando la fila frente a la mujer. Parecía que todo volvía a la normalidad, a excepción del cadáver bajo su pie, que no dejaba de verter sangre…

Todo mundo estaba desconcertado al ver a Lunch, por unos segundos todos los aspirantes novatos permanecieron en silencio escuchando las palabras de la rubia.

-¡Miren! ¿¡que es eso?!   Pregunta uno de los aspirantes apuntando con el dedo hacia el cielo.
Una figura humana apenas se puede ver debido al fuerte sol, esta desciende muy rápidamente y de pronto se puede sentir muy fuertes vientos en los alrededores. 
-Waa!! ¡Rapido Cubranse!   Empiezan a inquietarse y gritar algunos debiluchos.

Un hombre de casi 2 metros de altura se aproxima a gran velocidad al suelo, sin embargo unos metros antes de llegar. Desciende la velocidad considerablemente posando ambos pies sobre el suelo muy lentamente. Los fuertes vientos aun seguian y empezaba a formarse un torbellino.
De pronto el hombre mueve sus brazos  en forma circular y finaliza juntando las palmas de sus manos horizontalmente a la altura de su estomago. Todo el aire que alborotaba el lugar, en forma de espiral fue concentrándose en el sujeto y finalmente suprimió todo ese viento en sus manos. Todo volvió a la normalidad.

La gran mayoría quedo inerte ante tal aparición, los que alborotaban la fila en un segundo dejaron el camino libre. 
Tras pasar imponentemente al lado de Lunch, el misterioso aspirante procede a inscribirse en el torneo.
 

Con las indicaciones parecía que había encontrado el lugar de inscripción. El jaleo ya había iniciado y una mujer armada empezaba a poner orden. Me mantuve unos metros a distancia para no verme involucrado. Observando al cielo veo como un hombre muy alto desciende de los cielos rodeado de un torbellino.

Las ciudades no parecen aburridas. Ni menos será el torneo. Parece que habrá luchadores interesantes.
 

Tras el altercado, el maestro se colocó el la fila como ya estaba intentando previamente. Lamentaba la suerte del pobre luchador pero de esta manera tendria un rival menos a batir que en su opinion no habria durado demasiado, ese mal genio unido a esos lentos reflejos le hubieran traido la derrota en la primera ronda. La encargada de la seguridad llamo su atencion al instante de disparar, siempre le encantaron las mujeres con caracter, dificiles como diria el. Se fijo en como su camisa apretaba sus pechos y por momento se quedo en blanco...rapidamente aparto la mirada por lo que pudiera pasar, la reaccion de la chica podria ser temible.

Quedo desconcertado por el enorme individuo, ¿seria un truco?¿o se trataba de alguien muy poderoso?

Examino a varios aspirantes e intento captar su energia sin conseguirlo, o eran muy debiles o sabian ocultarla bien.

Completo el tramite de la inscripcion y rapimente se apresuro a preguntar donde tenian que dirigirse para poder comer.

Desde lo alto de un edificio cercano al stand de inscripción al torneo de artes marciales, P-35 observa la situación que se generó en un breve instante, la muerte de un luchador, la aparición de el gran calvo volador y su perfecto aterrizaje, analizando sistemáticamente todos los movimientos de cada uno de los posibles participantes del torneo y transmitiendo la información al Dr. Moskolvkaya. 

Éste lo mantiene a la espera, ordenando que espere tranquilo, que continúe recabando información.

La mujer rubia iba atendiendo uno a uno a los participantes algunos de los cuales incluso se disculpaban por lo ocurrido anteriormente. Atendió a unos cincuenta y uno, cincuenta y dos, cincuenta y tres… y antes de llegar al siguiente, murmuró algo a otro de los guardias de seguridad y se subió encima de un banco. El otro guardia le trajo un megáfono, lo encendió y lo dirigió a su boca.

-A ver, probando, probando… se me oye, ¿si?-ante la afirmación de todos los presentes, se humedeció los labios-. Bien, la idea de la cola está muy bien, pero podemos estar aquí liados hasta la semana que viene, sois demasiados… bien. El stand de inscripción de luchadores se ha trasladado a la Preparatoria Orange Star, el instituto de secundaria de la ciudad. Repito, Preparatoria Orange Star, está siguiendo esa calle-dijo señalando una calle al norte del lugar-, no tiene pérdida. Encontraréis un stand de la Capsule Corporation justo en el patio de la preparatoria. Ahora os aviso… tenéis cinco minutos para iros TODOS de camino hacia allá… al que todavía esté aquí en ese tiempo, va a recibir más balas que la diana de una feria. Quién avisa no es traidor.

Tras este “alentador” discurso, bajó del banco tirando por ahí el megáfono, que fue recogido por el otro guardia, y se armó con su escopeta a modo de reposo. Los aspirantes comenzaban a marcharse de allí, dirección norte, algunos con tranquilidad y otros con más prisa por no quedar convertidos en un queso suizo.

El enorme oso que se plantó delante de Upa hizo que éste diera un respingo. Nunca había visto a un oso de ese color, pero algo le decía que había algo más en ese animal aparte del color que le distinguia de los osos con los que había luchado mas de una vez en el bosque.
Viendo el cartel, levantó una mano y saludó al animal.
-Saludos, extraño oso. Yo soy Upa, futuro guardián de la tierra sagrada. ¿Has venido a inscribirte ennel torneo? Si es así, debemos darnos prisa, ya que acaban de cambiar el lugar de inscripción. ¡Sigueme!
Dicho esto, Upa se dirige hacia el edificio de Orange Star, siguiendo a la muchedumbre.

Tras las indicaciones de la mujer rubia, comienzo a andar en direccion al instituto lentamente. Voy siguiendo el resto de luchadores. Solo esperaba acabar con esto pronto para ir a comer un buen plato de ramen.

A-18 estaba acostumbrada a ganar aquel tipo de torneos que eran habituales cada año. Pero esta vez quien lo había organizado era un antiguo amigo de su marido y una vez más decidió participar. A la androide no le gustaba absolutamente nada trabajar y por eso siempre que podía participaba en ese tipo de torneos ya que para ella no solía ser ningún esfuerzo, principalmente porque nunca se cansaba.

La idea de que esta vez el premio fueran las bolas del dragón le impactó bastante. No esperaba algo así y ganar ese torneo le daría la oportunidad de solucionar su  vida y la de su hija y conseguir que Krilin dejara de trabajar. Pidiendo aquel deseo sería la mujer más feliz del mundo y podría disfrutar de su vida sin importarle nada ni nadie. Debía conseguirlo, costase lo que costase.

Por eso salió de su casa en dirección al torneo, dio un beso en la mejilla a su hija y la dejó junto a su marido que hoy tenía el día libre y sin más salió volando a toda velocidad hacia el lugar donde debía inscribirse.

Cuando llegó a la cola escuchó los gritos y los disparos de la mujer que parecía que era la encargada de inscribirles. Me gusta. Pensó A18 tras la intervención de la mujer de carácter. Ojalá todas las mujeres fueran como ella y no fueran todas una bobaliconas amantes de las cocinitas y de agasajar a sus mariditos.

La cola parecía ser eterna y entonces escuchó de nuevo a la mujer anunciar que sería mejor dirigirse a un nuevo lugar, no escuchó muy bien dónde era pero vio como gran parte de la muchedumbre se marchaba de allí y decidió seguirles, esta vez sin volar para no llamar demasiado la atención, al fin y al cabo ella no poseía alas como otros y no quería que los demás vieran sus capacidades.

Dispuesto a seguir a la gran muchedumbre de gente que se dirigía hacia la nueva localización del stand de inscripción situado en el instituto, P-35 se dispuso a bajar de lo alto del edificio donde se encontraba sentado, pero sus ojos quedaron fijos sobre A-18, estaba allí, una creación del Dr. Guero, la había encontrado.

No esperaba encontrar allí al androide, y menos a A-18, ya que el premio del torneo no era una gran suma de dinero. 

P-35 bajó a las calles y se mezcló entre el gentilicio que se dirigía hacia el stand, siguiendo al androide desde una prudente distancia.

- Se parecía tanto a ella...  ¿Cuanto tiempo hacía que no la veía?... ¡¡ El Dr. Molskolvkaya se lo había prometido!!...

La gran muchedumbre de luchadores marchaba en dirección al instituto.