Partida Rol por web

El joven Felggo se fue a la cama motivado, con el estómago bien lleno y un montón de historias que llevar a su diario. Pero debido a la cantidad de información recabada, los últimos acontecimientos y la incertidumbre de lo que está por ocurrir, el hobbit descansó más bien mal, y eso lo notaría en el inicio del viaje hacia el bosque.

El día transcurrió de manera tranquila y pudimos relajarnos por una vez en varios días por lo que me dediqué a poner a punto mi equipo, limpiando, afilando y aplicando el tratamiento de aceites a la espada, el arco y las flechas. Alguno de los beornidas me preguntó para qué hacía aquello a lo que le contesté que era una rutina que siempre hacía para prepararme para salir de caza, como guardián de caminos siempre me enfrentaba a cualquier imprevisto de la mejor manera posible y tenía que estar siempre a punto, hecho que entendieron perfectamente dado que algunos de ellos compartían mi misma profesión.

Tras la comida fui a visitar los alrededores de la hacienda de Beorn, la verdad era que aquél lugar me recordaba a mi hogar y por eso sentía aquella comodidad y era muy agradable sentir la brisa en los árboles. Al cabo de un rato Patukkas nos presnetó a su mastín, intercambiado por su pony a Beorn. Le había nombrado Pacharán, el nombre era gracioso pero era normal viniendo de su nueva dueña:-Será un magnífico miembro de nuestra compañía.-dije mientras me agachaba para observar los ojos del mastín. Le miré fijamente y este me ladró, a lo que respondí manteniendome firme y en mi sitio. Volvió a ladrar y entonces emití un gruñido. Pacharán volvió a ladrar y yo volví a gruñir, entonces el mastín se sentó y empezó a respirar por la boca y sacando su gran lengua fuera, entonces le acaricié la cabeza y me levanté:-Sí será un buen miembro, te lo podré pedir prestado alguna vez para que me ayude?-le dije a Patukkas una vez me había hecho amigo de Pacharán. 

Observo divertida la actuación de Lurick pretendiendo demostrar su posición dominante a Pacharán. Aunque su petición me pilla por sorpresa.

-Pacharán -digo mientras acaricio su testa entre las orejas - no es más de mi propiedad de lo que podrías serlo tú mismo o Anaryenel. A partir de ahora será nuestro compañero y él decidirá que es lo que quiere hacer, aunque, espero, que haga un poco de caso a la voz de la mano que lo alimentará a partir de ahora.

Me encojo de hombros y sonrio a Lurick. 

La comida y la tarde fueron reparadoras para todos, incluyendo al elfo. Este disfrutó observando a los animales de la casa de Beorn, y conoció al mastín que los acompañaría a partir de entonces. En la cena, comió con ganas, y terminó pronto, y Anaryenel estuvo el resto de la cena disfrutando de una copa y de la conversación, intervino poco, alabó bastante y escuchó casi todo, asintiendo y puntualizando los planes. Luego, fue a descansar comprobando las estrellas. 

El elfo había ido, al rayar el alba, a pasear y ver amanecer sobre el Bosque Negro que se veía allá a lo lejos. Lo había echado tanto en falta desde que estaba con la Compañía Afortunada... Pero su ansia de justicia y de eliminar la influencia oscura de Sauron, el servidor de Morgoth, le hacían aguantar. Pero, la emoción de verlo tan cercano y saber que iban a entrar, le dio fuerzas, y le hizo cerrar los ojos y recorrer los caminos que conocía... Luego, mentalmente, se perdió, como hacía cuando paseaba con su despiste y disfrute, así que esperaba que eso no fuera signo de que se iba a perder luego. 

Cuando llegó a la casa de Beorn, cuando el sol ya había salido, preparó su petate con celeridad, y saludó a Pacharán con cariño. Las buenas artes de los elfos con todas las bestias de bien le valieron un par de lambetones del can, y luego comentó a Patukkas y Lurick: -Es inteligente, así que sabe que somos compañeros y de las buenas gentes. Seguro que nos es de mucha ayuda, y más en lo tenebroso del bosque y la maldad que lo ha manchado. - Luego comentó a los beórnidas que andaban por alli- - Si necesitáis ayuda, estamos dispuestos a ayudar a empacar o preparar raciones de viaje. 

El alegre mastín de Patukkas abría la marcha hacia el Bosque Negro. Las sospechas de Beli eran en parte ciertas pues no parecía que Pacharán hiciera mucho caso a Patukkas. Los gestos de Lurick no parecieron gustar a Pacharán que prefirió acercarse a Patukkas para pedirle comida abriendo la boca. Aquella escena pareció divertir a los beórnidas que señalaban con acierto que Pacharán bien podía ser la montura de Patukkas. También parecía que Pacharán se acercaba un poco a Anaryenel pero rápidamente volvía con Patukkas, caminaba a su lado unos segundos, buscaba comida y luego se adelantaba para abrir la marcha.