Partida Rol por web

Sonrio al saber que estabas bien y cuando le acariciaste cerro los ojos dedicandote una sonrisa.

Eres dura como una roca y bella como un rubi- Con suavidad te pellizco la barbilla en tono cariñoso.

No hay cosa que mas me apetezca ahora mismo que darme un baño contigo....

Te cogio de la cintura y junos subisteis a la habitacion Rubi...

Trancos, Grannik y tu Salisteis a la calle y el sol brillaba maquillando las casas de piedra con su luz.

Era un bullir de gente, que se arremolinaba en los cientos de puestos que se cobijaban bajo las fachadas de la calle principal.

Un mercado diferentes productos frescos carne, pescado, frutas, pan, huevos, especias....

Todo era un mundo de sensaciones, que activaban vuestra vista, olfato y oido..

¡La mejor carne de Oeble la tiene Tobmber!

¡Pescado fresco, pescado fresco!

¡Pasen y vean señoras las mas ricas telas!- gritaban los mercaderes a vuestro paso.

la mayoria de los hombres que trabajaban cargando cajas, vendian en sus puestos o simplemente iban a comprar.

Toda aquella actividad os animo el alma a seguir caminando y disfrutar de cada rincon que mostraba la villa Oeble.

pero se evaporo rapido al volver acordarte que esto podia ser destruido por los orcos.

Que ajenos estan del peligro...- Dijo Grannik, mirando a la gente con cierta pesadumbre.

Observó de un lado al otro de la calle, el caminar de la gente presagiaba un total desconocimiento, había niños todavía jugando. No podía saber cómo iba a ser el día de mañana, quizá toda esta gente estaría escondida en cobertizos o huyendo como refugiados o quizá algo peor. En el poco tiempo que llevaba aquí sólo había visto gentes de mal aspecto como auguraban los rumores sobre esta ciudad, pero el mercado era un buen lugar para ver que también había gente honrada como la de cualquier otro lado.

Cierto era también, que esta gente tenía un nivel cultural bajo comparando con los habitantes de su ciudad natal, pero eso se podía solucionar en una generación, sólo necesitaban una universidad y pagar a buenos profesores.

Dejó de divagar y siguió caminando.

- Cuanto antes se de la alarma antes se podrán preparar para lo peor. Me pregunto, ¿cuán numerosa es la milicia de la ciudad? ¿creéis que suficientes para parar a varias decenas de orcos?

Caminaba observando el horizonte, como si midiera si iba a llover o no.

En cambio Grannik, le saludaban segun pasaba y mas de alguno os paraba para intercambiar algunos saludos.

Lo que te dio a entender que el posadero era un hombre muy conocido y respetado.

La milicia son tres veces diez, aunque muchos ya estan algo mayores para una guerra.- Dijo Trancos, sin dejar de mirar hacia la puerta sur, ya que se veia pues el terreno estaba en cuesta y vosotros descendiais.

Si deciden atacar, podeis estar seguros que arrasaran la villa....

Grannik, se llevo la mano a su tunica y toco algo.

¡Oh por todos los dioses, casi me olvido!- Te tendio un pergamino lacrado.

la bella señorita Annya, me dio esto para vos.

Annya:

Tomando la carta con las manos leyó con atención el contenido. Por un momento se abstrajo de toda la gente que pululaba alrededor y de los muchos griteríos de los vendedores de mercancías, tal era el poder de los mensajes de las damas.

Enrolló luego el pergamino y lo guardó en algún lugar donde no se plegara.

- ¿Un coleccionista? ¿qué tiene que ver eso con la defensa de la ciudad? ¿Acaso colecciona espadas vorpales?

Comentó un poco perplejo por la situación aunque más bien por el hecho de que Annya tuviera que seducirlo expresamente. El encuentro con ella era demasiado reciente como para leer esa carta sin dejarse llevar por ciertas emociones.

Grannik,te miro con una ceja alzada y miro el papel que guardabas y que te habia dado de Annya.

Con las defensas de la ciudad nada- Sonrio- la pequeña Annya, te ha comentado algo de la mision que la he encomendado, ¿No?- Mostro una sonrisa casi paternal.

Aunque en parte es asunto tuyo por lo que os une, esa informacion no te la puedo dar por el momento.- Como perro viejo que era leyo los gestos de tu rostro.

Balder, todo tiene su porque en esta vida y yo solo ofrezco trabajos de diferentes indoles que pago lo mas generosamente que me permite la bolsa.

No obligo a nadie hacer lo que no desea, si no lo hacen unos, los hacen otros....- Miro a Trancos, que asintio a las palabras del posadero.

ya estamos llegando...- Te dejo en tus cavilaciones y cambio de tema.

Era curioso este personaje, ¿cuántas misiones distintas podía encomendar a tantos visitantes? tal vez fuera más de lo que quería aparentar, no sería el primer posadero que escondiera algo.

- Dijiste que la guardia era vieja y no protegería bien el lugar, ¿no hay poblados cercanos a los que pedir que se unan a la batalla? Esa gente que te provee fuera de la ciudad. Y como estamos en la Costa de la Espada, ¿qué hay del Puño Llameante? Necesitamos aliados. Aliados, o rezar mucho a los dioses del bien.

Comentó no demasiado seguro pues hacía tiempo que no pisaba un templo de aquellos. 

- Esperemos que haya alternativas, hace falta un plan de defensa. Seremos menos que ellos, pero tenemos más cabeza.

Se paro en seco ante la puerta del ayuntamiento y te miro a los ojos con una ligera sonrisa.

Me recuerdas tanto a mi cuando era joven...- Sonrio de nuevo y te coloco una mano en el hombro.

Oeble permanece como una espina en el costado de media docena de gobernantes fronterizos, y es un omnipresente "peligroso tope de puerta " para los reinos que la rodean. Sin embargo, muchos la encuentran útil como un centro de contratación o un “terreno neutral” de reunión donde uno puede esperar encontrar forajidos descubiertos en fuga, inadaptados, monstruos y un mercado para objetos raros e inusuales.

"Demasiado útil para destruirla", es como describió a Oeble el ahora fallecido Gran duque de cierto reino fronterizo, y sus palabras aún son certeras. Esto no quiere decir que alguna fuerza exterior que desee un lugar de poder en los Fronterizos no intente hacerse con Oeble desde dentro y acabe con una guerra local que destruya la villa o la reduzca a una mera cáscara. A pesar de que este peligro ha sobrevolado la villa durante un siglo o más, aún no ha devenido sobre esta.- Sonrio de nuevo.

No te preocupes por eso Balder, si sale bien lo que le he encomendado a Sacha y Kath...O lo que le he encomendado a Annya y a Kristyd...- sonrio- Te aseguro que no estareis aqui para ver si hay guerra o no...

aqui venimos solo para avisar y que se prepraren por si acaso...Aunque ya te digo yo que no hara falta.

Le tocó encogerse de hombros. Este hombre tenía más recursos de lo que parecía o tenía aires de grandeza. De momento no tenía nada malo contra él y aparentaba que realmente podía hacer algo por la situación. Por lo visto las chicas estaban todas trabajando en esos planes para salir con bien de la situación. Él parecía haber sido contratado más bien como guardaespaldas, normal, cualquiera se movía solo por estas calles apestadas.

- Sea pues... tampoco tengo demasiado interés en esta ciudad, pero cuando te viene una horda verde de frente da que pensar.

Se dedicó a mirar alrededor, más como un guardaespaldas que como un visitante. Se acordó de Annya, le animaba pensar que en principio no estaba metida en ningún lío peligroso, saldría con bien de esa, tenía a la enana de su parte y también dos buenas defensas femeninas. Tuvo que apartar esos pensamientos.

- Lo mejor que podemos hacer entonces es darnos prisa.

Comentó, pensando si Grannik iba a abandonar la ciudad o planeaba simplemente enviarles lejos. Y esto al final, le parecían los preámbulos de algún tipo de búsqueda que debían emprender. A todo esto, ¿qué había pasado con la druida? contaba con ella maldita sea, parecía una joven con muchos recursos... y en todas las búsquedas hacía falta alguien que curara, si además era guapa, mejor. 

Cuando fue a entrar uno de los guardias os retuvo.

<¿Teneis audiencia con el maestro sin rostro?>- hablo uno de ellos de cara enjuta y nariz aguileña.

No, pero lo que tengo que decirle es importante, de hecho nos afecta a todos. ¿Por favor podia decirle que Grannik el posadero de la Hidra borracha quiere verle?- Hablo con su tono amable y cordial como siempre.

<Bien, se lo dire..pero no creo que reciba a nadie hoy y menos a su competencia..>- Con una mirada por encima del hombro se metio dentro.

Grannik, nego con la cabeza- Siempre igual Trancos...siempre igual

Si amigo, es lo que tiene tener una posada mas famosa que la suya...- Sonrio y le dio una palmada cariñosa en el hombro.

El Paeraddyn, una posada "segura" en el límite sureño de Oeble que tiene establo, casa de baños, jardines, sala de trovadores y un mercado fuertemente vigilado, todo esto en su propio recinto amurallado....normal que la gente no se sienta agusto con la coleccion de brutos que tiene como mercenarios...- Te miro con una sonrisa.- La Hidra siempre a tenido mas clase que el Paeraddyn...

- Me quedo sin palabras, ¿una posada amurallada? hay que admitir que debe tener sus ventajas, les costará más entrar a los orcos y también salir a los morosos.

Rió quedamente.

- No me extrañaría encontrar unos semiorcos con cara de jabalí y hachas custodiando esto.

Había escuchado hablar de ese tipo de orcos, aunque eran historias de lugares desérticos en los que jefes del hampa con aspecto de gusano convivían con los más extraños seres y mantenían hermosas bailarinas con piel de diversos colores. Nada que pudiera considerarse increíble en los reinos.

Se quedó de pie con los brazos cruzados, su rostro se volvía muy seco en estos casos. Estaba seguro de que iba a conocer a la competencia de Grannik y que al contrario de éste no iba a basar su éxito en la astucia sino al parecer, en la fuerza y otras artimañas.

El gobernador sin rostro no aparecio, en su lugar hizo acto de presencia el capitan de la guardia que os prometio reforzar la guardia.

Aunque le explicasteis que la zona estaba atestada de orcos, este no mostro ningun gesto de sorpresa ni nada por el estilo.

Tras una corta entrevista os marchasteis de nuevo a la Hydra...