Cuando entrasteis en los muros, que aun tenia las puertas abiertas, visteis que en una de las fachadas habia un pequeño mercado, ahora cerrado.
Esa tarde la segunda mas importante taberna local amurallada, "El Paeraddyn" estaba llena de gente. El suave viento de primavera y una tibia llovizna había estimulado a los pocos viajeros que pasaban a resguardarse dentro, junto con los lugareños que asistían para beber una copa antes de irse a acostar. El salón era enorme, apenas unas cinco mesas, quedaban libres del gentío... Varias enormes arañas de madera colgaban a lo largo del salón con una docena de velas encendidas en cada una. Por los cristales de la ventana apenas podía distinguirse algo en la oscuridad reinante fuera, excepto cuando algún relámpago ocasional iluminaba la calle. Una mujer de unos cuarenta años, rolliza y bonachona, servía platos de humeante comida con un aroma delicioso mientras su esposo servía tragos de vino en la barra. En clima dentro era cálido y animado y pocos tenían apuro por salir...
La música de unos trovadores sonaba de fondo invitando a bailar a unos cuantos viajeros. Al fondo de la taberna había media docena de hombres con cara de pocos amigos, vestidos con abollados y sucios petos de escamas o varillas de láminas. Cada uno tenía su armadura compuesta de varios retales. Por su aspecto parecían mercenarios. Cuatro estaban jugando a una especie de juego con cartas y dados. Y los otros dos a hacer diana con sus hachas en un panel de madera tallado y pintado para tales fines.
El olor a humanidad se intentaba disimular con un fuerte olor a incienso quemándose.
Según os ibais acercando pasando a través de las mesas, los clientes no os miraron e incluso alguno saludo a Klauss. A ti te miraban con recelo, pero al venir con este tampoco hicieron mucho más.
¡¡Esto si que es una taberna!!- Te miro y sonrió- Vayamos a ver a Ulgar, es aquel tipo alto que esta detrás del mostrador de barriles…
Este es el que tiene los mejores trabajos de todo Villa Oeble
Miro la taberna extrañada de que hubiese tanta gente, desde la que venia, realmente era un taberna... diferente a las que acostumbraba a visitar, aunque no solía visitar muchas, humanos.. no le agradaban, y a juzgar por sus miradas los drows a ellos tampoco, normal era lo habitual en la superficie, estaba mas que acostumbrada y no hizo caso.
Siguió al hombreton cogida de su mano, mas que por seguridad para no perderse entre la gente y él.
cambiamos de escena dejando esta para cuando tenga algo mas de tiempo...^^
nos vemos en la nueva escena.."La busqueda del beso"
Un besazo guapisima XD