Partida Rol por web

Trancos seguia mirando desde aquel observatorio natural ajeno a la conversacion de las mujeres, donde se tiraban cuchilladas verbales y comenzaban a elevar un poco la voz.

Ssssssssth ¡Silencio, pareceis las verduleras del mercado!- Se dio la vuelta- Tenemos que irnos de aqui....¡Mirad!- señalo hacia las montañas que habia en vuestra izquierda. El viento de nuevo dio un golpe y el humo se desplazo para daros una vision de lo que os señalaba Trancos.

De las montañas desdencia una hilera de orcos que se dirigian hacia el camino.

 Calculasteis una veintena en aquella hilera que serpenteaba por el abrupto camino de la cordillera montañosa.

Aqui se esta cociendo algo...tenemos que ir a informar, quiza mañana no tengais mision.

Se encamino hacia el camino- Estad alertas, quiza nos podamos encontrar con aquella avanzadilla de bateadores....

Diablos ya era difícil planear la defensa con veinte orcos rondando pero ahora estaban hablando de un mínimo de cuarenta. Había un pequeño ejército ahí y como los cazaran no lo iban a pasar bien.

- Aprisa... 

Susurró pues el asunto se estaba escapando de las manos. Se acercó a Annya para cogerla del brazo e intentó correr a un ritmo que pudieran aguantar todo el trayecto.

¡Pero si son muchísimos!- comenté, antes de notar la mano de Balder agarrándome el brazo. No pude evitar el sonreír levemente y comencé a correr- Tenemos que irnos de aquí, esto es mucho más peligroso de lo que nos decían... Como nos cojan estaremos perdidos- dije mientras avanzábamos.

Recordaba haber tenido diversos enfrentamientos, alguno que otro relacionado con orcos, pero jamás habían estado tantísimos reunidos y organizados. ¡Annya, tienes que salir de esta! ¡Por Olidammara, qué miedo!

Hale, perfecto, el culmen de la discreción, una pelea de gatas...

Puse los ojos en blanco un segundo y negué con la cabeza...Gracias a los Dioses Trancos cortó en seco el lanzamiento de insultos. Aunque...la razón me puso los pelos de punta.

Una fila de orcos, demasiados para mi gusto, salía de la gruta hacia donde nos encontrábamos...más nos valía poner pies en polvorosa o seríamos la cena de algunos verdes hambrientos.

- ¡Vamos! ¡El último en llegar es comida de orco! Dije más en serio que en broma...y es que ¡Joder! ¡era verdad!

Eché de menos mucho a mi pequeño peludo, teníamos que solucionar ese pequeño problema suyo, seguro que había algo que hacia el efecto inverso al agua...

Iba andando y mirando dónde ponía los pies, calculando no pisar ninguna trampa o caer en manos de algún orco. Detrás de Trancos, pero no mucho más lejos...él reconocía terreno y yo lo pisaba tras sus pies.

Que los dioses nos protejan.

Comenzó a correr aunque en realidad no pudieran coger demasiada velocidad si no querían dejar atrás a la enana. Se imaginó que quizá debería de cogerla al hombro, pero era muy posible que le respondiera con un mazazo... Balder observó al grupo y pensó si era buena idea o no...