Ya estábamos todos en la habitación. No cabíamos en aquel cubículo todos juntos y empezaba a agobiarme tanta gente en tan reducido espacio.
Llegas tarda, Kurt. Parece ser que aquí el mediano tenía información importante. Aunque tengamos que dividir el pago, sacaremos tajada de su parte así que compensa el trabajo. Por mí, trato hecho.
¿Qué decís?
-Si creeis que hay aquí más hombres, es que la cerveza de ese castor viejo de Grüger a afectado a vuestra lucidez-. Dijo con premura. -Volved en otro momento-
-¿Me tomáis el pelo, buen señor? Ni hace cinco minutos que los vi por la ventana. ¿Acaso han saltado por ella? - replicó con tono afilado al mediano.
Iba a llamar otra vez a la puerta, esta vez a golpe de puño y no con los nudillos, cuando las voces de Gustav y Cenizo le llegaron desde el otro lado.
—Soy Cenizo, el líder de esta banda —respondió con firmeza—. ¿Quién llama? ¿El pirata que ha estado causando problemas en la ciudad?
La puerta se abrió con un crujido.
Kurt miró al anciano osamentero que, allí erguido todo lo que le daba su achacoso cuerpo y con el cinturón bien agarrado en una mano, presentaba una curiosa a la par que impresionante estampa; un Viejo Dios de la Guerra que se alzaba para castigar a sus enemigos. Kurt sonrió y notó que el enojo se disipaba.
- Aquí el único pirata sois vos, viejo truhan. ¿Me permite el paso, mein Kapitän? - bromeó mientras entraba en la habitación. Cerró la puerta tras él.
Recorrió a golpe de vista el lugar, que no tenía nada que envidiarle en aspecto y olor a las cochiqueras, y se plantó delante del mediano al que saludó tirando hacía abajo de la punta del sombrero.
Llegas tarda, Kurt. Parece ser que aquí el mediano tenía información importante. Aunque tengamos que dividir el pago, sacaremos tajada de su parte así que compensa el trabajo. Por mí, trato hecho.
¿Qué decís?
Miró a su compañero de fatigas y enarcó una ceja. Sin dejar de sonreír negó con la cabeza. - Podéis repartiros mi parte, si es que la había. Solo quiero que acabemos con esto cuanto antes y largarme de este condenado pueblo. -
Matizar que al no saber realmente lo que habéis hablado en la habitación, Kurt interpreta que habéis extorsionado de alguna manera al mediano.
Debido a eso su negativa inicial de no aceptar los dineros es motivada en parte por la honestidad propia de los nordlandeses; otra porque se sigue considerando un soldado y se atiene al código de honor militar (quizás un Kurt más adulto, fogueado y menos idealista no dudaría en echarle mano a las monedas pero es que es un chaval) y en menor medida por la fe que profesa al culto de Ulric.
¡Buen día a todos! ;)
-El chico no cobra, lo ha dicho y que Sigmar...eh, Ulric,- dijo al ver el colgante, símbolo de su religión y que Kurt llevaba. -..maldiga a quién no acepte sus palabras y puede que su última voluntad-. El mediano se recostó, sacó un cuchillo afilado y practicó una incisión en la zona hinchada de la herida. Del corte supuraba un líquido que no era buena señal mezclado con sangre oscura.
-Malditos gigantes. Pero ya no tienen escapatoria, a mi amigo Gustav no se le escapa una presa, ¿verdad?.- Dijo mirando al cazador mientras limpiaba la herida con un trapo sucio y sangrado. -Veréis, Estaba yo hace unas dos semanas en la ciudad de Wolfenburgo, tratando unos asuntos de comercio, cuando entré a una fonda a refrescar la nuez, ya sabéis a lo que me refiero. No voy a andarme por las ramas asi que no me preguntéis-. Hans volvió a limpiarse la herida-. El caso es que había una patrulla de caminos allí dando un descanso a sus posaderas amén de refrescar sus mostachos, y hablaron de unos refuerzos que tenían que llegar, y lo hacían tarde según su criterio, desde la fortaleza de Lenkster. Obviamente sacié mi curiosidad costándome casi dos chelines de plata, pero descubrí que el propio Conde Elector ha puesto precio a la cabeza de un gigante que mató de un mordisco a no se que barón-. Dijo mientras hacía aspavientos con la mano, como quitándole importancia a eso último. -Y además con coronas de oro, nada menos que veinte coronas. Volví a mi pueblo y cuando supe del bromista, mi supercerebro lo conectó todo y descubrí que todo estaba conectado, y además son dos gigantes. Claro-, continuó sin dejaros responder, -para acabar con un barón y su escolta no podía ser solo un gigante. Bueno, ¿cazamos a esos bastardos y cobramos las dos recompensas?.- Terminó diciendo con los ojos brillantes de codicia.
El anciano observó al pequeño mediano con desconfianza mientras contaba una historia increíble. A pesar de su espíritu ambicioso, el hombrecillo era un granuja que se dejaba llevar por los rumores.
—¿Gigantes? ¿Dos? ¿No son esos dos canallas que están esperando en la entrada del pueblo? No lo son, aunque puedan parecerlo —le dijo, al recordar las huellas que conducían a esos dos guardias—. Hasta donde yo sé, el Alcalde no ha solicitado la captura de ningún gigante porque no hay ninguno. Además, ¿no viste la broma? Si los gigantes aprendieran a escribir, entonces yo ya no pertenecería a este mundo. Por otro lado —el anciano señaló su pustulenta herida con el bastón mientras hablaba—, ¿dónde vas con ese marrón? No podrás escapar. Serás un aperitivo para cualquier gigante.
El halfling se quedó mirando al viejo. Luego sacó una de esas armas de fuego heredadas por los enanos de debajo de la almohada. Aunque hecha para la mano de un hombre, la pistola la sujetaba el halfling con ambas manos exhibiéndola como si de un enorme esturión se tratara.
-Que vengan-. Dijo desafiante. -Son gigantes. Son idiotas y grandes y lentos, pero los vi poner la trampa esa con mis propios ojos. Ellos son los bromistas que buscais. En cuanto a mi traslado, tengo montura, no hay de que preocuparse. Me las apaño bien, y mejor con ayuda de mis socios-.
Termino diciendo con una sonrisa que le recorría toda la cara.
La historia de Hans me parece tener ciertos agujeros pues todavía no termino de entender como fue que relacionó a un gigante fugitivo por asesinato (¿a mordiscos?) con los crímenes del Bromista. Más aun, tampoco me queda claro el motivo que tendrían unos gigantes buscados en Wolfenburgo para poner esas trampas y con tan extraños mensajes.
Pero lo importante es que el mediano dice haberlos visto poniendo la trampa y con eso basta para enjuiciar a cualquiera.
"Además calza con el asunto de la fuerza necesaria para levantar los troncos y todo eso. Algo no termina de calzarme pero supongo que es una buena pista para seguir."
Asiento al pequeño hombre y le respondo:
- "Bien, Hans. Tienes a tus socios. ¿Donde están nuestras presas ahora?"
No recuerdo haber visto huellas de gigante y eso ya es raro pues, aunque nunca he visto, no han de ser unos rastros muy discretos.
-Se fueron hacia el oeste, rodeando el pueblo por el norte, donde la espesura es mas virgen y les ampara más-. Dijo mientras bajaba de la cama con un gruñido de dolor. -Después de que pusieran la trampa les seguí la pista un tiempo. Luego, como necesitaba ayuda para acabar con los dos gigantes, decidí volver y desactivar la trampa, momento en el cual la vaca de Borför apareció y casi se me lleva también la pierna-. Sus palabras las enfatizó señalando la carne viva de su pantorilla, que supuraba pus.
-Ea, ayudadme a hacer el petate-, añadió señalando un viejo saco que había en una esquina de cuartucho. -Vamos a cazar gigantes-.
Por mí pasamos a la siguiente escena. Mirad a ver si quereis comprar algo mas de equipo o lo que sea.
Por mi adelante. Ayer postee, pero veo que no se ha grabado
No, ni siquiera veo el hueco del mensaje, porque otras veces hay mensaje sin texto.
Esta vez el pequeño los ojos del pequeño mediano expresaban más verdad que mentira, de modo que decidió creerle.
—Vayamos a por esos grandullones. Lubrecht no necesitará vacas si cazamos buena carne.
Cenizo sabía bien lo que tenía entre todas las mantas que le cubrían su esquelético cuerpo, no necesitó acudir a por provisiones.
Por mí pasamos a la siguiente escena. Mirad a ver si quereis comprar algo mas de equipo o lo que sea.
Por mí igual y, considerando que serán gigantes y eso no tiene pinta de ser fácil, iría por más flechas al armero.
Kurt escuchó en silencio a Hans. Miraba alternativamente al mediano y a sus compañeros mientras se ponían de acuerdo para ir a dar caza a los gigantes bromistas.
Atendiendo a la petición de Hans, le acercó el zarrapastroso talego y le ayudó a guardar las cosas.
- Disculpar mi comportamiento de antes y permitir que me presente. Soy Kurt - tendió una mano hacia el mediano - En el carro tengo algunos vendajes limpios, conseguir del tabernero algo de vino y clavo e intentaré limpiar la herida. Pero, si me aceptáis un consejo, hacéosla mirar cuanto antes por un barbero o, mejor aún, por una hermana de Shallya. La corrupción está avanzada y os arriesgáis a perder la pierna. -
Kurt terminó de empacar las cosas de Hans y lanzó una mirada lobuna a sus compañeros. La cacería estaba a punto de comenzar.
Yo relleno la cantimplora y compro raciones e iluminación.
- Raciones para una semana -6 c
- Antorcha tratada x2 -20 p
Me descuento la pasta de la ficha.