Bien, empezamos en el invierno del año 219 A.C. Por entonces, dos grandes ciudades se enfrentaban el dominio del Mediterráneo; Roma y Cartago. La primera, salía muy reforzada tras haber vencido a la segunda en lo que se conoció como la Primera Guerra Púnica. Esta supuso una humillación a Cartago.
Sin embargo, Cartago decidió afianzar un imperio en la península ibérica, recuperándose y aumentando sus riquezas. Roma, para que Cartago no abusara de la península, decidió repartir en zonas de influencia la península.
En el 219, Aníbal Barça, un joven general cartaginés, conquista Sagunto, una ciudad aliada de Roma, pero en la zona de influencia cartaginesa. Este es el inicio de la guerra. Este es el mapa al comenzar la guerra. Las posesiones cartaginesas aparecen en verde, y las romanas, en amarillo.
Pero Aníbal, tiene la estrategia de llegar a Italia, atravesando el resto de Hispania, el sur de Francia, y cruzando los Alpes, con un ejército cifrado en unos 70mil soldados.
Aquí empieza la historia. A todo esto, hay que aclarar que la mayor parte del ejécito cartaginés estaba formado por mercenarios y extranjeros; íberos, galos, númidas...
El cruce de los pirineos, no es fácil para el ejército cartaginés. Sufren las constantes agresiones y emboscadas de tribus galas que le son hostiles, al igual que una escasez de víveres, unido a un frío al que no están acostumbrados la mayor parte del ejército de Aníbal, ya que están acostumbrados a un ambiente más caluroso en Hispania o África, en especial, los libios, que componían la columna vertebral de la infantería cartaginesa. También, como dato anecdótico, detrás del ejército, había mercaderes y decenas de personas, que seguían al ejército como una masa de buitres, en busca de fortuna o saquear los cuerpos de enemigos muertos a los que los cartagineses se enfrentaban.
Luego, socialmente, el ejército cartaginés era un mosaico de culturas. Los pueblos africanos del ejército, solían adorar a los dioses cartagineses de origen fenicio; Baal, el dios más poderoso, Tanit, relacionada con la fertilidad, el siniestro Moloch, al que se sacrificaban niños en su honor.
También hay que aclarar, que el sistema político de Cartago no era muy diferente al de Roma. Una especie de ''senado'' eran los encargados de la tareas políticas y normalmente, ponían por encima de todo sus intereses comerciales.
En cuanto al armamento, esta es la arma reglamentaria que usaban los íberos, la falcata;
Los púnicos y la legión sagrada usaban la lanza larga típica de los hoplitas griegos;