Partida Rol por web

Leah asintió y comenzó a seguir a Wilson. Era un buen plan y había que comenzar cuanto antes con su reparación.

Miller decidió seguir la ola y aprovechar que Wilson comenzaba a andar, para acelerar el paso y ponerse junto a él, esperando que todos los siguieran.

- Mucho cuidado y atentos a las esquinas, no quiero sorpresas desagradables - Realmente el recordatorio de los tripulantes de la Cronus, y la idea de que pudiera haber más bichos sueltos, le ponían de punta los pelos de la nuca. Como solía decir cuando todo se torcía, "cuando vuelva al pueblo, esto no se lo va a creer nadie". Se rió ella sola para dentro, intentando que nadie lo notase.

Cham se resignó y asintió con la cabeza. Tampoco quería ponerse a discutir al respecto de como repartir las tareas pendientes. Tenía ganas de insistir con respecto a buscar material de primeros auxilios pero su propuesta también fue rechazada. El controlador de carga se quitó el cinturón de los pantalones y se rodeó el torso con el mismo para luego colgar el hacha y poder sostener con mayor comodidad el rifle usando ambas manos. 

Dejando encerrada por el momento a la criatura en el reactor, salieron de la sala de control hacia la bahía de carga. El pasillo estaba vacío y no se escuchaba sonido alguno excepto sus pasos por el suelo metálico de la nave. Accedieron al enlace C-2 y de ahí a la balconada que daba acceso a la pasarela camino del ascensor interior de la bahía. Tuvieron que ponerse de nuevo los cascos pues la gran cámara seguía despresurizada.

Descendieron a la cubierta D y volvieron a encontrarse con la Daisy, la nave auxiliar de la Montero en la que habían escapado Rye y Davis descansaba a la espera de que la necesitaran de nuevo. En la popa de la cubierta encontraron el taller y junto a él el almacén de piezas de repuesto de los vehículos que en algún momento llevara la Cronus.

Leah comenzó a revisar los diferentes elementos del taller, en busca de las herramientas que le permitieran encontrar algo.

— Por aquí no veo nada que me pueda servir — Dijo al resto de los acompañantes. Enseguida les facilitó una somera descripción de lo que necesitaría por si lo veían por la zona. — ¿Algo por ahí? -

Wilson rebuscaba entre las cosas que había allí siguiendo las indicaciones de Davis.

—Creo que por aquí tengo lo que buscas...

Estaba un poco nervioso pero aún así dio con algunas herramientas que pedía su compañera.

Davis miró a Wilson y puso su mano sobre su hombro.

— Saldremos de esta. Esas herramientas son perfectas, gracias. —

Sin esperar cogió lo que Wilson había encontrado y comenzó a realizar las operaciones pertinentes para auto repararse. La destreza del androide con una sola mano era sorprendente. Igual que la velocidad con la que comenzaba a repararse a si misma...

Al llegar al hangar, el controlador de carga decidió vigilar la zona antes de buscar cualquier recurso que pudiera ser útil para reparar el brazo cercenado de Davis. Mantenía el rifle en alto mientras que sus ojos visitaban hasta la última esquina del sitio. Por un momento, parecía que las sombras del lugar se juntaban y creaban formas que se asemejaban a cuerpos decapitados u otras siluetas todavía más alienígenas. Estuvo a punto de jalar el gatillo en aquel mismo instante sin siquiera alertar a sus compañeros, pero se las arregló para tranquilizarse. Obligándose a agachar la cabeza y buscar el rosario, que rodeó sobre la empuñadura del arma.

Solo esperaba que alguien más decidiera acompañarle en su guardia mientras que su colega artificial se autoreparaba.

Miller entró en la sala y todo le pareció oscuro y siniestro. Esperaba ver saltar un alien sobre ellos desde detrás de cualquiera de las siluetas de los objetos almacenados allí. Intentando sobreponerse a su estrés, trató de buscar cualquier elemento que pudiera serle útil a Davis para repararse, y se centró en la tarea por completo, como método de escapar a las mil formas de morir que se le pasaban por la mente una y otra vez.

- ¿Esto puede servirte? - preguntó a Davis esperanzada, alzando casi lo primero que encontró en su búsqueda.

Lo que en un principio pensaron que era el brazo arrancado resultó ser sólo el servo dañado que había replegado el antebrazo y la mano, que junto con el traje desagarrado daba la impresión de que le faltaba parte del miembro. Lo que la criatura ondeó como triunfo fue la sentipiel y algunos cables.

Con las piezas encontradas el androide pudo realizarse las reparaciones pertinentes y no le llevaron mucho tiempo. Wilson, Miller y Rye observaban la operación asombrados por la perfección que habían conseguido con los sintéticos para que no se hubieran dado cuenta en estos años ¿Cómo no se habían dado cuenta?

Cham vigilaba la bahía de carga, la Daisy ocupaba prácticamente toda la planta baja; no pudo evitar mirar de reojo a Davis y pensar que su vida había estado en manos de un sintético aunque tenía que reconocer que parecía buena gente, o al menos lo había sido hasta ese momento. Se giró de pronto de nuevo hacia la Daisy, había visto algo por el rabillo del ojo...una sombra.