Partida Rol por web

El Celador Cole te deja en tu habitación y tras despedirte de tus compañeros de viaje y del celador entras en la estancia, encuentras tu maleta en el centro de la estancia, todas tus cosas están en perfecto orden.

La habitación consta de un pequeño aseo( sin ducha) y de la habitación con una cama de 90cm poco confortable y un escritorio de madera con una silla y una lamparita.

Empiezas a desvestirte cuando llaman a la puerta.

Russell vio la habitación terriblemente decepcionado. ¿Aquello era comodidad?, se preguntó. No es que se casa fuera una oda al lujo, pero cuando el Dr. Gauss había expresado que las estancias que le tenía preparadas a él y a sus compañeros eran optimas, se había imaginado algo distinto. ¡Por lo menos tenía un escritorio donde escribir si lo precisaba!

Con un suspiro se empezó a desvestir cuando alguien lo llamó a la puerta. Curioso, pero sin querer descuidar su integridad física, preguntó sin abrirle aún al recién llegado:

- ¿Quién es?

Se escucha como alguien se aclara a la voz desde el otro lado de la puerta -perdone que le moleste Señor Rusell, soy yo, el Doctor Gauss. Me gustaría hablar con usted en privado  un momento si es posible.

Al escuchar que es el Dr. Gauss quien está detrás de aquella puerta, Russell se apresura a acomodarse la ropa y parecer presentable antes de darle paso al buen doctor.

Abrió la puerta casi con efusiva rapidez y dijo:

- ¡Dr. Gauss, que sorpresa! Bueno, este es su hogar, pero no esperé verle por aquí. ¡Pase, pase! ¿O prefiere que yo salga?

Sonriendo a su interlocutor - Si no es molestia pasaré yo - y sin más entra en la habitación y se sienta sobre la cama - perdone que le moleste a estas horas, pero he de comentarle algo importante. Me gustaría que me escuchase, al final le pediré su colaboración en una importante tarea. Resulta que he estado investigando a esos pacientes y sobre lo que dije de las notas que tomaban cada uno de ellos en código... ¡ El cógido es el mismo en todos los casos ! , lo cual quiere decir que de alguna manera, los pacientes están conectados. - Hace una pausa para observar la reacción de su interlocutor - he acudido a los escritos del anciano Doctor  Eltdown Shards y los escritos del profesor Wingate Peaslee de la Universidad de Miskatonic y aunque no lo crea, he llegado a la conclusión de que todos los pacientes, de alguna manera, están poseídos por inteligencias de otro mundo. Sus mentes son transferidas a algún lugar y a su vez ocupadas por seres de otro mundo con propósitos que desconozco. Quizás esos seres, sean exploradores , lo que explicaría esas ansias de conocimiento que antes les relaté. O puede que sean una avanzadilla de una inminente invasión de todas las mentes de la humanidad -dice misterioso.

- Sé que esas mentes extraterrestres están siendo ayudadas por un culto terrestre , por eso les he traído aquí, lejos de esas personas para estudiarlos a fondo y quizás, para salvar a la humanidad. ¿ Quiere saber más ?

- ¡Por supuesto! - dijo Russell entusiasmado.

Lo que le estaba contando el doctor Gauss era realmente interesante, pero Knighton se preguntaba hasta que punto el mismo buen doctor había caído en la misma locura que exteriorizaban sus pacientes. ¿Inteligencia extraterrestres? ¡Pero qué demonios!

Colocándose las gafas en su sitio mientras comienza a hablar - Los pacientes con esa dolencia, son secuestrados por el grupo esotérico del que le estaba hablando. En eso sí coinciden todos los pacientes, a decir verdad, sé poco de ese grupo. Únicamente conozco su símbolo: un círculo con tres líneas curvas hacia afuera como tentáculos, garabateado con pintura amarilla.

He tenido ocasión de capturar varios artefactos cuyos detalles prefiero omitir por ahora, y he construido un iniciador de transmisor de mentes- al ver en tu cara que no entiendes mucho se explica - se trata de una máquina con la que pretendo transmitir mi propia mente al planeta de los alienígenas, aprender sobre ellos y proteger la Tierra.

Bien, el caso es que lo primero que necesito  de usted y del resto, dicho sea de paso, es su colaboración en el experimento que deseo llevar a cabo. Necesito de varias mentes para activar todo el procedimiento, las suyas, que actuarían como médiums por así decirlo hasta que mi mente se encontrase en el éter.   ¿ Qué contesta ? - pregunta impaciente.

Russell se queda sin habla. ¿Pero es que aquel tipo estaba loco? ¿Cómo quería? ¿Cómo se atrevía? ¡Realmente el doctor Gauss no estaba en sus cabales! Después de tantos años trabajando en un psiquiatríco, el buen hombre había perdido la cordura definitivamente.

- ¿Está usted seguro de su... mmm... plan y de que necesita mi mente para ayudarle? Me gustaría colaborar, por supuesto. ¡Imagínese cuando el mundo lo sepa! ¡Aparecera en mi libro, se lo aseguro!

Asintiendo - Así es, en efecto , mi mente funciona con poder psíquico para arrancar, y qué mejores mentes que las de personas tan capaces como ustedes para hacerla funcionar...

Knighton rió algo nervioso. ¡Aquél hombre estaba loco! ¡Hablaba puras tonterías! Definitivamente, pensó, el doctor Gauss había sucumbido mentalmente por tantos años ejerciendo el trabajo de psiquiatra.

Estaba nervioso. Sentía como sus manos le sudaban y pequeños hillos de sudor surcaban su rostro. Hubiera querido pararse y dejarlo hasta allí, hacerle saber a Gauss que estaba demente, pero sus ansias de conocimiento pudieron más que su instinto de supervivencia.

Tragando saliva, preguntó:

- ¿Y cómo para cuando piensa hacer eso?

Sonriendo - tenía pensado venir a por usted en ... digamos una hora? - al ver tu expresión -no , tranquilo que no será el único que participe en el experimento, alguno de sus colegas se ha decidido ya.

Rusell no sabía si reír o llorar. ¿Por qué tenía que ser él objeto de un experimento? ¿Resultaría muerto o terminaría como un monstruo, deformado en extremo?

- Sí, claro, pase cuando usted quiera - le respondió a Gauss con el tono más amigablemente posible.

Pero la verdad es que Knighton no quería que aquel desquiciado doctor pasase a por él. ¡Tenía que a ver una manera de escapar! Pensaba en ello esperanzado. Pero, ¿realmente la habría? ¿Tendría que aceptar aquel destino cruel sin poder hacer nada? Tragó saliva y dibujó en su mente una expresión amarga de sólo pensarlo.

Asiente satisfecho - Bien, en una hora aproximadamente vendré a por usted.- Diciendo ésto sale de la habitación y desaparece por el pasillo.