Partida Rol por web

Te encuentras en un pasillo oscuro lo que parece un túnel de piedra lleno de moho por la construcción de hace muchos años, una pared de piedra impide tu regreso, una pared oscura y mohosa, ha desaparecido la puerta y cualquier signo de salida por ese lado, solo te queda avanzar en la oscuridad de ese túnel... Tus compañeros no están contigo, lo esperas para ver si cruzan y te encuentran en este punto donde has ido, pero tras un tiempo ves que nadie aparece, que si han cruzado el umbral habrán sido trasladados a otra parte de la fría pared de túneles. 

Te encuentras desamparado y hace frío, aunque puedes soportarlo pero no te motiva estar mucho tiempo parado pues sabes que se te helarían los huesos. El suelo y las paredes están húmedos y llenos de moho y no sabes qué más te espera, parece los residuos de un alcantarillado, aunque no hueles a nada que no sea la propia humedad, pero inhalas un aire rancio debido en parte a la falta de ventilación del lugar.

El túnel continúa varios centenares de metros. Poco a poco, una débil luz que parece emanar de las paredes te permite avanzar con mayor facilidad. El pasillo se va ensanchando hasta que se divide en dos. Los dos nuevos caminos son exactamente iguales. ¿Qué desviación seguirás?

* ¿La de la izquierda?

* ¿La de la derecha?

Te encuentras en un pasillo oscuro lo que parece un túnel de piedra lleno de moho por la construcción de hace muchos años, una pared de piedra impide tu regreso, una pared oscura y mohosa, ha desaparecido la puerta y cualquier signo de salida por ese lado, solo te queda avanzar en la oscuridad de ese túnel... Tus compañeros no están contigo, lo esperas para ver si cruzan y te encuentran en este punto donde has ido, pero tras un tiempo ves que nadie aparece, que si han cruzado el umbral habrán sido trasladados a otra parte de la fría pared de túneles. 

Te encuentras desamparado y hace frío, aunque puedes soportarlo pero no te motiva estar mucho tiempo parado pues sabes que se te helarían los huesos. El suelo y las paredes están húmedos y llenos de moho y no sabes qué más te espera, parece los residuos de un alcantarillado, aunque no hueles a nada que no sea la propia humedad, pero inhalas un aire rancio debido en parte a la falta de ventilación del lugar.

El túnel continúa varios centenares de metros. Poco a poco, una débil luz que parece emanar de las paredes te permite avanzar con mayor facilidad. El pasillo se va ensanchando hasta que se divide en dos. Los dos nuevos caminos son exactamente iguales. ¿Qué desviación seguirás?

* ¿La de la izquierda?

* ¿La de la derecha?

Te encuentras en un pasillo oscuro lo que parece un túnel de piedra lleno de moho por la construcción de hace muchos años, una pared de piedra impide tu regreso, una pared oscura y mohosa, ha desaparecido la puerta y cualquier signo de salida por ese lado, solo te queda avanzar en la oscuridad de ese túnel... Tus compañeros no están contigo, lo esperas para ver si cruzan y te encuentran en este punto donde has ido, pero tras un tiempo ves que nadie aparece, que si han cruzado el umbral habrán sido trasladados a otra parte de la fría pared de túneles. 

Te encuentras desamparado y hace frío, aunque puedes soportarlo pero no te motiva estar mucho tiempo parado pues sabes que se te helarían los huesos. El suelo y las paredes están húmedos y llenos de moho y no sabes qué más te espera, parece los residuos de un alcantarillado, aunque no hueles a nada que no sea la propia humedad, pero inhalas un aire rancio debido en parte a la falta de ventilación del lugar.

El túnel continúa varios centenares de metros. Poco a poco, una débil luz que parece emanar de las paredes te permite avanzar con mayor facilidad. El pasillo se va ensanchando hasta que se divide en dos. Los dos nuevos caminos son exactamente iguales. ¿Qué desviación seguirás?

* ¿La de la izquierda?

* ¿La de la derecha?

El túnel es aún amplio y puedes avanzar sin molestias, evitando los montones de basura que cubre el suelo. Ves una puerta a tu derecha la entreabres con cuidado para ver qué se oculta tras ella. Estás ante una habitación sombría, desprovista de todo adorno. En el centro hay una mesa cubierta con alimentos de aspecto extraño: caparazones de insectos rellenos, frutos jugosos... Junto a la mesa hay siete individuos enfrascados en una calurosa discusión. Observándolos con mayor atención te das cuenta de su color verdoso, sus manos planas con dedos palmeados y, sobre todo, una sólida cola escamosa que llega al suelo. Estás ante tres ejemplares de Hombres-lagarto. ¿Qué piensas hacer? 

Guillaume se traslada a un lugar lúgubre de piedra, su sensación es temerosa, allí no está Shanti pero sí un túnel que lleva a no sé qué parte. - Piensa en la pobre muchacha, en cómo tiene que estar pasándolo sola y en algún lugar de aquel sitio, ante ese pensamiento se llena de valentía. Avanza con paso firme no sin antes sacar su espada corta, se pierde entre la oscuridad brillante eligiendo el camino de la derecha, ya que para los musulmanes era el camino correcto, o eso le habían dicho.

Te vas por la derecha, al cabo de unos minutos llegas a la altura de una puerta reforzada con metal. Las cerraduras son grandes y sólidas. Te acercas... en la madera hay unas palabras grabadas. Quizá se trate de la descripción de un tesoro encerrado al otro lado.

Las inscripciones en árabe dicen así:

<<Orad y lamentaos, criaturas de las ratas y los lagartos, para que un día próximo termine la guerra entre vuestros dos pueblos; las dos llaves de plata serán entonces necesarias, ya que tras esta puerta empieza el camino de la libertad y del éxodo.>>

HASSAN SABBAH

Shanti, completamente desprovista de compañeros o posibilidad alguna de combatir, no se arriesga a interrumpir la cena de estas horripilantes criaturas, dando la vuelta inmediatamente y alejándose de la puerta en silencio.

¡Maldición!, vaya sitio más cutre, ¿a qué narices se debe todo esto? ¿cómo es que un cuadro nos puede transportar a este sórdido lugar? Sabiendo que debía de encontrar a mis compañeros seguí el camino... Viendo que este se bifurcaba tomé el camino de la derecha. 

El fornido Wardu encontró una cloaca después del dibujo: "¡Vaya pestilencia que hay aquí!" dijo en voz en alto, indignado siguió el camino y cogió el de la derecha. Como buen musulmán sabía que la derecha era el camino bueno de Allah. Subhana wa Ta'hala.

Guillaume se quedó mirando la puerta y las palabras enigmáticas de estas, parecía como si en el túnel hubiera seres antiguos que tuvieran una batalla campal en el subterráneo. Guillaume sacó su arma y miró a los lados del camino, pero no vio nada...

Hablaba de dos llaves necesarias para abrir la puerta, y el que lo escribió tenía la firma de ¡Hassan Sabbah!, ¡era increíble!, el corazón de Guillaume se le aceleró por el descubrimiento y aunque intuía que la puerta estaba cerrada intentó abrirla. 

Cierras la puerta despacio y sigues con pasos furtivos por el pasillo en forma de túnel de arco, mientras te preguntas cuál será la raza de Hombres - Lagarto que acabas de descubrir. Perdida en tus reflexiones, pasas ante una galería que se abre a la izquierda... ves charcos por el suelo, son pequeños y te permiten pasar entre ellos, las paredes de piedra siguen siendo mohosas por la extraña luz que se irradia a través de ellas. A cierta altura de unos dos metros ves una argolla y enganchada a ella una antorcha apagada, aunque ahora no te hace falta más iluminación... - ¿quizás te sentirías más segura con fuego o no? 

De repente, dos siluetas surgen del túnel negro como el carbón. Te empujan y caes al suelo. Dispuesta a todo, te levantas de un salto. ¡Dos hombres rata te rodean! Aparentemente, sus intenciones no son hostiles. Te hacen señas de que los sigas y te llevan hasta una habitación semejante a la que viste hace poco. El jefe de la patrulla que te ha llevado hasta allí discute un momento con el grupo de siete Hombres - Rata que estaban en la habitación, y después se retira con su patrulla, él con tres más. De los cuatro que quedan uno de ellos se vuelve hacia ti, intrigado por tu interrupción, los demás están desperdigados en dos mesas al parecer jugando con unos vasos de madera y unos dados, pero ahora se mantienen silenciosos y quietos además hay una tercera mesa con deliciosa comida.  El hombre - rata se gira hacia ti y habla contigo: - Mis saludos, noble viajero. ¿Qué urgente asunto te trae a estos lugares cuando el conflicto secular que nos enfrenta a los Hombres - Lagarto aumenta su violencia? Nuestras dos razas se enfrentan desde hace generaciones, desde hace tanto tiempo ya que nadie recuerda la razón exacta de esta guerra... La armonía que nos unía quedó rota y el templo de nuestro Dios permanecerá cerrado hasta la victoria de unos u otros. El jefe de cada banda conserva celosamente una de los dos llaves que abren las puertas. ¡Te aconsejo volver por donde has venido!, viajero, pues en el templo se halla la única salida de este subterráneo. Un derrumbamiento de tierras ha condenado todas las demás salidas... Estas palabras te llenan de una trágica desesperación. El Hombre - Rata dice entonces: Pero, antes de nada, ¿quieres compartir nuestra comida? 

Shanti, demasiado confusa como para articular palabra y temiendo que su voz suene extraña u hostil, solo llega a asentir con la cabeza mientras traga saliva. Realmente no tiene hambre, pero al menos esta comida no tiene la pinta asquerosa de lo que comían los hombres lagarto y no se atreve a rechazar una invitación así. la sensación de soledad se incrementa. Ha pasado un tiempo y aún no hay señal de Yussuf ni los otros. Quizá tendría que haberse quedado con la lámpara después de todo.

¡El sabor es exquisito! ¡Los Hombres - Rata son verdaderos maestros en el arte de la cocina! Tus andanzas por el subterráneo te han cansado y comes con apetito. Pero sientes como poco a poco un cambio se experimenta en ti. Escalofríos helados te recorren la columna te ahogas... ¡Pierdes el conocimiento! Al despertar y ver tu imagen reflejada en un espejo compruebas con horror que te has convertido en Mujer - Rata... Aterrorizada ante tal situación solo tienes un deseo: irte lo antes posible de aquí. Pero en el momento de salir ves una llave colgada al cuello del Hombre - Rata con el que hablabas. - ¿Sería aquella de la que te habló? Los hombres rata son demasiados como para que puedas pensar en atacarlos, así que decides robar la llave. Tendrás que apoderarte de ella distrayendo al jefe ahora que te has convertido en uno de ellos, no te resultará difícil. 

Los hombres rata comen beben juegan hacen rondas de vigilancia y se meten en los subterráneos a inspeccionar, ahora era tu tiempo de marcarte un plan para poseer aquella llave, sabías que era tu vía de escape. 

Estás en el salón - habitación, en un armario hay cuencos y jarras vacías de arcilla en la parte superior dividido por un tablón, también mantas abajo. El espejo está al lado del armario donde te vistes horrorizada, tu visión cambia de color a blanco y negro cuando hay oscuridad total, permitiéndote ver como si fuera de día, pero no puedes diferenciar los colores por la noche. Tu olfato es capaz ahora de captar el más leve aroma, y ahora hueles a queso que viene de la despensa de la habitación adyacente, hay es donde supones que hacen la comida, si las han hecho ellos... pero ves que hay algo mágico en aquella dimensión, cuando ves que la comida de la mesa vuelve a estar llena y los alimentos sin probar después de haberlos comido. 

Los hombres rata de antes siguen jugando entre chillidos como si fueran ahora sus risas por ver a otro más entre sus filas, supones, pero no sabes de qué va ese juego de dados, el jefe que ahora lo distingues por su collar te mira con amargura: - Bienvenido a nuestros aposentos, no sé tu nombre por cierto y siento que también tú ahora te hayas transformado como nosotros. Este lugar, esta comida que se regenera como nuestros cuerpos hace que llevemos una batalla campal durante tantas generaciones. Ahora eres inmortal como nosotros pero de qué nos sirve si no podemos salir de este lugar, ni volver a ser hombres como antes...

Shanti sopesa su situación. Esto no se lo esperaba. Si quiere salir de aquí, quizá lo mejor será poner fin a este endiablado enfrentamiento entre unos y otros. Tendría que ayudar a los hombres rata, rompiendo ese equilibrio que parece haber entre ambos bandos y decantando la balanza en su favor. Solo así podría acceder a las dos llaves que abren el templo de su Dios, sea cual sea.

- Seguramente no hayáis conseguido derrotar a los hombres lagarto aún porque no habéis estudiado todas las posibilidades estratégicas que ofrece este subterráneo. Permitidme hablar con el jefe para ayudaros a trazar un plan y así podremos volver al templo y descansar de esta eterna refriega.