Partida Rol por web

Una vez más consiguieron realizar un viaje cómodo y rápido gracias al carruaje de Ianster Wolfswift, pero esta vez no hubo altercado alguno en el camino. Al mirar hacia afuera por las ventanas del carruaje pudieron ver cómo el horizonte se dibujaba de otro color, ya no veían el verde que tanto abundaba en los alrededores de Viragzo. Podían ver un río que dividía el terreno como si fuera una profunda herida, de un lado estaban ustedes, aún con verde hierba bajo las ruedas de la carreta y del otro lado las dunas de arena y las rocas puntiagudas poblaban el terreno. Un desierto tan seco como como los huesos de un muerto crecía cada vez más en el horizonte.

Cruzaron por un puente de vieja pero robusta madera que ni siquiera chirrió ante el peso del carruaje y antes de adentrarse en las arenas, el cochero detuvo la marcha. Ianster bajó del carruaje indicándoles que hicieran lo mismo, al parecer la carreta y los caballos no tendrían oportunidad en ese terreno, de ahora en más deberían continuar a pie.

El noble otea el desierto utilizando su mano derecha como visera para protegerse los ojos del sol.

- Por suerte ustedes cruzarán el desierto de sur a norte, Kawa Ni es muy extenso de este a oeste, pero si continúan hacia el norte no les llevará mucho tiempo llegar del otro lado. La cueva de la que les hablé debería estar en aquella formación rocosa - señala una gran cantidad de rocas con bordes agudos y filosos que parecen ser los dientes del desierto mismo - sean cautelosos porque pueden encontrar muchas dificultades en esta zona. Por mi parte intentaré viajar hasta la ciudad Kawa Toumi y evitaré el desierto viajando por mar, deberé entrar por la puerta oeste de Duvar. Nos veremos allí, si llegan antes que yo, esperenme antes de hacer cualquier estupidez, la gente de Duvar no es la más hospitalaria que existe... creo que ninguna ciudad con semejantes murallas se podría considerar hospitalaria. Bueno eso es todo, me pondré en marcha. Adios - se despide de ustedes y vuelve a subir al carruaje.