Partida Rol por web

El Fantasma del Mar

[02] ¡Abordar el Barco...! Y les quedó precioso

Cargando editor
13/09/2021, 10:04
Tallis Walthorn "Morenito de Arevar"

Colibrí y Hellas se quedaron en cubierta para interrogar a los contrabandistas. La bruja enmascarada, apreciando los músculos del moreno, decidió que era mucho mejor idea hablar con él que con el tipo calvo de mirada gélida.

¿Sambalet? Debería estar en la casa, supongo que lo habréis echado de allí a patadas —respondió a la pregunta de Colibrí—. No tengo ni idea de dónde podía haber ido, pero…

Señaló con la cabeza a la maga despatarrada en cubierta.

El viejo babeaba por Punketah. Era asqueroso, pero ella también se aprovechaba de ello para que le enseñara magia. Si alguien sabe dónde puede haber ido Sambalet, es ella.

»En cuanto a las armas ya habéis oído al escamoso —respondió a la segunda pregunta del mediano, que tenía sus prioridades bien claras—. Les vendíamos las armas a ellos. ¿A quién íbamos a vendérselas? Es muy jodido encasquetarle a alguien unas armas con el sello real de Tethyr. No sé qué más quieres saber.

Cargando editor
13/09/2021, 15:40
Aranna Ygranth

Aranna emergió —no de las aguas, sino de la puerta que daba a los camarotes, pero la aventi era del tipo de mujer que no entraba o salía, sino que se emergía o se sumergía, probablemente por cuestión de naturaleza— a cubierta arrastrando, con dificultades, un cofrecillo de metal. Cuando lo abrió, los compañeros pudieron comprobar que contenía moedas de oro y plata, y algunas piedras preciosas; no era un botín fastuoso, pero más que suficiente para correrse unas cuantas juergas a costa de los contrabandistas en el mejor antro de Zazesspur.

Añadió al montón de objetos mundanos unos calzones de fina seda roja, y al de objetos encantados tres pociones.

Hemos encontrado el mapa, informó. La guarida están en las marismas, cerca de Marjal Salino. No creo que nos cueste más de una jornada llegar con el bote.

Cargando editor
14/09/2021, 12:51
Ember Colibrí

Colibrí era algo huraño, pero hoy estaba de buen humor. Habían tomado un barco sin derramar sangre amiga, y además tenían ante sí un buen botín. Los piratas solían ponerle de mal humor, pero por el momento aguantó las ganas de darle una colleja al moreno.

- Bueno, algunas cosillas más, claro. Para empezar quiero saber cuándo y donde conseguisteis las armas que ibais a vender a los hombres lagarto, además de cómo contactasteis con ellos para la transacción; también el lugar donde fondeáis para reabasteceros y demás. Nos interesa asimismo saber a dónde lleváis a los esclavos que Sambalet os proporciona; a quién se los vendéis y esas cosas.

Por lo demás, Fay, habría que despertar a esa chica ambiciosa. Si tiene el estómago para trajinarse a Sambalet, seguro que también para revelarnos su paradero. -

Cuando Aranna emergió en cubierta con todas esas buenas noticias a Colibrí le brillaron los ojos.

- Esas son buenas noticias; no sé si Eved se habrá perdido no obstante. Bueno, ya nos diréis qué más encontráis en el resto de los camarotes. A lo mejor puedes ayudarnos a despertar a la hechicera de mirada aviesa, Aranna. -

Luego volvió su atención al pirata moreno al que dirigió una sonrisa desagradable de afilados caninos. - Si te preguntas porqué digo nuestros nombres, es porque no nos ocultamos de gente como tú. Somos veteranos de las Nelanther y es por eso que tomamos el barco como lo hemos hecho. Sabemos con quién tratamos y no os tenemos miedo, pirata. Por cierto, ¿qué o quién invocó el elemental de agua? -

Cargando editor
14/09/2021, 13:14
Aranna Ygranth

Aranna se aseguró de que la moza de nombre malsonante tenía las manos bien atadas. Incluso le amarró los dedos para que no pudiese hacer sus gestos mágicos, y le metió un pedazo de lona en la boca antes de anudarle un pañuelo para sujetarlo a la boca, y como no quedó satisfecha, le caló los calzones de Hawthorne en la cabeza para taparle los ojos. Que no se dijera que no era prolija en detalles.

Para terminar, la tocó con la punta de la varita y activó la magia para que curara los terribles moretones que le habían dejado los golpes arcanos.

Toda tuya, replicó, por fin, a Colibrí.

Quedaban por revisar los aposentos del clérigo, la maga y el contramaestre, y las bodegas —a saber qué estaba haciendo Eved ahí abajo—. Así que la aventi se fue en busca del siguiente camarote que desvalijar.

Cargando editor
15/09/2021, 12:44
Oona

Oona no tenía nada que decir allí, todos parecían tenerlo todo controlado, de modo que descendió a la bodega para comprobar qué estaba haciendo Eved.

Cargando editor
15/09/2021, 13:01
Oona

-¿Y bien? -preguntó cuando dio con el espía-. ¿Es la información que esperabas? ¿Está todo?

Cargando editor
15/09/2021, 23:20
Hellas Blauerwels

Hellas se quedó en silencio detrás de Colibrí a la espera de respuestas. El mediano estaba en su salsa soltando bravatas así que no iba a ser ella quien le estropeara el momento. Además el mediano había hecho las preguntas adecuadas, así que tampoco había mucho que más que preguntar. Bueno, o quizás sí porque entonces cayó en la cuenta de algo.

¿Qué tipo de organización sois exactamente? ¿Sois los únicos que respondéis ante Sambalet? No sé por qué pero algo me dice que no, ¿verdad? Vamos, sigue así de parlanchín guapito. Cuanto más hables, más posibilidades tendrás de salir de aquí de una pieza.

Cargando editor
16/09/2021, 09:31
Tallis Walthorn "Morenito de Arevar"

Allí cada uno hacía lo que más le gustaba. Colibrí intimidaba a marineros apaleados y maniatados. Hellas coqueteaba con muchachitos fuertes, guapos y exóticos. Aranna, que ya habíamos mencionado que era miembro honorífico de la Hermandad Monástica del Puño Cerrado, rapiñaba todo lo que podía. Oona, por supuesto, buscaba cualquier excusa para quedarse a solas con Eved.

No es de mí de quien debéis preocuparos —respondió Tallis al mediano de dientes afilados como los de un dragón dorado—, sino de Sambalet. Yo solo quiero, como dice tu…

Y entonces vio a Hellas. Hasta entonces no la había prestado mucha atención, porque no le iba mucho ese rollo que se traía la bruja con las máscaras. Pero el par de melones que se le habían quedado a Hellas después de la lactancia bien merecía la pena, en su opinión, el fetichismo por las máscaras.

amiga—dijo, saliendo de su ataque de lascivia—. Solo quiero salir de una pieza. ¿Nos dejaréis ir si os decimos todo lo que sabemos, como habéis hecho con esos escamosos?

Cargando editor
16/09/2021, 09:39
Narrador

Aranna descubrió que, a diferencia del capitán, el camarote de la maga de a bordo sí que tenía cerradura, que era de adición reciente, y que la llave que había recuperado de su cuerpo encajaba en su ojo. Como si hubiera percibido de alguna manera que la aventi estaba a punto de hurgar entre sus cosas, la tal Punketah despertó de la inconsciencia, y empezó a forcejear en sus ataduras como un auténtico diablo. O demonio. O yugoloth. Bueno, el caso es que forcejeaba mucho y muy fuerte.

El caso es que su cuarto era un lugar ordenado e iluminado en la oscuridad de la noche por un farolillo de aceite que colgaba del techo. Los muebles y accesorios de la habitación eran de buena calidad. El cabecero de una litera, vestida con ropa de capa, estaba apoyado contra el mamparo que corría a lo largo de la línea central del barco. Una mesa de madera pulida se encontraba en el centro de la habitación, anclada a la cubierta. Sobre ella había un cuenco de plata que contenía frutas variadas, y una copa y una jarra también de plata llenas de un vino rosado y ligero. Junto a la mesa había dos sillas de madera y un sillón de cuero acolchado. Sobre la cubierta, hacia la popa, había un cofre de madera con remaches de latón, pero la llave que tenía en la mano no parecía coincidir con aquella cerradura. Junto a él había un par de botas desgastadas.

Cargando editor
16/09/2021, 09:44
Eved

Oona descendió por las escaleras y emergió en la bodega de carga de El Fantasma del Mar, iluminada por la brillante luz de una linterna. Eved estaba allí. El “no sé qué está haciendo” de Aranna resultó ser revisar el maldito cargamento, que era exactamente lo el espía de la corona habría dicho que haría. La genasí vio rollos de tela apilados contra el mamparo de popa, amarrados con cuerdas a soportes atornillados a la cubierta. A cada lado de la bodega se apilaban una gran cantidad de pequeños toneles, también asegurados con cuerdas a la cubierta. Armado con una palanca, Eved había abierto varios de aquellos barriles para revisar su contenido.

Sedas… brandy… vino… y una aquella caja grande con instrumentos de minería —dijo el mejor espadachín de Faerûn y aún mejor amante. Ni rastro de armas o armaduras. Deben tenerlas en otra parte. Mira tú allí que yo miraré por esa otra puerta.

 

Eved señala a Oona la habitación número 13 mientras él se va a la 12.

Cargando editor
16/09/2021, 11:02
Oona

Oona revisó el cargamento con curiosidad.

-¿Esto será de contrabando? -comentó mirando los toneles para buscar algún sello o marca en la madera, que lo identificara como que pertenecía a alguien en concreto y, por tanto, eran bienes robados.

Después, se dirigió a la parte que había señalado Eved para buscar trampas en la puerta, y revisó lo que había en esa estancia.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Buscar señales en los toneles: 28
Elijo 20 en buscar trampas en las puerta y luego otro 20 en revisar la habitación.

Cargando editor
16/09/2021, 11:36
Aranna Ygranth

El sortilegio detector de Aranna había cumplido el plazo de su eficacia, así que la aventi se encontró sin modo de saber si había magia en la habitación de la maga. Mas, se dijo, es una maga, por lo que magia debe de haber. Aun así, no había mucho que llevarse, pues los muebles estaban anclados, y los utensilios de plata bien podían quedarse para quien reclamara el camarote, cuando convenciera a Hellas de que poseer un barco era mucho mejor que poseer una casa desencantada, y más lucrativo a medio plazo que venderlo.

El maldito cofre estaba cerrado, y por mucho que lo intentó, como una niña pequeña tratando de meter el cubo en el agujero de forma triangular, no hubo suerte.

Oona, querida, ¿puedes...? llamó a su hija, pero se detuvo al darse cuenta de que la genasí no estaba por ninguna parte. Suspiró, decepcionada, y agarró el cofre cerrado y las botas y las sacó a cubierta.

Tampoco allí estaba la muchacha, para frustración de Aranna. Sí había una maga forcejeando contra sus ataduras. Aranna cogió la cimitarra de uno de los marineros con los que había estado jugando Zanahoria, hizo un par de floreos con ella —que la druida acuática rechazara las armas no quería decir que no supiera emplearlas, a diferencia de las armaduras, que no pegaban para nada con su estilo— y le puso la hoja en el cuello a Punketah.

Calma, calma, encanto, que te vas a hacer daño, y ya te he curado una vez.

Cargando editor
16/09/2021, 12:32
Punketah

—¡Grmblfghghg!

Cargando editor
16/09/2021, 12:52
Aranna Ygranth

Aranna se llevó una mano a la boca, escandalizada.

¡No puedes decir esas cosas! Hay niños escuchando. Miró a su derecha, y después a su izquierda. No había niños por ninguna parte, ni entre los vivos ni entre los muertos.

Cargando editor
16/09/2021, 12:58
Punketah

—¡Grmblhfjjj!

Cargando editor
16/09/2021, 13:20
Ember Colibrí

Colibrí miró al pirata con seriedad. No sabía si era así de lerdo o entrenaba para ello, la verdad.

- A ver moreno, esos lagartos sólo estaban aquí comprando algo. En cambio vosotros sois esclavistas de la peor especie. Si hemos accedido a no colgaros inmediatamente es por un tema de cierta justicia, vamos, que tengáis una oportunidad de enfrentar vuestra suerte con las autoridades de Tethyr.

Pero rápidamente nos podemos replantear la opción de Aranna de colgaros inmediatamente si es que no vemos colaboración, la cual os servirá como atenuante dada nuestra declaración a las autoridades. Por otro lado veo que tienes mucho aprecio a tu virilidad para estar pensando en esas cosas en una situación como esta. ¿Sabes lo que come Zanahoria si Aranna se lo pide? Mejor responde y se convincente. Tu cuello o tu zanahoria te lo acabarán agradeciendo. -

Colibrí no pensaba dar de comer el infame miembro de un pirata a uno de sus amigos animales, pero no le importaba acceder a la petición de Aranna de colgar a unos cuantos de estos filibusteros. Luego se dirigió a la gruñona maga.

- No te preocupes, ahora llegará tu turno de hablar, simpática. -

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/09/2021, 10:44
Tallis Walthorn "Morenito de Arevar"

Te estás tirando un farol. No tienes agallas, mediano —decidió el contrabandista.

Tallis aguantó la mirada de Colibrí con descaro.

Entregarnos a las autoridades, ¿eh? Así que sois perros de presa de los Leales —dijo, y se encogió de hombros—. Pues si no tienes ningún trato que ofrecerme, prefiero guardarme la información con la que negociar con esas autoridades antes que dártela a ti.

Cargando editor
19/09/2021, 10:49
Narrador

Claro que es contrabando —respondió Eved, antes de seguir revisando la bodega del barco.

Comprobaste el cargamento, no el contenido como había hecho Eved, sino buscando algún tipo de sello o marca que indicara su procedencia. No encontraste nada así, pero sí que encontraste el extremo cortado de un puro aplastado bajo el borde de uno de barriles que contenían sedas. Parecía fresco aún y el tabaco tenía un aroma muy intenso que le recordaba al clavo. Habías olido algo así antes, pero no recordabas dónde.

A continuación fuiste a revisar el camarote que te había indicado Eved. Tras comprobar que no había ninguna trampa abriste la puerta. En el centro de la habitación se encontraba una mesa de madera sobre la que había una jarra de peltre y una taza del mismo material. Junto a la mesa había una silla. Colgando del techo había una linterna apagada y, en el extremo de popa del camarote, había una gran jaula que sostiene un loro, aparentemente dormido. Junto al casco colgaba una hamaca desocupada. Debajo había un cofre de madera encuadernado en latón.

Cargando editor
19/09/2021, 10:54
Cuppa

El loro se agitó en su jaula en cuanto pusiste un pie en el camarote.

¡Reales de a ocho, reales de a ocho! ¡Braaak!

Cargando editor
19/09/2021, 11:14
Eved

¡Eh, aquí hay un tipo encadenado! —alzó la voz Eved desde la bodega del barco —. Parece un elfo marino. Está inconsciente, pero parece que aún vive.