Partida Rol por web

El Fantasma del Mar

[03] Informando al Consejo

Cargando editor
17/10/2021, 20:26
Narrador

Oceanus marcó en las cartas de navegación la ubicación de la que el Fantasma del Mar recogía las armas antes de despedirse de vosotros y sumergirse en el mar. Regresasteis a Marjal Salino bien entrada la noche, dirigiendo el barco al corazón del puerto. El oficial de los muelles os hizo señales con un farolillo para indicaros un atracadero libre adecuado a un barco de vuestro calado. Poco después se personó una pareja de guardias que, tras pedir refuerzos, se hicieron cargo de los piratas contrabandistas y se los llevaron a las mazmorras del cuartel de la guardia. 

Fireborn os convocó en la Sala del Consejo al día siguiente para que informarais lo que había sucedido. Como os sobraba algo de tiempo antes de la cita, decidisteis pasaros por la torre de Keledek el No Mencionado, al que Colibrí había apodado, en un derroche de originalidad, Queleden. Claro que, en algún momento alguien le pondría un apodo a él, y entonces nuestro mediano pichabrava no se lo tomaría de forma muy deportiva pese a habérselo ganado a pulso. El caso es que hicisteis un trato con el calishita, que os vendió un monóculo para identificar objetos mágicos por mil quinientas piezas de oro.

Al atravesar la plaza donde estaba la plataforma donde se ahorcaban a los criminales no dejasteis de preguntaros si Furioso, Mar Picada, Morenito, Punketah y los demás no acabarían pronto bailando al final de las sogas de la horca. 

 

Los objetos que habéis identificado con el monóculo del artífice son:

Aliento del Océano: Bastón rúnico de maderaoscura con caída de pluma 1/día, ráfaga de viento 1/día, muro de viento 1/día; una vez al día si te concentras durante un minuto puedes gastar 1 conjuro arcano para conjurar un viento favorable para tu barco incrementando su velocidad 1,5 veces durante tantas horas como el nivel del conjuro sacrificado.

Armadura de cuero tachonado +1

Camisote de mallas +1

Cronoamuleto del archimago indiferente

Manual de Navegación: si alguien pasa 24 horas leyendo este manual encantado aprende los conocimientos necesarios para operar un navío. Pierde su poder hasta que pasa 1 año.

Máscara Hathran de los Océanos: permite al portador respirar bajo el agua, adquiere una velocidad de natación igual que su velocidad base y puede lanzar 1/día hablar con los animales restringido a animales acuáticos.

Pergaminos divinos de Arma mágica y Esconderse de los muertos vivientes

Varita de vigor menor (20 cargas)

Cargando editor
17/10/2021, 20:30
Eliander Fireborn

Anders Solmor y su inseparable mayordomo, Eda Oweland, Eliander Fireborn, Gellan Primewater y Manistrad Copperlocks, el Consejo de Marjal Salino al completo se había reunido de buena mañana para escuchar informe. El capitán de la guardia os sonrió con satisfacción al entrar y se atusó el impresionante mostacho.

Bienvenidos, ¡bienvenidos! Ya he puesto al corriente al resto de miembros del Consejo que la operación del Fantasma del Mar fue todo un éxito: esa escoria está entre rejas aguardando un juicio. ¡Sabía que había escogido bien! Decidme, ¿habéis averiguado a dónde iban a parar las armas? ¿Habéis averiguado alguna otra cosa de utilidad?

Cargando editor
19/10/2021, 20:57
Aranna Ygranth

A la aventi le había tocado el gordo. Le dio media vuelta a las botas de la maga y las sacudió, pero no cayó la llave. Las sacudió más fuerte, más fuerte, y las llaves salieron despedidas de un compartimento que había en uno de los tacones. La pregunta, por supuesto, no era a quién se le ocurría esconder ahí una llave, sino quién se ponía tacones en un barco.

En el cofrecillo había ropa interior, de tal estilo que le llamó la atención incluso a ella, que la consideraba un estorbo. Y en tal cantidad, que podía haber suministrado al burdel más grande de Aguas Profundas. Más le interesaban el pergamino, la perla y el libro de conjuros. Y el saquillo de oro, aunque tampoco era una gran cantidad de oro. Supuso que la razón era que la maga se gastaba todo el jornal en lencería.

Después de comprar el monóculo, que por desgracia a ella no parecía servirle de nada, cuando Oona lo usó para examinar el botín mágico, el libro —entre cuyas páginas, Aranna había dejado convenientemente montada la carta de Sambalet, para que Oona la viera cuando inevitablemente inspeccionara el volumen—, el pergamino y la perla habían aparecido en el montoncito, debajo de la camisa de mallas. Si alguien le preguntó, juró que siempre habían estado ahí.

Antes de esa última parte, la druida había demostrado su destreza con la rueda del timón, atracando sin hacer ni una sola raya al casco de la nave.

 

Jolín, capi, dijo Aranna a la mañana siguiente, contagiándose del buen humor de Fireborn, pareces más contento que un desdentado chupando cecina.

La druida buscó una silla y no la encontró, así que se encaramó por las posaderas a la mesa tras la que estaban sentados los miembros del Consejo.

Sí, sí, a todo, respondió. Había un hombre lagarto en el barco. Bueno, había tres, pero solo hablaba uno, y él representaba a su tribu o algo así, que son los compradores. Conseguimos un plano para llegar hasta su guarida; no está muy lejos.

Acordamos ir a verle y hablar con su gente. Yo creo que no tienen ni idea de que las armas son robadas al ejército, o que piensan que eso es asunto de la gente de piel suave y sangre caliente, y les da igual, y la verdad es que es comprensible. Nosotros no nos ocupamos de los que les pasa a los lagartos, y ellos no se preocupan por nuestras cosas. Aranna se encogió de hombros. Podemos aprovechar para negociar con ellos y venderles armas locales. Es mejor tenerlos de aliados que de enemigos, tal y como están de revueltas las aguas de la Bahía.

Aranna se rascó el lado del cráneo que tenía rapado.

También había un elfo acuático al que habían capturado. Y hablamos de más cosas, de no sé qué cerdo esclavista, y de Sambalet, y de que el Rey de los Piratas es más tonto que nadar con los pies atados a un saco de piedras, y adora a Sekolah.

Seguro que Oona ha tomado nota de todo eso, dijo, señalando a su hija adoptiva.

Cargando editor
20/10/2021, 11:24
Oona

Oona buscó a Eved entre los congregados al consejo y no lo encontró. El puñetero tethyriano estaba con sus asuntos personales y eso, en el fondo, era irritante. Gary puso los ojos en blanco al sentir la zozobra de Oona otra vez, se descolgó de su hombro y se alejó volando hacia la ventana para tomar aire. Con un largo suspiro, la genasí abrió la boca para empezar con su relato de lo sucedido, cuando Aranna empezó a hablar, de modo que volvió a cerrar la boca y esperó a que su madre terminara de contar las cosas a su manera.

-Encontramos el modo de subir al Fantasma del Mar y neutralizar al grupo de Sambalet, sí. Por lo que sabemos, el comprador de las armas es un hombre lagarto llamado Achuack. Estaba en el barco cuando lo abordamos, pero no atacó con los arrestados, quería renegociar con nosotros la compra de las armas. Portaba una armadura con el escudo real de Tethyr, no parecía saber ni que eran robadas, simplemente las quería. Cuando le preguntamos por ellas, dijo que era un trato, pero no especificó para que las necesitaba, o no nos dijo si era para defenderse de un conflicto armado o participar en él. Como ha dicho Aranna, acordamos vernos con él y le dejamos marchar. Conocemos la ubicación de los suyos, está marcada en las cartas de navegación.

Señaló las pruebas de las que disponía, el mapa con la X, la ruta que Oceanus les había indicado, la nota mal escrita con el cargamento de hierro.

-Suponemos que esta nota la ha escrito el propio Achuack o alguien de su pueblo, no es la primera vez que solicitan armas. Esta ruta nos la ha ofrecido Oceanus, es un elfo acuático que tenían preso en el barco. Habían visto cómo la nave trazaba siempre la misma ruta y sospecharon de él, de modo que se coló en el barco para averiguar cosas y lo capturaron. Este punto es la guarida de los hombres largato, y este otro punto, el lugar en el que los contrabandistas cogen la carga de armas de Tethyr. Podríamos averiguar quién se las vende siguiendo esa pista.

Oona rumió algo por dentro antes de proseguir.

-Los prisioneros aseguran no ser piratas, sino contrabandistas, y tienen varios distribuidores. Sambalet no es el único que les proporciona los objetos que deben mover. La cuestión es que tenían a Oceanus y lo iban a vender como esclavo. El capitán tenía un contacto en la costa llamado Albatros, con quién iba a reunirse para negociar la venta del elfo. El comprador es alguien interesado en criaturas acuáticas exóticas y yo solo conozco a una persona dedicada a tal fin. Berothio Leofheard. Creo que esta red de tráfico de contrabando y esclavos está conectada, aunque no sabemos mucho más que la relación que acabamos de hacer. Sabemos dónde está Sambalet, o dónde puede estar, porque una de las prisioneras puede localizarle en una cueva que se inunda.

Cargando editor
20/10/2021, 11:53
Ember Colibrí

Colibrí estaba algo enfurruñado. Aranna había acaparado el timón la mayor parte del tiempo (salvo cuando iba a mear, cosa que no hacía muy a menudo. Sin embargo el shoal había dedicado el tiempo a buscar algo que los marineros siempre tiene a buen recaudo: bebida, preferiblemente ron. Una vez dio con el alijo (si bien con la colaboración de algún piratilla menor intimidado) le dio un tiento y se dijo que haría como Aranna, compartir poco.

Al llegar a puerto su humor no había mejorado mucho, la verdad. Mucha palabrería y palmaditas en la espalda pero aún no habían visto ni una moneda por parte del Consejo. Ellos se partían el lomo para que esos tipos tuvieran bien llenos los bolsillos y allí estaban, sonriendo como pelícanos bien hinchados de pescado. De momento el Shoal se mantenía callado, pero echaba miradas torvas de aquí a allá mientras acariciaba al bueno de Compadre. Tampoco quería intervenir, dado que sus palabras a veces solían malinterpretarse. Sin embargo era cuestión de tiempo que Colibrí abriera su bocaza, sí era cuestión de tiempo...

Por si acaso se fijó si alguien de los presentes tenía algún puro a mano, aprovechando sus torvas miradas de aquí para allá. Las palabras de Oona hicieron que volviera su mirada hacia ella unos instantes; aún quedaba el asunto de mencionar que el "contrabando" de las armas con el Escudo Real podía ser tratado como un acto de traición a la Corona, además de solicitar algo de piedad para aquellos que habían colaborado. Pero aún así el Mediano dejó que Hellas comentara el asunto antes decidirse a hablar.

- Tiradas (1)
Cargando editor
20/10/2021, 12:42
Hellas Blauerwels

Había sido una larga noche. Tras llegar a Marjal Salino, Hellas se fue a su casa, se cambió, durmió un poco y fue pronto a la Sala del Consejo. Al entrar en la sala, se colocó junto a Skerrin como lo había hecho las otras veces. La bruja llevaba un cuaderno con notas (falsas por supuesto), por si tenía que hacer algún apunte a lo que fueran a comentar sus compañeros de aventuras. Como si ella se hubiera reunido con los aventureros antes de la reunión para sacarles toda la información posible y ponerla en orden.

La joven miró de soslayo a su tío. Si el puro no tenía nada que ver con Albatros como en un principio había pensado y sí con los que les suministraban la mercancía... ¿podría estar él involucrado en el complot? Eso podría explicar su inexplicable fortuna. Había pensado en preguntarle directamente a él para averiguar la identidad de otros compradores de tan selecto producto, pero ahora no estaba segura que fuera buena idea mencionarlo. Si estaba metido en el ajo, le darían información privilegiada y les llevaría la delantera. Iban a tener que investigarlo.

Cargando editor
20/10/2021, 18:50
Aranna Ygranth

A Oona no se le pasa ni una, dijo Aranna, orgullosa. Salvo las engañifas de la maga, aunque no estaba segura de si esas no las había dejado pasar.

Se fijó, por fin, en la cara que traía Colibrí. Tenía la pinta de alguien que se había comido un limón, con la piel y todo, paladeando cada bocado. Aranna le guiñó un ojo, se tiró del párpado y le sacó la lengua.

Después, siguió gesticulando. Dibujó circunferencias en el aire con un dedo, que quería decir: "después"; frotó el pulgar contra los dedos índice y corazón de la misma mano, lo que quería decir: "cuando nos paguen"; cerró el puño con el pulgar y el meñique extendidos, y se señaló la boca, algo que era universalmente entendible como "nos vamos a beber". Puso los ojos en blanco y sacó la lengua por un lado de la boca: "hasta perder la consciencia".

Cargando editor
21/10/2021, 10:50
Gellan Primewater

Colibrí no tuvo que fijarse demasiado para ver que Gellan Primewater llevaba un puro encima porque, a decir verdad, jugaba con él entre los dedos mientras escuchaba la exposición de Aranna y Oona. El cigarro estaba a medio fumar, como si lo hubiera apagado para terminárselo más tarde. La aventi, que estaba bastante cerca de él, pudo distinguir el intenso olor a clavo que desprendía el fumador empedernido. Así como las miradas furtivas que le dirigía con lascivia intenando distinguir el pezón bajo el guardapolvos.

Cargando editor
21/10/2021, 10:56
Eda Oweland

Eda Oweland echó a Aranna una mirada peligrosa cuando se sentó en la mesa del Consejo.

¡Barriga de leviatán, muchacha, levanta el culo de la mesa! ¿Dónde coño te crees que estás, bastarda de sardina?

El exabrupto de la anciana no pilló por sorpresa a Colibrí, que trabajaba para ella. Era bien conocido para sus empleados el genio de la consejera, así como su propensión a jurar como un marinero cuando estaba enojada.

Cargando editor
21/10/2021, 11:02
Eliander Fireborn

Eliander carraspeó.

Señora Oweland, por favor, contrólese —medió el capitán de la guardia antes de redirigir la conversación—. ¿Creéis que esos hombres lagarto podrían ser una amenaza para Marjal Salino?

Cargando editor
21/10/2021, 11:04
Anders Solmor

Anders saltó de la silla como un resorte. Tal fue su ímpetu que a punto estuvo de tirarla al suelo.

Habéis hecho un gran trabajo y como dice el capitán habéis demostrado ser merecedores de la confianza que hemos depositado en vosotros. ¿Cuál va a ser vuestro siguiente paso? —preguntó Solmor.

El resto del consejo de Marjal Salino guardó silencio al respecto, al parecer interesado en escuchar vuestra opinión al respecto.

Cargando editor
21/10/2021, 13:05
Aranna Ygranth

Aranna dio un brinco, no por la orden de la anciana pescadora, sino por el berrido que había dado, a apenas un metro de distancia de su fino oído.

¡Qué dices, raspa de pez lobo! ¿Quieres que me siente en el suelo? se quejó. Poned una bañera, o al menos unas sillas.

Se ajustó el guardapolvos con gesto digno antes de proseguir.

Por cierto, eres bienvenida a la tertulia en el Rompeolas cuando quieras, Eda. Tú también, Mani, añadió, mirando a la circunspecta enana.

En esas, ese muchacho que iba a todas partes de la mano de su mayordomo se puso en pie de un salto, probablemente envidioso del brinco que había dado Aranna.

Supongo que iremos a ver a Achuak y su gente, respondió, dubitativa. Parecía el cauce natural de la investigación, y llegar hasta la guarida marcada en el mapa no iba a costarles demasiado. Por otro lado, suponía que Oona estaría deseosa de tener una reunión con Berothio —una reunión de la punta de su estoque con la garganta de Berothio, específicamente—, y todos le tenían ganas a Sambalet… ¿Qué pensáis vosotros? preguntó a sus tres compañeros.

Cargando editor
22/10/2021, 21:10
Oona

Oona tragó saliva cuando miró de reojo el puro de Primewater y luego lanzó una mirada a Hellas. Tenía que decírselo, no podía seguir ocultándolo ahora que todos estaban viendo que el miembro del Consejo tenía un puro como el que habían encontrado en el Fantasma del Mar. La genasí decidió aprovechar el lapsus y el duelo de insultos entre Aranna y la consejera para seguir hablando.

-No creo que Achuack sea una amenaza. No lo vimos hostil hacia Marjal Salino. Le propusimos venir con nosotros, pero rechazó la sugerencia de forma educada. Le interesan las armas, pero no sabemos para qué. Tal vez defensa, es posible que no sepa que es cargamento robado. No puso ningún inconveniente sobre lo de volver a vernos, creo que confía en nosotros, así que sí, me parece un buen punto a seguir.

Hizo una pausa para tomar aire.

-Encontramos todo el contrabando y buscamos algún sello o distintivo para averiguar a quién se lo habían robado, pero no hallamos nada, lo que me hace pensar que no es robado, sino que alguien se lo entrega para hacer contrabando. No sabemos quién puede ser, pero encontramos restos del tabaco que fuma y es muy caro y exclusivo.

No miró a nadie en particular, informaba a Fireborn con la frialdad de costumbre, fingiendo no haber visto el puro de Primewater.

-Creo que el contrabando de materiales como seda o ron y el de las armas son dos negocios diferentes, que no tienen relación entre sí. El Fantasma del Mar mueve mercancía, son simples mercenarios de agua, no les importa quién paga mientras pague.

Caminó hacia la mesa para señalar las cartas de navegación.

-Otra opción es que busquemos a Sambalet en la cueva que se inunda, pero creo que la prioridad ahora es saber para qué querían las armas los lagartos y comprobar si realmente es una amenaza. El contrabando puede esperar. Pero todo depende de lo que el consejo considere qué es o no una prioridad para Marjal Salino.

Cargando editor
23/10/2021, 19:01
Ember Colibrí

Colibrí estaba en el proceso de gesticular en dirección a Aranna para darle la razón, cuando vio el puro del gordo. Soltó el aire por la nariz con un resoplido, algo que hizo salir unas volutas de humo de ella. Maldito gordaco enriquecido, seguro que trataba con los piratas. El cómo probarlo era otra cuestión. ¿Cuándo habría subido a ese barco? El puro no estaba tan seco como para que fuera hacia mucho tiempo, pero ahí estaba el Shoal, intentando establecer una conexión que no tenía solución aparente. Al menos de momento.

- En todo caso, debemos dar una vuelta al asunto, examinar con detenimiento sus cartas de navegación para tratar de determinar sus rutas marítimas y dónde tomaron tierra, quizás.

Por cierto, echo de menos a Eved por aquí. ¿No debería dar un informe o algo así? -

El Mediano también oteó los alrededores en busca de Ser Orín; un sabueso como ese nunca estaría lejos de la acción o del reparto de palmaditas en la espalda.

Cargando editor
25/10/2021, 10:04
Eliander Fireborn

Fireborn recriminó a Aranna con la mirada por haber seguido el juego de Eda y devolverle el insulto.

Eved ya me dio su informe anoche —le respondió Eliander a Colibrí—. Dijo que tenía unos asuntos que resolver que le impedían venir a la reunión de hoy.

A Aranna eso le parecía muy sospechoso, como todo lo que hacía Eved. Mientras tanto el mediano olfateaba el aire, pero no olía a Orín. Ni a orín tampoco, pues se había lavado a fondo aquella mañana. Seguramente el bueno de Sir Orrin estaría organizando una redada en su propia casa mientras estaban allí reunidos con el consejo de Marjal Salino.

Cargando editor
25/10/2021, 10:05
Anders Solmor

Gellan siguió jugando con el puro entre las manos, aparentemente tranquilo y sin darse por aludido cuando hablabais de cigarros caros. Anders se encogió de hombros.

Este consejo ha decidido daros manga ancha y permitir a vosotros decidir cómo seguir la investigación —dijo el joven consejero—. La verdad es que cualquiera de los cauces que mencionáis me parecen pertinentes y buenos para Marjal Salino y sus gentes.

Cargando editor
25/10/2021, 10:08
Manistrad Copperlocks

Hay un asunto más—dijo la enana, que había ignorado a Aranna cuando la llamó Mani. Ni su madre la llamaba Mani—. Los prisioneros han declarado que les habéis robado…

Cogió un pergamino y se puso a leer.

… un libro de conjuros, dos pergaminos, un juego de cartas de navegación profesionales, un cronoamuleto, unos calzones, un camisote de mallas encantado, una máscara para respirar bajo el agua, un coleto de cuero mágico, un bastón rúnico, un manual de navegación mágico —dio la vuelta a la hoja y siguió leyendo—. Un libro de patentes de corso, cartas personales, un látigo, un símbolo sagrado de oro, dos espadas cortas, una ballesta, y un…

Levantó la mirada del papel en un gesto acusador.

Un cofre entero lleno de ropa interior de mujer —dijo como si fuera la ofensa definitiva.

Manistrad dejó el pergamino y enlazó las manos por encima de la mesa.

Supongo que son ustedes conscientes de que estaban actuando en nombre de la autoridad de Marjal Salino. De conformidad con la ley de Marjal Salino artículo 253 párrafo dos, el barco, todo lo que hay en su interior así como las posesiones de esos contrabandistas son propiedad de Marjal Salino, no de ustedes.

»Este consejo ha decidido de forma excepcional, en contra de mi recomendación y por mayoría simple —Gellan os guiñó un ojo— que se les permita conservar esos bienes que incautaron de manera ilegal, pero su cuantía se descontará de sus sueldos salvo que ustedes quieran devolverlos. Y dado que estamos hablando de una mercancía tasada en varios miles de piezas de oro… bueno, no van a ver ni un cobre de nuestra parte en mucho, mucho tiempo. Se espera de ustedes que de ahora en adelante se comporten como agentes de la ley en misión de servicio, no como vulgares piratas.

»¿Me he expresado con suficiente claridad?

Hasta Fireborn estaba un poco abochornado.

Cargando editor
25/10/2021, 17:49
Aranna Ygranth

Qué mal me estás cayendo de repente, Mani, dijo Aranna. Pero no retiro la invitación, porque soy una mujer de talante conciliador, y no es culpa tuya que lleves desde el Año del Casco sin pasar por una letrina.  

A juicio de Aranna, toda esa palabrería solo tenía dos claras implicaciones. La primera, que tenían justificación para actuar a espaldas del Consejos porque, al menos dos de cinco, eran unos rancios con las manos cerradas como cepos alrededor del monedero. La segunda, que a los próximos que tuvieran que darles una paliza, más les valía matarlos, o hacerles firmar —bajo amenaza de muerte— algún documento en el que les donaran todas sus pertenencias.

Era muy decepcionante que los trataran como si fueran ladrones cuando habían ganado todo ese botín jugándose los pellejos, pero no iba a dejar que le agriaran el humor. La realidad era que tenía los bolsillos mucho más llenos que hacía unos días, y que esa noche planeaba beber y divertirse hasta que saliera el sol, y esas eran las cosas que de verdad importaban en la vida.

Cargando editor
25/10/2021, 17:55
Ember Colibrí

Colibrí escuchó la mención a Eved de pasada, más luego llegó un asunto que empezó a agitar sus fuego interiores. Estos tipos se estaban pasando de la raya.

Vamos, que querían bajo la bandera de "ser buenos ciudadanos", que trabajaran por la cara como agentes de la ley y a la vez les daban como pago el justo esfuerzo de sus buenas acciones. Aquellos estaba rozando el púrpura oscuro, casi negro. Y esa ley, bueno, leyes había y alguna vez había leído algo sobre las normas de la ciudad, pero que le colgaran si sabía algo sobre esa ley que mencionaban.

Hacía tiempo que el Shoal había dejado el ejército de Tethyr, y aunque trabajaba para ganarse la vida, no estaba falto de medios económicos. Era pescador porque le gustaba el mar, básicamente. Era una suerte de temporero, trabajaba y cobraba cada día, no tenía un contrato como tal, y si estos percebes de tierra seca pensaban que le tenían en nómina, estaban más que equivocados. Nada le impedía largarse con viento fresco, pero el hecho de echar el guante a Sambalet le hizo permanecer en silencio. El que le conocía, sabía que el silencio del Mediano no era nada bueno, por otra parte. Pero al fin la vena de su sien palpitó un par de veces y Colibrí abrió su famosa bocaza.

- Tratar con delincuentes tiene sus riesgos, y sus gastos; recursos, magia y curación sobrenatural que no cae del cielo. Todo tiene un precio, como bien se me ha recordado recientemente.

Hemos sido heridos y casi alguno hemos pasado a mejor vida trata de ayudar a los marjalsalinos. No quiero una medalla, pero tampoco me toméis por imbécil, por favor.

O sea que si os damos todo lo recuperado y nos vamos cada uno a nuestra casa, ¿todo va bien ya? Seguramente podéis obligarme a devolver lo que queráis, pero no sois dueños de mis actos; esto lo hago voluntariamente, y como tal puedo volverme a mi casa a desenredar redes, no lo olvidéis. -

Si alguno pensaba que tenía al Mediano cogido por los huevos, ya se podía ir quitando esa idea de la cabeza.

- Tiradas (1)
Cargando editor
25/10/2021, 21:10
Hellas Blauerwels

Hellas puso los ojos en blanco cuando escuchó hablar a la enana. Si no fuera porque había cosas más importantes en juego se hubiera unido a sus compañeros para decirle unas cuantas cosas a esa consejera. Eran ellos y no los consejeros los que estaban ahí jugándose el pellejo y haciendo que la ciudad fuera mucho más segura. No sólo eso, sino que estaban dispuestos a no dejar esoo como un trabajo aislado. Estaban haciendo mucho más de lo que se esperaría de ellos.

Sin embargo ahí estaba la bruja, aguantándose las  ganas de decirle cuatro cosas a la enana. Por eso no pudo evitar darle una seca cabezada de convencimiento a Colibrí y guiñarle el ojo cuando el mediano puso su orgullo encima de la mesa. Ahí también estaba el suyo. Ella ayudaría a su gente con el apoyo del consejo... o sin él si se dedicaban a ser un estorbo.