La última batalla del hijo de Atena fue escrita en todos los libros con sangre mortal.
Mucho cayeron defendiendo la fortaleza dorada, llamada así por ser cede de los Caballeros Dorados.
Los mismos dioses comandados por Ares fueron quienes atacaron el lugar, antiguos amigos lucharon tal batalla, lamentablemente para Haldebarán su viejo amigo Anomen no respondía a sus llamados.
El Portavoz de los Soles y sus elfos, aquellos mejor entrenados llegaron al lugar, la batalla iba a ser terrible pero igual él quería darte lo mejor de su mundo.
Vega poco podía hacer solo pero acudió al lugar tratando de dar toda su fuerza a la defensa.
Azrael tenía sus propios problemas defendiendo su abadía. De cualquier forma, su paladín más importante Frederick Warwick llegó a la cita junto a sus caballeros.
Las fuerzas del bien estaban dispuestas a que los dioses no puedan tomar este lugar.
La batalla fue increíble, aquellos héroes épicos corrían delante de las filas de hombres cortando con aquellas criaturas que los dioses enviaban, pero eran demasiados, mataban uno tras otro los sobrepasaban en número en diez a uno.
Vega fue el primero en caer, luchando en el frente como si de un Hecatronquiros se tratase había derrotado más enemigos de los que se podían contar.
Los paladines cayeron después y Warwick con ellos, aunque no recuerdas si el último golpe terminó con vida completamente o solo lo dejó inconsciente.
Adonde estaba Atena? Por que permitía todo esto…?
El enemigo se ha ido
Pero pronto ha de volver
Cuando suenen sus tambores
De seguro moriré
Han muerto todos los míos
Solo yo... Sigo en pie
Todos eran mis amigos
Pero pronto los veré
Pues yo también estoy herido
Herido de gravedad
Lo sé al ver correr mi sangre
Ávida de mi escapar
De este cuerpo malherido
Que nunca dudo en arriesgar
Su vida en pos de un sueño
Que ya no conseguirá
Me atare a mi estandarte
Fiel símbolo de mi fe
Si llega antes la muerte
Que ellos me encuentren en pie
En pie y desafiante
Como yo siempre viví
Que tengan claro en sus mentes
Que yo jamás me rendí
Y estoy perdiendo el sentido
Ya casi no puedo ver
Muerte espera un momento
Que pronto han de volver
Veo venir una dama sonriendo hacia mí
Si esa dama es la muerte
¿quién tiene miedo a morir?
Viene cantando una nana
De mi tierra natal
Me la cantaba mi madre
Nunca la podré olvidar
Oh. Oh. Oh...
La mujer levantó una guadaña he hizo un rápido movimiento en el aire, un frío corrió por tu garganta para luego ver todo desde el suelo.
La última imagen que tienes es la de dragones en el cielo, dragones negros, parecen bajar y atacar a las fuerzas de los dioses que quedaban en pie.
Tarde han llegado tú, tú ya estás en otro lugar.
El Tártaro es un lugar gigantesco, rodeado por el flamígero río Estigia y triples murallas para evitar que los pecadores escapen de él. Está guardado por un Hercatronquiro, que se sentaba en una puerta chirriante protegida por columnas de diamante. Dentro, hay un castillo con anchas murallas y un alto torreón de hierro. Tisífone, la Furia que representaba la venganza, hace guardia insomne en lo alto de este torreón, azotando un látigo. Dentro hay un pozo del que se dice que profundiza en la tierra el doble de la distancia que hay entre la tierra de los vivos y el Olimpo. Ahí dentro es donde estabas Haldebarán.
El Tártaro tiene además una serie de habitantes. Cuando Crono, el Titán reinante, tomó el poder encerró a los Cíclopes en el Tártaro. Zeus los liberó para que le ayudasen en su lucha con los Titanes. Los dioses del Olimpo terminaron derrotándolos y arrojaron al Tártaro a muchos de ellos (Atlas, Crono, Epimeteo, Metis, Menecio y Prometeo son algunos de los que no fueron encerrados).
Pues bien es así, como cuentan todos los libros mortales la batalla en defensa de la fortaleza dorada fue una de las batallas mas memorables de todos los tiempos, el lugar que lo vio nacer que lo formo, que forjo sus ideales estaba siendo amenazado por los mismos dioses que el un día juro proteger y ser leal, estaban destruyendo su viejo hogar, y el de sus amigos, esta fue una de las peleas mas duras de Haldebarán y la que mas dolor le causo a su alma, el sabe que este es el ultimo servicio que le hace a los humanos, es su ultima entrega, el ultimo regalo que le hace al plano primario antes de partir al largo viaje, sabe que después de esto ya no quedara mucha esencia de vida en el, en su cabeza suena la frase aprendida hace ya muchos años, me dirigiré hacia la muerte, con honor y orgullo, es el deber de todos los paladines.
Este fue el ultimo juramento (antes de ser aprisionado en el Tartaro) hacia sus amados jinetes dorados y hacia los humanos, este tuvo lugar cuando un avatar de Apolo bajo a liderar las fuerzas de ataque contra la fortaleza dorada.
En medio de miles de soldados y monstruos se encontraban el dios y el santo, y en lo alto de una colina transcurrió esta conversación y estos hechos.
Apolo - Haldebarán todo aquí es inútil, este el momento de los dioses, acepta el destino.
Haldebarán - Dioses?, que clase de dioses son?, no protegen a los humanos.
Apolo - Jaja, que cosa con los dioses?,los humanos nunca entenderán la respuesta de que son los dioses, y tampoco tiene el derecho a preguntarlo, estoy esperando a que tu madre muestre su rostro nuevamente, ese hermoso rostro nunca podría desaparecer, jajaja, o si?, de todas maneras los dioses que se acercan a los humanos son inferiores a estos, no es verdad?, humano jaja.
Haldebarán - Nunca permitiré que ensucies con tus mentiras el nombre de mi madre.
Apolo - Tienes que entender mortal que todo esto es ridículo, los humanos no pueden revelarse contra los dioses.
Haldebarán - A lo largo de mi vida batalle contra varios de ustedes y tengo bien claro que todo es posible, todo puede cambiar, la fe en lo correcto permite tener fuerzas para enfrentarlos, atena fue la única que siempre creyó en nosotros, ella siempre confió en mi, aun arriesgando su propia divinidad.
Apolo - Tu madre te debe haber dicho que tu fuerza es insignificante en contra de mis poderes.
Haldebarán - Seguramente, pero también me han dicho que nunca hay que darle la espalda a un enemigo (desenvaina su espada)
Apolo - Nosotros los dioses somos eternos, te atreves a desafiar a lo mas poderoso, hermoso y majestuoso del universo mortal?, desaparece de aquíApolo lanza un rayo que ilumina todo el cielo y se genera una explosión.
Haldebarán - Te olvidas que yo poseo también la misma eternidad que tienes?,con mi fe puedo lograr lo que deseo Haldebarán extiende sus puños y detiene el rayo, los santos podemos fusionarnos con el universo y nos podemos acercar a esa eternidad de los dioses La explosión es terrible destruye la mitad de la colina y toda la armadura de Haldebarán, queda totalmente desnudo y en pie, el recuerdo de sus amigos, sus afectos, de su madre atraviesa su mente en un segundo levanta la vista y se dirige con sus palabras nuevamente a Apolo Acaso tan poderoso son los dioses que para ellos somos seres insignificantes?,pero los humanos vivimos con todas nuestras fuerzas, si ustedes no quieren proteger a esos seres, entonces que son los dioses?,si no ayudan a los humanos y les trasmiten su calidez, entonces que es un dios?, Atena trata de vivir junto a nosotros, ella cree en nosotros, que es un dios que no se preocupa por los humanos, no necesito un dios así
Apolo - Los humanos no pueden rechazar a sus dioses, jamás lo harán. Aparece una vaga imagen de Atena.
Atena - Detente hermano, no se que te podría pasar.
Apolo - Que estas diciendo, has perdido la cordura, es un simple humano. Desaparece. La imagen de atena se desvanece.
Haldebarán - Aunque el destino de los humanos sea ser destruido por ustedes, te golpeare con mi espada aunque sea una sola ves, esa será la prueba que los humanos pueden vivir en este mundo y revelarse contra sus dioses injustos, elevare mi fe hasta el infinito, fusionare mi alma con el cosmos, encenderé nuevamente las luz de la esperanza, elévate mi fe
La imagen es inolvidable Haldebarán desnudo solo con su espada enfrente del mismo Apolo enorme, radiante, genera un campo de luz que crece y crece, que da esperanza, que regocija los corazones de los soldados y luego se eleva hasta el infinito, su esencia se comienza a fusionar con el universo, es la imagen de lo justo, todo se ilumina y desaparece solo se ve el cosmos y una súper nova que desciende a velocidades inconmensurables y se estrella con todo su poder contra la imagen del dios, las ultimas palabras de Apolo fueron desaparece humano, luego de una gran explosión de colores y luces solo una pequeña figura aparece la del santo, totalmente herido su cuerpo consumido por la energía que tuvo que emplear, en esos momentos la muerte vino por el para trasportarlo al Tártaro, la prisión para quien traiciona a los dioses, de Apolo no había quedado nada, solo un cráter enorme en la tierra arrasada.
Se utiliza negrita para resaltar los diálogos.
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En el último golpe de Haldebarán sintió más que nunca la fuerza de Atena en su mano.
Tal vez la última ayuda que la diosa le había dado a su hijo para destruir al Dios del Sol, o no? Hoy no se podría saber.
He puesto esta escena para todos porque se supone que todos ustedes conocen de esta batalla.