Al escuchar lo que nos dicen las hadas inunda un pensamiento mi cabeza ##Increíble no solo tenemos unas pequeñas guías para hacer nuestro pricipal trabajo, si no que además tenemos unos cachorrillos de Chihuahua como guardines nocturnos. Jeje.##
"Estoy de acuerdo con Klurca, agradecemos su información y su guía, pero en lo que se refiere a las guardias nocturnas....cualquier ayuda es bien recibida, pero yo haré la mía" les agradezco a las ayuda su comentario mientras busco la mirada de compenetración con Klurca.
"Y referente a los bandidos, me parece genial, mientras acabamos con ellos, vositras hermosas y simpáticas hadas nos ayudais a cartografiar la zona". Sonrío amigablemente.
"Sin embargo, no les entiendo...nos aconsejais ir directamente a por esos 5 bandidos..o es mejor un rodeo por la zona de los osos, luego pasando por el temlpo; que sería de gran ayuda que mos hablarais un poco más sobre esa criatura y luego visitemos a los bandidos?"
Desenfundo mi espada y avivo la hoguera.
Escribo desde el móvil.
"Para hablar" y ##para pensar##.
Las tecnologías no son perfectas.
Parece que hemos obtenido unos aliados nuevos Cualquier opción es buena, si solamente son 5 los bandidos, quizás podamos asaltar su campamento y explorar la regional más tarde. Realmente creo que no soy la persona indicada para hacer estos planes...Me parece una gran idea que hagan la guardia Así podemos descansar...
- ¿Sólo cinco?- Uy, eso lo cambiaba todo. De pronto el campamento de Río Espino le parecía mucho más apetecible.
Uno para cada uno.- Pensó. A pesar de ello no se veía capaz de ganar por sí mismo a uno sólo de aquellos bandidos. Quizá la bruta de Klurca pudiera con varios, junto con Patric. Con el apoyo de Glotka y de él mismo más las curaciones de Alysia quizá tuvieran una oportunidad.
- Ummm...- Se acaricio la suave piel de su barbilla imberbe.- Muchas gracias por tan interesante información. Quizá no sea tan mala idea acabar de una vez con esos bandidos aprovechando que aún no saben que hemos acabado con parte de sus compañeros.- Estaba claro que una vez llegaran a enterarse de lo ocurrido harían algo para defenderse.- Después ya podríamos cartografiar los alrededores con más calma. Sin uno de esos abraza-árboles en nuestro grupo y sin Thassantir, meternos en el bosque con los oso o el templo ese regentado por ese misterioso individuo se me antoja difícil. - Con respecto al tema de las guardias, Bast dio un par de palmaditas en la espalda en las musculosas espaldas de Klurca y Patric.- Genial chicos, muchas gracias.- Entre las hadas y ellos dos, podrían descansar a pierna suelta y eso, para los usuarios de magia, era estupendo.
Pues si queréis al campamento.
Después de escuchar atentamente a nuestros nuevos “aliados”, doy mi opinión al respecto.
-Si solo son 5 bandidos podríamos terminar con ellos lo primero, así nos quitaríamos de un peligro en nuestro entorno mientras exploramos-
Respecto al tema de las guardias, las hadas parecen tener buenas intenciones.
-gracias por prestaros a las guardias, yo necesito descansar para poder mantener mi poder, así que por mi parte aceptare vuestro ofrecimiento- Mientras preparo mi lecho para pasar la noche lo más cómodo posible.
Aunque crea en la buena fe de las hadas y sus buenas intenciones tampoco voy a ser descuidado. Mantengo bien seguro mi libro de conjuros junto a mí.
Dirigiéndome a Vera –vigila y si notas algo raro despiértame-
Yo soy partidario de quitar a los bandidos del medio.
Respecto a las guardias acepto el ofrecimiento, pero dejo a mi familiar en alerta y vigilando por si a caso.
Klurca y Patric se reparten las guardias. Los grigs se quedan esa noche con vosotros en el campamento. Son seres que apenas duermen y están en vela toda la noche, especialmente durante el tiempo en que Klurca velaba por el sueño de los demás. No se fiaban de la semiorca... El resto descansáis y recuperáis fuerzas.
Habéis decidido ir directamente a por los bandidos. Los grigs os guiarán a la mañana siguiente, aunque es poco probable que continúen con vosotros hasta el final, a no ser que los convenzáis. Quizás en el combate, si este se produce, os pueden echar una mano.
Habéis cartografiado una superficie equivalente a 20 km.
Recibís 100 xp por grupo (esto es, 20 xp para cada personaje). Además, Klurca y Patric reciben 15 xp cada uno por ofrecerse voluntarios a realizar las guardias de la noche.
Finalmente se habían decidido por acabar primero con los bandidos antes de explorar las interesantes zonas que les habían descubierto sus invitados. Acabar con esos malandrines seguro que suponía un gasto ingente de su magia, por lo que estaba encantado de que otros hicieran el pesado trabajo de las guardias. Se preparó el lugar para dormir a pierna suelta lo mejor que pudo. Que si unas hojas para mullir su lecho, que si el petate a modo de almohada. Antes de cerrar los ojos mandó un beso fugaz por el aire a la semiorca Klurca. Nada más lo hizo ya se arrepintió de haberlo hecho.
Vete a saber qué se piensa ésta.- Se giró para darle la espalda y trató de conciliar el sueño reparador.
Mientras espero a que el resto del grupo se vaya despertando voy preparando un buen desayuno. La guardia ha sido tranquila, la noche aún más. Espero que el enfrentamiento con los bandidos sea coser y cantar.
Desde el trabajo
Antes de cerrar los ojos mandó un beso fugaz por el aire a la semiorca Klurca. Nada más lo hizo ya se arrepintió de haberlo hecho.
Klurca se extrañó del gesto, frunció el entrecejo y giró sus anchos hombros para mirar a su espalda. Se quedó un segundo observando el escuro bosque con sus refulgentes ojos azules. Al no encontrar ningún espíritu o hada traicionera volvió a mirar hacia sus compañeros. Alysia descansaba bajo su manta de viaje. Entonces...¿A quién dedicaba su cariño el semielfo?.
La semiorca volvió a quedarse mirando el bosque. Sacó unos huesos de su bolsillo y los agitó delante suyo como protección. De repente Klurca se quedó inmovil, el cráneo de cuervo cayó al suelo y le sobrevino una carcajada que reprimió llevándose sus enormes manos a la boca. Recogió los huesecillos y buscó la mirada del hechicero, pero este ya se había acurrucado. La salvaje se olvidó de los grigs, los osos o cualquier peligro y se quedó observando la silueta de su compañero alternando su peso de un pie a otro. De tanto en tanto le sobrevenía una carcajada que reprimió sin mucho éxito.
La luna recorrió un buen trecho del firmamento antes de que se decidiera a acercarse. (Ni que decir tiene que no vigiló demasiado). Sus pasos se hicieron cada vez más ligeros hasta deslizarse como una gata junto al semielfo. Se acuclilló con un sigilo solo roto por su profunda respiración. Extendió el dorso de la mano pero no encontró el valor de rozarlo y saltó hacia un lado como un animalillo asustado.
Ya sin ningún miramiento zarandeó a Patric para que la sustituyera en la guardia y sin decir palabra se arrebujó bajo su capa de pieles de zorro hasta la mañana siguiente.
Por la mañana celebró el desayuno que el guerrero había preparado, pero rehuyó la mirada del estilizado semielfo y permaneció inusualmente callada.
Bast se despertó todo lo recuperado que alguien puede hacerlo durmiendo sobre el suelo a la intemperie. Se frotó los ojos aún hinchados y se estiró cual gato desperezándose. El hecho de afrontar lo que podría ser un día agotador, por no decir con riesgo a la muerte, ya no le hacía tanta gracia, y se notaba nervioso. No lo suficiente para quitarle el apetito pero sí para nublar su ánimo. Al menos se sentía lleno de potencial.
- Buenos días por la mañana. ¿Noche tranquila?- Preguntó más a Patric y a Kulrca, a los que dedicó una amplia sonrisa de dientes blancos como muestra de agradecimiento por haber realizado ellos la guardia. - Parece que habéis hecho un buen trabajo pues nada más que caracoles y babosas se han acercado a mi macuto.- Al rehacer su petate había encontrado un rastro de pegajosas babas cerca de su saco, como las que dejaba muchas veces Klurca allá por donde pasaba.- La próxima vez nos toca a nosotros, ¿eh?- Decía mientras se metía yen la boca una ración de viaje y masticaba con fuerza para dar cuenta de ella. Por supuesto era un "nosotros" mayestático pues cuando llegara el momento ya se ocuparía él de escabullirse de hacer la guardia.
Los usuarios de la magia tenemos que descansar...