Mientras tiembla la montaña, una rendija se filtra en la caverna y algunas partes de desmoronan. Trepáis y salís fuera. Bengor y Grundra aunque parezca lo contrario están ágiles y con suma rapidez y sin perder equilibrio salen fuera. Bidai en cambio, resbalo en unos guijarros y cae de bruces dándose un feo golpe de espaldas que deja como recuerdo adicional varias contusiones. Levantándose, empieza a trepar mientras se sacude el aturdimiento. Saltier y Taramis que trepan detrás echan una mano.
Salís al exterior a media montaña, en la cima hay un tipo de extraña vegetación rojiza que llega a unos cien metros de donde estáis. Si bien levanta vuestra curiosidad, trepar por la ladera vertical con el añadido de una montaña temblando hace un tanto suicida la idea de practicar botánica y poco a poco bajáis.
Según vais bajando los temblores van cesando, pero un estruendo a vuestras espalda os indica que la caverna, o parte de ella, ha colapsado. Poco a poco la tierra se calma y llegáis a la falda de la montaña y al bosque que la rodea. Descansáis y emprendéis el camino de vuelta después de asegurar lo que habéis podido conseguir de la montaña.
Motivo: Bengor, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 66-
Resultado: 6 (Exito) [6]
Motivo: Bidai, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 100 (Fracaso) [100]
Motivo: Bidai, resbala (dañ0).
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Motivo: Bidai, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 54 (Exito) [54]
Motivo: Grundra, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 3 (Exito) [3]
Motivo: Rigar, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 61-
Resultado: 30 (Exito) [30]
Motivo: Saltier, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 62 (Exito) [62]
Motivo: Taramis, trepar fácil (+20)
Tirada: 1d100
Dificultad: 64-
Resultado: 38 (Exito) [38]
La luz verdosa de la teleportación se desvanece y Zagor aparece chamuscado y con graves heridas, pero vivo en una profunda cámara subterránea en el interior del círculo de teleportación diseñado para estas eventualidades. Después de todo, uno no llega a ser uno del trío de los hechiceros más poderosos sin tomar ciertas precauciones, con dos compañeros de estudio que quieren matarte. Al final no fueron ninguno de ellos, pero la planificación dio sus frutos.
Levantándose, tosió sangre, y se arrastró a un armario sacó una poción quito el corcho con los dientes y se la bebió de un trago. Quizás otra persona estaría ahora pensando en la venganza pero él hace tiempo que trascendió estos temas tan mundanos. Por supuesto que si volvían, los mataría o haría todo lo posible por matarlos, claro. Pero no tenía la menor intención de salir en su busca. Además, a regañadientes, se habían ganado su respeto.
Mientras sus heridas sanaban, buscó ropa nueva que ponerse, quedaba mucho que hacer, examinar la montaña y ver que posibles desastres habían realizado estos incursores.
Vuelta al punto de partida, en un pueblo en la falda de la montaña a dos días de allí...
Han pasado ya varios días, dos semanas para ser más exactos. Las heridas están curadas, si bien las extremidades dañadas tardarán aún dos o tres meses en estar correctamente curadas. La poción hallada en las dependencias resulto ser una potente poción curativa que os llegó para tratar vuestras heridas. Cómo no sabéis cuanto duraría antes de caducar no corréis riesgos y la usáis para sanaros mientras aún su potencia está intacta.
Los ropajes queda claro que están encantados (tienen 6 puntos de armadura) y son protege casi tan bien como una buena cota de malla. En cuanto al libro, queda claro que contiene notas y conjuros de hechicería. De las llaves que se hallaron en la montaña no hay ni rastro, no podéis recordar en que momento desaparecieron, o se cayeron, o que pasó con ellas. La espada corta vale una pequeña fortuna y está muy bien afilada y equilibrada, pero no parece ser mágica, si es de muy buena calidad. Además hay esmeraldas y rubíes en la bolsa.
No es el tesoro del hechicero, pero si es bastante para que podáis curaros y estar una larga temporada descansando y viviendo de lo que habéis sacado.
Al fin un día, os ponéis en marcha, curados, con algunas riquezas que podéis gastar, algo más sabios y con alguna cicatriz de recuerdo de la montaña. No habéis conseguido arrebatar el tesoro de Zagor, pero habéis entrado en la Montaña de Fuego y habéis salido con vida.
No todo el mundo puede presumir de ello.