¡Hijo de perra!-grito de rabia y de dolor mientras intento golpear a la criatura, pero fallo miserablemente y me quedo a su merced , pues mi esquiva es penosa
Motivo: palancazo
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 52 (Fracaso)
Motivo: esquiva
Tirada: 1d100
Dificultad: 28-
Resultado: 72 (Fracaso)
Ahora me los quito, estoy en las últimas :/
El balazo de Artie sólo consigue arrancar unos trozos de carne reseca del hombro y pedazos de sangre coagualada como gelatina brotan repulsivamente y caen al suelo.
Con el brazo detiene el golpe que Anna le propina con el tablón mientras le lanza un grito gutural en el que creéis entender "Jamás podréis salir de la Capilla de la Contemplación".
Es el turno de Rachel Hemingway.
¿Había oído bien?
Igualmente no era momento de pensar en eso, había que quitarse a aquel monstruo de encima y rápido, asi que sin dudarlo dos veces volvi a disparar para de nuevo prácticamente errar el disparo.
¿Qué demonios me pasa?
Motivo: Disparo
Tirada: 1d100
Dificultad: -40-
Resultado: 39
Motivo: Disparo 2
Tirada: 1d100
Dificultad: -40-
Resultado: 41
Motivo: Daño1
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Motivo: Daño2
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Acabad con este sufrimiento por favor, no se que me pasa con las tiradas en esta partida.
Dr. Bedford, ¿va a huir de la casa? Es su turno.
Acabad con este sufrimiento por favor, no se que me pasa con las tiradas en esta partida.
Quizá sea la figura descarnada la que acabe con el sufrimiento, jejeje.
-¡¿A qué estáis esperando? Vámonos de aquí. YA! -rugió, sin entender por qué se empeñaban miserablemente en atacar a una criatura que, obviamente, no era un perro con rabia y no podía proceder de este mundo si no de la más horrible de las pesadillas. Con el rostro desencajado, el doctor se decidió a coger al padre Jonah por los hombros y tirar de él hacia afuera. Ni el detective ni las señoritas parecían ser conscientes de la situación, y por algún extraño motivo se dedicaban a intentar ahuyentarlo o destruirlo como si se tratara de una simple mosca molesta. La cara se le tornó levemente roja por el esfuerzo de arrastrar al sacerdote, pero debía hacerlo
Sea como fuere, comprendía que algo debía estar pasándoles, o que simplemente habían perdido el juicio, así que optó por salvar al cura y a partir de ahí que el buen Dios decidiera sobre sus destinos, pues él no volvería a pisar aquella mansión ni por todo el oro del mundo. Ni aunque le ofrecieran la biblioteca entera de Alejandría...
Los 3 puntos de daño no terminé de restarlos, ¿lo hiciste tú o lo hago yo?
La figura estira sus jirones de carne resecos del rostro cuando mira a Rachel. Sabe que está débil, y pretende acabar con su vida allí mismo. Extiende sus dos brazos, pero Rachel consigue ser más rápida que él y esquiva las extremidades muertas de aquel ser. Todavía no, piensa para sí misma.
Motivo: Elegir víctima
Tirada: 1d3
Resultado: 3
Motivo: Ataque a Rachel
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 59 (Fracaso)
Lanzo 1d3 para ver a quién ataca la figura descarnada:
1 - Anna Vixen
2 - Artie Gumshoe
3 - Rachel Hemingway
Ha salido Rachel, pero la figura descarnada falla su ataque.
El Dr. Bedford sube las escaleras y desaparece de la escena, así que no lo cuento como posible víctima.
Comienza una nueva ronda con Artie y Anna.
Subes con el Padre Jonah en los hombros. El esfuerzo es grande, pero aún así agradeces la débil constitución del clérigo. Abajo dejas a tus compañeros soportando las acometidas de esa horrible figura movida por el mal. Tan sólo esperas que la próxima figura que suba esas escaleras sean Artie, Anna y Rachel, y no ese... ser.
Artie seguía confiando en las balas, pese a que no estaban pareciendo resultar demasiado efectivas. No obstante, un buen tiro en la cabeza igual acababa de destruir a aquella cosa. El detective apuntó. Las manos le temblaban, pero debía acertar el tiro. De lo contrario... ¡De lo contrario acabarían todos muertos! Ajustó el alza con el punto de mira y apretó el disparador. Una bala salió a toda velocidad hacia la cabeza de aquel ser entrenado por la cuenca del ojo izquierdo y saliendo por la nuca. Si eso no lo había matado, difícilmente caería.
- ¡Dispare Anna, dispare! - Alcanzó a decir el bueno de Gumshoe.
Motivo: Arma corta
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 25 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 10(+2)=12
¡Qué dispare, con qué? Le voy a reventar la cabeza a ese malnacido hijo de perra E intento reventarle la cabeza con más ganas que acierto. Estoy toda cubierta de mi propia sangre y salpicada por los restos de la sangre del bicho por los balazos de Artie. Está claro que de aquí no me voy a cantar.
Motivo: palancazo
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 70 (Fracaso)
Motivo: esquiva
Tirada: 1d100
Dificultad: 29-
Resultado: 57 (Fracaso)
El fogonazo del arma de Artie pulveriza el viejo cráneo de la criatura, que ahoga un gemido tan solo unos instantes previos a desmoronarse como un castillo de arena que ha perdido consistencia. Es como si todos los años que aquel ser debería haber permanecido muerto le hubiesen golpeado de repente, destrozando sus raídos huesos y putrefactos músculos. La descomposición deja al descubierto una joya negra sujeta a una cadena que su carne ennegrecida había casi envuelto por completo y ahora queda expuesta sobre un montón de polvo en el suelo.
Los últimos minutos en esa habitación del subsuelo de la Casa Corbitt han sido eternos, pero al fin hay un atisbo de luz y paz. Artie baja el arma humeante, Anna suelta atónita el tablón de madera y Rachel se arrodilla exahusta en el suelo, junto a la mesa del fondo, hundiendo su rostro en sus manos.
Esperáis que el Dr. Bedford haya logrado slavar al Padre Jonah.
Bueno, pues con esto estamos en el final de la aventura de La Casa Corbitt. Falta decidir qué hacéis ahora que todo ha acabado.
Por otro lado, voy a preparar una nueva aventura de La Llamada Cthulhu. ¿Alguno de vosotros quiere repetir?
Corres como puedes hacia el exterior con el cuerpo del Padre Jonah sobre ti. Sus heridas son graves, porque expulsa abundante sangre de su boca. Al parecer, la locura que le invadió y le hizo ingerir astillas le ha provocado numerosas heridas internas. Heridas que su anciano cuerpo empiezas a comprender que no va a soportar. Es cuando estás ya fuera, llegando al coche, cuando escuchas un disparo. Te paras un instante a causa del susto, y entonces escuchas una especie de exhalación. Un último suspiro del religioso que portas a hombros. El Padre Jonah a muerto.
Artie respiró aliviado al ver como aquella cosa caía. Le estremeció el alma ver cómo sus restos de retorcían y fracturaban recuperando el tiempo perdido y convirtiéndose en polvo. Se mantuvo quieto y apuntando hacia aquellos restos durante unos momentos. Respiró varias veces tratando de recuperar el ritmo cardíaco normal. Cuando supo que no lo iba a conseguir hasta que saliera de allí y pasara unas cuantas horas tranquilo y en su casa acompaña de una cosa de brandy, se decidió a actuar. Con suma cautela camino hacia el lugar donde se encontraba el amuleto. Pensaba casa paso y no daba el siguiente hasta que no apoderaba bien los pies sobre el suelo, como si esperase que el suelo se fuera a derrumbar en cualquier momento. Finalmente llegó junto al amuleto se agachó sin dejar de apuntar con su revolver y lo agarró con sumo cuidado interponiendo un pañuelo de tela entre su mano y dicho objeto para no tocarlo directamente. Lo miró unos instantes y envuelto en el pañuelo, lo introdujo en su bolsillo. - Creo que ya está. - Dijo Artie. - Fuera lo que fuera ya está... - Dijo aquello sin saber muy bien a qué se refería. - Vamos a hablar con nuestro cliente. Ésto está listo y tenemos que cobrar... - Sonrió tratando de quitarle hierro al asunto, aunque aquella experiencia le había marcado para siempre. Dicho aquello se dispuso a salir finalmente de la vieja mansión Corbitt y aunque sabía que el mal que atormentaba a aquella vivienda ya había sido erradicado, esperaba no tener que volver a pisarla nunca.
Tiré la palanca al suelo y respiré hondo, Me dejé caer al suelo de rodillas y empezé a llorar. Habíamos estado al borde de la muerte y solo la buena puntería de Artie nos había salvado.
El llanto se convirtió en sonrisa histérica y finalmente me recompuse y me puse de pie.
-Necesito un baño caliente. Quizás podamos dejar lo del dinero para mañana, necesito descansar.......arreglarme.Estaba sucia, ensangrentada y con el maquillaje corrido.Nadie, salvo los presentes me iba a ver así.
Cuando los nervios os dejan tregua, ayudáis a Rachel a levantarse, que es la que acumula las mayores heridas. Necesitará reposo unas semanas, pero se recuperará. Artie, además, recoge la gema negra del montón de polvo y ocurre algo sorprendente: la gema se disuelve en la mano del rudo investigador y nota un escalofrío recorriéndole el cuerpo.
Subís los escalones y atravesáis la puerta de la mansión. Allí, el Dr. Warren Bedford sostiene el cadáver del Padre Jonah junto al coche, cuyo frágil cuerpo no ha podido soportar las múltiples heridas interiores. Está anocheciendo y el cielo se cubre de colores cálidos, como una triste alegoría del ocaso de la vida del Padre Jonah. Quizá mañana, cuando cobréis vuestro trabajo, sea el momento de celebrarlo, aunque será difícil borrar la imagen de ese ser descompuesto caminando por sí solo en el sótano de la Casa Corbitt.
Artie, súmate 1 punto de POD (poder).
Os habéis vuelto a juntar todos.
Continuamos en el Epílogo.
Mientras sostienes el cadáver del anciano, observas unas siluetas moverse en el interior de la casa. el corazón se te encoge y dejas el cuerpo del Padre Jonah apoyado en el coche mientras te incorporas, pero la calma vuelve cuando descubres que quien sale de aquel infierno de madera, hormigón y acero son tus compañeros. Artie y Anna portan a Rachel, algo malherida, a hombros. El ocaso del día coincide con el fin de vuestro trabajo. Es hora de lamerse las heridas, despedirse del pobre religioso que murió poseído por una locura desconocida y, bueno, cobrar el trabajo.