Partida Rol por web

Uno a uno, los cuatro investigadores van saliendo por la rota ventana hasta el tejado de la planta baja, y de él, se descuelgan hasta el abandonado y estéril suelo que rodea la Casa Corbitt. Desde fuera, la casa parece ahora un cascarón que alberga un horrible secreto, una consciencia maligna que mueve sus cortinas y hace crujir sus tablones con algún oscuro objetivo.

Alrededor, el día ha avanzado y deben ser las primeras horas de la tarde. El barrio es como si se encontrase a millones de kilómetros de distancia, pues ningún vecino disfruta de las calles cercanas a la casa, ni atraen sus miradas a la destartalada finca. Es como un pozo olvidado.

- Bueno... Ya estamos fuera. - Dijo Artie bastante satisfecho. - Las cosas se estaba poniendo bastante feas allí dentro...

Habían logrado salir de la mansión. Estaba confirmado que estaba embrujada, poseída o algo peor. Quedaba confirmado entonces que su cliente tenía un grave problema. Les había pedido que investigarán los sucesos y eso habían hecho. ¿Pero les había pedido que los solucionaran? Eso no lo tenía tan claro.

- Creo que necesitamos un sacerdote. ¿Alguien conoce a alguno? - Preguntó Artie. - Y no me refiero a un cura que de misa. Sino a un exorcista...

Me apoyo en cualquier sitio mientras cojo aire, habíamos conseguido salir, no me lo creía ni yo.

- Quizás podamos darnos un buen baño caliente, dormir un poco y descansar para mañana vernos y debatir todo este asunto, porque volver ahí dentro nosotros cuatro solos, me parece una locura. Podríamos pasarnos por la Iglesia a ver si alguien puede ayudarnos, o intentar investigar algo más, es de locos, pero después de lo que he visto y sentido hoy ya cualquier cosa me parece posible.

No daba crédito a lo que allí había ocurrido. Era como si la casa estuviese viva y quisiese algo de ellos. Quizás ser pasto de la misma casa.

Fuera, con el aire fresco pienso un momento en voz alta-DEberíamos prenderle fuego. Acabar con esto de una vez por todas.-Lo digo muy seria. Mientras intento encenderme un cigarrillo. Pero las manos me tiemblan de los nervios y soy incapaz. Me acerco a Artie y le pido fuego.

.-N ocreo que a nadie le importe si se prende fuego. Y en cuanto a nuestro "amigo" el seguro y el valor del terreno cubrirá el resto. El dinero me importa una mierda ahora mismo.

Artie sacó una caja de cerillas, encendió una de ellas y protegiendo la llama con la otra mano, encendió el cigarrillo de Anna. Acto seguido sacó un puro del bolsillo de su camisa e hizo lo propio dando una larga calada, para a ti seguido sacar el humo por boca y nariz.

- ¿Quemarlo todo eh...? - Sonrió. - No es mala solución no, pero el seguro sabría que el incendio fue provocado y su nos descubren iremos a la cárcel. No, definitivamente no es buena idea. ¿Vamos a mí coche? Podemos ir a la oficina y meditar que hacer. Eso o ir a almorzar. ¡Estoy hambriento! ¡Jajaja! - Soltó una risotada. De todos parecía el más entero. Por su oficio había presenciado cosas muy feas. Nunca algo como aquello, pero si había estado en situaciones muy tensas. Aunque por dentro estaba afectado como el resto.

El profesor se mantuvo en silencio, sopesando la idea de Anna que, lamentablemente para ellos, se había desestimado. Ir a la cárcel no era su opción favorita. De todas maneras algo debían hacer. -Puedo preguntar en mi círculo por si alguien puede ayudarnos, aunque no prometo nada. -ignoraba si en verdad podía dar siquiera con alguien que tuviera una mínima noción, pero al menos la Iglesia como habían comentado podía servirles de ayuda

La conversación acerca de cómo debía seguir la investigación mantiene al grupo ocupado mientras la noche va cerniéndose sobre la ciudad. Los edificios más altos del barrio, ahora desierto, forman una curiosa silueta contra los tonos cálidos que tiñen el cielo, mientras que la Casa Corbitt se torna oscura, casi como una sombra negra sin apenas detalles distinguibles.

- Venga, vamos al coche. - Dijo Artie. - Se por experiencia que las noches son peligrosas. Más si durante el día las calles donde está uno ya lo son. Y amigos... esta casa es peligrosa. Lo sabemos todos. Mejor será alejarse de ella.

Dicho aquello el detective se introdujo en su vehículo esperando que el resto de investigadores le imitara. Necesitaba alejarse de la mansión Corbitt y tomar un poco de aire fresco. Además tenía hambre. Todo aquello le había despertado el apetito. Encendió el motor de su coche y se puso en marcha. Había pensado en primer momento ir a su oficina, pero allí no tenía nada que llevarse a la boca.

- Podemos ir al Mace's. - Dijo entonces el detective. - Hacen buenas hamburguesas y a buen precio. ¿No tienen hambre? - Les preguntó. - El Mace's no está muy lejos de aquí. Allí podemos tratar los siguientes pasos a seguir... ¿Qué les parece?

No tengo hambre, pero mataría por un trago de algo. Me parece bien lo del Mace´s.....lo que sea con tal de alejarnos de aquí-​Me abrazo a mi misma mientras tiemblo ligeramente.

Todo esto me tiene alterada, no es esto lo que esperaba encontrar. O al menos no lo que había pasado allí dentro. Tampoco quiero volver a casa y quedarme sola. Lo mejor parece lo que sugiere Artie.....lo que sea, alejarnos, beber y mañana ya veríamos. Pero iba a tener pesadillas con todo esto durante toda la vida.