Partida Rol por web

El horror de Kingsbury

Epílogo

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30/09/2021, 12:17
Director

Previo paso por la enfermería para tratar las heridas de sus cuerpos, acudieron al despacho del sheriff O'Donnell. Antes se habían juntado para desayunar en la cafetería que había frente al edificio del sheriff, ya que el estómago les rugía ahora que la adrenalina tras el combate con los horrores mitológicas había desaparecido de sus cuerpos. Habían acordado contarle la verdad a O'Donnell, aunque conociendo el temperamento del sheriff lo más probable era que se riera en su cara de la historia que iban a contarles.

La noche había pasado como una exhalación y cuando salieron de la estación ya estaba amaneciendo. Un nuevo día, libre de los destrozos que aquellas criaturas podrían haber originado. Pero con la incógnita de saber qué más misterios escondería aquel mundo que ahora veían desde otro ángulo, con una luz muy diferente.

O'Donnell les recibió de nuevo en su despacho. El sheriff se encontraba repantigado en su silla de escritorio con los pies cruzados sobre la mesa, fumando un puro y leyendo el periódico de aquella mañana con una enorme sonrisa dibujada en los labios. Parecía de un humor fantástico. Hizo un gesto señalando el mueble bar para que se sirvieran mientras él terminaba de leer el artículo que lo tenía tan atrapado.

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30/09/2021, 12:29
Martin L. O'Donnell

-Buenos días, muchachos. ¿Qué me traen? ¿Más buenas noticias? -  Les preguntó en tono alegre con el puro todavía en la boca.

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01/10/2021, 09:27
Leverett Saltonstall

Leverett no consiguió dormir en toda la noche. Se presentó en el despacho de O´Donnel con un aspecto nada propio de él; desaliñado y ojeroso. Habían logrado su objetivo, pero no se sentía vencedor. 

-Buenos días, señor O´Donnell. Supongo que todo lo buenas que podrían ser. Hemos cogido al asesino. Oren Van Schaen. Tenemos pruebas, pero le advierto que lo que hemos descubierto no es para cualquier persona. 

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01/10/2021, 12:02
John Taylor

Su aspecto pálido y demacrado nada tenía que envidiar al de Saltonstall. En cualquier caso parecían haber zanjado el caso, y por mucho que el recuerdo de los horrores vividos lo despertara en incontables ocasiones en las noches futuras esperaba, firmemente, poder olvidarlo lo bastante como para retomar su vida de un modo normal.

-Haré un informe detallado en cuanto sea posible, señor. Sin embargo como bien ha dicho Leverett no va a creernos- apostilló, endureciendo la expresión. Acto seguido hizo un resumen de todo lo sucedido, sin dejarse nada, haciendo cortas pausas para que tanto el periodista como el abogado dieran su propia versión o interpretación de lo acontecido.
 

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03/10/2021, 20:23
Jerry Thomson

Jerry ayudó a sus compañeros con el resumen de lo ocurrido. Tal y como les había explicado entre cafés antes de encaminarse al despacho del Sheriff, pensaba escribir una crónica de todo lo ocurrido, omitiendo los detalles sobrenaturales. Aspiraba a un premio o, como mínimo, una palmadita de su editor, no a una temporada en el manicomio tras un fulminante despido.

Si me da permiso, me gustaría ser el primero en hacerme eco de esta noticia, señor O'Donnell. Creo que me he ganado el derecho a publicar esa exclusiva. Prometo obviar cualquier detalle que le comprometa o que resulte inverosimil. Una crónica escabrosa y detallada que ensalzará al nuevo Sheriff como paladín de la justicia. "Van Schaen, un perverso millonario de capa caída, otro caso de privilegiados dementes que abusan de los débiles y oprimidos por esta sociedad". ¡A la gente le entusiasmará!

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04/10/2021, 12:09
Martin L. O'Donnell

Cuando el sheriff bajó el periódico y alzó la vista hacia el grupo se percató por primera vez del lamentable estado en el que se encontraban, cubiertos de vendas, sangre seca, la ropa destrozada y con el cansancio y el horror todavía reflejados en sus demacrados rostros.

-Pero, muchachos, ¿qué les ha pasado? Parece que les haya atropellado el tranvía.

El sheriff escuchó con atención el relato de Taylor y su rostro se fue transformando conforme el policía iba entrando en los detalles más inverosímiles de lo ocurrido. Especialmente con los sucesos de aquella noche. Cuando finalmente relató como el monstruo de seis cabezas formado por los restos de las victimas del Carnicero cobraba vida junto a un sinuoso remolino y que además sus rostros se deformaban para adquirir una forma canina, el sheriff les miró incrédulo, como si esperara que le dijeran que se trataba de una broma. Pero cuando Thomson asintió y dijo que esperaba publicar la noticia, el sheriff O'Donnell rompió a reír.

-Ejem, bueno... No les voy a tener esto en cuenta. Todos nos hemos pasado con la absenta alguna vez, aunque les recomiendo fervientemente dejar las otras sustancias psicotrópicas que hayan tomado. Sinceramente, de Thomson había escuchado que tenía la mano ligera con ciertas sustancias, pero de ustedes dos no me lo esperaba. Agente Taylor, me habían dicho que era la pulcritud en persona. - Alzó una mano para evitar que le replicaran. -No será necesario que redacten ningún informe. Les agradezco sus esfuerzos. - dijo con reticencia, sin terminar de creerse lo que le decían. -De todos modos ya pueden darse por liberados del caso. -El sheriff recuperó la sonrisa y les mostró la portada del periódico, donde se veía en portada a Eliot Ness con cara de malas pulgas sujetando un hacha y entornando los ojos mientras sus hombres acorralaban a unos vagabundos iluminados por bengalas y linternas de la policía. El titular tildaba su actuación de exceso de fuerza. -Por Dios Santo. ¿No se han enterado? Empezaba a pensar que toda esta pantomima suya había surgido por la celebración de ver a Ness tan desprestigiado. Como sea, ya no pueden avergonzar a Ness más de lo que su redada de medianoche lo ha hecho ya.

En la noticia se hablaba de la gran redada de Eliot Ness aquella noche mientras ellos peleaban por su vida en la estación de la 24ª Este. Frustrado más allá de su paciencia por las depravaciones del Carnicero y por las puñaladas traseras políticas que recibía en el caso, Eliot Ness había dirigido a 35 representantes de la ley en una última redada. Apoyados por 11 coches patrulla, 2 coches celulares y tres camiones de bomberos, sus hombres descendieron sobre los Flats con las linternas encendidas y las armas en las manos. Arrasaron las chabolas y tiendas que encontraron, y arrestaron a todo aquel al que llegaron a coger. El fuego, el sonido de las sirenas y los aullidos de los sintecho se escuchaban por todas partes. La gente de Ness llegó hasta la calle 37ª del Run aplicando la ley por la fuerza. Al finalizar aquella locura, los hombres de Ness llevaron a 63 vagabundos de vuelta a la Estación Central de policía y cedieron a 11 con antecedentes criminales al FBI. A los demás les esperaban las casas de trabajo. Al alba, Ness y sus hombres registraron las ruinas en busca de alguna pista sobre el Carnicero o su paradero, pero no encontraorn nada. Quemaron las ruinas de las tres enormes junglas de vagabundos que habían invadido. Lo cual levantó las airadas críticas de la prensa y de la ciudadanía. Las declaraciones del alcalde tampoco iban a su favor, la ciudad de Cleveland al completo se había alienado en contra suya.

Eliot Ness tenía las horas contadas en la ciudad de Cleveland, y el alcalde, que había apostado por él, tendría que dar explicaciones por su comportamiento y se vería envuelto en un buen aprieto. Eso era suficiente para contentar al sheriff O'Donnell, que no podían olvidar que les había contratado para dejar mal a la policía de la ciudad, a Ness y especialmente al alcalde. Aquella había sido su principal motivación, por encima incluso de resolver el caso. Ahora que todos ellos estaban en el brete de tener que dar explicaciones sobre lo sucedido, al sheriff no le quedaba mayor interés en el caso. Así les pagó sus honorarios y finiquitó el contrato que les unía.

-Señores, - dijo antes de que se fueran- dejen tranquila a la familia van Schaen, son una de las dinastías más prestigiosas de la ciudad, que su hijo Orem esté demente tampoco es culpa suya. El Buen Señor sabe que esa familia ha hecho todo lo que han podido por él, y solo pueden rezar para que lo traten como es debido en el manicomio de Westlake.

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04/10/2021, 18:10
Leverett Saltonstall

-Señor, entiendo su suspicacia. De hecho, era partidario de ocultar la verdad y contarle una mentira más creíble, pero hemos decidido no hacerlo. Primero por respeto, pero además porque creemos que las implicaciones que tiene todo esto son demasiado abrumadoras como para ignorarlas. Sé que no nos cree, pero al margen de lo que nos pueda haber afectado lo que hemos vivido en las últimas horas, estamos perfectamente lúcidos y cuerdos. Nos escogió para supuestamente porque nos considera personas capaces y confiables y los tres confirmamos esta versión de los hechos. Y por si esto no fuera suficiente, vea ¿Cómo explica esto?¿Y el desplome de la estación de metro, justo en el momento y lugar en donde nos enfrentamos a Orem Van Schaen?

Las heridas que mostraba Saltonstall en forma de media luna con desgarro de carne y aún frescas, dejaban claro que algo con una ferocidad y fuerza desmesuradas les había atacado. 

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05/10/2021, 08:00
John Taylor

Taylor no dijo nada. Se sabía no sólo en desventaja, sino ante una batalla perdida. Así que era cierto lo de O'Donnell: se había convertido en un animal político más, observando a los demás en su cómoda silla en lo alto de la pirámide. Sin embargo eran muchos los policías que dependían de su gestión, y estos en su mayoría poseían una familia a la que alimentar. Aun así, a pesar de que sabía que no servía de nada, asintió en silencio a lo expuesto por Saltonstall, suscribiendo cada una de sus palabras.

Hablaría con Harold Burton, si es que aún era posible. Confiaba en su labor más que en otra cosa, y si bien mantenía el orden y la ley como pilares básicos de su forma de vida, entendía también que las leyes variaban con el tiempo y fueron las dictadas de un modo represivo las que catapultaron la carrera de Ness. En fin. Que había sido derrotado. Que más allá de cerrar un caso que obviamente se les había ido de las manos desde el principio y haber abierto los ojos a un mundo extraño en el proceso, no había ninguna otra victoria sino una terrible pérdida en sus vidas. Saltonstall podría intentar olvidarlo. Thomson por su lado retorcerlo para venderlo como una historia trepidante donde, de primera mano, formó parte del grupo al mando de un policía de Cleveland para la resolución del caso. Daba igual. Ninguno de ellos volvería a ser el mismo, eso lo sabía.
Suspiró quedamente, agotado física y mentalmente. Necesitaba unas buenas vacaciones.

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06/10/2021, 21:04
Jerry Thomson

¡Tsch!

Thomson se sentía frustrado. Acababa de jugarse la vida para que otro pudiese reforzar su posición política y que todavía iba a tener que emplearse a fondo para terminar con un artículo medio decente. Sus compañeros no estaban mucho mejor, al menos sabía que compartían eso. Un triste consuelo aparte de la reconfortante sensación de haber detenido a un homicida realmente peligroso. Acaban de desafiar lo desconocido y regresado para contarlo, casi de una pieza, librando al mundo de una pesadilla incomprensible.

Pero el altruismo no da de comer.

Será mejor no marear la perdiz, Laverett. Si al sheriff le interesasen nuestras batallitas, nos habría invitado a cenar.

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07/10/2021, 19:16
Leverett Saltonstall

-Con el debido respeto, señor Thompson, la única batallita que deseo contar es que esto se ha terminado y que no se dude de mi palabra. Sea como sea y con independencia de que nos sea reconocido, hemos cumplido y no necesito quedarme a escuchar como nos llaman locos, mentirosos o ambas cosas. 

Se tapó las cicatrices, se arregló un poco su desastrada ropa. 

-Buenos días-dijo a modo de despedida-.

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07/10/2021, 20:16
Director

El sheriff ni siquiera le prestó atención al enfado de Saltonstall, había conseguido su propósito y eso le bastaba para estar satisfecho. No hizo mucho caso a las heridas que le mostraba y despreció la historia con desdén, pues bien podrían tratarse de mordeduras de cualquier perro. Eso sí, les pagó sus honorarios por el caso y una clínica médica para que fueran atendidos.

Cuando Thomson le contó a su editor la historia que planeaba escribir le recomendó que visitara un psiquiatra y le obligó a tomarse unos días de vacaciones. Por supuesto se negó a publicar cualquier historia que tuviera que ver con aquella locura y no pensó difamar a la familia van Schaen con delirios como aquellos. Taylor, por su parte, regresó con gana a Columbus, donde los delincuentes tenían el aspecto habitual y los crímenes se cometían por motivos más mundanos y no tan escabrosos como aquello de lo que había sido testigo. Por su parte, Saltonstall regresó a su ejercicio de la abogacía guardando su enfado con el sheriff O'Donnell. Las heridas físicas sanaron, pero las mentales nunca se llegaron a cerrar del todo. Ninguno de los tres logró superar aquella noche ni los sucesos vividos en los días anteriores. Sufrían pesadillas que les asaltaban por las noches, y cada vez que veían a un tipo engominado les sacudía un temblor incontrolado en las manos.

Unos días después, los hombres del sheriff, bajo la dirección del propio O'Donnell, arrestaron a Frank Dolezal, el proxeneta al que ellos mismos habían interrogado al comienzo de toda aquella locura. Le acusó de ser el Carnicero y de haber matado a todas las víctimas que se encontraron en Cleveland y presumió de haber desarrollado una compleja investigación de varias semanas detrás de Dolezal. Así, el sheriff logró anotarse otro tanto para fastidiar a Eliot Ness y al alcalde Burton, que salieron bastante perjudicados en todos los periódicos por su ineficiencia. Frank Dolezal admitió en los interrogatorios su culpabilidad, y poco después murió bajo custodia de los hombres del sheriff. Como no se volvió a producir ningún asesinato relacionado con el caso, el sheriff logró ganarse el favor de la opinión pública y del Gobernador del estado de Ohio.

Fin de la partida