Partida Rol por web

Joshua se encogió de hombros:

- Los caminos del Señor son inescrutables, querida Aurora, quién sabe si su partida fue un paso hacia la salvación de estos pobres enfermos y de todos nosotros. Ciertamente necesitamos ayuda exterior si queremos superar esta adversidad. - Miró a Roman.- No puedo ni empezar a aventurar lo que ha sucedido aquí, pero espero que no se haya extendido a otras regiones. Si no, esto podría ser el mismísimo Armaggeddon. - Miró de nuevo a Aurora.- Si podemos obtener respuestas o incluso averiguar si hay una vacuna, podríamos salvar muchas vidas... Siempre que esto sea un hecho aislado que ha ocurrido aquí, claro está.

El walkie chisporroteó sonidos de interferencia mezclado con algunas palabras:

- ...¿No rastro... Lamberg?... Supervivientes somos... - La comunicación se espació unos segundos.- No podemos enviar... Repito... Supervivientes... Libres... Resistiremos aquí... Esperamos ayuda. - Otro silencio se sucedió.- Barrows... Fuera... Búsqueda de otras fuerzas... Elimina interferencias... Cambio.

Justo cuando Dakota acababa de recibir ese mensaje, otro mensaje llegó por el walkie:

- Aquí... Tomamos refugio... Warren con Euston... ¿Dakota? - La última parte la había pronunciado otra persona distinta a la de quien había dado la localización, esa voz, ¿Era la de Barrows?

Milo la miraba encogíendose de hombros:

- ¿Qué crees que significa todo eso Detective?

Dakota dio un respingo cuando Milo le habló —¡La puta madre!—, casi se había olvidado del muchacho.
—No estoy segura —respondió.
Echó un bufido. Antes de responder tenía que pensar, recordar cada palabra, cada detalle. Porter había repetido varias veces la palabra "supervivientes", recordó el contexto de cada una de ellas. "No podemos enviar" ¿a qué se refería? ¿Refuerzos acaso? ¿A la iglesia? "Resistiremos aquí", "esperamos ayuda". Al menos la comisaría seguía en pie, ¿pero de quiénes esperaban ayuda? "Barrows", "fuera", "búsqueda de otras fuerzas"... ¿Barrows había salido en busca de ayuda? "Elimina interferencias". ¿Quién? ¿Ella? ¿Otro? ¿Era una orden o qué?
Y luego aquel "tomamos refugio". "Warren con Euston"... ¿Era la voz de Barrows?

Su instinto de deducción comenzó a funcionar a toda velocidad. Porter era quien estuvo haciendo las transmisiones desde la Comisaría, intentó decir algo del Comisario Herrera, pero se perdió en la interferencia. Hizo varias referencias a supervivientes, por lo que es de suponer que hay un grupo haciéndose fuerte en la Comisaría, y a juzgar por el resto de retales, no son suficientes para enviar ayuda, es más, están en horas bajas intentando resistir dentro hasta que llegue ayuda. A Porter le ha sorprendido la desaparición de Lamberg. Hay una mención fragmentada sobre Barrows que parece indicar que ahora está ahí fuera. La mención a "otras fuerzas" y "eliminar interferencias" iban lo suficientemente juntas como para resultar sospechosas... ¿Qué otras fuerzas podían estar chafando las comunicaciones? El para qué era una miríada de posibilidades. Pero cabía otra posibilidad, ¿Y si Barrows se había topado con otras fuerzas mientras iba en su busca y la de Lamberg? Quizás fuese eso, y que ahora intentase eliminar las interferencias.

Su mente volvió a Barrows y al compañero anónimo que señalaba una localización entre las calles Warren y Euston, mientras el primero llamaba su nombre. "Tomamos refugio" eran las palabras exactas. No estaban demasiado lejos, pero sería una caminata desde la Iglesia.

La voz del Padre Joshua había llegado a mis oídos, pero en ese punto mi mente se encontraba ya en otro lugar. Quizá estaba pensando en cómo sería volver a ver salir el sol sin que me tuviera que preocupar de que unos cuantos infectados se me echaran encima para comerme vivo. Aquella vida que tenía hasta hace nada reparando vehículos y que me parecía en muchos sentidos mediocre y monótona, era ahora uno de los aspectos de mi pasado que más añoraba. Lo que son las cosas... Es como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que me desperté y la ciudad funcionaba como siempre. ¿Qué demonios nos había llevado hasta esta situación? 

—Puta mierda —espeté, de pronto, saliendo de mi autoimpuesto silencio—. Están tardando mucho en informarles, ¿no? —pregunté sin esperar una clara respuesta pues me puse en pie con celeridad—. Se me están hinchando las pelotas de tanto esperar para enterarnos de algo. Padre... ¿sabe si el túnel que usaban antiguamente para el contrabando podría conducirnos hasta cerca del hospital? —me dirigí a él, pero también miré a Aurora—. Se me ocurre que podríamos recortar por ahí el trayecto. He caído en la cuenta de que no debería haber ningún infectado por esa zona y podríamos movernos más rápido y sin problemas por allí. Con ir varios por si acaso con armas creo que conseguiríamos llegar hasta el otro lado. A las malas abriríamos una vía de escape alternativa si las cosas se pusieran feas —manifesté, poniendo sobre la mesa una nueva opción.

Para cuando Tyler regresó con el grupo no tenía muy buena cara, aunque sus facciones tuviesen esa cara de póker que todo buen profesional sabía poner para paliar las malas noticias. Se acercó en silencio a todos revisando que la radio estuviese bien enganchada y parecía buscar con la mirada a Dakota, sorprendido de que aún no hubiese bajado.

- Vengo con noticias, pero no son de lo mejorcito precisamente. - Sacó un mapa de la ciudad y lo puso sobre una mesita cercana, antes de comenzar a señalar y hablar.- Las cosas no han ido nada bien para las tropas de Excell, pero que nada bien, ¿Véis este punto en el Estadio Thormund? Se suponía que habría un transporte allí con una sección entera dedicada a asegurar el Oeste de la ciudad y otros objetivos prioritarios como usted, Doctora. No hay rastro de ellos, asumimos que como mínimo han visto sus comunicaciones rotas. Como mínimo... Algunos de mis jefes los dan por muertos. - Movió rápidamente el dedo a otro punto.- Nuestros observadores dicen que el Hotel Thaddeus, al Suroeste de la ciudad, y otro de nuestros puntos prioritarios, ha sido demolido hasta los cimientos. No sé que cojones está pasando, pero no éramos suficientes, y creo que no nos han dado toda la información disponible. - Siguió estudiando el mapa y apuntando a otra zona, esta vez al Este, el área del Campus universitario.- Aquí en el Campus la cosa parece ir mejor, las tropas de allí han reportado bastantes contactos con infectados, y hemos sufrido bajas significativas, pero tenemos una zona segura que aún aguanta el perímetro. Sin embargo hay dos oficiales que han desaparecido, además de algunos soldados que no se han encontrado entre las bajas. Es raro de cojones. - Apuntó tras eso a la estación de tren cerca de la Comisaría.- El equipo de la estación de tren parece que dió informe de situación favorable en el último control. Reportaron que habían abatido a algunas criaturas extrañas en los túneles, pero la infraestructura del metro se había convertido en una posición fácil de fortificar. No son muchos, pero se las manejan y creen que pronto tendrán funcionales los trenes. - Apuntó acto seguido a la estación cercana a ellos.- Aquí se reportan hechos similares. Aguantan, siguen trabajando en el transporte, tuvieron contacto con criaturas de los túneles, pero andan más ocupados que nuestros amigos del centro. - Apuntó a la central eléctrica del Noreste, al Monasterio de San Jorge, y al Hospital.- Los compañeros que fueron a la central han conseguido restaurar la corriente, suponemos que con los generadores de emergencia, por desgracia no tenemos noticias de ellos... - Guardó silencio un momento pensando en sus compañeros de unidad.- Pero cumplieron su misión, honramos su esfuerzo, y son cabrones duros, volverán a contactar seguro. El HQ del Monasterio se mantiene obviamente en pié, son quienes me han provisto de información, y tienen un perímetro seguro pese a los esfuerzos de esas cosas por atacar los muros exteriores. El equipo del Hospital ha reportado, y la zona es peligrosa, aunque ellos han asegurado un perímetro en el interior. Entrar será difícil, pero pueden cubrirnos la entrada lo mejor posible. Son mis tropas, confío en ellos más que en mi HQ. - Miró una vez más en busca de Dakota.- ¿Se sabe algo de la detective y los polis? He oido del HQ que algunos supervivientes de varios equipos han hecho piña e iban hacia la Comisaría como punto prioritario de refuerzo. Si alguno tiene un plan, el viejo Tyler es todo oidos.

Antes de que el reverendo pudiera contestar mi pregunta, Tyler irrumpió de repente en la sala con un semblante que no auguraba buenas noticias. Guardé silencio, prestando atención para escuchar su parte meteorológico. Y, por lo que decía, aseguraban borrascas y tormentas. Si tantos grupos de militares y mercenarios estaban teniendo problemas para controlar la situación en distintos puntos de la ciudad... ¿Cómo íbamos a encargarnos nosotros, un grupo de civiles, de lo mismo, disponiendo de menos dotes para el combate y de menos armamento? Las cosas se estaban jodiendo a una velocidad sorprendente, no cabía duda. "¡Joder, si el otro día estuve empinando el codo en un bar como en un fin de semana cualquiera!" —pensé rodando los ojos por la estancia. Por momentos, imaginaba que esto era fruto de una mala pesadilla...

Inspiré con pesadez, meneando la cabeza, centrándome en lo positivo. Aún existían unidades operando que abrían nuevas vías para desplazarnos o custodiando el hospital, que parecía ser uno de los puntos en los que más se interesaba todo el mundo. Seguía con la idea presente de que el búnker podía ser una de las mejores maneras de sobrevivir hasta que la situación se calmara, si es que eso era posible. Ante la última pregunta, hice un gesto de negación.

—Ni idea, Dakota todavía no ha aparecido. Me sorprende que esté tardando tanto, a ver si en realidad está hablando con su novio... —comenté en un tono irónico—. Como sea, no tardará en regresar. De mientras podemos ir pensando cómo movernos y a qué zona. Le preguntaba al padre si sabe hacia dónde desembocaría el antiguo pasadizo que hay en la Iglesia —expliqué mirando de soslayo al susodicho—. Tal vez nos conduzca a algún lugar de interés sin necesidad de recorrer las calles y exponernos a peligros innecesarios. Aunque no es una decisión mía, tendríamos que estar todos de acuerdo —dije con certeza, pues tampoco era tonto como para arriesgarme a bajar yo solo a un túnel que desconocía.

Volví la vista al mapa que había desplegado el militar, pensativo, recordando varios apuntes que había hecho antes de pronunciarme de nuevo.

—Tyler, sin rodeos, ¿qué coño crees que está ocurriendo? —le cuestioné—. Y ahórrate las referencias a chorradas del cine y otras soplapolleces, por favor. Comentas que algunos edificios han sido demolidos hasta los cimientos y que hay extrañas criaturas, ¿quieres decir que ha habido alguna explosión? ¿Piensas que es un ataque biológico orquestado por... —el gobierno— alguien? 

El mercenario se echó a reir ante el comentario inicial de Roman:

- Si, probablemente esté de chachara con el novio. Era solo para ver si ella tenía más información de sus compañeros, coordinar esfuerzos, y trazar un plan. Supongo que no le quedará mucho para bajar. -Dijo encogiéndose de hombros.

Joshua había estado pensativo desde que Roman mencionó los túneles:

- La verdad es que no sabría decir con exactitud, a fin de cuentas no he abierto jamás la entrada al túnel, dudo que nadie lo haya hecho desde el final de la Ley Seca - Dijo, con la última parte entre risas.- Pero estoy seguro de que el anterior Padre tendría planos de todo en alguna parte, me pondré a buscarlos en un momento.

Mientras decía eso, miraba el mapa que Tyler había dispuesto:

- Si nuestras sospechas se cumplen y el túnel llega hasta la estación de metro o el hospital, habremos cubierto una distancia bastante interesante fuera del alcance de una horda de esos infectados. Dakota mencionó algo sobre los túneles por la zona centro, ¿Una criatura? El viaje hasta el Mallory nos ha dado armas potentes, pero el riesgo tiene que ser consensuado.

La expresión de Tyler se puso más seria por unos instantes, antes de comprobar que su radio estaba apagada, para acto seguido desconectar la batería:

- Te debo una, por salvarme el culo en el Mallory, asi que voy a compartir todo lo que sé sobre el tema. Si esto sale de nuestra petit comité, soy fiambre, todos somos fiambres, ¿Entendido? Sólo son rumores, trozos de conversaciones que yo no debería haber escuchado, transmisiones de emergencia y un poco de sumar dos y dos desde que llegué a este pozo de muerte, pero con el nivel de poder que tienen los que están arriba del todo, cualquier cosa es posible. - Se sentó y dejó el arma en el banco, como si pesase demasiado.- ExCell es solo una compañía de militar privada, ¿Hasta ahí bien? Nos encargamos de escoltar gente, organizar rescates de VIPs, extracción de paquetes de interés más allá de lineas enemigas, en fin, lo habitual en una fuerza altamente entrenada y equipada con lo mejor de lo mejor. Esto es en general, cosa de dominio público, como lo es que la compañía pertenece a Bayona-Monterey, principal agroalimentaria y farmacéutica mundial. - Respiró hondo, costaba sacar fuera lo que había estado digiriendo desde que llegó.- No sólo diseñan aspirinas y cremas antiarrugas, amigo. Tienen contratos de Defensa valorados en miles de millones, con líneas de investigación que dejan a las películas a la altura del betún. Si utilizo símiles de películas es porque no tengo nada mejor, carezco de formación científica. Pero algo está sucediendo en el seno de B-M. Han circulado desde hace tiempo varios rumores, de que habían desarrollado virus de modificación de conducta, otros para hacer a los soldados más resistentes en combate, otros para modificar a cierto tipo de animales para obedecer comportamientos programados por estímulos o algo así... ¿Has visto alguna vez a un tipo meterse hormonas de animales? Joder, imagina lo que sería insertar modificaciones en su ADN de manera permanente. - Se pasó las manos por la cabeza hacia la nuca.- Hará unos meses tuvimos que limpiar unas instalaciones en Yemen, donde unos terroristas habían tomado una de las instalaciones de BM y habían estado toqueteando cierta mercancía que nunca llegamos a ver físicamente. Tendrías que haber visto a esos tipos, ni siquiera en Fallujah, con Mujjs puestos de epinefrina hasta las trancas, he visto a nadie soportar tanto castigo físico sin mostrar dolor, sin retroceder. Eran putos drones humanos. Tuvimos que tirarlos abajo con todo lo que teníamos, y algunos, aún muertos seguían dando guerra un poco más, hasta que sus cuerpos cedían a la pérdida de sangre. Se nos dijo que habían probado una droga experimental, y el acuerdo de confidencialidad hizo el resto. - Hizo una pausa de unos segundos.- Otra de las veces, el escenario era en el desierto australiano, rescatar a unos VIPs de unas instalaciones en las que unos animales de pruebas se habían escapado y habían empezado a atacar al personal científico. No imaginas lo que es caminar entre cuerpos despedazados, pero sobre todo no imaginas lo que fue ver a esas cosas, como dragones de komodo, pero podían erguirse, tenían unas garras increibles, y si te mordían ya podías estar en paz con tu creador, porque era venenoso de cojones. Perdimos a once hombres ese día, y aún recuerdo a esas cosas dandonos caza por los pasillos y túneles. No era de sorprender que creasen cosas así... Desde las ovejas que creaban tela de araña antibalas, uno se espera cualquier cosa. De nuevo, no podíamos hacer preguntas, pero los rumores decían que esas cosas eran un tipo de tropa de choque pensada para limpiar el grueso de una zona de combatem abriendo una cabeza de playa para las tropas aliadas.

Se quedó en silencio de nuevo contemplando el mapa, antes de levantarse y señalar de nuevo a la zona Suroeste, donde se encontraba el Hotel Thaddeus:

- Este Hotel era un punto prioritario para otro equipo de los nuestros, una extracción de VIPs, como mi misión. Lo único que se sabe de ese equipo es que su último punto de control fue en las inmediaciones del Hotel. Cuando dije que habían sido demolidos, hablo de una explosión de gas que ha destrozado el Hotel Thaddeus hasta los cimientos, y otro edificio de BM ha sido también demolido, éste con cargas de C4 al parecer. Intuyo que el hotel también lo fue. Mira, como dije antes, estos cabrones de BM diseñan cosas turbias para el Tio Sam, y como en toda gran empresa, hay una Junta Directiva. Yo soy solo un Don Nadie con un buen oído y muchos amigos con mayor rango de seguridad, así que sólo sé rumores. Oí que la Junta había tenido un cisma de opiniones. Hay dos bandos, como mínimo, que se disputan el poder. Uno aprueba este tipo de negocios, y otro no, ¿Uno de ellos ha montado esto y otro nos ha mandado a limpiarlo y rescatar gente? Probablemente, no puedo asegurarlo. Quizás esto haya sido solo un accidente y uno de los dos bandos quiera limpiarlo. Quizás esto sea una prueba intencionada, e incluso sancionada tácitamente por el gobierno, y otro bando nos enviase a salvar lo que se pudiese salvar. Lo que está claro es que este cisma no sólo se ha cobrado la vida de peones como yo. Hay rumores de que dos miembros de la Junta contrarios a estos negocios han desaparecido, y un tercero está confirmado como muerto. Hay incluso quien habla de otra fuerza dentro de ExCell encargada del trabajo sucio de ciertos miembros de la Junta en la cima. - Suspiró, agotado más espiritualmente que físicamente.- Ojalá tuviese más respuestas, Roman, pero esto acojona mucho más que los infectados. Sólo quiero asegurar a cuantos pueda, incluyendo sobre todo a la Doctora aquí presente, y largarnos de esta mierda de ratonera que llamáis ciudad, antes de que sea demasiado tarde.

Por fin el padre Joshua se decidió a abrir el pico, aunque simplemente fuera para confirmar que existía una vía disponible en aquel pasadizo subterráneo. La verdad es que conseguir esos planos antiguos sería cojonudo para nuestros intereses y nos vendrían de perlas para saber a qué atenernos si nos aventurábamos por dicha senda tan antigua. No me dio tiempo a contestarle, porque Tyler se volvió a pronunciar, con un largo y sincero discurso, en el cual expuso sus inquietudes sobre lo que acontecía.

Mi expresión se mantuvo seria a la par que estupefacta, como no podía ser de otro modo, mientras terminaba de asimilar la información que nos había proporcionado el militar. En otras circunstancias, su historia me hubiese parecido un montón de basura; era un relato exagerado y surrealista. Pero, ¿acaso no era irreal todo? Tras ver la espiral de muerte que nos estaba rodeando; lo que estaba cambiando la ciudad en cuestión de días, no me quedaba otra que creérmelo. Aunque no quisiera hacerlo.

—Joder, macho —espeté chascando la lengua—. Ni el discurso de Gettysburg sonó tan convincente... —farfullé esgrimiendo una sonrisa demasiado forzada—. Te creo, Tyler. Gracias por exponer lo que sabes o intuyes. Lo que más me jode es que detrás de esta puta mierda estarán los típicos blanquitos trajeados que no han movido un dedo en su vida y que a lo único que aspiran es a jugar a ser dioses con la vida de los demás... —solté mordiéndome la lengua a tiempo para no mentar a sus madres una y otra vez. Por ahora.

Respiré hondo, tratando de serenarme, caminando unos pasos alrededor de la mesa con el mapa. Notaba cómo la ira recorría mi cuerpo, así que lo mejor era tranquilizarme. Cuando estuve más calmado, me giré, mirando de nuevo al soldado directamente a los ojos.

—Las dudas que me surgen ahora son... ¿Tú o tus superiores tenéis idea de si esto está sucediendo en todo el mundo? ¿O somos los únicos afortunados que estamos viviendo este reality show en primera persona? —le planteé con gesto de incertidumbre—. Las comunicaciones con el exterior se perdieron y desde entonces vamos completamente a ciegas con respecto a lo que ocurre más allá de este núcleo de población. Me gustaría ser positivo, pero esta situación me empuja a pensar primero en lo negativo —dije sin reparos—. Y el protocolo del Gobierno si la situación no se controla en un plazo de tiempo... —bajé un instante la mirada al suelo—. No quiero ser agorero, aún así no me extrañaría que soltaran alguna bomba para limpiarnos del mapa si la pandemia no para de crecer. Obviamente, sería ponerse en el peor de los casos y siendo muy catastrofista. Pero es que esto... es una catástrofe.

El sargento volvió a sentarse sobre el banco, parecía no haberse recuperado del todo de la paliza que le dió el mutante:

- Siempre hay un cabrón aspirando a ser Dios a costa de vidas ajenas, algunas cosas no cambian nunca. - Se rascó la cabeza, pensativo.- Antes de esto habíamos estados una semana en la base encerrados con los entrenamientos habituales, por lo que ni idea del mundo exterior. Aunque la verdad, tiene pinta de ser algo local, o al menos que este es un foco de entre algunos más, si no, supongo que nos habrían desplegado para salvar el culo de la Junta Directiva o algo así. - Asintió a las últimas palabras de Roman.- Es una catástrofe de cojones, pero dudo que vuelen esto con un misil, son burócratas, lo que harán casi seguro es mandar a la Guardia Nacional, o a otros contratistas privados como ExCell, no sería la primera vez. Durante los desastres naturales del Katrina, ExCell cubrió la parte de rescates y combate contra milicias violentas. O los disturbios presidenciales, la Guardia Nacional selló DC, y en especial la Casa Blanca, como si fuesen papel de burbujas. Créeme, una compañía de la GN mandada para exterminar un brote descontrolado no vendrá precisamente a traer mantas y bocadillos. Lo mejor que puede pasar en ese caso es que te lleven a un centro de cuarentena, y lo habitual es que te disparen antes de considerarlo siquiera. Veamos que sucede y recemos por estar lejos cuando lleguen.

—¡Maldita sea! —masculló entre dientes. Aquellas interferencias en las comunicaciones le estaban poniendo los pelos de punta. —¡Y una mierda...! —exclamó, exasperada.
Al menos sabía que la comisaría seguía en pie, ¿pero por cuánto tiempo? Pueden resistir, pensó. Tienen el búnker. Aún así... Además estaba lo de Barrows... Warren y Euston, recordó, e hizo un mapa mental de la zona, caminos y atajos. Recordó también con lo que habían divisado aquella misma tarde. Hacia el Sur, el camino no estaba tan lleno de cortes de carretera ni de infectados, y daba la opción de bajar por Primm Street hasta Flower Street, calle en la que podría seguir hasta la Comisaría de Policía de Thormund. O tomar la intersección con Euston hasta Warren* donde se encontraban Barrows y su compañero. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Quién interfería las comunicaciones? Dakota se rascó la nuca. Algo le decía la Compañía estaba metida en todo esto, pero nada podía hacer de momento. ¿O sí? No, el imbécil de Tyler no diría nada, si es que algo sabía. Era solo un peón. Las piezas principales escondían sus movimientos detrás de un ejército de peones, y aún así eran meras piezas de un juego. Una mano las movía, ExCell.
—¡Y una puta mierda!
Dakota tomó el walkie e intentó una última comunicación con Barrows.
—10-0. 10-0. Aquí, Dakota. ¿Me escuchas, Barrows? Intentaré llegar allí, por la mañana. —Hizo una pausa. —10-0. Repito: intentaré llegar allí por la mañana. Espérame. ¿Entendido?
Suspiró.
Aunque estuvo un buen rato aguardando, no esperaba una respuesta. Pero la consolaba la idea de que el mensaje había llegado. O eso esperaba. Acodada a la balaustrada, esperó pacientemente. Barrows, maldito cabrón, espérame. Te encontraré a como de lugar... Ya había perdido a dos compañeros aquel día, y fue un duro golpe para ella. Perder a Barrows también era inadmisible.

Las palabras de Tyler no hacían sino confirmar algunos de mis temores. Primero, que no tenía ni idea de lo que ocurría más allá de esta ciudad; segundo, que la Guardia Nacional o cualquier fuerza del Estado que viniese a por nosotros no sería precisamente hospitalaria o complaciente con los ciudadanos. Si tenían que cargarse a toda la puñetera población, lo harían. Esa gente dudo mucho que mostrase escrúpulos o se interesara en cualquier civil corriente. A lo sumo se preocuparía por mantener con vida a los altos cargos o cualquier personal de seguridad y médico que les pudiese resultar útil. Los demás... no éramos más que un conjunto de peones esparcidos en un gran tablero de ajedrez. Prescindibles. Me recordaba tanto a mis años en los suburbios, conviviendo con hermanos cuya vida importaba una mierda...

—Ojalá no tengamos que llegar hasta el punto de que desplieguen a las fuerzas especiales aquí —dije, sentándome en una de las sillas que había a mi alrededor, clavando mis ojos en el suelo mientras me frotaba las manos con parsimonia—. Bueno... ¿qué hacemos? —pregunté intercambiando una rápida mirada con los presentes—. ¿Nos la jugamos con el hospital? Habrá que descansar un poco y preparar el equipo necesario. Imagino que saldremos mañana temprano, ¿no? —recalqué—. Por cierto, Padre. Si puede encontrar esos planos de los túneles le invito a una birra —esgrimí una sonrisa sardónica. 

Tras la dura transmisión, Dakota bajaba las escaleras furiosa, pero con esperanza, Barrows estaba ahí fuera, vivo, y ella lo iba a encontrar. Podía ser un caso perdido, un maníatico del orden con su mesa de trabajo compartida, y quizás el único tipo que probaba cualquier porquería nueva disponible con la excusa de ser un gourmet de nuevas experiencias, pero era su mejor amigo en esa oficina. Contando que Dakota había vivido para su trabajo durante bastante tiempo, eso le convertía en su mejor amigo a secas. No iba a morir en medio de la ciudad de los muertos. Los pensamientos se agolpaban, cuando escuchó la voz de Roman mientras llegaba a los últimos tramos, hablando con Tyler, cuyas palabras no había podido escuchar, pero entendía por la respuesta del mecánico:

- Ojalá no tengamos que llegar hasta el punto de que desplieguen a las fuerzas especiales aquí —dijo antes de hacer un silencio de un par de segundos—. Bueno... ¿qué hacemos? —preguntó antes de continuar de manera rápida con otra pregunta—. ¿Nos la jugamos con el hospital? Habrá que descansar un poco y preparar el equipo necesario. Imagino que saldremos mañana temprano, ¿no? —recalcó—. Por cierto, Padre. Si puede encontrar esos planos de los túneles le invito a una birra —dijo en tono jocoso. 

Y en ese momento, sus pasos la llevaron junto al resto del equipo. Roman estaba sentado en una silla, Tyler en uno de los bancos, la doctora estudiaba un gran mapa de la ciudad con aspecto de ser de Tyler por las anotaciones con marcadores, y Joshua se pasaba la mano por la perilla intentando pensar.

Tyler asintió al mecánico:

- Si vienen a por vosotros se las darán conmigo, contad con ello. - Dijo asintiendo el mercenario, en un gesto de camaradería.- Creo que el viaje al Hospital puede ayudar a este refugio y nos permitirá reunirnos con otras tropas. Quizás podamos incluso establecer un segundo refugio seguro. Como dijimos, puede que el Gobierno mande gente a limpiar el desastre, pero puede que no y esto esté pasando por todas partes, si es el caso, creo que a todos nos gustaría contar con instalaciones médicas reales. Que tenga que proteger a la Reina de Cor... Perdón, a Aurora, no significa que carezca de visión de conjunto o no tenga miramientos. Yo no tengo inconveniente en comenzar el viaje en un rato tras prepararnos bien, pero ir de día nos ofrecería más opciones, esas cosas son más activas de noche al parecer. - Viendo a Dakota aparecer por las escaleras, levanta una mano a modo de saludo.- Hey, Detective, espero que haya buenas noticias, pensábamos que el novio no quería dejarla marchar. No es que no entienda al afortunado, pero... En fin, me alegro de tenerla de vuelta. - Dijo con una sonrisa alegre.

La detective había regresado de la azotea con el semblante ensombrecido y la rabia relampagueando en sus ojos con promesa de tormenta. Furia e impotencia, dos emociones que hasta el menos perspicaz podía vislumbrar en el rostro de la mujer..., salvo que fuera el sargento Tyler McAbbot, claro. Sin dudas, aquel hombre carecía de un mínimo de empatía o simplemente era un maldito gilipollas. Daba igual. La detective no estaba de humor para eso: había perdido dos buenos compañeros aquel día, muertos horriblemente sin que ella pudiera hacer nada por ellos. La comisaría aún resistía en pie, pero Dakota sabía que estaban complicados. Muy complicados. Y luego lo del capullo de Barrows y...
—¡Cierra la puta boca, imbécil! —exclamó, y se dejó caer pesadamente sobre uno de los bancos. Hundió el rostro entre las palmas de sus manos y se quedó así un largo rato, en silencio, rumiando todo lo ocurrido. La mole verdeoscura (¡Puta mierda! Finalmente lo hicieron, crearon un maldito mutante a lo "Hulk", otra que Marvel...), las interferencias (¿Quiénes?, pero ante todo, ¿por qué?) y... Warren y Euston, recordó.
Estaba agotada y le faltaba el aire. Resopló con fuerza, los dientes apretados, intentando controlar aquel torrente de emociones que la desbordaban. Se incorporó lentamente, abrió los ojos y escrutó las expresiones de los presentes, uno a uno, como buscando algo... Una mirada, una palabra, incluso una mentira, cualquier cosa que le sirviera de salvavidas en aquel naufragio interior. 
—¿Qué novedades tienen? ¿Algún problema? —inquirió. 
Aunque la pregunta estaba implícitamente dirigida al operativo de ExCell, apenas le echó una fugaz mirada. (En aquel momento odiaba al sargento, odiaba lo que representaba y, ante todo, odiaba a quien servía: la maldita Compañía. Tenía algunas preguntas para él, inútiles preguntas... Dakota sabía que no hallaría respuestas en Tyler, pero tampoco las necesitaba. Solo había unido un par de cabos, pero su instinto había hecho el resto. Quizá el aire fresco había ayudado, o su pericia de sabueso para oler lo podrido. Oficio, decía el comisario Herrera.) 
Sus ojos se posaron en la doctora (¿Reina de corazones? Vaya...), en Roman y en el sacerdote. En unas horas sus caminos se separarían, quizá para siempre. Después de atravesar los portones de la iglesia, el padre Joshua quedaría atrás, y los demás recorrerían un camino distinto al de Dakota. 
—¿Todo en orden, Aurora? —se interesó. 
Aquel día había compartido momentos muy duros con la doctora Cahill, y en algún punto habían llegado a intimar. Pero desde la llegada del sargento algo había cambiado, no en la doctora, sino en Dakota. Y la detective deseaba enmendar aquello. Una nadería, era cierto; pero aún así...

La llegada de Dakota interrumpió cualquier comentario que tuviéramos pensado hacer. Si bien, fijándome mejor, su semblante serio no auguraba nada bueno. No parecía que le hubiesen contado algo agradable; al contrario, todo hacía suponer que estaba bastante jodida. Lo sorprendente fue su reacción al chascarrillo de Tyler, quien únicamente buscaba rebajar la tensión en el ambiente, pese a que la broma empleada no fuera la más original u oportuna. "Joder con la detective..." —pensé crujiendo el cuello.

—Eh, eh, tranquila —le dije, levantándome de mi asiento acercándome un poco hasta su posición—. ¿Qué has averiguado mientras estabas ahí fuera? ¿Has podido hablar con tus compañeros? —inquirí, tratando de organizar cualquier dato relevante. No era quizá un tipo muy listo o culto, pero sí que tenía instinto de supervivencia y toda información era poca en estos momentos—. A Tyler le han informado sus superiores y hay varios puntos de la ciudad en los que están trabajando sus compañeros. Algunos están más jodidos, otros menos —le expliqué—. La opción de ir al hospital es la que gana más enteros si queremos investigar sobre lo que ha causado que toda la gente se esté transformando en esas... cosas, aunque el búnker de la comisaría no sería una mala opción tampoco para evacuar a las personas. A no ser que no tengas buenas noticias de lo que ocurre allí... —comenté, mirándola fijamente.

"Como no sea una vía de escape factible, se van a poner peor las cosas" —pensé, rodando los ojos por el resto de la estancia. Hasta que recordé un detalle.

—Ah, parece ser que hay alguien reventando edificios clave para ocultar pruebas que puedan sacar a la luz lo que sea que está ocurriendo aquí... —dejé caer con cierta suspicacia.

Tyler ignoró el exabrupto de la detective, ya que lo interpretaba como la enorme presión bajo la que se encontraba, hasta el punto de malinterpretar un gesto amistoso para romper la tensión. Le hubiera gustado hacer algo más por ella, pese a que no tenía una especial inclinación por jugarse la vida por desconocidos. Le debía el pellejo al mecánico y al sacerdote, por lo que ayudar a Dakota sería como agradecer la ayuda recibida por los otros, sin embargo, tenían que planear cada paso con cuidado. Dedicó una mirada extrañada y algo ofendida a la detective:

- ¿Se puede saber qué he hecho para ofenderte, además de acompañaros hasta aquí? Mira, no sé que idea tienes de mi, pero solo soy un tipo que se dedica a la seguridad, más o menos como tú, pero en otra escala. Ni como bebés, crudos al menos, ni controlo una macroconspiración. Escolto objetivos de alto valor, protejo edificios de oficinas en zonas delicadas, realizo operaciones de rescate de personal de la compañía de zonas de guerra, el trabajo habitual de un contratista militar fuera de las novelas y las pelis de Hollywood. - Se encogió de hombros algo molesto.- Vosotros con vuestras flamantes placas y despachos calentitos salís ahí fuera a atrapar a criminales, rescatar inocentes, y rellenar papeleo aburrido durante horas. No es muy diferente a mi trabajo salvando el riesgo, el sueldo y las millas de vuelo por semana. Acéptalo y podremos ser aliados.

Una vez Roman habló con ella, Tyler añadió:

- Una vez nos comentes cómo va la cosa por el otro lado de la línea azul, podremos elaborar un plan que beneficie a cuantos más inocentes mejor, y que de paso nos mantenga enteros al final del día de mañana. Porque como ya le dije a Roman y ha relatado bien, la cosa ahí fuera ha adquirido un nuevo nivel de "jodida" ahora que hay un grupo desconocido haciendo jugadas como volar el puto Thaddeus Hotel, Dios sabe si para ocultar la muerte de otro Objetivo de Alto Valor que residía allí.