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A la mañana siguiente los enanos se presentaron allí a primera hora. La Fortaleza Piedra de Luna estaba ubicada en lo alto del monte que dominaba toda la ciudad y parte del valle en los alrededores. La construcción había aprovechado las ruinas de la fortaleza de la antigua ciudad. Los nuevos ocupantes se habían encargado de reconstruir los tramos mas débiles y el edificio parecía vivir un nuevo apogeo.

Las puertas se encontraban abiertas y había bastante movimiento. Gentes de diferentes razas entraban y salían atareados del recinto. Algunos probablemente venían a ocuparse de los quehaceres diarios trayendo y llevando provisiones de la fortaleza. Al cruzar las puertas observaron como un pequeño grupo esperaba delante de uno de los edificios de madera. Los guardias les indicaron que aquella era la fila de audiencias con el regente de la ciudad. Bolthur y Cowell se acercaron resignados a esperar. Afortunadamente habían llegado temprano, por que poco después el número de personas que esperaba para audiencia se había duplicado. 

En la puerta observaron como el Capitán de la Guardia de la Ciudad, el enano que les dio el alto el día anterior se acercaba con media docena de hombres custodiando a tres forasteros. Murgledin dejo a los forasteros en manos de dos de lso guardias de la fortaleza y dio media vuelta con sus hombres en dirección a la ciudad. Los dos enanos que ya empezaban a trabar amistad asintieron con un suspiro, no iba a ser agradable volver a encontrarse con aquel individuo. Cuando los tres estuvieron mas cerca pudieron reconocerles de la posada Nentyr.

El primero era un guerrero humano descomunal con una mirada repleta de melancolía. En su túnica y su balsón llevaba la marca de la balanza sostenida por un dragón balnco, claro signo de ser un seguidor de Bahamut. Su rostro asentuaba los rasgos norteños, así como su tamaño, al menos dos palmos mas alto que la media del valle. El segundo era un guerrero eladrin, su armadura adornada con cristales y simbología arcana dejaba claro que era un conocedor de las artes. El tercero era muy dispar a los otros dos. Sus ropajes sencillos y gastados, su armadura mitad pieles y mitad cuero tachonado casi podría decirse que era de confección propia. Su rostro estaba marcado por los rasgos de los salvajes del valle en un ligero tono pardo que revelaba sangre orca. Sin contar con su maraña de pelo sucio que caía por todas partes.

Los tres fueron conducidos por detrás de la gran casa de madera donde se suponía que en breves momentos Faren Markelhay iba emepzar con las audiencias. Los murmullos y cuchilleos entre lso presentes no se dejaron esperar.

En el tiempo en el que viejo Aghar se hubiese bebido dos pintas las puertas de la casona se abrieron. Todos empezaron una lenta procesión en dirección al salón de audiencias, pero fueron detenidos por uno de los guardias que parecía querer decir algo.

-Un momento- dijo en voz alta para acallar los murmurllos -El primer asunto del día es un asunto delicado, y se realizará en privado. El señor Markelhay lo ha dispuesto así. Cuando esto haya sido resuelto los solicitantes darán paso como es habitual. Por favor esperad un poco mas.

Las quejas y las demostraciones de indignación tampoco se hicieron esperar. Pero redoblaron en bullicio cuando el guardia comunicó el final de su mensaje.

-¿Cowell Finbar y Bolthur Loudshield?- dijo en voz alta -Entrad-

Pasamos a la escena: Fallcrest.