Partida Rol por web

Karen, Roger y Chupito salen del hotel. Allí se encuentran a tres mujeres, cada una con un par de maletas

Sali del hotel con gran asombro, dado que no mucho antes todo lo que veia habia desaparecido, me parecio increible que la ciudad volviera a estar donde habia estado siempre, un escalofrio recorrio todo mi cuerpo.

Esto ha tenido que ser un truco visual, si no no le encuentro la logica.

Una vez fuera del hotel y acompañado por mis dos compañeros vimos que en el parking del hotel habian tres mujeres con su correspondiente equipaje, me pare en seco, no sabia como reaccionar, aunque era el botones del hotel realmente me plantee la opcion de decirles a aquellas mujeres que regresaran a sus casas o se dirigieran a otro hotel, pero antes de dirigirme a aquellas mujeres les comente en un susurro a mis compañeros... Parece que vienen dispuestas a alojarse en el hotel... hice un pequeño inciso y continue...¿Deberiamos decirselo?

Chupito estiró de sopetón las dos puertas de entrada al hotel para comprobar que allí estaba lo que debía estar, tal como le había "dicho" el director del hotel. Y además de eso, tres mujeres que miraron extrañadas la forma impetuosa con que había abierto las puertas. Tragó saliva, recuperó la compostura y las saludó con una leve inclinación de cabeza.

Justo entonces llegaron Roger y Karen y se situaron detrás suyo, contemplando el panorama con los ojos estupefactos.

Yo... yo disimularía, les haría pasar y me largaría de aquí pitando, les susurré. Quién sabe si habrá otra oportunidad.

Procuré decir esto murmurando entre dientes, mientras dedicaba una gran sonrisa de recibimiento a las tres mujeres que nos observaban.

Karen estuvo a punto de echarse a reir de alivio cuando de repente, enfrente de Chupito, se abrieron las puertas y pudieron ver el aparcamiento del hotel, pero no tuvo tiempo, porque por encima del hombro de Rafa pudo ver a tres mujeres allí plantadas en la puerta del hotel, con sus maletas.

Karen se adelantó para recibir a las tres mujeres, que los miraban con una cara un poco rara, extrañadas de que hubieran salido de sopetón.

- Bienvenidas al hotel- dijo con una cálida sonrisa. -Mi nombre es Karen, y soy la recepcionista. A mi lado están Roger, el botones del hotel, y Rafael, el barman.

Haciendo un ademán a Roger y Rafa para que la imitaran, se acercó a coger las maletas de las mujeres, mientras les decía:

- En este hotel tenemos como primera regla el bienestar de nuestros clientes y un trato totalmente personalizado. Por eso hemos salido a recibirlas, esperamos que se sientan cómodas durante su estancia. 

Mientras les hablaba, Karen entró de nuevo en el hall con una de las maletas, esperando que los demás la siguieran. Cuanto antes entrasen con las clientes, mejor.

Rafa y Roger murmuraban sobre qué deberían hacer al respecto, ¿avisarlas? ¿comportarse con normalidad?

Karen compuso su mejor sonrisa mientras les decía entre dientes: Dejádmelo a  mi!

Vi como Karen saludaba a las 3 mujeres que habian en el aparcamiento y tambien vio con algo de resignacion como esta a parte de ser amable cargaba con una de las maletas de equipaje, ¡¡¡Como se atreve a hacer mi trabajo!!!.

Me dirigi a las 3 mujeres los mas amable que en aquel momento podia y con una media sonrisa en la cara les dije... Bienvenidas al hotel señoritas. Permitanme un segundo que vaya a por el porta maletas y enseguida se las entro. Entre en el hotel y sali enseguida empujando un porta-maletas, pidiendo permiso a cada una de las mujeres cargue sus equipajes y las invite a que me siguieran... Me acompañan porfavor.

Chupito contempló atónito la jovial bienvenida que Karen les brindó a las tres huéspedes. Esto sí que es una recepcionista, pensó.

Después se mantuvo a un lado mientras Roger hacía su trabajo, esperando que aquellas mujeres no se preguntasen qué hacía el barman del hotel saliendo a recibirlas. Vió cómo las tres entraban dentro del hotel siguiendo el carrito de las maletas y, cuando se quedó solo, miró a su alrededor. Ahora tenía la oportunidad de salir corriendo, ir a la carretera, hacer autoestop y desaparecer de aquí.

Tras unos segundos con la mirada fija en el horizonte, se volvió lentamente y caminó hacia el hotel. Qué más da. Seguro que si él quiere, no escaparía jamás. Comenzó a temblar recordando aquel vacío... Había tardado en darse cuenta pero ahora lo tenía claro. Esto no lo solucionaremos huyendo.