Partida Rol por web

Siggy había avistado las ciervas al gesto de Jakob y esperaba en total silencio a que el cazador hiciera su movimiento, habían tenido tanta suerte de localizar una presa de aquel tamaño apenas empezada la cacería, aquello debía ser por fuerza un buen augurio.

Entonces escuchó el grito de Brunhilda y su torpe carrera entre la maleza con las hachas en la mano y quedó petrificada. ¿Pero que parte no había entendido?, si precisamente estaban andando en fila como patitos era para que los más torpes no ahuyentasen a los animales y Jakob tuviera alguna opción de disparar con ventaja. Las hachas estaban muy bien para la batalla, pero como pretendía acercarse a diez metros de una presa haciendo el mismo ruido que una morsa era algo que a Siggy se le escapaba.

Tal vez lo que más convenía era encontrar un lugar para establecer un campamento y reasignar los roles, la caza era una actividad que requería paciencia y podía entender que Brunhilda se aburriera pero con aquellos gritos y aquellas carreras acabarían volviendo a la aldea con las manos vacías.

Jakob se habia preparado como siempre.

Abriendo las piernas y flexionando las rodillas ligeramente para acompañar el movimiento de los brazos cuando soltara la cuerda...

Tenía ya la flecha en el reposaflechas, cogió aire, hizo apnea, tensó la cuerda y....

De repente escuchó a Brunnilda dando alaridos como un cerdo cuando lo desollan. 
No se lo podía creer... Skade los había bendecido con 2 piezas con las que podían haber alimentado a toda la tribu esta noche...

No podía esperar más. Tenía que disparar ahora o los venados huirían como alma que lleva el diablo...
Tensó de nuevo la cuerda y disparó...
Qué Odin guie esta flecha....

Erik se mantenia en silencio mientras andaban, ante el gesto de Jakob tardo un instante en recordad lo que significaba pero al hacerlo se arrodillo y se quedo tranquilo, guardando silencio y viendo a aquellas posibles presas, era eso lo que habian acordado.

Cuando escucho y vio a Brunhilda decir y hacer algo parecido a lo que el mismo planteaba no pudo mas que sonreir e imitarla, pero con un movimiento hacia el lado contrario que hubiese partido la herrera.

Al ver aquel espectaculo de la vikinga cargando contra los venados y haciendo el mismo su propio ruido el carpintero no pudo mas que soltar una risa por lo bajo, sacar sus hachas e imitar a la herrera, lanzando una de sus hachas a la presa mas cercana y corriendo tras las ciervas.

Aslak, en afán de intentar no ser una molestia en la caza siguió a Jakob con todo el sigilo que pudo detrás de Ròta y se detuvo cuando se lo pidió alcanzando también a ver a las ciervas.

Apoyando la mano en el hombro de Ròta la apartó ligeramente para adelantarla y tener mejor visión, sin despegar la mirada de uno de los animales. Escuchó a un lado a Brunhilda armar tremendo estruendo seguida por Erik, pero apenas les dirigió una mirada de reojo para tratar de no desconcentrarse. Tomó un buena bocanada de aire, las ciervas se habían asustado y comenzaron a huir.

El Skald se rodeó la garganta con una mano y comenzó un extraño y profundo canto que sonaba similar a un instrumento de cuerda. Su voz se propagó entre los árboles, incluso por encima del escándalo de la herrera, pero aparentemente en mucha mayor armonía.

Todos pudisteis ver como una de las ciervas reducía su ritmo de huida y comenzó a trastabillar torpemente hasta caer finalmente aparentemente desmayada.

Exactamente como lo veíais estaba pasando. La herrera hizo gala de su frenesí guerrero lanzándose al combate en cuanto pisó una rama. Erik iba detrás, siguiendo e imitando a Brunhilda, pero parecía más diversión que propiamente un ataque. Ambos lanzaron sendas hachas que, entre la maleza y la distancia, no podían dar en el blanco a menos que Thor las lanzara con su fuerza.

Ambas ciervas ladearon las orejas, escucharon los crujidos y cuando se lanzaron al ataque, una flecha pasó cerca de ellas sin impactarlas, perdiéndose entre la maleza. Alaridos y gritos. Con una ágil maniobra las ciervas se pusieron a la carrera saltando un muro de helechos, dejando atrás a los humanos que las acosaban hasta que el sueño hizo mella en una de ellas que cayó rendida al suelo, mientras su compañera se alejaba internándose cada vez más en el bosque.

Siggy estaba furiosa. Furiosa con sus compañeros por no respetar las sencillas reglas que se habían marcado para tener éxito en la caza y furiosa consigo misma por no haber sabido imponer al grupo su liderazgo y mayor disciplina. Ya iba a dar por perdidas a las ciervas y a punto estaba de volverse para recriminar a Brunhilda y Erik por su actitud cuando algo extraordinario ocurrió.

El joven bardo Aslak comenzó a cantar y de su boca salió una armoniosa melodía que pareció inundar el bosque y una de las ciervas trastabilló y se derrumbó como tocada por el manto del sueño. Sobreponiéndose a la sorpresa Siggy abrazó la oportunidad y se lanzó a la carrera para aproximarse todo lo posible a la cierva con su arco de caza en la mano. Preparó una flecha y respiró profundo para que el latido de su corazón acelerado no interfiriera en su disparo, tensó el arco en un instante que pareció eterno y disparó.

Antes de que pudiérais reaccionar Siggy vio la oportunidad que os habían brindado los dioses por medio de Aslak.

Inmediatamente sacó una flecha la colocó en la cuerda, levantó el arco y disparó susurrando una plegaria inaudible a los dioses.

La cierva se levantó en cuanto pasó el efecto, y cuando la flecha la alcanzó, saltó por instinto adentrándose en el bosque mientras dejaba tras de si un rastro de sangre y ramas rotas.

Todo se precipitó de repente. Y todo mal... Cuando estuvieran en el campamento tenían que hablar de esto. Las partidas de caza eran un tema muy serio y tenía claro que no le habían hecho ni caso a sus indicaciones. Aquí cada uno iba por su cuenta y así tardarían poco en acompañar a sus padres muertos. Mas pronto que tarde...

Se concentró de nuevo en las ciervas y volvió a prepararse para un segundo disparo. Esperaba que esta vez sí acertara.

En caso contrario, aún podría disparar un tercer disparo, pero ya sería casi imposible... su experiencia se lo decía. El primer disparo es el certero, el segundo puedes tener suerte e impactar. 

El tercero era un regalo de los Dioses si se conseguía.

3,2,1... y la primera flecha y la segunda volaron....

             No sabía si era peor que la hubieran regañado por su error o que nadie hubiera dicho una palabra hasta ahora, pero no iba a dejar de correr aprovechando su energía para caer sobre el venado herido antes de que se le ocurriera escapar en silencio tras el ridículo hecho frente al resto mientras que de camino recogía sus pequeñas hachas lanzadas del piso

Erik sonreia de oreja a oreja, no sabia si le divertia mas ver a Brunhilda, correo por el bosque o imaginar el cabreo que tendrian Jakob y Siggy, cuando escucho la voz Aslak se sorprendio y a lver al venado caer dormido apunto su carrea hacia alli, pasando a recoger su hacha "perdida" por el camino, sabia quen o llegaria, claramente la herrera era mas rapida que el, pero ninguno de los dos locos del bosque eran mas rapidos que las flechas y asi se vieron superados por 3 flechas, poco le importo simplemente continuo su carrea sin decir palabra.

Al ver que la primera flecha de Jakob fallaba, la völva siseó enseñando sus dientes, como quién se hace algo de daño. Por poco, pensó con lástima, viendo que la cacería se había visto perjudicada por los actos de un par de personas.

Entonces sintió la mano del skald y cómo la apartaba suavemente para luego entonar aquel místico cántico. Róta lo miró absorta, pues era como si un instrumento de cuerdas vibrara en la garganta del joven mientras miraba a las ciervas que la herrera y Erik habían espantado. Como hechizada por la voz de Aslak, uno de los venados cayó en un breve sueño y la völva ladeó la cabeza como si intentara entender lo sucedido, antes de mirar con curiosidad al skald y sonreír sutilmente.

Su prima no tardó en hacer acopio de su frustración e ira -y no la culpaba- para herir a la cierva antes de que se despertara y huyera con sus hermanas, y Jakob unió sus silbantes saetas a las suyas, aunque sólo Siggy pareció dar en la diana.

Ahora tocaba seguir el rastro de sangre y darle una muerte rápida y piadosa al animal, o eso pensaba Róta, que esperaba que Siggy y Jakob llegaran antes que los demás, confiando en que actuarían debidamente. Mientras, ella seguiría al resto en la retaguardia, pues poco más podría aportar en la caza.

Siggy lanzó un grito de rabia y triunfo cuando su flecha impactó en la cierva, sin embargo, el animal dio un saltó y salió corriendo herido y todo. La hija del jarl se volvió hacia Aslak para felicitarlo por su "truco".

- !Bravo, skald! No se como lo has hecho pero ha resultado, ¿puedes hacer lo mismo con los hombres?, se le ocurrían por lo menos un par que estarían mejor echando una siesta.

- ¿Has visto eso Jakob?, ¡le he dado!, había sido sin duda un tiro afortunado, de esos que solo sale uno de cada cien, pero lo cierto es que la cierva estaba herida y tenían la opción de seguir su rastro entre la maleza, bueno tal vez Jakob pudiese, pues su habilidad para seguir rastros era bastante limitada, por no decir inexistente.

Se acercó corriendo al lugar dónde había estado la corza y al que Brunhilda y Erilk también se habían dirigido tras su frustrada carrera, su afilada lengua dispuesta a despacharse a gusto con los dos trasgresores, pero le pareció que no era momento de recriminaciones.

- Chicos, guardad algo de energía, es posible que nos queden horas de perseguir a esa cierva antes de abatirla, y para la próxima vez, mantened silencio, si no fuera por Aslak hubiéramos perdido la presa, dijo intentado aleccionarles sin ser demasiado dura.

Después se dirigió a la herrera en voz más baja, para que solo ella pudiera oirla.

- Con ese grito que has dado no te querría tener enfrente en el campo de batalla, si hubiera sido un jabalí en lugar de un corzo seguro lo hubieras asustado, dijo intentando bromear con ella para animarla, venga sigamos, intenta no ser tan ruidosa para la próxima...

Después comenzó a examinar el terreno que había transitado la cierva, con cuidado de no tocar nada y arruinar alguna posible pista mientras esperaba que se les uniesen Jakob y los demás, tal vez, con la ayuda de los dioses, podrían seguirle el rastro al animal y llevar algo de comida a la aldea.

        - ¡Muchas gracias Siggy por tus palabras!    Tal vez después de todo debo comenzar por reconocer mis propios límites para no afectar la formación de esta parvada de patos y tu puedas ser una buena líder par esta formación -          Responde Brunhilda aun sonrojada y con la cabeza baja molesta por su propia torpeza, sin embargo, pronto quita de su cabeza esas ideas gracias a las palabras de apoyo de la joven Olafsdottir, entonces se acerca hacia el Mirlo para abrazarlo efusiva, levantándolo del suelo a pesar de ser un poco más baja que él mientras que le dice:

        - ¡Muy bien hecho compañero de cacería!     Pero mejor no te atrevas a hacer conmigo ese truco -    Dice Brunhilda el ultimo comentario con un susurro al oído del chico que de inmediato soltó y le cerró el ojo antes de caminar hacia el joven Pedersen para decirle un poco menos apenada que cuando habló con Ziggy:

       - Perdón por no seguir al pie de la letra tus indicaciones Jakob, sinceramente pensé que para ser de utilidad al grupo en la cacería yo debía rodear y acercarme un poco para estar en alcance de atacar con las hachas, pero cortar la vía de escape de los animales, solo que no conté con no poder ser más silenciosa ... ¿Cómo crees que pueda ser de más ayuda en adelante? -      La joven pelirroja terminó de hablar para escuchar con suma atención al más experimentado del grupo en la cacería ... lamentando la ausencia de la más experimentada, pero reconociendo que en este momento el pato guía de la parvada era el joven Pedersen para continuar de inmediato la persecución del venado herido

Al ver como cayó la cierva Aslak fue bajando poco a poco el tono hasta dejar de cantar, cuando vio a Siggy adelantarse con velocidad y acertando de pleno una felcha a pesar de la larga distancia, lo que hizo que se le dibujara una sonrisa de satisfacción. Al menos habían logrado solventar el error Brunhilda.

Ante la felicitación de Siggy el muchacho se acarició la nuca honrado. - ¡Tampoco ha estado mal tu tiro! - dijo animado devolviéndole el cumplido. - y sí, puede afectar a quien quiera... pero no creas que siempre funciona, lo del ciervo fue un golpe de suerte. 

Le sorprendió que nadie riñera a Brunhilda especialmente por parte Siggy y él, al menos, no podía dejarlo pasar, se iba a disponer a acercarse cuando se encontró que era ella la que iba hacia él. Nunca hubiera esperado lo que hizo la mujer y no fue capaz de reaccionar, le abrazó, le levantó en peso y aun le susurró unos ánimos al oído. Se quedo paralizado, completamente estupefacto, sin entender el entusiasmo de la muchacha y porque se lo dedicaba a él.

Por fortuna siguió su camino para hablar con Jakob, dejándole tranquilo, pero al escucharla Aslak fue incapaz de morderse la lengua, cabreado - ¿No haber seguido al pie de la letra? no hiciste absolutamente nada de lo que se pidió y lo estropeaste todo, que yo lograra dormir a la cierva y que Siggy acertara el disparo fue pura suerte, para solventar TUS ocurrencias. ¿te digo que tendrías que hacer la próxima vez? seguir las ordenes, es la única manera de poder trabajar unidos. - le encaró, visiblemente molesto, algo que era raro ver en él siempre dado a evitar conflictos. - No pienso estar cuidando de críos que se piensan que esto es un juego, a la próxima zancadilla por una estupidez te aseguro que contaré la historia de hoy y no seré benevolente. Si dijimos seguir a Jakob, espero que lo hagamos, TODOS. - Remarcó con segundas. - Preferiría volver antes de que llegue la noche con alguna captura antes de que una manada de lobos o algun oso decida que nosotros podemos ser una buena cena.

        - ¡Muchas gracias el Mirlo por tu opinión sincera! ... Aunque también con sinceridad yo no te la había pedído antes.     Yo he reconocido mi error y he prometido no volverlo a cometer tras haber tenido mi primera experiencia de cacería.      ¡Pero si tu estéril amenaza afecta más mí ya muy afectada reputación Aslak puede ser que los espíritus no solo me afecten a mí ruiseñor encantador! -     Responde Brunhilda primero sonrojada y evidentemente apenada, pero de golpe y cuando el chico rebasó cierto límite del que tal vez ni siquiera él fue consiente o tal vez sí y entonces se expuso deliberadamente a la reacción molesta de la testaruda herrera quien con un poco de esfuerzo controló a tiempo su temperamento intimidante para terminar por decirle:

         - Si realmente prefieres volver antes de que llegue la noche con alguna captura, para que una manada de lobos o algún oso no decida mejor que nosotros podemos ser una buena cena; será mejor que nos concentremos en trabajar unidos y paremos ya esta diferencia que no nos lleva a ningún lado, como ha pasado antes con Siggy y Heidrun lo que ya nos hizo ser 2 menos en nuestro grupo.

La völva se sorprendió cuando Aslak reprendió severamente a la pelirroja, y no era para menos a su entender. Sin embargo, lo que hizo fruncir el ceño a la hija de Urd, fue la velada amenaza de la herrera mencionando a los espíritus, independientemente de a quién se la dirigía.

Normalmente Róta no se entrometía en los asuntos o discusiones ajenos, prefiriendo pasar desapercibida o manteniéndose al margen. Y, no obstante, esa vez no pudo callarse: —Somos dos menos porque fueron requeridos para otros asuntos dentro del clan— dijo sin atisbo de emoción en la voz ante el comentario de la herrera, queriendo aclarar por qué no estaban con ellos Heidrun y Sigurd, incluso puede que prescindir de la cazadora fuera para ponerlos a prueba al no contar con esa ventaja —. Y...— clavó sus ojos casi felinos en los de la pelirroja —te ruego que te limites a las armas y dejes a los espíritus en paz, Brunhilda, sobre todo si es para amenazar a otros miembros del clan— le dijo muy seria. A fin de cuentas, ella era la aprendiz de völva y aquel su dominio, del mismo modo que Róta no iría a trastear en su forja aunque conociera las runas.

Luego ignoró a la herrera, limitándose a seguir a Jakob y a Siggy sin perder más el tiempo, esperando que el tema se diera por zanjado al fin y pudieran regresar al hogar sin las manos vacías.

            - Estás segura Rota de que ese par nos dejó solamente porque así fue requerido nuestra joven aprendiz de volva porque los espíritus te lo han dicho o porque así te ha parecido a ti? -      Responde Brunhilda a Rota con respeto, curiosidad y cierta inocencia hasta que la joven le clavó la mirada, entonces le aclaro su confusión para que no malinterpretara ella o alguien más sus palabras como parte del karma:

             - Por supuesto que seguiré involucrada con las armas y los espíritus cuando use las runas en ellas, pero para nada intenté amenazar a el Mírlo o a alguien más de nuestro grupo hasta ahora porque no nos quiero afectar de ninguna forma, solo que mi breve experiencia con los espíritus me indica que no solo ellos tienen sus propios planes, sino que cuando dañamos deliberadamente a otros de maneras poco honorables como por medio de chismes u otras estrategias de Loki ... Tarde o temprano los espíritus te devuelven esa mala intención de una peor manera en el peor momento -     Termina por decir la joven y pequeña herrera pelirroja mientras que comienza a tratar de ayudar al grupo a rastrear el camino de sangre y el rastro del otro par de venados de ser posible, esperando que la polémica se termine, sin tener miedo a la misma

- Basta ya!!!!... Bramó Jakob.

- Estamos de caza, ya está bien de cháchara. Cuando montemos el campamento será la hora de hablar de todo esto. No ahora. Si hubiera alguna pieza más por la zona, con vuestros cotorreos estaría ya a varios kilómetros de distancia de aquí...

Dicho esto, Jakob observó las marcas de sangre en el suelo. Eran claramente visibles...

Erick simplemente avanzaba ignorando al grupo, dirigiéndose al punto donde el creía haber visto a la cierva recibir la herida, buscando cualquier salpicadura de sangre que le permitiera comenzar el rastro, pero todo aquel follaje se lo impedía, veía mucho verde y mucho marrón, pero nada de rojo, mientras se agachaba y rebuscaba escucho la que monto el cantante que rogaba a volver por la noche, qué iluso, se notaba que nunca había salido, las partidas de caza nunca eran de un día y si le temía a unos lobos o un oso, claro estaba que esos no eran los mayores peligros que acechaban en aquel bosque.

Enfundo una de sus hachas y se mantuvo agachado y alerta a las posibles instrucciones de Jakob.