Partida Rol por web

Como todos los demás Siggy quedó paralizada, primero por la reacción de Rôta a la aparición del cuervo, después por el aullido del lobo y la irrupción de dulce melodía. Aquella música le traía recuerdos de los juegos de infancia junto a sus hermanos frente al calor del fuego del hogar y se sintió inundada por un sentimiento feliz pero al mismo tiempo lleno de melancolía.

Por si la canción no fuera de por sí extraña e inquietante, había sido precedida por la aparición del cuervo y el aullido del lobo, ambos habituales mensajeros de Odín, el Padre de Todo, que habían interrumpido la ofrenda que estaban a punto de realizar. Eminentemente un mensaje de los dioses que no parecían satisfechos con su proceder.

Mientras Jakob seguía a lo suyo despiezando el animal, Siggy se acercó a Röta con cierta discreción para susurrarle unas palabras.

- ¿Qué ha sido eso Röta?, ¿acaso hemos ofendido a los dioses?, parece un mal augurio...

Finalmente Jakob acabó de dividir el animal en partes y planteo la pregunta que les rondaba a todos la cabeza, ¿debían volver a la aldea con su preciada carga o internarse en el bosque a la busca de la melodiosa voz?.

- La prudencia me dice que volvamos a la aldea con nuestra presa, pero yo también quiero saber de dónde procede esa voz misteriosa. Jakob, hablas de una mujer, pero esa voz se siente como algo sobrenatural y todos habéis visto los signos que han precedido a su aparición.

- Skald, ¿conoces alguna leyenda que hable de una misteriosa mujer que canta en los  bosques?, dijo dirigiéndose a Aslak. 

No le entusiasmaba la idea de desmembrar en animal allí mismo, pero si era lo que quería el resto no dudó en ayudar en lo posible tirando de la cuerda para atarlo al arbol y luego sosteniendo el animal para que tando Jakob como Siggy pudieran realizar mejor los cortes. Aunque por su cara no parecía estar disfrutando precisamente, se mantuvo apartando en lo posible su cara arrugando la nariz.

Ante la presencia del cuervo, la reacción de Róta y el canto posterior, Aslak frunció el ceño consternado mientras escuchaba la nana de la mujer, reconocía la canción, su madre también se la cantaba cuando apenas era un niño y la había escuchado en otras ocasiones, por las mujeres de las aldeas en las que pasaba, incluso él mismo la había cantado en alguna ocasion para calmar los llantos de un niño. Pero nunca le había afectado tanto, le transportó junto a su madre y eso le encogía por dentro.

Se quedó abstraído acunado por la canción sin mirar a ningún punto concreto, mientras Jakob continuaba incansable con su trabajo y el resto buscaba respuestas,  hasta que Siggy le preguntó directamente, a lo que el Skald reaccionó con un ligero sobresalto y asintió pensativo. - No es un canto cualquiera...

             - ¡Muchas gracias, Jakob por darme alguna tarea que consideres hasta yo pueda hacer nuestro líder!   Aunque no tenga experiencia desmembrando al animal, pero si con el hacha, siquiera alguien pudo tomarse la molestia de negar mi propuesta de llevarnos de inmediato al animal a la villa para hacer su sacrificio a Skadi y el desmembramiento de la presa allá! -                 Responde Brunhilda con toda la sutil ironía que pudo controlar su limitada inteligencia emocional por el enojo que le provocaba que olímpicamente Rota, Siggy y Jakob ignoraron, sino que, además le asignaron la tarea de guardar que nadie se acercara para no estorbarles, entonces tras bufar un poco molesta, respira hondo, se serena y susurra mientras que comienza disciplina da a hacer guardia atenta

           - ¿También podrían explicarme por favor, porque razón era tan urgente hacerlo aquí mismo, retrasando nuestra estancia en un lugar del cual hemos atraído por la sangre del animal y el ruido posibles depredadores como lobos u otros aún peores? -        La joven pelirroja evita continuar mostrando su desacuerdo y se une al grupo con fé al comenzar su rito la joven volva y en el preciso momento sin dejar de hacer guardia también dice:

          - ! Agradezcamos a los dioses por habernos sido propicios... ! -  Tras decir junto al resto el rito la herrera errante como los otros reconoce el canto misterioso y el aullido relativamente cercano, entonces Brunhilda responde ante la propuesta sorprendente de Jakob de seguir a es misteriosa voz dentro del bosque a pesar del aullido, entonces negó con la cabeza antes de decir segura:

         - Antes de distraerse con cualquier fantasía tenemos responsabilidades más importantes amigos, debemos regresar a la villa con nuestra presa para que nuestro pueblo tenga comida para los siguientes días -     La joven pelirroja toma la porción del animal que le toca y la carga, esperando que Jacob los dirija de camino hacia la villa

Aún se estaba sujetando el vientre dolorida cuando su prima se le acercó. Róta la miró preocupada y le habló en confidencia: —El cuervo, quiere la presa, pero... cuando giró la cabeza, he sentido su ojo lechoso, blanco como la nieve, atravesar mis entrañas. Eso me dice que esa canción es un lamento— susurró —. No creo que debamos hacer el sacrificio, pero tampoco podemos eludir este llamado.

Miró a Jakob, luego al cuervo y de nuevo al arquero —Deja algo para él— dijo sombría.

Su prima le preguntó algo en confidencia y, aún sujetándose el vientre, Róta le contestó en susurros, bastante preocupada.

En cuanto a Brunhilda, la völva suspiró —Ya no importa, pero lo ideal es hacer el sacrificio donde el espíritu del animal ha abandonado su ser, como muestra de respeto a la presa y para que su hugr se vincule al mismo sacrificio— explicó.

Róta no cogió la carne que Jakob había dividido en porciones para que cada uno portara una parte, observando en la lejanía, intrigada por aquel lamento en forma de canción de cuna.

—Debemos ir...— murmuró finalmente, girando la cabeza hacia el resto —Ignorarlo podría tener consecuencias— volvió mirar al cuervo —. Los presagios deben ser escuchados.

Siggy asintió a las palabras de Röta.

- No te preocupes, eso haremos..., asintió, antes de dirigirse a Jakob y al resto del grupo.

Tras unos segundos pensativo y tras escuchar al resto, se cruzó de brazos negando con la cabeza. - Hay leyendas que hablan de las ninfas, hijas de los elfos, hermosas mujeres que habitan en lo más profundo del bosque y buscan atraer a los hombres para reproducirse y utilizar sus cuerpos de alimento, es común que canten canciones tristes. - suspiró y levantó la mirada al resto. - Ya sea una ninfa o espíritu.. ¿Estamos seguros de acudir en su encuentro? Si la acompaña un lobo tampoco es alentador. Creo que los guardianes del bosque mejor no perturbarlos ... Pero puede que ya lo hayamos hecho cazando en su territorio y como dice Róta tal vez pueda tener consecuencias...

Se movió de un lado a otro intranquilo e indeciso. - Si la vólva nos dice que vayamos... Tal vez deberíamos ir... Pero, por favor, id con mucho cuidado... - Dijo, contradiciéndose a sí mismo instantes antes pues realmente su instinto le gritaba volver a la aldea cuanto antes.

            - Después de todo el cuestionamiento que han hecho porque accidentalmente espanté a los otros venados de la caza ahora resulta que cuando atrapamos a uno de ellos nos distrae un espíritu sobrenatural del bosque que podría atraernos con su lamento para atraparnos en su territorio para alimentarse o alimentar a los lobos con nosotros.     ¿En serio están pensando ir a ver qué pasa? -     Cuestiona desconcertada Brunhilda a sus recientes camaradas de cacería, indecisa si reírse, reclamarles o ignorarlos e ir de regreso a la villa

Róta miró con seriedad a la pelirroja, aunque cierto que las palabras de Aslak la inquietaron, la völva sentía que no debían ignorar las señales.

—En los huesos vi que está prueba sería algo inusual. Si tú prefieres ignorarlo, adelante. Mi condición no me lo permite— sentenció. 

Y, sin esperar más, empezó a andar hacia el lugar de donde provenía la nana.

          - No sé a qué horas viste los huesos, pero aunque la prueba ha sido inusual Rota, eso no significa que por ello tú debas llevarnos a nosotros a un peligro desconocido para satisfacer tu curiosidad al tratar de interpretar tus visiones! -       Brunhilda le devuelve también con seriedad la mirada mientras que se planta para responderle a Rota, sin dejar de mirar de reojo al resto para reconocer sus reacciones,antes de terminar mirando atenta a la hija del líder de la tribu con respeto

          - Sin embargo aprendiz de volva me parece que eso no lo deberíamos decidir tu o yo, sino nuestra líder tras escuchar nuestras opiniones, así que por favor Siggy demuestra un poco de sentido común para tomar decisiones para todos nosotros, ya que yo no tengo problema alguno por acompañarlos en la aventura si antes de seguir a esa misteriosa dama que planeamos cómo vamos a reaccionar si nos preparan una emboscada -

La joven se detuvo al escuchar a Brunhilda. Empezaba a estar ya harta de sus idas y venidas, así como de sus sinsentidos y su agresividad cada vez que alguien hacía o decía algo que no le gustaba.

—No es curiosidad— replicó sin mirarla —. Mi deber es interpretar las señales y designios de los Aesir y los Vanir, así como de los espíritus... que mucho te jactas de ellos y de las runas, pero bien los ignoras cuando te conviene, incluso menospreciando a quién puede darles voz o escucharlos— se giró para mirarla de frente —. Siggy está de acuerdo conmigo, pero no me sorprende que ignores mi postura o la cuestiones aunque este sea mi campo, cuando ni siquiera fuiste capaz de obedecer o seguir a Jakob durante la cacería aún habiendo decidido todos que él lideraba entonces.

Luego miró al resto —Yo voy a ir, quien me acompañe bienvenido sea— y sus ojos felinos volvieron a posarse en la herrera con frialdad, antes de volver a darle la espalda.

A fin de cuentas, Róta había crecido al margen del clan, sola con su madre, aventurándose en solitario en el bosque en más de una ocasión. Por eso tenía más miedo a ignorar al cuervo que a seguir el canto.

Erik era reservado y como además era uno de los mas pequeños decidió permanecer callado y obedecer a Jakob, que era quien sabía lo que hacía.

Tras el titubeo inicial y sobreponerse a algo tan raro, la canción le sacó una lágrima que supo ocultar rápidamente tras una disimulada mota en el ojo.

No le temía a los hombres, pero a los espíritus... y la única que sabía dfenderse de ellos se adentraba en el bosque.

Sin decir palabra Erik siguió a la joven Völva con su hacha preparada.

Siggy levantó la mano solicitando silencio, había querido esperar que cada uno diera su parecer antes de tomar una determinación, pero como venía siendo habitual un poco había bastado para que dos de ellos se enredaran en una confusión.

- Suficiente, dijo Siggy, nuestra volva ha hablado, los presagios no pueden ser ignorados. Ocultemos la carne y coloquemos encima algunas rocas pesadas para que ni los lobos ni otros animales puedan devorarla y vayamos a ver de dónde procede esa voz.

Ella misma procedió a envolver la carne en pieles y buscar una pequeña ondonada al pie de un abedul para esconderla, cubriéndola después con piedras.

 - Por favor, Brunhilda, échame una mano con estas piedras, tú que tienes más fuerza de ninguno de nosotros.

Aprovechó la proximidad de la herrera para colocarle una mano amistosamente en el hombro, mientras le decía.

- Brunhilda, no te sientas mal, si se trata de caza, escuchemos a Jakob, si de canciones a nuestro skald, cuando se trata de espíritus a Röta..., estoy segura de que llegará tu momento también. Vamos, no nos retrasemos!

Con estas palabras Siggy comenzó a andar para alcanzar a Röta y Erik que ya se les habían adelantado.

         - Que yo te cuestione abiertamente tu interpretación de las señales y designios Rota no quiere decir que te menosprecie a ti o a tu ámbito, así como que en su momento haya llamado la atención de los ciervos intentando seguir y cubrir al grupo que dirigía Jakob, tampoco quería decir que yo quisiera faltar el respeto a su experiencia como cazador -     Le responde Brunhilda cuando cruzan la mira de frente, respetuosa, pero sin amedrentarse, sin embargo la herrera, hace Mutis un momento, reflexiona y le dice con un tono un poco más conciliador termina por decirle mientras que le da la espalda:

          - Así como no me tomé a personal el que me dijeras hace unos minutos que me limitará solamente a las armas te pido que lo consideremos solo un momento, pero si estás tan segura de pasarnos por el bosque detrás del espíritu que debes reconocer siquiera que nos ha dado un mensaje ambiguo, te seguiré mientras que Jacob revise que no vayamos directamente a una trampa en el camino -       Tras ver cómo Erick armado y en silencio sigue a Rota sin vacilar, entonces la herrera pelirroja escucha otra vez a Siggy mediar y tratar de poner límites entre las chicas asignándole otra tarea sencilla para convencerla, así que en este punto no chista Brunhilda más y le responde tras terminar de escuchar la atenta le responde:

           - Está bien, haremos lo que indicas jefa, quiero decir Siggy, aunque no solo soy una burda y terca mujer armada.    !Por supuesto que pueden contar conmigo en ese aspecto si así puedo contribuir! -      Responde ecuánime Brunhilda mientras que organiza un nicho con las piedras grandes y pequeñas para proteger y resguardar la carne recolectada antes de seguir  a la pareja que se adelantó con Jacob, el cazador que tal vez debería ir por delante del grupo, esperando no arrepentir se más adelante por seguir la decisión de la mayoría 

Por fortuna Siggy puso orden zanjando la discusión, algo que agradeció Aslak. Le sorprendía gratamente que estuviera manejando con tanta mano izquierda los problemas hoy cuando apenas horas antes tuvo la tremenda pelea con Heidrun, se notaba que se estaba esforzando por liderar al grupo a pesar de las diferencias entre todos. 

Esperó a medio camino que terminaran de ocultar la comida, atento de cualquier peligro que las pudiera acechar mientras trabajaban. Al terminar les indicó con un gesto que les siguieran y se acercó a Róta para caminar a su lado. - Te seguimos ciegamente... - Le dijo en un susurro, con una leve sonrisa. - No hay mayor muestra de confianza que la nuestra, vólva. - Dijo con intención de animarla, pero realmente él estaba visiblemente intranquilo atento a cualquier pequeño movimiento o señal de peligro. 

La canción, tras unos minutos, volvió a repetirse. A medida que os adentrabais cada vez más en el bosque os disteis cuenta que os acercabais cada vez más a las montañas, como la predicción de Róta en la aldea. La voz que la cantaba era melancólica pero firme, no suave y engalanada, como aquellas que cantaban los skalds a las mujeres cuando querían cortejarlas. No parecía que se estuviera cantando para atraeros, mas bien se cantaba para otra persona. 

Cuando parecía que os habíais perdido, la canción volvía a sonar, cada vez con mas fuerza, hasta que llegado a un punto, era como si la tuvierais al lado. Los árboles del espeso bosque habían cambiado casi sin daros cuenta. Los abedules, hayas y robles habían cambiado poco a poco por pinos y abetos. EL camino cada vez se inclinaba más y costaba subirlo. La luz se hacía cada vez mas escasa, pues la sombra de las montañas, junto a las agujas de pinos y abetos atrapaban la escasa luz que llegaba hasta el suelo, como intentando atrapar un atisbo de vida en la opresora oscuridad reinante.
A pesar de estar acabando el verano, la nieve comenzaba a verse en montones por el suelo y en las rocas. El aire formaba columnas de vaho a vuestro paso debido al esfuerzo de subir y el frío se notaba en la piel desnuda. 

Sin daros cuenta habíais subido mucho. En un claro entre ramajes, subidos a una enorme roca, podíais atisbar el mar que serpenteaba a través del fiordo que conducía hasta vuestra aldea, viéndose lejano y pequeño.

La canción dejó de oírse y el bosque quedó en silencio. Nada se movía, nada hacía ruido. Incluso os aventurabais a decir que el viento no soplaba por miedo, o respeto.

-¿Acaso sois vosotros aquellos que Harbardr* manda para acabar con mi dolor?-. La voz, o mas bien las palabras os pillaron completamente desprevenidos, pues era la misma voz, melancólica, firme, teñida de agotamiento y tenacidad la que cantaba y ahora os hablaba.
-Odín no hace favores en vano. ¿Qué precio habéis pagado por venir hasta aquí?-. 

Subidos a la enorme roca desde donde podía verse vuestro fiordo, solo la oscuridad os rodeaba. Una luz blanquecina, que pensabais era el reflejo de un cúmulo de nieve, comenzó a expandirse y crecer hasta convertirse en dos alas de pájaro, lechosas y blanquecinas como el humo y la nieve, que iluminaban un repecho de roca dura que se adentraba en las montañas. La enorme roca se había transformado, con la luz, en la entrada de una enorme cueva excavada en un olvidado y recóndito lugar de la montaña. 

Las blanquecinas alas iluminaron la roca y los árboles que os rodeaban, mas no pudo penetrar en la cueva que había detrás, pues una oscuridad malvada lo impedía.

Cuando vuestros ojos se adaptaron a luz pudieron distinguir una figura de mujer, alta y orgullosa, con el pelo de fuego que vestía armadura de batalla. Una piel de lobo blanco posaba sobre sus hombros seguida de una capa roja, de un color menos intenso que su pelo. A sus pies yacía el cuerpo, congelado, de un vanîr** vestido con armadura y casco. Su hacha yace a su lado quebrada y su escudo roto.

Una ráfaga de viento helado os despertó de vuestro estado de estupefacción. Hacía mucho frío y aunque no era la zona mas alta de la montaña, debíais de haber subido mucho para que la temperatura bajara tanto.

La mujer estaba allí, de pie, mirándoos a través de un yelmo que no dejaba ver su rostro. Todos habíais oído las historias a los viejos, a aquellos que volvían del campo de batalla y a los skalds. Sin duda alguna estábais fente a una de las valkirias de Odín.    

Como hechizados por aquella voz, habían ascendido casi sin darse cuenta por la escarpada pendiente de la montaña hasta llegar a aquel risco. El paisaje había ido mutando a su alrededor y haciéndose más frondoso y oscuro conforme las sombras de los centenarios abetos parecían extenderse a medida que avanzaba el día. Parada en la roca, Siggy contemplaba el fiordo en el que se asentaba su aldea, por el que debería haber vuelto el drakkar de su padre trayéndolo de vuelta a él y a sus hermanos. Meneó la cabeza intentando sacudirse esos pensamientos, cuando algo extraordinario sucedió.

Siggy permaneció paralizada por unos segundos hasta que sus ojos dejaron de estar cegados por aquel blanco resplandor. La roca sobre la que se encontraban se abrió, mostrando una caverna y frente a ella apareció una imponente mujer, cuya armadura y casco alado no dejaban lugar a la duda. Se trataba de una de las Doncellas, las encargadas de llevar las almas de los caídos en combate al Valhalla. A ella pertenecía la misteriosa voz que los había guiado hasta allí.

Reuniendo todo su valor Siggy se aventuró a responder:

-Por cierto que hemos pagado un alto precio, todos los aquí presentes hemos perdido familiares y seres queridos. El acero y la piedra reclamaron su sangre, - dijo recordando las palabras de Röta frente a las brasas.

-Pero, ¿qué te aflije Doncella?, ¿cómo podríamos nosotros, simples mortales, ayudarte?, se fijo en el Vanîr que yacía a los pies de la Valkyria, ¿acaso has venido por el alma del valiente guerrero que descansa frente a tí?