Partida Rol por web

- ¡Jeff, señor Dawson! ¡Cielo santo, es enorme! - Exclamó al momento.

De pronto, volviendo en si tras la visión del enorme ser grotesco con pechos de mujer a un costado, miró a Dawson cayendo en la cuenta de que era quién mejor conocía el lugar.

- ¡Dawson! ¿Por dónde? ¿El portal? - Fueron las únicas palabras que pudo articular mientras se alejaba de la enorme masa que constituía la bestia, por ponerle algún nombre.

El caos se adueñó del lugar. Como sus compañeros, Richard empezó a perder los nervios. Desenfundó su revólver, más por miedo que porque pensase que realmente le pudiese hacer algo a aquella extraña criatura.

—¡Rápido, vayamos a la otra pared! —exclamó a sus compañeros.

Al cruzar nuevamente el portal el volumen de las voces se intensificó considerablemente. A eso había que añadir a los tres hombres que le habían precedido y que, por alguna extraña razón, se encontraban asustados y sorprendidos por la criatura que tenían delante. No entendía su reacción, ya les había avisado de lo que se iban a encontrar... En fin.

Sin mediar más palabras se dirigió hacia el otro portal, que sabía que conducía a la institución, o al menos la última vez había sido así.

-Hay que cruzar por éste otro. O matar a esa cosa, lo que ustedes prefieran- dijo sin parar de caminar.

—¡Yo no tengo ninguna duda! —me dirijo atropelladamente tras Freddy al encuentro del portal.

Pese a dudar unos segundos, las palabras de Dawson le hicieron despertar, haciendo que Alan se dirigiese al portal que este le indicaba. No sabia que encontraría al otro lado, pero esperaba que no,fuese otra de aquellas criaturas de pesadilla.

-¡Pues yo no pienso quedarme a saludarla! -dijo Smith, y siguió a sus compañeros. 

La visión de esa masa informe le acompañaría durante muchas noches de pesadilla, estaba seguro. Pero ahora sabía que nada se pudo hacer por su amiga y aquellos policías. Si se habían topado con eso sin poder escapar, es seguro que estaban muertos y deglutidos por semejante criatura.

El periodista no pensaba dejar que le sucediese lo mismo.

La aparente y extraña calma del interno contrastaba con la incredulidad de sus compañeros al ver aquella extraña aparición. Fue un movimiento brusco y no tardó el pánico en adueñarse de los que allí estaban provocando que todos se dirigiesen en tropel derechos al portal al que Freddy se encaminaba. No pasaba nada.

La masa informe reaccionó persiguiéndoles, aumentando cada vez más su velocidad hasta que repentinamente el mundo empezó a dar vueltas sobre sí mismo.