Partida Rol por web

- Buenas tardes, señor Dawson. Doctor Freygan... - Se despidió con un asentimiento y un leve saludo con la mano al interno que les sirvió de guía por el psiquiátrico.

Parece que allí había más de lo que nos estaban contando. Por un lado, la normalidad con que el enfermo, Dawson, veía aquellas muertes inesperadas mientras, de otra mano, el doctor nos animaba a dejar el lugar sin dar ninguna explicación ni importancia al reciente incidente.

Mientras salían del edificio, se dirigió a sus acompañantes, en especial a Jeff y Miranda con quienes compartía cierto vínculo afectivo por los sucesos vividos juntos, pero sin inoportunar al escritor que les acompañaba.

- He de decir, señores y señorita, que aquí hay más de lo que nuestros ojos pueden ver. Sin duda, diría que ese doctor trata de esquivar el tema. Parece que después de todo podríamos estar ante algo gordo, Jeff. Admito que cuando nos hiciste llamar para ayudarte con la investigación no esperaba gran cosa. Caballeros, ¿Qué debemos hacer? Tal vez podríamos buscar información en los archivos policiales sobre el interno Dawson o puede que en el ayuntamiento, sobre el o los sujetos que han muerto. Esto no me huele nada bien. Ahí adentro está pasando algo que se nos escapa y hay que investigarlo. - Comentó en corrillo a los allí presentes. No había duda de que se había despertado en él cierta vena detectivesca. Quizás recordando a cierto detective que murió en extrañas circunstancias.

Smith bajó la voz, en concordancia con sus acompañantes: -Opino como usted, Monroe. Hay gato encerrado. Sólo nos han respondido con evasivas y falso desinterés, quizás en busca de provocar nuestra indiferencia por el tema. Pero me alegra comprobar que les pasó lo mismo que a mí, que les produjo aún más curiosidad. Lo de ir a revisar los archivos del ayuntamiento no lo entiendo, ¿qué podría haber allí? Los policiales me parecen de más sentido. Lo malo es que esta vez no tenemos a nadie que nos conduzca a los entresijos de la institución policial.. ¿Alguien quiere ir, o acompañarme?

Los cuatro visitantes se marcharon del lugar agradeciendo la oportunidad brindada por el doctor Freygan. Algo había en sus rostros que desvelaba que no les había gustado lo que habían visto y menos aún el cómo había terminado el asunto sin embargo no dijeron nada en presencia de su anfitrión.

-Parece que vamos a dejarnos de rumores absurdos señor Dawson. Venga, le acompañaré hasta el edificio, una vez allí supongo que sabrá ir de vuelta a su celda, ¿no es así?

-Estoy de acuerdo con us... con vosotros. -Respondió Miranda-. Sin embargo, me temo que dada la hora que es, dudo que nos reciban,deberíamos ir a buscar alojamiento. Creo haber visto un hotel de camino, con lo pequeño que es este lugar, confío en que no tengamos problema.

Una cosa se podía decir de Freddy Dawson, era un tipo realista. Mientras que otros internos bailaban el agua a Freygan para conseguir "mejor trato" dentro de la institución, él sabía que no servía de nada, allí no trataban bien a nadie, por lo que no veía la razón de no hablar con franqueza ni decir lo que opinaba de casi todo.

-Sabe que no se han creído ni una palabra de lo que les ha dicho, ¿verdad?- dijo sin apartar la vista del pasillo que tenía delante de sus narices. -Además, aunque le hubiesen creído...¿Misteriosas muertes en una institución psiquiátrica?¿Desapariciones de internos? Eso es música para los oídos de periodistas y escritores... Tal vez a la señorita no la volvamos a ver por aquí, parecía asustada, como aquel otro tipo el "científico"- dijo refiriéndose al parapsicólogo -Pero los otros dos volverán, y usted lo sabe-.

Después contestó a la pregunta del doctor.

-Claro que sé volver a mi "habitación"- dijo con tono ácido. Normalmente Freygan se cuidaba mucho de utilizar palabras como celda sabiendo que a los internos no les agradaba sentirse prisioneros, aunque todos fuesen conscientes de que lo eran. Pero los últimos acontecimientos tenían al doctor un tanto alterado.

—La señorita tiene razón, se está haciendo demasiado tarde. Casualmente es el hotel donde me estaba hospedando. Nada del otro mundo, pero hay muy buen ambiente y por las noches es muy tranquilo. Idóneo para descansar.

Esta historia, como ha ustedes, me ha causado gran curiosidad. Mi objetivo aquí era formarme un poco para poder escribir una verdadera historia original y ajustada a la realidad. Por tanto, la oportunidad que se presenta es excelente para poder alcanzar mis objetivos. Así que si están de acuerdo, podríamos investigar un poco a ver si llegamos al fondo del asunto y descubrimos qué está pasando realmente. ¿Les parece?

Como ha comentado usted, señor Smith, el archivo policial debe tener muy buenas pistas al respecto. Pero no veo fácil el acceso al mismo. Quizás deberíamos antes exprimir otras vías.

Señor Monroe, usted era periodista, ¿no? ¿Cree que podría echarnos una mano a buscar alguna noticia sobre el psiquiátrico, el doctor Freygan o los recientes acontecimientos? Creo que tampoco estaría de más saber todo lo posible sobre el señor Dawson. Sin duda, algo raro anda por su cabeza, pero tampoco me ha parecido que esté mucho peor que la mayoría de la gente con la que me suelo cruzar por la calle...

El doctor no dio muestras de haber escuchado al interno, su mirada estaba perdida en el horizonte fijándose en como aquel extraño grupo se alejaba. El también parecía tener el mismo tipo de presentimiento. Tras verles perderse tras la entrada reanudó su marcha de vuelta al edificio.

- Lo siento, señor Chambers. Pero el rol de periodista intrépido ha sido siempre la especialidad de mi amigo Jeff y no la mia. - Comenta sonriente a Richard, ante la pregunta del mismo.

Por otro lado, atendiendo a la pregunta de su amigo periodista y a Miranda, contesta con asentimiento.

- Ya se que no parece lo más lógico. Pero, tal vez, en el ayuntamiento tengan registro de los parientes vivos de Dawson. Siempre es bueno tener esa opción como plan B, por si nos atascamos. Siempre podríamos entablar conversación con algún familiar y verificar lo que nos han contado... Bueno, lo del hotel no parece mala idea. Estoy algo cansado del viaje...

—Mis disculpas señor Monroe, vaya desliz. Sin duda, con tantos nombres nuevos me he hecho un lío.

Estoy de acuerdo con usted en que sería interesante ir al ayuntamiento para localizar a los parientes vivos de Dawson. Mañana, ya frescos de nuevo, podríamos dividirnos en dos grupos y visitar tanto el ayuntamiento como el periódico. ¿Os parece?

Señor Smith, si no le importa, me gustaría acompañarle al periódico. Siempre he tenido una gran curiosidad por saber cómo funciona una agencia de prensa por dentro. Y qué decir de lo útil que podría serme para documentar correctamente mi futuro libro.

-Por supuesto, señor Chambers. Puede usted llamarme Jeff, o Smith. Creo que hay ya confianza, jaja.. Iremos entonces a ver los archivos policiales, a ver qué podemos extraer de ahí. 

Smith se puso pensativo por un instante.

-Creo que podrán arrojar muchas cosas a la luz, si tenemos suerte, están bien redactados, y damos con el funcionario adecuado.

No esperaba respuesta alguna, por lo que el silencio de Freygan simplemente cayó entre ellos como un pesado manto. Ninguno volvió a abrir la boca en el trayecto que recorrieron juntos.

Una vez de vuelta en el edificio, tal y como habían acordado, cada uno tomó un camino, el doctor a ocuparse de sus asuntos y él a su cómoda celda. ¿Quién le visitaría aquella noche? Estaba deseando conocerlo....

Con las manos a la espalda, en un típico gesto de sumisión propia de los internos de la institución llegó hasta su celda, cerró la puerta tras él y se tumbó en su camastro a la espera de que Benjamin corriese el cerrojo por fuera. El sonido que marcaba la hora de cenar y, en el caso de los más afortunados, de dormir.